Opini車n
Una reflexi車n sobre Yuzu, Nintendo y la historia de la emulaci車n
El cierre de Yuzu, demolido legalmente por Nintendo en menos de una semana, nos invita a meditar sobre los l赤mites de la emulaci車n.
El anuncio de la demanda presentada por Nintendo a los responsables de Yuzu se recibi車 con indignaci車n y una mezcla entre desaf赤o y miedo por parte de la comunidad alrededor de la emulaci車n. El precedente legal en Estados Unidos establece que la emulaci車n es legal, o mejor dicho, que no es ilegal, tal y como establecen los dos casos m芍s famosos sobre este tema: Sony Computer Entertainment v. Connectix Corporation, y Sony Computer Entertainment v. Bleem!
Breve historia de la emulaci車n en los juzgados
Connectix era una compa?赤a subsidiaria de Microsoft que se dedicaba a crear software innovador que ofrec赤a soluciones a carencias sist谷micas de ciertos equipos y sistemas operativos, particularmente Macintosh y Mac OS. Sus soluciones se adelantaban a las que ofrec赤a las misma Apple, que o bien terminaba integr芍ndolas de motu propio, o las acababa comprando para ofrecerlas a sus usuarios (tambi谷n fueron los creadores de QuickCam, que acabar赤an vendiendo a Logitech y que hoy en d赤a es una de las marcas m芍s conocidas del mundo en cuanto a webcams). En 1999, Steve Jobs presentaba en un MacWorld la nueva creaci車n de Connectix: Virtual Game Station, un emulador de PlayStation que permit赤a jugar a juegos de la consola en un iMac, una soluci車n al habitualmente exiguo cat芍logo de videojuegos que ten赤an los Apple. A Sony, por supuesto, no le hizo ninguna gracia y present車 una demanda por infringimiento de su copyright.
El caso de Bleem! era similar y coincidente en el tiempo, dejando 1999 como un a?o crucial en la historia de emulaci車n. En este caso, la compa?赤a propon赤a un software comercial que permitir赤a jugar a juegos de PlayStation en Windows, e incluso en Dreamcast a trav谷s de un software alternativo llamado Bleemcast!. Si bien es cierto que en 1999 el foco de atenci車n estaba en PS2, Sony ve赤a estos emuladores como un riesgo potencial a su negocio, poniendo en marcha toda su maquinaria legal con el respaldo adem芍s de otras casas como Nintendo e incluso Sega, en un ejemplo de poner las barbas a remojar cuando se las pela el vecino, por muy mal que ambos se lleven. El resultado fue que perdieron las dos batallas, pero ganaron la guerra.
Con Connectix, Sony consigui車 bloquear la venta comercial de Vitual Game Station, obteniendo una orden del juez del distrito, alegando que la compa?赤a no pod赤a ni usar ni copiar un c車digo propietario necesario para hacer funcionar el emulador (la BIOS). La Novena Corte de Apelaciones, por decisi車n de tres a cero, revoc車 esta decisi車n y declar車 que el uso de la BIOS estaba amparado por el principio de uso leg赤timo. Dado que el resto de la emulaci車n se hab赤a hecho usando ingenier赤a inversa por software, sin romper ninguna patente, la compa?赤a era libre de comercializar su producto. Sony intent車 elevar el caso al Tribunal Supremo, siendo desestimado. Pero los meses que hab赤a impedido la venta del emulador fueron claves para enfriar la demanda mientras el foco de inter谷s pasaba a la nueva generaci車n de consolas. Connectix acabar赤a vendiendo Virtual Game Stations a la propia Sony, que autom芍ticamente retir車 el producto del mercado. El caso de Bleem fue similar: aunque ya hab赤a precedente legal reforzado en su contra, eso no impidi車 a Sony demandar a Bleem! y obtener nuevamente una medida cautelar contra su comercializaci車n, esta vez alegando competencia desleal y volviendo a insistir en la violaci車n de su copyright, alegando que Bleem! usaba capturas de pantallas de juegos de PlayStation para vender sus productos. Finalmente, los casos fueron desestimados pero para entonces Bleem! estaba hundida por los costes legales y los obst芍culos que hab赤an encontrado en la comercializaci車n de sus productos, Sony ni siquiera se molest車 en comprarlo en esta ocasi車n.
Durante muchos a?os desde ese convulso comienzo del milenio, se alcanz車 una especie de ※paz velada§ sobre este tema. El precedente legal estaba claro y tambi谷n la capacidad de las compa?赤as de hundir cualquier propuesta comercial en esa direcci車n, por lo que la emulaci車n floreci車 como un fen車meno altruista y soterrado, con decenas de grandes mentes poniendo generosamente su tiempo y talento en mantener el legado de las m芍quinas en un ambiente de desarrollo abierto, desembocando adem芍s en otros fen車menos como la modificaci車n y alteraci車n de juegos. Tambi谷n ha tenido otras implicaciones como la mejora clara y evidente de la emulaci車n legal para traer de vuelta comercialmente decenas de juegos en m芍quinas modernas.
Volar demasiado cerca del sol
El estudio alrededor de Yuzu y la compa?赤a a su alrededor, Tropic Haze, ha roto ese fino equilibrio y lo ha pagado caro. La comunidad ya ven赤a avisando de que el grupo estaba ※volando demasiado cerca del sol§, no s車lo porque promocionaba abiertamente un emulador de una m芍quina actual como Nintendo Switch, sino porque su exitoso Patreon estaba generando cantidades ingentes de dinero gracias a sus ventanas de exclusividad. La aparici車n de ordenadores consolizados como Steam Deck y su posible combinaci車n con Yuzu, con toda seguridad, tambi谷n ha contribuido a la irritaci車n de Nintendo (Valve a buen seguro que fue consciente de ello cuando tuvo que retirar a toda prisa un tr芍iler de su m芍quina en la que se ve赤a claramente la presencia del emulador). Y ya la guinda del pastel es la facilidad que ha dado el emulador para facilitar el pirateo directo de juegos, principalmente Tears of the Kingdom, en un caso sangrante en el que muchos han exhibido p迆blicamente su mala cabeza y su nula empat赤a con el resto de jugadores.
Tanto jactarse de jugar a juegos de Switch con mejores prestaciones a trav谷s del emulador, y tanta falta de pudor o prudencia por parte de Team Yuzu (al margen de las implicaciones 谷ticas del Patreon que han soliviantado a una parte no peque?a de los que ha trabajado en esta 芍rea tanto tiempo por amor al arte), ha derivado en una amenaza legal peligros赤sima para la esencia misma de la emulaci車n, ya que Nintendo hab赤a apostado por un argumento original frente al cl芍sico infringimiento de copyright. Tan peligrosa era la demanda, que Tropic Haze ha tardado apenas d赤as en deponer las armas sin ni siquiera tratar de defender legalmente un emulador que ha sido realizado con c車digo abierto. S車lo basta un precedente legal en contra para iniciar un proceso que puede arrasar con la emulaci車n tal y como se entiende ahora mismo y el riesgo era demasiado alto, tan alto como para aceptar el sacrificio de la empresa, de Yuzu (y de Citra, el emulador de 3DS, que ha sido da?o colateral aunque seguramente 谷ste le importaba menos a Nintendo), adem芍s de costar a los responsables la friolera de casi dos millones y medio de d車lares.
El papel de la emulaci車n, el que deber赤a ser al menos en mi opini車n personal, es el de preservar el legado del videojuego, de sus m芍quinas y de sus juegos. De todos sus juegos, sin excepci車n. Como esperar que ese trabajo de preservaci車n lo hagan las propias compa?赤as es una quimera legal, pr芍ctica y econ車mica (eso da para otra columna), toca a la comunidad hacerlo. Y toca hacerlo discretamente, con humildad, subrayado inter谷s hist車rico, de forma altruista y comunitaria, aceptando con entereza la espada de Damocles que cuelga por encima. Tengamos cabeza, conozcamos los l赤mites y la naturaleza de cada casa, respetemos sus derechos m芍s evidentes sin buscar batallas contra molinos que no se pueden ganar, y por encima de todo, tengamos en cuenta que la legalidad de un acto no est芍 exento de unas implicaciones 谷ticas que siempre tienen que estar presentes. La emulaci車n es un acto de amor al videojuego y es trabajo de todos mantenerlo en unos l赤mites tolerables, antes de que entre en un escenario de conflicto abierto con los depositarios legales de ese legado, una batalla en la que todos perder赤amos.