Cap¨ªtulo 2
Un espa?ol en el Summer Game Fest 2024: el peligro de los conductores en Los ?ngeles y un sol de justicia
Un atropello en plena carrera y quemado por el sol de Venice Beach. No es ficci¨®n: es la vida en Los ?ngeles.
¡°Ten cuidado¡± es lo que m¨¢s oyes cuando dices que vas una semana a Los ?ngeles. La fama de la ciudad est¨¢ lejos de la imagen id¨ªlica que el cine de Hollywood pinta cada vez que puede. Solo ¡®La La Land¡¯ pudo convertir un atasco en un n¨²mero para la historia del cine moderno, pero la realidad es bien diferente. Cl¨¢xones, gente con prisas a todas partes... Apenas se puede caminar bien por sus calles. Necesitas un veh¨ªculo para vivir aqu¨ª. A los turistas solo nos queda Uber... y rezar para que el conductor tenga la cabeza bien puesta sobre los hombros.
Diez de la ma?ana en Los ?ngeles. Tenemos un d¨ªa libre y queremos aprovecharlo viviendo la mejor cara de la ciudad, desde Marina del Rey hasta Venice Beach y el m¨ªtico Pier de Santa M¨®nica. Google Maps enga?a. Parece que las distancias son cortas, pero entre las dos zonas hay casi hora y media andando... y teniendo cuidado de qu¨¦ calles pillas. Pillamos un Uber. ?Qu¨¦ pod¨ªa salir mal? Pues pas¨®.
Estaba mirando por la ventanilla hasta que de pronto se escucha un fuerte golpe seco continuado de un frenazo. Giro la cabeza r¨¢pidamente hacia el salpicadero y solo logro ver una manta de pelo movi¨¦ndose hacia la calzada. ¡°Holy shit, HOLY SHIT!!¡±, grita el conductor, que dud¨® durante 10 segundos si pisar el acelerador e irse r¨¢pido del lugar o auxiliar a la mujer que se acababa de tragar. Lo surrealista es que, tras bajarse, de pronto aparece un se?or mayor para cantarle las cuarenta a la mujer, todav¨ªa tendida en el suelo, por haber intentado cruzar cuando el paso estaba en rojo.
Cancelamos el trayecto y decidimos ir hasta Marina del Rey andando. Error de novato. Nos esperaba una caminata de media hora por una zona que por fortuna era tranquila, pero era lo m¨¢s parecido a vivir The Walking Dead en directo: no hab¨ªa nadie. Una hora despu¨¦s llegamos hasta Venice Beach, no sin antes cruzarnos con unas cuantas personas que estaban m¨¢s para all¨¢ que para ac¨¢.
Cuando Los ?ngeles muestra su lado m¨¢s tranquilo es flipante. El sendero hacia el norte de Venice Beach estaba lleno de vida. Gente jugando al p¨¢del en las famosas jaulas al borde de la playa, gimnasios abarrotados y tiendas en las que ¡®El Chuache¡¯ era la figura a idolatrar. Las r¨¢fagas de viento atra¨ªan un olor a porro que har¨ªa resucitar al mism¨ªsimo Bob Marley.
El Pier de Santa M¨®nica hay que vivirlo de cerca. Es una pasada la zona. Cuanto m¨¢s te adentras en ella m¨¢s est¨¢s envuelto en el Pac¨ªfico. Se respira un olor diferente a la de otras zonas costeras. Es especial. Incluso con las trampas para turistas, una cerveza bien nutrida en una terraza top con vistas a la playa rondaba los 10 d¨®lares. Eso s¨ª, imprescindible la crema solar y una gorra. No hagas como yo, que termin¨¦ pidiendo un After Sun por Uber al llegar al hotel. Parece que no, pero quema.
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Los d¨ªas que vienen ya los tengo ocupados con las coberturas que saldr¨¢n en MeriStation. Ahora viene lo bueno.