Opini¨®n
?Es necesario reservar videojuegos como Dragon¡¯s Dogma 2 o Final Fantasy VII Rebirth hoy en d¨ªa?
Juegos que nunca se agotan, DLCs de regalo con poca sustancia y merchandising que nunca vamos a usar. Reservar videojuegos era m¨¢s necesario antes que en pleno 2020.
Recuerdo que el primer videojuego que reserv¨¦ fue en 1999, Pok¨¦mon Rojo, como supongo que muchos otros lectores. Dado que nunca ten¨ªa esa costumbre y que ya escarment¨¦ con Final Fantasy VII y su tremenda escasez en tierras valencianas, decid¨ª hablar con el dependiente de mi tienda de videojuegos del barrio para que me guardara una copia. S¨ª, por aquellos entonces eran mucho m¨¢s habituales que hoy en d¨ªa. Hot Space se llamaba la franquicia.
En esa d¨¦cada todav¨ªa no hab¨ªa proliferado la opci¨®n de reservar un t¨ªtulo, una consola o perif¨¦rico y lo habitual era llegar a la tienda de los primeros porque los comercios no recib¨ªan suficientes copias como para satisfacer la demanda. La reserva sol¨ªa hacerse en peque?as tiendas y, en muchas ocasiones, dependiendo de la confianza m¨²tua entre comprador y vendedor.
Y sin embargo el reservar un videojuego ten¨ªa mucho m¨¢s sentido antes que ahora. La industria de los videojuegos todav¨ªa no era tan potente como lo es hoy en d¨ªa, los productos sol¨ªan venir en cartucho con su placa, manuales, caja y cualquier extra que la compa?¨ªa quisiera a?adir, como panfletos o peque?as gu¨ªas. El coste de producci¨®n y la infraestructura para fabricarlos era costoso pero tambi¨¦n lento. Eso por no contar que compa?¨ªas como Nintendo limitaban unidades de algunos de sus t¨ªtulos.
Es decir, el miedo a quedarte sin tu videojuego favorito el primer d¨ªa era real e incluso nos obligaba muchas veces a visitar diferentes tiendas especializadas para hacernos con ¨¦l. Pedir una reserva a tu tendero de confianza era lo mejor que pod¨ªamos hacer¡ aunque tampoco garantizaba nada. Ya sab¨¦is, escasez de producto. De hecho la mayor¨ªa de estas tiendas no requer¨ªa un pago previo por la reserva y a veces solo exig¨ªan una simb¨®lica cantidad de adelanto que en muchas ocasiones devolv¨ªan si no est¨¢bamos convencidos de adquirir el producto.
Tres semanas estuve buscando por toda Valencia mi copia de Final Fantasy VII y finalmente pude adquirirla a varias decenas de kil¨®metros de mi casa, pero casi no lo cuento. Al lado m¨ªo, en la estanter¨ªa de videojuegos de PlayStation, hab¨ªa una mujer buscando tambi¨¦n las aventuras de Cloud, pero por suerte mi vista era m¨¢s aguda que la suya y pude coger la ¨²ltima copia mientras ella, cuando se dio cuenta, me maldec¨ªa por la espalda.
A d¨ªa de hoy es muy dif¨ªcil quedarte sin tu juego favorito el d¨ªa de lanzamiento. Las ventas se distribuyen tanto en formato f¨ªsico como en digital, siendo esta ¨²ltima una de las m¨¢s populares. El videojuego est¨¢ en la pugna con la industria del cine, genera millones de dinero cada a?o y las compa?¨ªas est¨¢n m¨¢s preparadas ¡ªsalvo en lanzamiento de nuevas consolas¡ª para ofrecer el producto en grandes cantidades a miles de tiendas.
A¨²n as¨ª, ahora que no necesitamos que se publicite la reserva de un t¨ªtulo por los cuatro vientos, esta pr¨¢ctica se ha vuelto muy popular desde hace ya alg¨²n tiempo. Y a¨²n m¨¢s opresiva con el formato digital. Pero hay algo peor a¨²n; hay que pagar por adelantado el importe ¨ªntegro del producto. Se puede cancelar antes del lanzamiento, claro, pero primero afloja la pasta.
No tiene mucho sentido reservar un producto que sabes que no se va a agotar y que, en la mayor¨ªa de ocasiones, puedes acceder a ¨¦l a menor precio tanto en f¨ªsico como en digital. Y sobre reservar un t¨ªtulo en este ¨²ltimo formato ni hablemos. ?Van a cortar el grifo a las 50,000 copias descargadas? Creo que no hace falta mayor explicaci¨®n en este punto.
Si tu t¨ªtulo favorito no se agota y no hay necesidad de reservar, ?por qu¨¦ lo hace la gran mayor¨ªa de usuarios? Aqu¨ª la psicolog¨ªa y la palabra ¡°reservar¡± entran en juego. La definici¨®n de este verbo est¨¢ m¨¢s que asimilada por nuestro cerebro, que nos ¡°sugiere¡± que, si el producto lleva impreso dicha palabra, lo ideal ser¨ªa hacer caso para no quedarnos sin ¨¦l. As¨ª mismo se a?aden extras a la reserva en forma de contenido descargable, merchandising baratuno y extras que nos entren por los ojos.
Sin embargo la realidad, salvo honrosas excepciones, es que estos extras son simplemente marketing en forma de accesorios para nuestro personaje con una caducidad muy temprana ¡ªcomo anillos que dejan de ser ¨²tiles a las pocas horas de juego¡ª, peque?as misiones que tambi¨¦n est¨¢n a la venta en la tienda digital, llaveros que no quieres usar por si se rompen o p¨®sters para esa pared en la que ya no te cabe nada. La realidad es que los objetos o merchandising que ¡°regalan¡± con la reserva son, en mayor n¨²mero, chorradas de las que no haremos uso.
La peor parte es cuando uno se da cuenta de que todo lo bien que hablaban de un juego, de sus funciones, extras y dem¨¢s caracter¨ªsticas, era mentira. Que falta contenido que hab¨ªan prometido, que anuncian la expansi¨®n una semana despu¨¦s de lanzarlo e incluso poco antes ¡ªlo que deja claro que la historia no termina con el dinero previo que has desembolsado¡ª o que directamente, como ha ocurrido recientemente con Dragon¡¯s Dogma 2, la compa?¨ªa haya ocultado informaci¨®n sobre los micropagos hasta el d¨ªa de lanzamiento. O que el juego no est¨¢ lo suficientemente optimizado como para ser disfrutado, en el caso de aquellos jugadores de PC.
Si al videojuego se le notan las costuras un par de semanas antes de su lanzamiento no importa, se reclama el dinero de la reserva y a otra cosa mariposa, pero cuando el pastel se descubre en el momento en que el videojuego llega a todos los hogares, olv¨ªdate de recuperar el dinero. Salvo que seas usuario de Steam y lo hayas jugado menos de dos horas.
Por mi parte hace a?os que no reservo un videojuego, no le veo sentido. No siento la necesidad de darle ese gusto a mi cerebro ni tampoco hago uso de los extras que pudiera adquirir con una reserva. Me espero, veo c¨®mo ha salido el producto y despu¨¦s, voy a cualquier tienda o me hago con ¨¦l en formato digital. Me evito sustos, decepciones y disgustos varios. Y creerme, he esquivado muchas balas en el ¨²ltimo segundo.
Sin embargo no todo son cr¨ªticas a la reserva del producto com¨²n y moliente, la menci¨®n especial est¨¢ dirigida a las ediciones coleccionistas, aunque alg¨²n que otro moj¨®n te puedes comer. Por norma general suelen ser productos hechos con mucho amor y con objetos de bastante exclusividad. Un libro de arte como el de Persona 5 Royal o de cualquier edici¨®n de World of Warcraft ya cuestan en librer¨ªas, con un contenido diferente, casi lo mismo que un juego f¨ªsico. Y son una joya.
La parte mala es que ocurre como con los extras de una reserva de edici¨®n normal, que al final la figura de tu personaje favorito ¡ªque en demasiadas ocasiones la calidad de ¨¦stas es paup¨¦rrima¡ª est¨¢ en un estante cogiendo polvo sin darle uso. O que esa camiseta o alfombrilla de rat¨®n la dejes guardada en la caja por miedo a deteriorarla. Y al final, la pila de trastos y de cajas se apodera de tu peque?o rinc¨®n jug¨®n¡ o de medio hogar.
?Soy el ¨²nico que tiene esta manera de pensar sobre las reservas?