Los m¨¢s j¨®venes no lo vivieron, pero el mejor juego de f¨²tbol de los 90 ten¨ªa chapas de botella y un garbanzo como bal¨®n

Hay tradiciones que no siempre se heredan entre una generaci¨®n y otra. El avance de la tecnolog¨ªa ha dado lugar a que los m¨¢s peque?os est¨¦n completamente familiarizados con dispositivos electr¨®nicos como consolas de juegos, m¨®viles, tabletas y ordenadores, adem¨¢s de disfrutar del contenido bajo demanda que ofrecen las plataformas de streaming. Todo eso ha ocasionado que hoy d¨ªa no sea demasiado frecuente ver a ni?os jugando con una peonza, a las canicas o a las chapas, la versi¨®n original del actualmente denominado f¨²tbol de mesa.

Entre los a?os 80 y 90, muchos ni?os ¡ªy no tan ni?os¡ª jugaban al f¨²tbol en la plaza. Algunos, cuando no lo hac¨ªan, disputaban partidos de chapas. Se pintaban las l¨ªneas de un campo de f¨²tbol en el suelo, con una tiza si se jugaba sobre cemento o con un palo si la superficie era de tierra. Se cortaba por la mitad una caja de zapatos para crear dos porter¨ªas al colocarlas boca abajo y se empleaba un garbanzo como bal¨®n, ya que no era necesario que la pelota rodase excesivamente por el terreno de juego.

Los jugadores eran chapas de botella y era muy habitual ir a los bares del barrio a preguntar al camarero si ten¨ªan chapas para evitar que fuesen a parar al cubo de basura. Dentro de cada chapa se pegaba un c¨ªrculo de papel con el nombre del jugador o la equipaci¨®n del equipo elegido, ya que mucha gente trataba de recrear los clubes reales de LaLiga. Por ¨²ltimo, para que el portero fuese una figura distinguida se hac¨ªa uso de un tap¨®n de botella de refresco.

No todo el mundo jugaba con las mismas reglas, aunque en l¨ªneas generales se daba por sentado que cada jugador ten¨ªa hasta tres toques en cada turno y solo se pod¨ªa jugar hacia adelante. Para golpear el bal¨®n se colocaba la chapa m¨¢s cercana a un par de cent¨ªmetros del mismo, se formaba un arco con los dedos ¨ªndice y pulgar para que la chapa no pasase traer golpear la pelota al impulsar la chapa con la otra mano. As¨ª eran las chapas, algo que para muchos era puro f¨²tbol.

De jugar en la calle al sofisticado f¨²tbol de mesa

Jugar a las chapas es algo que evolucion¨® con el paso de los a?os, pues el campo pintado en el suelo se cambi¨® por una alfombra que simulaba el c¨¦sped real, mientras que las porter¨ªas recreadas en miniatura sustituyeron a las que cada uno creaba con cajas de cart¨®n y, por supuesto, los garbanzos fueron relevados por pelotas diminutas id¨¦nticas a los balones de la ¨¦poca.

Adem¨¢s, los m¨¢s entusiastas empujaron a¨²n m¨¢s los l¨ªmites gracias a su fijaci¨®n por los peque?os detalles. Por ejemplo, hab¨ªa quien pintaba los balones para crear su propia versi¨®n de los oficiales de competiciones como la UEFA Champions League, LaLiga o el Mundial de F¨²tbol, entre otras. Tambi¨¦n aparecieron comercios que se dedicaban a vender chapas personalizadas con herramientas profesionales, por lo que eso de recortar c¨ªrculos y pintar los colores de los equipos se fue perdiendo.

Por cierto, ?sab¨ªas que las chapas se popularizaron tanto que a d¨ªa de hoy hay competiciones oficiales? Sin ir m¨¢s lejos, el primer campe¨®n del mundo de chapas es el espa?ol Adri¨¤ Garriga, quien se hizo con el t¨ªtulo en el Mundial de Chapas que se celebr¨® en Brasil en 2022.

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