De mano derecha de Peter Molyneux, a Premio Nobel de Qu¨ªmica, la incre¨ªble trayectoria de Demis Hassabis

Entre los recientes premios nobel hay un nombre en particular que es bien conocido por los amantes del videojuego con algunos a?os a su espalda: Demis Hassabis. El flamante Nobel de Qu¨ªmica es el CEO y fundador de DeepMind, una empresa inglesa de inteligencia artificial adquirida por Google y que busca ¡°desentra?ar el problema de la inteligencia, para desentra?ar los problemas del mundo¡±.

En concreto, el Premio Nobel se reparte a medias entre tres principales responsables: por el lado de DeepMind, el honor recae en Demis Hassabis y John Jumper, quien lider¨® el desarrollo del modelo de IA de AlphaFold, que predice la estructura de las prote¨ªnas a partir de su secuencia qu¨ªmica, comparten la mitad del premio. La otra mitad fue otorgada al profesor David Baker, de la Universidad de Washington, cuya investigaci¨®n computacional ha llevado a la creaci¨®n de nuevos tipos de prote¨ªnas, con aplicaciones en vacunas, nanomateriales y diminutos sensores.

De Bullfrog a Lionhead

Pero antes de semejantes honores, antes de ser nombrado caballero, antes de ser la cara visible de los esfuerzos en inteligencia artificial de Google, Demis Hassabis fue un joven prodigio del ajedrez, un amante de los juegos de mesa y un estudiante brillante que llam¨® la atenci¨®n del fundador de Bullfrog, otro gran amante de los juegos de mesa: Peter Molyneux. Consciente de su potencial y a pesar de la corta edad del muchado, Molyneux se apoy¨® en ¨¦l como dise?ador y programador de inteligencia artificial para crear uno de los grandes hitos del estudio brit¨¢nico: Theme Park. El juego era un simulador de parque de atracciones, centrado adem¨¢s en elementos basados en la manipulaci¨®n de los deseos y necesidades de sus visitantes. No se trataba simplemente de instalar atracciones y servicios, sino de hacerlo de la forma m¨¢s efectiva posible. Theme Park fue un gran ¨¦xito sobre el que se ciment¨® una nueva y m¨¢s elaborada forma de crear t¨ªtulos de gesti¨®n.

Hassabis dio el salto junto a su mentor a Lionhead y fue el responsable de una de las inteligencias artificiales m¨¢s sofisticadas vistas en un videojuego: Black & White, creando tanto los elaborados patrones de comportamiento de las criaturas como de los mortales a sus pies. Despu¨¦s de la experiencia, con m¨¢s bagaje y recursos, Hassabis formar¨ªa su propio estudio: Elixir Studios. Su proyecto estrella fue Republic: The Revolution, un muy ambicioso proyecto de cuyo desarrollo habl¨® abiertamente a trav¨¦s de sus columnas en la revista Edge. En ¨¦l, intentaba crear una simulaci¨®n del comportamiento de un pa¨ªs entero antes nuestras decisiones, algo que super¨® las capacidades t¨¦cnicas de la ¨¦poca. El juego final, despu¨¦s de un largo retraso, limitaba mucho la escala y era perjudicado por una interfaz obtusa, aunque sus mec¨¢nicas internas y su forma de operar de forma org¨¢nica eran aut¨¦nticamente revolucionarias.

Su siguiente proyecto ser¨ªa menos arriesgado y mucho menos revolucionario, una divertida vuelta a sus or¨ªgenes en el g¨¦nero de la gesti¨®n con Evil Genius, en el que nos pon¨ªamos en el papel de un villano al m¨¢s puro estilo James Bond, buscando crear la base secreta perfecta. Fue mucho mejor recibido por cr¨ªtica y p¨²blico, pero para entonces Hassabis decid¨ªa que ya hab¨ªa tenido bastante en el medio y decidi¨® volver a la universisad para sacarse un doctorado en neurociencia y realizar importantes avances en campos como la amnesia, el alzheimer y en el el entendimiento de c¨®mo funciona la memoria y la imaginaci¨®n, un camino que le llevar¨ªa a la fundaci¨®n de DeepMind y, ahora, al Nobel.

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