?Qu¨¦ libro leo esta semana?
Los hermanos Grimm y el lado oscuro y antisemita de los cuentos de nuestra infancia
Jacob y Wilhem Grimm son el m¨¢ximo exponente de los cuentos populares de la infancia de varias generaciones, pero sus relatos nos han llegado suavizados por gigantes empresariales como Disney.
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?Sab¨ªas que hay varias versiones de ¡®La cenicienta¡¯ o ¡®Caperucita Roja¡¯ a lo largo y ancho del mundo y del tiempo? Todas ellas tienen elementos en com¨²n y algunas son m¨¢s turbias que otras. As¨ª pues una Cenicienta indonesia forzar¨¢ a su hermanastra a meterse en un caldero de agua hirviendo y luego su cuerpo ser¨¢ hecho pedazos y escabechado, en la versi¨®n del gran dramaturgo Charles Perrault, las hermanastras se cortan los dedos de los pies para que el zapato les quepa¡
Todas esas interpretaciones demuestran que los hermanos Grimm eran bastante menos violentos que sus predecesores y contempor¨¢neos de diferentes pa¨ªses. Y es que siguiendo el mismo cuento, en ¡®La Cenicienta¡¯ de los alemanes, a las hermanastras (al final de su historia) los ojos de las muchachas son picoteados por palomas.
Los cuentos de los hermanos Grimm forman parte de nuestra infancia. Eso s¨ª, todos y cada uno de ellos fueron edulcorados por Disney. Y es que en un inicio todas estas historias no estaban escritas para los ni?os. De hecho, en una carta a un amigo, Jacob Grimm apuntaba que ¡®Cuentos para la infancia y el hogar¡¯ no hab¨ªa sido, de ninguna manera ¡°escrito para ni?os¡±, pero que estaba encantado de descubrir que el libro los atra¨ªa a ellos y a sus padres.
Todo esto y mucho m¨¢s se cuenta en la maravillosa edici¨®n del bicentenario (Akral) de los hermanos Grimm. Una edici¨®n anotada por cient¨ªfica literaria estadounidense Maria Tatar.
¡°Hilando¡± historias a trav¨¦s del tiempo
Tal como apunta Maria Tatar: ¡°La narraci¨®n oral se halla a menudo afiliada a la labor llevada a cabo tradicionalmente por las mujeres: hilar, coser, tejer y cocinar. El hecho de que muchas de nuestras met¨¢foras para la narraci¨®n -hilar cuentos, tejer historias, cocinar un argumento, deriven de las artes dom¨¦sticas, que los cuentos de hadas estaban, sin duda, en relaci¨®n con historias contadas por comadronas, criadas y otros, para transmitir sabidur¨ªa de una generaci¨®n a la siguiente¡±.
Este car¨¢cter oral y popular no viene exento, pues, de que muchos de esos cuentos tuvieran palabras mal sonantes y escenas fuera de tono y m¨¢s ¡°gores¡± de lo que estamos acostumbrados En los cuentos populares franceses, por ejemplo, se describe a Caperucita como una joven seductora que realiza un striptease ante el lobo, detallando cada prenda que se quita. En la versi¨®n de Disney de Blancanieves, la madrastra pide el coraz¨®n de la protagonista, pero en la versi¨®n original de los hermanos Grimm, planea devorar sus pulmones y su h¨ªgado.
Reescribiendo y reeditando constantemente
Los cr¨ªticos del momento criticaban (valga la redundancia) constantemente a los hermanos Grimm por la reescritura constantemente sus historias. Uno de los casos m¨¢s llamativos fue el del cuento ¡®El rey rana o Heinrich el F¨¦rreo¡¯. Tatar indica que ¡°en la versi¨®n manuscrita de la historia, la princesa estrella a la rana contra la pared.¡± Para la segunda edici¨®n, Wilhelm le quit¨® a la rana su sangrienta colisi¨®n y tan solo observ¨® que la transformaci¨®n de rana a pr¨ªncipe tuvo lugar tan pronto como la rana se golpe¨® con el muro.¡± Adem¨¢s, mientras que en la versi¨®n manuscrita y en la primera edici¨®n, la princesa manten¨ªa relaciones con el pr¨ªncipe nada m¨¢s convertirse en ¨¦l, para la ¨²ltima edici¨®n ¡°la feliz pareja no se retir¨® para pasar la noche hasta que hubieron hecho los votos, y aquellos votos solo se hicieron despu¨¦s de que el padre de la princesa diera su aprobaci¨®n.¡±
As¨ª pues, como muy bien indica la experta literaria, ¡°la transformaci¨®n de un cuento de los Grimm, repleto de humor subido de tono, en un cuento moral es casi m¨¢s impactante que la metamorfosis de la rana en pr¨ªncipe¡±.
El antisemitismo, una constante en muchos de sus cuentos
Dado que muchos de los cuentos provienen del propio folclore nacional, el antisemitismo palpable en la propia sociedad del momento tambi¨¦n se ve¨ªa reflejados en las historias de Wilhelm y Jacob. ¡°Tras la Segunda Guerra Mundial, un historiador encontr¨® en los cuentos de los Grimm ?crueldad, violencia y atrocidad, miedo del extra?o y odio hacia ¨¦l, adem¨¢s de un virulento antisemitismo?¡±
Con todo esto, no es raro encontrar en los relatos que los villanos siempre tienen alguna caracter¨ªstica que se le atribu¨ªa a los jud¨ªos. Desde brujas con rasgos f¨ªsicos propios de ellos hasta villanos usureros.
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?Merece la pena leer ¡®Cuentos de los hermanos Grimm edici¨®n bicentenario¡¯?
Por supuesto que s¨ª. La cantidad de conocimiento ¨²nico aqu¨ª recopilado es realmente especial. Por eso y porque tenemos la recopilaci¨®n de todos los cuentos de nuestra infancia y otros para ¡°adultos¡±.