?Qu¨¦ libro leo esta semana?
¡®Despu¨¦s de la derrota¡¯, una novela negra de personajes malditos en pleno barrio de Canillejas
Paco G¨®mez Escribano escribe una novela cruda y desesperanzadora sobre el mundo de las drogas y con unos protagonistas inolvidables.
Ya desde la primera l¨ªnea de su novela, Paco G¨®mez Escribano hace una declaraci¨®n de intenciones: esto no es una obra com¨²n. La manera de narrar y, sobre todo, de plasmar las conversaciones y di¨¢logos entre sus personajes, se siente tan real como si el lector fuera part¨ªcipe directo de sus situaciones y estuviera junto a ellos.
Zip, un periodista que abandon¨® su carrera debido a problemas con las drogas y la disciplina, ahora dirige un hostal heredado de sus t¨ªos. Tras el funeral de su amigo Chule, un exconvicto, va al banco a ingresar dinero y se ve atrapado en un atraco. El l¨ªder de los ladrones es Nico, el hijo del Chule, que junto a otros dos yonquis se atrincheran cuando llega la Polic¨ªa. Zip, como reh¨¦n, debe negociar con las autoridades mientras narra en presente el atraco y recuerda su vida, marcada por eventos extremos y su relaci¨®n con Marga, la madre de Nico.
¡®Despu¨¦s de la derrota¡¯ (Alrev¨¦s, 2024) se desarrolla en dos planos temporales, pasado y presente y ambos son altamente interesantes. El autor madrile?o hace gala de una prosa excepcionalmente din¨¢mica y de describir el mundo de la droga de una forma tan magistral que consigue enganchar al lector (nunca mejor dicho).
Un reconocimiento a la vida de barrio
Estamos ante una novela plagada de personajes ¨²nicos e inolvidables y una obra en la que el autor hace un homenaje a la ¡°vida de barrio¡±. Tal como reza uno de sus pasajes: ¡°Ahora que la memoria hist¨®rica est¨¢ en boca de todos, quiz¨¢ sea el momento de reclamar la memoria hist¨®rica de los barrios¡±. ¡®Despu¨¦s de la derrota¡¯ se desarrolla en pleno barrio de Canillejas (Madrid), dot¨¢ndole de vida propia y haci¨¦ndole un protagonista m¨¢s.
Tal como nos cuenta el propio autor: ¡°Es un sentimiento de Zip como personaje, desde luego. Pero tambi¨¦n es mi sentimiento. Vivo en el barrio desde que nac¨ª y tengo esa conciencia de barrio. Todas estas barriadas que en su inmensa mayor¨ªa primero fueron pueblos (Canillejas, Fuencarral, Hortaleza, Vallecas, Villaverde, Carabanchel, etc.) se integraron en Madrid a la fuerza debido al desarrollismo franquista y lo hicieron sin ning¨²n tipo de medios ni servicios. Mucha gente viv¨ªa en chabolas y viviendas precarias, entre ratas y miseria. La memoria, por tanto, es imprescindible.¡±
Pero lo que lo que esta novela es sobre todas las cosas, es una denuncia al abandono social y pol¨ªtico a las personas que caen en las garras de la marginalidad y drogadicci¨®n. ¡°En todas mis novelas doy voz a personajes marginales que no deber¨ªan de existir, pero que sin embargo existen, y han vivido infinidad de situaciones injustas. Es lo que trato de plasmar en mis novelas¡±, dice Paco G¨®mez Escribano.
Una narraci¨®n desgarradora sobre unos personajes en los que todos tienen m¨¢s de villanos que de h¨¦roes; una trama sobre la violencia en su m¨¢s cruda y desgarradora de las formas. Tal como incide el autor: ¡°A m¨ª me gusta mucho la novela negra, pero tambi¨¦n me encanta el realismo sucio como g¨¦nero literario. As¨ª que lo que intento hacer es maridar los dos g¨¦neros, que tienen en com¨²n que el protagonista es un antih¨¦roe, un perdedor. Si a esto a?adimos que desde siempre me gustaban m¨¢s los indios que los soldados y los g¨¢nsteres m¨¢s que los polic¨ªas, mi estilo como escritor est¨¢ definido por esto.¡±
Paco G¨®mez Escribano escribe a la altura de novelas como ¡®Los reyes del jaco¡¯ y exhibe una facilidad para desarrollar en su obra un realismo sucio que nada tiene que envidiar a los genios del noir americano.
?Merece la pena leer ¡®Despu¨¦s de la derrota¡¯?
No solo merece la pena, sino que debe ser una lectura obligada para todos los amantes de la novela negra y el thriller. Una obra que mezcla los dos g¨¦neros de forma magistral dentro de un libro en el que pasan infinidad de cosas en apenas 240 p¨¢ginas.