Yoku's Island Express, An¨¢lisis

Esta ¨¦poca de verano la solemos asociar a las vacaciones, al mar, a la playa. So?amos con viajar a una isla paradisiaca donde desestresarnos, disfrutar de la tranquilidad que nos rodea, no pensar en las responsabilidades que nos esperan a la vuelta¡­ Esta es exactamente la experiencia que nos ofrece Yoku¡¯s Island Express, una maravillosa y fresca aventura repleta de luz, color, y una idea que permea toda su estructura: la mezcla de las mec¨¢nicas del pinball con un desarrollo metroidvania.

Jugar al pinball no es una actividad que relacionemos con la relajaci¨®n, y menos a¨²n con juegos de plataformas. Sin embargo, desde Villa Gorilla nos presentan un h¨ªbrido que combina estos dos conceptos. Yoku¡¯s Island Express destaca por una originalidad desmedida a nivel jugable y una puesta en escena preciosa, que desprende personalidad en todos sus componentes. Como un tinto en una noche de verano, el debut de este estudio escandinavo refresca un g¨¦nero cada vez m¨¢s abarrotado, proponiendo un metroidvania diferente a los dem¨¢s.

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Ohana significa familia

Resulta interesante que un estudio de videojuegos tan peque?o, ubicado en la fr¨ªa ciudad de Estocolmo, nos traiga una propuesta tan c¨¢lida y refrescante. La isla de Mokumana, el escenario principal del juego, se ha creado a mano durante cinco largos a?os. Conocemos esta ubicaci¨®n id¨ªlica al mismo tiempo que Yoku, el adorable protagonista de la historia. Este escarabajo pelotero llega a Mokumana con la intenci¨®n de sustituir al anterior cartero de la isla. Sin embargo, pronto se ver¨¢ inmerso en una aventura de dioses latentes y seres en apuros. La trama, coqueta y sencilla, deja el protagonismo del juego a otros aspectos como sus personajes carism¨¢ticos, exuberantes paisajes y, por supuesto, su propuesta jugable.

Sumergirse en el mundo de Yoku supone una experiencia similar a ver una pel¨ªcula de Studio Ghibli, un testamento a su calidad visual. En ambas obras, la naturaleza cobra vida, como si fuera la protagonista del sue?o de un ni?o con una imaginaci¨®n desbordante. Los animales y las plantas conviven en armon¨ªa, cada uno con su propia personalidad. Quiz¨¢s esta sea la manera m¨¢s c¨®moda de asumir la atrevida y rocambolesca hibridaci¨®n de g¨¦neros que nos propone Villa Gorilla: las m¨¢quinas de pinball y los metroidvania.

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Entre paletas y dianas isle?as

Desde que damos nuestro primer paso en Mokumana, queda patente que este no es un metroidvania cualquiera. Yoku no puede saltar, y se desplaza siempre junto a su fiel pelota, empuj¨¢ndola por toda la isla. Sin embargo, lo que parece ser una carga terminar¨¢ siendo nuestra principal herramienta para desplazarnos. Mokumana se encuentra repleta de paletas de pinball colocadas de forma estrat¨¦gica para poder movernos. Podemos activar estos flippers cuando nos encontremos cerca para lanzar a Yoku por los aires. Dependiendo de donde situemos a Yoku, saldr¨¢ lanzado a una direcci¨®n u otra, por lo que la precisi¨®n resulta esencial para desplazarse de forma eficaz por el escenario.

Unos sencillos coleccionables en forma de fruta nos ayudar¨¢n a desbloquear paletas desactivadas que a su vez nos permitir¨¢n alcanzar nuevas zonas. Algunas nos llevar¨¢n a objetos especiales, otras nos descubrir¨¢n habilidades ¨²nicas que expandir¨¢n nuestras posibilidades de exploraci¨®n (como cualquier metroidvania que se precie). Estos movimientos van en sinton¨ªa con la personalidad juguetona de Yoku, como el matasuegras con el que empieza la partida y que le permite destruir obst¨¢culos. Sin embargo, ninguno de estos ¡°poderes¡± va orientado al combate, ya que en Yoku¡¯s Island Express no luchamos¡­ Al menos directamente.

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Tableros del Caribe

Yoku¡¯s Island Express deja entrever su potencial a nivel de dise?o al descubrir los intrincados entramados de ra¨ªles, toboganes y puzles ambientales que componen su mundo semiabierto, interconectando zonas con otras de forma fluida a trav¨¦s de las mec¨¢nicas del pinball que se encuentran perfectamente integradas en este universo. Dentro de estas composiciones destacan las zonas que act¨²an como tableros cl¨¢sicos del pinball, con la diferencia de que aqu¨ª no nos limitamos a golpear activadores para conseguir la mayor puntuaci¨®n posible. Contamos con todo tipo de objetivos: conseguir m¨¢s coleccionables, liberar criaturas e incluso derrotar a jefes.

Aunque hacen falta reflejos para progresar, la dificultad se ha cuidado en pos de un ritmo c¨®modo y agradable, en contraste con la naturaleza del pinball. Quiz¨¢s este factor eche para atr¨¢s a algunos, pero lo cierto es que Yoku¡¯s Island Express no es un t¨ªtulo al que le haga falta ser dif¨ªcil. De hecho, este ajuste nos permite disfrutar plenamente de su maravilla de mundo, fascin¨¢ndonos con cada nuevo escenario y personaje que descubrimos, incit¨¢ndonos a¨²n m¨¢s a navegarlo a nuestro antojo.

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El viaje de Yoku

Aunque Yoku es el protagonista por derecho de esta aventura, Mokumana y sus habitantes terminan de pintar el cuadro de ¨®leo y acuarela que es Yoku¡¯s Island Express. Los habitantes de la isla, formados por hongos, loros, peque?os dinosaurios y otras criaturas pintorescas, nos propondr¨¢n misiones secundarias que nos llevar¨¢n por toda la isla. Lejos de ser repetitivas y poco originales, cada una de estas historietas nos motiva a explorar a¨²n m¨¢s la isla de Mokumana, realizando todo tipo de tareas para ayudar a nuestros nuevos vecinos.

Respecto a la propia isla, solamente hace falta echarle un vistazo a cualquier imagen del juego para darse cuenta del minucioso trabajo de Villa Gorilla a la hora de recrearla. Mokumana se encuentra formada por todo tipo de ambientes: selvas tropicales, cuevas g¨¦lidas, pantanos misteriosos¡­ Todos ellos dibujados a mano con mimo y cuidado. De nuevo, se nos viene a la mente el nombre del Studio Ghibli al comparar los registros art¨ªsticos. El dise?o visual y jugable de los puzles y los escenarios se entremezclan para formar un todo bonito y llamativo, que nos informa acertadamente de todos nuestros movimientos sin desmerecer el paisaje.

Yoku & Chill

Si hay una pega importante que mencionar acerca de Yoku¡¯s Island Express, es sin duda el backtracking. Antes de desbloquear un conveniente sistema de viaje r¨¢pido, moverse por zonas ya exploradas resulta algo tedioso. No es lo mismo saltar y moverse con velocidad por niveles de plataformas cl¨¢sicos que tener que resolver repetidamente algunos tableros para poder volver a alg¨²n sitio concreto. Incluso cuando se desbloquea el mencionado viaje r¨¢pido, el hecho de que solamente puedas viajar a lugares espec¨ªficos limita la velocidad de exploraci¨®n. Lo cierto es que es un compromiso que no se pod¨ªa evitar, ya que el movimiento por tableros y ra¨ªles de pinball forma parte del propio ADN del juego, imposible de separar.

Por suerte, la banda sonora de Yoku¡¯s Island Express consigue paliar ligeramente el problema del backtracking. El rollo veraniego/hawaiano contin¨²a presente en sus partituras, haciendo hincapi¨¦ en la sensaci¨®n de relax y felicidad que Villa Gorilla imprime en las m¨¢s de seis horas que puede durar su juego. Es un gustazo jugar con un tipo de m¨²sica tan feliz y alegre, sobre todo cuando se acomoda tan bien con el ambiente. A menudo nos encontramos moviendo la cabeza al son de las melod¨ªas sin darnos cuenta, un indicador de que funcionan.