Una aut¨¦ntica batalla online

Descubre World War II Online: Battleground Europe en movimiento en este v¨ªdeo.  

Ha sido toda una experiencia realizar el an¨¢lisis de Battleground Europe, y algo tan absolutamente personal que se hace dif¨ªcil utilizar la primera persona del plural para redactar los momentos pasados aprendiendo a sobrevivir como un recluta en una aut¨¦ntica guerra mundial. Y no se puede empezar sin agradecer a 'rabit141' el haber sido nuestro paciente instructor en los duros inicios durante nuestro desembarco como recluta bajo mando ingl¨¦s.

Battleground Europe no est¨¢ pensado para el jugador ocasional; aquel que posea escasas horas de juego a lo largo de la semana probablemente tendr¨¢ la sensaci¨®n de haber tirado su dinero a la basura cuando entre por primera vez al servidor y contemple ante sus ojos un juego feo visualmente, poco intuitivo, que da pocas facilidades para aprender a jugarlo y que, sobretodo al principio, da generosas dosis de frustraci¨®n.

Estamos ante un t¨ªtulo nada cl¨¢sico de acci¨®n en primera persona ambientado en las primeras ¨¦pocas de la Segunda Guerra Munidal y jugado exclusivamente online en multijugador de forma bastante popular, aunque no 'masiva' como se deber¨ªa esperar de un producto de estas caracter¨ªsticas. Es posible jugar desde el bando aliado o desde el Eje, cambiando ¨²nicamente los objetivos y el equipamiento que podremos llevar en determinado momento.

Battleground Europe no es un juego de rol, pero lo cierto es que la gente que lo juega 'rolea' bastante m¨¢s que la mayor¨ªa que abunda en los mal llamados MMORPGs modernos y que hemos probado: Guild Wars, World of Warcraft, Everquest 2? Es sencillamente brillante que los canales de chat solamente se vean llenos de comentarios acerca de la misi¨®n, del escuadr¨®n, del enemigo y de las acciones a emprender. Y si utilizamos el TeamSpeak, la sensaci¨®n de inmersi¨®n en el combate no cambia ni un ¨¢pice.

BE nos da la posibilidad de interpretar multitud de personajes dentro del escalaf¨®n militar, partiendo desde el recluta m¨¢s b¨¢sico hasta los rangos m¨¢s altos. Al igual que sucede en el ej¨¦rcito no podremos disponer del mejor equipamiento siendo soldado raso, as¨ª que a medida que cumplamos objetivos y ganemos experiencia (real y ficiticia) tendremos acceso a distintas clases con distintas funciones dentro del grupo. Y, como en la guerra, la clave est¨¢ en la fuerza del grupo.

Ampliar

Es muy importante rese?ar que en ning¨²n otro MMO nos hab¨ªamos sentido tan integrados dentro del conjunto, a pesar de las deficiencias que le hemos encontrado en algunos aspectos y que afectan considerablemente al realismo que pretende transmitir. Desde la tarea m¨¢s sencilla hasta la misi¨®n m¨¢s complicada, cualquier peque?o paso dentro del juego es sin¨®nimo de gran satisfacci¨®n personal. Y no todos pueden vanagloriarse de ello.

No solamente a nivel poligonal derrocha escasez sino tambi¨¦n presenta otros problemas: las texturas son llanas y repetitivas, los modelados de algunos elementos del escenario son irrisorios (las plantas, por ejemplo) y algunas localizaciones dan bastante pena; el cuartel general, vac¨ªo la mayor¨ªa de las veces, est¨¢ repleto de habitaciones iguales y completamente desnudas de muebles o decoraci¨®n as¨ª como las zonas de conquista enemigas, en ocasiones con solamente una radio encima de una mesa en todo el edificio.

El motor de colisiones tampoco es algo de lo que poder jactarse en demas¨ªa. Por ejemplo, en las misiones en las que est¨¢ disponible una salida m¨®vil (un punto de salida m¨¢s avanzado y pr¨®ximo al combate que el cuartel general) es posible atravesar el cami¨®n con nuestro cuerpo sin ning¨²n tipo de problema y m¨¢s de una vez y de dos nos encontramos penetrando un tanque de lado a lado en busca de una mejor cobertura.

Cierto es que uno no puede esperar la m¨¢s alta calidad de gr¨¢ficos de F.E.A.R. cuando la cantidad de terreno visible es tan alta; ya bien sea desde la torreta de un tanque, pilotando un bombardero t¨¢ctico o con la mirilla del francotirador se observan tranquilamente kil¨®metros y kil¨®metros (350000 km cuadrados) de mapeado? mapeado real que est¨¢ all¨ª y al que se puede llegar con la suficiente paciencia. 4 millones de ¨¢rboles 3D, por ejemplo, dan una idea de la extensi¨®n del mundo de BE.

Hay 80 armas y veh¨ªculos disponibles en el juego, todos modelados a partir de sus an¨¢logos reales del momento; del mismo modo hay que rese?ar la buena implantaci¨®n de la f¨ªsica en cuanto al movimiento y comportamiento de la bal¨ªstica (aquellos proyectiles que requieren de par¨¢bola para impactar), as¨ª como en las animaciones de veh¨ªculos y algunos efectos tanto de part¨ªculas como de iluminaci¨®n que tambi¨¦n cumplen bastante bien.

En el juego no est¨¢ presente ning¨²n tipo de m¨²sica pero en cambio los efectos de sonido s¨ª que son de lo mejor que posee Battlefield Europe; es posible distinguir los disparos propios de los del enemigo solamente por como suenan por los altavoces (auriculares MUY recomendados) o averiguar el tipo de veh¨ªculo por el ruido de su motor. Las explosiones, silbidos de las balas, granadas, tanques? todo se compenetra muy bien dentro del contexto favoreciendo mucho la integraci¨®n del jugador en el combate.

Porque si un defecto se le puede achacar a este juego es que no te ayuda para nada a empezar. Su curva de aprendizaje es extraordinariamente lenta y la ausencia de tutorial espec¨ªfico provoca altas dosis de frustraci¨®n en el jugador novato: de la misma forma que en la guerra real, un disparo mata igual a un soldado raso que a un teniente. Un jugador, por el hecho de tener m¨¢s experiencia o niveles, no tiene mayor cantidad de puntos de vida sino que probablemente ser¨¢ abatido en menos ocasiones porque sabr¨¢ resguardarse del fuego enemigo.

En Battleground Europe es important¨ªsimo contar con ayuda para empezar a pas¨¢rselo bien relativamente pronto, y particularmente el que suscribe tuvo la suerte de encontrarse con un jugador australiano que se arm¨® de paciencia adem¨¢s de con un rifle para echarnos un cable en nuestros comienzos. Al igual que en combate real, el adiestramiento es vital. Pero a pesar de todo nada evitar¨¢ que la muerte nos alcance con bastante frecuencia sin llegar a saber nunca qui¨¦n nos alcanz¨®.

Realmente puede parecer que estamos delante de un FPS al uso con la posibilidad de pilotar veh¨ªculos, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. De hecho las mayores recompensas que uno puede obtener en este juego no gozan de la instantaneidad de los Quake y compa?¨ªa, sino del trabajo pausado, calmado, paciente y en grupo. Al ser un terreno tan vasto, podemos llegar a caminar durante varios minutos sin encontrar ni un solo enemigo y muchas veces encontraremos satisfacci¨®n al ejecutar las tareas m¨¢s sencillas con nuestros compa?eros, como el ser recogidos por un cami¨®n de transporte de infanter¨ªa para no tener que ir a pie.

Una de las mejores experiencias que se pueden disfrutar en el juego es comprobar la gran uni¨®n y el trabajo en grupo de los jugadores para conseguir el objetivo de una misi¨®n. Existe un canal de chat dise?ado exclusivamente para los participantes de la misi¨®n, para los que se dirigen hacia el objetivo o para el escuadr¨®n. Sorprende la nula o ¨ªnfima cantidad de charla 'off-topic' en los canales; siempre se habla de donde est¨¢ la salida m¨®vil, de aproximaciones, de liberar una zona, de puntos fuertes, de localizaci¨®n del enemigo?

Ampliar

Si tenemos suerte podremos vivir aut¨¦nticas situaciones de combate que har¨¢n las delicias de nuestros sentidos; avanzaremos cuerpo a tierra con nuestros camaradas o sobrevolaremos una ciudad enemiga lanzando bombas para allanar el paso de nuestros blindados. Como la muerte es bastante barata en BE (apenas volvemos al punto de salida pasados unos momentos) uno puede pensar que es buena estrategia ir 'a saco', cuando en realidad una de las primeras advertencias que dan los veteranos es: 'no pienses que porque no puedas ver a tu enemigo, ¨¦l no te puede ver a ti'.

Cuerpo a tierra es probablemente la posici¨®n en la que m¨¢s tiempo permaneceremos siendo infanter¨ªa ligera, aunque el juego da la opci¨®n de pasar de esta postura al sprint pulsando un solo bot¨®n y volviendo a ella con la misma rapidez, igualando el estilo de avance de las tropas cuando las balas silban junto a ellas. ?Nuestro mejor amigo? El ¨¢rbol. No hay mejor cobertura que un buen ¨¢rbol en el lugar adecuado, escondido de los francotiradores enemigos.

Hay infinidad de misiones que realizar en el juego: volar puentes, asediar ciudades, tomar puntos de abastecimiento, cortar los suministros del enemigo, conseguir la superioridad a¨¦rea, desplegar las unidades en una zona, proteger localizaciones? siempre hay un oficial al mando que nos 'dirige' sobre lo que es necesario hacer, y es recomendable hacerle caso ya que siempre es un jugador experimentado con grandes ¨¦xitos t¨¢cticos a sus espaldas.

Las emociones con este juego afloran la primera vez que se consigue una baja; en el caso de este redactor que suscribe fue al tomar con el ej¨¦rcito brit¨¢nico un dep¨®sito de suministros y conquistar un punto estrat¨¦gico. Despu¨¦s de haber muerto por lo menos una docena de veces (y en solamente una haber podido ver a mi asesino), al defender la zona un soldado alem¨¢n subi¨® por las escaleras y sucumbi¨® a un certero disparo de mi rifle. Esa extra?a sensaci¨®n solo puede compararse a la de abatir un avi¨®n enemigo utilizando la artiller¨ªa antia¨¦rea.

Se puede interpretar a soldados de los dos bandos y en sus tres ej¨¦rcitos: tierra, mar y aire. Incluso dentro de cada uno no hay suministros ilimitados y tenemos que adecuarnos tanto a las necesidades de cada misi¨®n como a las propias de nuestro rango, ya que no se nos facilita la opci¨®n de comandar un tanque de buenas a primeras sin antes haber demostrado nuestra val¨ªa en combate. Si hacemos carrera en cada ej¨¦rcito conseguiremos no solamente el reconocimiento del Alto Mando sino tambi¨¦n de nuestros subordinados.

Existen tambi¨¦n cantidades limitadas de munici¨®n que, sin embargo, pueden reabastecerse en determinados puntos. Tambi¨¦n es posible compartir partes del equipo con un compa?ero si ¨¦ste nos lo pide, con lo que el compa?erismo juega un papel muy importante. El cubrirse las espaldas uno a otro no solamente ayuda en combate sino que crea un v¨ªnculo especial entre ese soldado desconocido y uno mismo.

Si uno tiene la suerte, como apuntaba al principio, de usar el TeamSpeak o cualquier otro software de hablar mediante micr¨®fono, la experiencia con Battleground Europe gana bastantes enteros, adem¨¢s de aumentar r¨¢pidamente la velocidad a la que aprendemos a jugar. Y, sencillamente, es maravilloso poder escuchar a los miembros de tu escuadr¨®n un 'lo tienes a las 6' - 'Roger' - 'me acerco desde el NO' - 'artiller¨ªa antitanque a 2 km'. Por supuesto el ser felicitado por tu superior tampoco tiene precio.

Desde nuestro punto de vista, cuando se habla de Segunda Guerra Mundial, el t¨¦rmino 'mundial' implica en cierto modo multitud, masivo, repleto de gente por todas partes. La realidad es que numerosas veces no hay un n¨²mero demasiado ingente de jugadores simult¨¢neamente para que nos d¨¦ esa impresi¨®n. A lo mejor hay unas decenas de jugadores participando simult¨¢neamente en nuestra misi¨®n, cosa que no es poco, pero que desde luego no da la sensaci¨®n de una aut¨¦ntica batalla.

Hay algunas irregularidades bastante importantes y notorias; es f¨¢cil encontrarse en ocasiones a dos tanques disparando continuamente una serie de tiendas de campa?a (que pueden atravesarse sin que el motor de colisiones act¨²e) sin motivo aparente? hasta que se descubre que esas tiendas son el punto en el que aparecen los enemigos de nuevo cuando son abatidos en combate, es decir, un punto de 'spawn'. Campear una salida, aparte de ser irreal, es bastante cutre y rastrero y no deber¨ªa ser tan f¨¢cil.

En otras ocasiones la salida m¨®vil deja de estar disponible (en misiones de asalto es vital que exista una para no perder varios minutos caminando cada vez), con lo que aparecemos en el cuartel general. La muerte, que al ser tan barata es poco importante (y deber¨ªa serlo bastante m¨¢s), da la oportunidad de visitar una ciudad o un cuartel general? para encontrar nada m¨¢s que el vac¨ªo absoluto y cuatro paredes iguales. No estar¨ªa de menos que se pusiera un poco m¨¢s de ¨¦nfasis en el dise?o de escenarios para a?adir un poco de realismo, ya que queda bastante mal que en nuestra propia base no haya ni una sola alma (ni NPCs, ni cuadros, ni bolis, ni papeles?).

El fuego amigo es absolutamente inexistente, a excepci¨®n de las explosiones que causen nuestras propias granadas y proyectiles. En el fragor del combate no es siempre f¨¢cil distinguir un uniforme verde de uno marr¨®n (podemos activar la funci¨®n que coloca los nombres de los soldados sobre su cabeza, pero no funciona a corta distancia) con lo que disparar a los amigos deber¨ªa tener alguna consecuencia m¨¢s que el hecho de perder munici¨®n tontamente.

Por ¨²ltimo, un par de consejos de sargento chusquero. El primero: no olvidar nunca estar SIEMPRE a cubierto, realizando avances cortos y buscando siempre la mejor cobertura. La muerte es barata pero frustrante; la mayor¨ªa de veces se podr¨ªa evitar si no se fuera circulando de pie sobre el mapa con una diana en el trasero que pone 'disparen!'. El segundo: pide ayuda y ofr¨¦cela. Es un juego de equipo como hay pocos.

Ampliar