El retorno del Caballero Oscuro

Dos a?os despu¨¦s de la exitosa The Burning Crusade (con ella Blizzard ha alcanzado la mareante cifra de 11 millones de suscriptores a World of Warcraft), ha llegado por fin Wrath of the Lich King, la segunda expansi¨®n para el MMORPG m¨¢s jugado del mundo. Y lo hace cargada de novedades: un nuevo continente para explorar, el Death Knight, mejoras gr¨¢ficas y la esperada nueva dosis de mazmorras y objetos que recolectar para hacer de nuestros h¨¦roes unos contrincantes dignos en la batalla que todos los fans de Warcraft llev¨¢bamos a?os esperando: las fuerzas unidas de Azeroth contra el mism¨ªsimo Lich King, Arthas.

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Pues s¨ª se?ores, ya est¨¢ aqu¨ª. Han sido dos largos a?os de espera, y tras una larga ausencia desde su traici¨®n, Arthas ha vuelto. ?Y nosotros encantados de que sea as¨ª! Despu¨¦s de haber estado meses jugando a la beta, de asistir a varios eventos organizados por Blizzard, y tras subir varios personajes en la versi¨®n final del juego, es ahora cuando nos encontramos en disposici¨®n, una semana despu¨¦s de su lanzamiento, de analizar el que posiblemente sea el juego m¨¢s deseado por los jugones del PC. Como todos sab¨¦is ya a estas alturas, en Wrath of the Lich King se nos transporta a una nueva zona, Northrend, un continente n¨®rdico repleto de contenido para todos los jugadores de nivel 68 en adelante. Los pilares sobre los que se sustenta esta expansi¨®n permanecen intactos respecto a lo que nos brind¨® The Burning Crusade: nuevas zonas, enemigos, armas y armaduras, habilidades y, en esta ocasi¨®n, una nueva clase en lugar de las dos razas que incorpor¨® la primera ampliaci¨®n. Y esa es, sin lugar a dudas, la mayor novedad jugable que presenta el t¨ªtulo.

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El Caballero de la Muerte (o Death Knight), se convierte en la primera "clase heroica" de World of Warcraft. Eso no significa que sea mejor al resto, pero s¨ª diferente. Su funci¨®n principal es la de "tankear" y hacer da?o, vistiendo placas y usando tanto armas a dos manos como espadas a una sola. S¨®lo los jugadores con un personaje a nivel 55 pueden crearse otro de dicha clase, y su sistema jugable es radicalmente distinto al de las dem¨¢s: no usa ni man¨¢, ni energ¨ªa, ni furia, sino una nueva fuente de poder r¨²nico que combina una cl¨¢sica barra medidora de poder con el uso de 6 runas divididas en tres tipos distintos que determinan que habilidades podemos usar en cada momento.

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Resulta ser una metodolog¨ªa compleja en un principio, pero que brinda grandes posibilidades a la que se domina el sistema de juego. Adem¨¢s, otras peculiaridades diferencian al Death Knight del resto de clases: empieza su aventura desde nivel 55, y ya en los primeros niveles (que son sensacionales, como comentaremos m¨¢s adelante) se nos otorga una montura terrestre de m¨¢xima velocidad y un equipo muy decente, con el que podremos superar los niveles de las Outlands sin apenas tener que preocuparnos por cambiar de arma y armadura. Es una clase, como decimos, dif¨ªcil de dominar y a niveles altos incluso profundo, y a la que posiblemente s¨®lo le sepan sacar todo su jugo los jugadores m¨¢s experimentados. A¨²n as¨ª, supone un soplo de aire fresco al apartado jugable del t¨ªtulo, pues algunas de las habilidades del Death Knight proponen conceptos hasta ahora no vistos en World of Warcraft.

Pero por lo que realmente muchos viejos seguidores de la saga de Blizzard han estado qued¨¢ndose sin u?as esperando el retorno del Rey Lich, es por ser part¨ªcipes del primer salto importante que va a experimentar la historia de Warcraft con respecto a lo que se vio la expansi¨®n de Warcraft 3. A todos ellos, s¨®lo podemos decirles que est¨¦n tranquilos, porque la espera ha merecido la pena: Wrath of the Lich King enfatiza hasta l¨ªmites pocas veces vistos antes en un MMORPG en el argumento y la historia del juego. Adem¨¢s de hacer uso de v¨ªdeos en determinadas quest, se ha incrementado el uso de scripts para narrar secuencias con alta carga argumental, de modo que el jugador, al igual que pasaba en juegos como El Se?or de los Anillos o Age of Conan, recibe una experiencia m¨¢s propia de las aventuras offline.

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De hecho, Blizzard ha ingeniado un sistema en el que la trama avanza seg¨²n el jugador, y no de forma ligada a los avances del servidor. Por lo tanto, si completamos alguna misi¨®n importante, determinados personajes y escenarios cambiar¨¢n ¨²nicamente para nosotros, a diferencia del resto de jugadores, que seguir¨¢n vi¨¦ndolo todo igual. Wrath of the Lich King es un juego ¨¦pico, con algunos tramos realmente impresionantes: la l¨ªnea de 'quests' iniciales de los Death Knight, como dec¨ªamos, es formidable, y toda la trama que se desarrolla sobre el nivel 74, en la que participamos en la Batalla por Undercity, posiblemente sea uno de los mejores y m¨¢s inolvidables momentos que se hayan plasmado en un mundo masivo online.

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Dejando de lado la trama argumental que sigue la expansi¨®n, hay otra novedad que salta a la vista nada m¨¢s entrar a las nuevas zonas: el apartado gr¨¢fico. World of Warcraft ha experimentado con Wrath of the Lich King una evoluci¨®n gr¨¢fica (que no revoluci¨®n, ojo) que ha aumentado la calidad visual en muchos elementos: los nuevos modelos, las armaduras (que por fin abandonan los gr¨¢ficos gen¨¦ricos incluso en los objetos de baja calidad, presentando ahora un dise?o mucho m¨¢s atractivo y acorde con la ambientaci¨®n de la zona), la vegetaci¨®n, el detalle del terreno, el acentuado (aunque a¨²n leve) uso de 'shaders' en los edificios y en los objetos, los nuevos efectos climatol¨®gicos... a lo que hay que a?adirles los nuevos efectos de luz y sombras en tiempo real, introducidos en el parche 3.0.

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A¨²n manteniendo el estilo "cartoon" tan estimado por unos y tan criticado por otros, los escenarios n¨®rdicos de Northrend lucen muy bien, y lo m¨¢s importante, vuelven a hacer gala de una ambientaci¨®n casi sin rival en el g¨¦nero de la fantas¨ªa medieval (dejando de lado as¨ª la arriesgada direcci¨®n art¨ªstica de The Burning Crusade, tan cercana a la ciencia ficci¨®n). Valles, r¨ªos, lagos monta?as nevadas, bosques (algunos ardiendo), zonas neblinosas, costas... World of Warcraft se ha caracterizado siempre por ofrecer a los jugadores un mundo cre¨ªble y abierto, y los amantes de la exploraci¨®n volver¨¢n a disfrutar como ni?os mientras recorren las tierras dominadas por Arthas.

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No, no es que las deficiencias gr¨¢ficas de World of Warcraft se hayan corregido con estas mejoras, y desde luego sigue estando a a?os luz de t¨ªtulos como Age of Conan (al menos en el plano t¨¦cnico), pero en estos momentos s¨ª se aprecia un claro contraste entre la calidad gr¨¢fica de los continentes originales y la de Northrend (algo apreciable en las capturas que ilustran este art¨ªculo, todas ellas tomadas con las opciones gr¨¢ficas al m¨¢ximo de calidad). Es por ello que los requisitos m¨ªnimos para poder jugar a la expansi¨®n han aumentado con respecto a los que estaban establecidos hasta ahora, y por lo tanto, aquellos que se aventuren en esas tierras n¨®rdicas con PC's algo justitos, notar¨¢n como el juego empieza a pedir m¨¢s "chicha" para funcionar en condiciones.

Otro apartado impresionante de Wrath of the Lich King es el sonoro. La OST, como viene siendo costumbre en los juegos de Blizzard, bien podr¨ªa servir para cualquier pel¨ªcula medievo-fant¨¢stica de Hollywood. Excelentes temas, pr¨¢cticamente todos de corte n¨®rdico, encabezados por el 'remake' del tema principal de World of Warcraft, m¨¢s ¨¦pico si cabe que la versi¨®n que se us¨® en The Burning Crusade. A todo ello hay que sumarle un notable doblaje al castellano (excelente en ingl¨¦s) y un nuevo abanico de efectos sonoros para las nuevas habilidades. En definitiva, un apartado a la altura de lo que se espera de Blizzard, siempre cuidadosa con la faceta audiovisual de sus obras.

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Pero vayamos a la meollo de la cuesti¨®n. ?Qu¨¦ nos espera en Northrend? Pues 10 niveles m¨¢s de puro World of Warcraft. Esta frase contentar¨¢ a unos y desanimar¨¢ a otros, pero es la que mejor define a Wrath of the Lich King. Northrend es un continente amplio, con cientos de 'quests' a completar, m¨¢s de una docena de mazmorras que saquear y con miles de nuevos objetos con los que equiparnos (el cambio del equipo ¨¦pico con el que ven¨ªamos de Outlands es ahora m¨¢s progresivo que con la anterior expansi¨®n). En otras palabras, un m¨¢s de lo mismo, pero mejorado. Blizzard nunca ha sido una compa?¨ªa conocida por asumir riesgos e innovar de forma revolucionaria, y es por ello que, como dec¨ªamos antes, los pilares de este MMORPG se mantienen intactos. Pero cuidado, que como decimos, no por ello se dejan de apreciar muchas mejoras.

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Las m¨¢s importantes las encontramos en las 'quests'. Existen en Wrath of the Lich King una enorme variedad de 'quests' que se van alejando cada vez m¨¢s de los perfiles (o al menos consiguen simularlo plasm¨¢ndolos con otra fachada) de matar a "X" enemigos o recolectar "X" objetos. El citado uso de scripts permite participar en misiones de lo m¨¢s dispares, siendo algunas de ellas realmente desternillantes (si algo nunca cambiar¨¢, es el caracter¨ªstico sentido del humor de Blizzard), y se han a?adido una buena cantidad de trabajos que tenemos que realizar a los lomos de una montura voladora o incluso a los mandos de un tanque de asedio, procedimientos que nada tienen que ver con usar las habilidades de nuestro personaje principal. Subir de nivel en Wrath of the Lich King sigue siendo una experiencia amena, atractiva, sorprendente y muy divertida, ideal tanto para los que s¨®lo pueden jugar unas pocas horas a la semana como para los que tienen tiempo libre para dedicarse en profundidad.

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Adem¨¢s, y con el objetivo de darle a World of Warcraft argumentos con los que retener a los que se han dejado tentar por el PVP de Warhammer Online, en Northrend encontramos no s¨®lo una Battleground nueva (?ya era hora!), sino tambi¨¦n una zona abierta, Wintergrasp, en la que podemos usar armas de asedio (muy f¨¢ciles e intuitivas de usar) para asaltar una fortificaci¨®n controlable tanto por la Horda como por la Alianza. Si a eso le sumamos las nuevas arenas (con las correspondientes nuevas sesiones, que empezar¨¢n pronto), vemos claramente como Blizzard no se ha quedado de brazos cruzados ante la exitosa irrupci¨®n de Warhammer Online al mercado de los MMORPG.

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A todo ello hay que a?adirle el contenido que se agreg¨® al juego con el parche 3.0, disponible para todo el mundo (se disponga o no de la expansi¨®n): mejoras en la interfaz, peluquer¨ªas, las nuevas ramas de talentos, una nueva profesi¨®n que nos permite crear "glifos" para mejorar nuestras habilidades, el acertado y adictivo sistema de logros (que est¨¢ animando a los jugadores a completar contenido que llevaba tiempo perdido en el olvido) los nuevos escenarios para las arenas, y en general, un mont¨®n de peque?os ajustes y cambios que han dejado a World of Warcraft m¨¢s pulido que nunca.

Sin embargo, y siendo esta una cr¨ªtica que afectar¨¢ ¨²nicamente a los que pueden dedicarle muchas horas diarias al juego de Blizzard, se podr¨ªa decir que esta vez la compa?¨ªa estadounidense se ha quedado corta a la hora de llenar el juego de contenido para nivel 80. Wrath of the Lich King ha aterrizado a las tiendas con menos 'raids' que The Burning Crusade, siendo adem¨¢s una de ellas una adaptaci¨®n de Naxxramas, una mazmorra que ya estaba disponible en el juego,y habr¨¢ que esperar a futuros parches para que se vaya ampliando Northrend con nuevas mazmorras para 25 jugadores. As¨ª que nuestra recomendaci¨®n es que disfrut¨¦is de la expansi¨®n con calma, superando cada nivel sin prisas y gozando de todos los detalles que ofrece Northrend, asegur¨¢ndoos de esta forma juego para meses, pues si no corr¨¦is el riesgo de quedaros sin demasiado contenido antes de que el parche 3.1 irrumpa durante el primer trimestre del pr¨®ximo a?o.

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Wrath of the Lich King sigue ci?¨¦ndose a la estructura del cl¨¢sico Everquest, y tampoco en esta ocasi¨®n Blizzard ha apostado por incluir en Azeroth elementos tan atractivos para los veteranos del g¨¦nero como la posibilidad de tener casa, de te?ir la ropa, de aumentar las posibilidades de la econom¨ªa que a¨²n se sigue limitando a la casa de apuestas, de elementos que potencien la rivalidad entre facciones y hermandades... as¨ª que volvemos a lo que dec¨ªamos en un principio: para lo bueno y para lo malo, esta expansi¨®n es puro World of Warcraft.

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