Un nuevo mundo

Han pasado dos semanas desde que Deathwing arrasara con el mundo que durante seis largos a?os ha sido el hogar de millones de jugadores. Azeroth ha cambiado para siempre, y es momento ahora, despu¨¦s de haber jugado el tiempo suficiente como para ver la mayor¨ªa del contenido a?adido con la tercera expansi¨®n para World of Warcraft, de valorar y analizar por fin la que se convierte por m¨¦ritos propios en la m¨¢s ambiciosa de Blizzard hasta la fecha. La compa?¨ªa californiana toc¨® el cielo el pasado verano con un casi perfecto Starcraft II; ?repetir¨¢ ¨¦xito en este 2010 con Cataclysm?

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Tal y como hemos ido comentando durante las ¨²ltimas semanas, Cataclysm bien podr¨ªa entenderse como una expansi¨®n formada, a su vez, por dos expansiones bien diferenciadas. Y ser¨ªa una equivocaci¨®n, pese al modo en el que Blizzard ha decidido lanzar el contenido (publicando una parte hace unas semanas de forma gratuita, y la otra exclusivamente tras comprar la versi¨®n f¨ªsica o digital de la expansi¨®n) no darse cuenta de que la remodelaci¨®n del viejo Azeroth, por muy gratuita que haya sido, no se hubiera llevado a cabo sin Cataclysm. Y por ese motivo es por el que Cataclysm se perfila como la expansi¨®n m¨¢s grande y ambiciosa que la compa?¨ªa de Irvine jam¨¢s haya lanzado para ninguno de sus juegos.

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De hecho, si en algo hemos estado de acuerdo todos los miembros de la redacci¨®n que durante estas dos semanas no hemos parado hasta subir a nuestros personajes hasta nivel 85 es en que la palabra "expansi¨®n" le queda muy peque?a a Cataclysm: tiene m¨¢s contenido que la inmensa mayor¨ªa de nuevos t¨ªtulos que se lanzan hoy en d¨ªa para plataforma alguna. Hasta cierto punto, y dejando a un lado el contenido que va desde el nivel 58 hasta el 78 (vamos, todo lo referente a The Burning Crusade y Wrath of the Lich King), se podr¨ªa decir que Cataclysm es pr¨¢cticamente un juego nuevo, una revisi¨®n casi total de World of Warcraft, y definitivamente, supone una de las m¨¢s importantes evoluciones que ha experimentado el g¨¦nero de los MMORPG en los ¨²ltimos a?os.

pre-an¨¢lisis del juego todas las novedades y los cambios que se hab¨ªan producido en el intervalo de niveles que va desde el 1 hasta el 58. Nos toca ahora pues detallar lo que se van a encontrar a partir del nivel 80 todos aquellos indecisos que a¨²n no se hayan lanzado a por su copia de Cataclysm. Pero insistimos, el nuevo Azeroth tambi¨¦n es parte de Cataclysm, y ser¨ªa una enorme equivocaci¨®n olvidar las bondades que Fran nos contaba en su art¨ªculo a la hora de valorar globalmente a la ¨²ltima expansi¨®n del MMORPG n¨²mero uno del mundo.

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No, Cataclysm no se limita ¨²nicamente a ampliar el contenido de World of Warcraft, como hacen la mayor¨ªa de expansiones que se lanzan a?o tras a?o en el g¨¦nero. Blizzard ha querido ir un paso m¨¢s all¨¢, y con la vuelta de Deathwing presenta una evoluci¨®n (y en determinadas facetas, incluso se podr¨ªa tildar de revoluci¨®n) de las mec¨¢nicas jugables que durante lustros han caracterizado al g¨¦nero. No nos enga?emos, el objetivo del juego sigue invariable: mejorar a nuestro personaje en un mundo compartido con miles de jugadores de forma simult¨¢nea y persistente. Lo que ha cambiado enormemente es la forma de alcanzar dicho fin. Durante a?os, nos hemos hartado de recibir pu?ados de MMORPG que, pese a las peque?as mejoras y/o novedades que aportaban al g¨¦nero, ca¨ªan una vez tras otra en la repetitivo tedio de progresar ¨²nicamente a base de completar misiones diferenciadas en tres claros esquemas: matar "X" cantidad de enemigos de un tipo, recoger "X" cantidad de objetos de una zona o hacer de mensajero entre NPC's. Y poco, poco m¨¢s. Y pese a que World of Warcraft sigue ofreciendo decenas de misiones de ese tipo, Blizzard ha sido tambi¨¦n capaz de llevar esas mec¨¢nicas a un nuevo nivel nunca visto hasta ahora en el g¨¦nero y presentar adem¨¢s ideas nuevas, ofreciendo una experiencia de juego que, por momentos, nada tiene que envidiarle a la que se transmite en cualquier RPG para un solo jugador.

La tecnolog¨ªa del "phasing", que ya se empez¨® a utilizar en Wrath of the Lich King, ha sido explotada al l¨ªmite con Cataclysm, obteniendo unos resultados realmente impresionantes y rotundamente innovadores para un juego de este corte. La variedad de misiones y objetivos es enorme y, adem¨¢s, en muchas ocasiones Blizzard consigue hacernos creer que estamos haciendo algo "grande", no ¨²nicamente ayudando, por poner un ejemplo, al don nadie de turno que quiere matar el ganado del vecino para as¨ª quedarse con sus tierras. Si con la anterior expansi¨®n ya fuimos participes m¨¢s involucrados de todo lo que rodeaba a la cruzada de la Horda y la Alianza para acabar con Arthas, en esta ocasi¨®n nos sentimos constantemente protagonistas de una guerra de grandes dimensiones por la salvaci¨®n de Azeroth.

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Para ello, como decimos, se aprovecha al m¨¢ximo la tecnolog¨ªa del "phasing". Con ella, Blizzard consigue que el entorno en el que nos encontramos cambie y evolucione a medida que avanzamos en la historia, independientemente del punto en el que se encuentren los dem¨¢s jugadores del servidor. Las misiones "chain" vienen acompa?adas esta vez de una importante carga argumental que afecta a todo lo que nos rodea, logrando transmitirnos la sensaci¨®n de que lo que hacemos cuenta e importa. Un ejemplo claro lo tenemos en la propia zona inicial de los worgen (que junto a los goblin, conforman el d¨²o de razas nuevas a?adidas a las anteriores 10 ya existentes): durante los primeros niveles, completamos misiones mientras intervenimos en una guerra contra los Forsaken y avanzamos progresivamente por las tierras de Gilneas, hasta que llegado un momento, la irrupci¨®n de Deathwing sacude de forma radical todo el entorno y, donde minutos antes est¨¢bamos completando misiones b¨¦licas, pasa despu¨¦s a ser una zona arrasada e inundada, con muerte y destrucci¨®n por doquier. Esa forma de plantear y plasmar las misiones y el impacto de las acciones del jugador sobre el entorno se repite pr¨¢cticamente durante la totalidad del juego, acentu¨¢ndose sobretodo en las cinco zonas (Hyjal, Vashj'ir,  Deepholm, Uldum y Twilight Highlands) que componen el contenido que va desde el nivel 80 hasta el 85.

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Otra de las mejoras que ha aportado Cataclysm a World of Warcraft es el "flow" que sigue la progresi¨®n del personaje en el contenido nuevo o actualizado. Tal y como nos comentaba Fran en su pre-an¨¢lisis con los viejos continentes, el camino a seguir para ir completando las misiones de cada zona es m¨¢s l¨®gico, atractivo y asequible, y eso es algo que se manifiesta especialmente en las zonas nuevas de nivel alto. Se hace uso constante de cinem¨¢ticas con el propio motor del juego que amenizan el desarrollo y nos cuentan la historia y el desarrollo argumental de cada zona de modo que, como dec¨ªamos, se consigue una experiencia nada usual en esto de los masivos online y mucho m¨¢s cercana a los juegos para un solo jugador. Incluso Blizzard se permite el lujo de plasmar en pantalla eventos variados a base de scripts, algunos realmente espectaculares como lo son los que nos dan la bienvenida a zonas como Vashj'ir o Twilight Highlands. No os exageramos si os decimos que en ocasiones hasta parece que estemos jugando a un Call of Duty. Espectacular y sin precedentes en un MMORPG, sin duda.

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Uno de los problemas derivados de esta mejora la encontramos en todas aquellas zonas que lamentablemente no se han retocado para la expansi¨®n: Northrend y, sobretodo, Outlands. La experiencia de juego cambia de forma radical al llegar a nivel 58, regresa a una progresi¨®n mucho m¨¢s pausada, cl¨¢sica y tediosa, y suponemos que eso es algo que tarde o temprano Blizzard tendr¨¢ que intentar solucionar con otra readaptaci¨®n, pues como bien sabe mi compa?ero de aventuras "Sugus", se podr¨ªa decir que al alcanzar esas zonas por ahora intactas llega a parecer que estemos jugando a un t¨ªtulo diferente cuya calidad queda muy por debajo de las excelentes experiencias que se viven a trav¨¦s de todo el contenido remodelado. No es un problema propio de Cataclysm, pero s¨ª de la pol¨ªtica continuista que siguen las expansiones de Blizzard, y que nos obliga no s¨®lo a tener que completar dos expansiones desfasadas a nivel jugable, sin¨® tambi¨¦n a comprarlas para poder acceder a las zonas de nivel alto que se han incluido.

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Una vez llegados al m¨¢ximo nivel (85, algo que nos llevar¨¢ unas 30 horas m¨¢s o menos dependiendo de la experiencia y la prisa del jugador), con Cataclysm se recupera esa progresi¨®n que hab¨ªa caracterizado a World of Warcraft hasta la llegada de Wrath of the Lich King. Despu¨¦s del desprop¨®sito a nivel de dificultad que caracteriz¨® a la ¨²ltima expansi¨®n, completar una mazmorra en modo heroico vuelve ahora s¨ª a ser un reto. No son, ni de lejos, los paseos que hab¨ªan sido estos dos ¨²ltimos a?os. Hay que volver a estar preparado a morir repetidas veces, a aprender las mec¨¢nicas (algunas de ellas muy originales) de los jefes de mazmorras, y a mejorar nuestro equipo a un ritmo menor: los jugadores no se van a vestir con equipo ¨¦pico a la semana y media de llegar a nivel 85, ni mucho menos.

Es de agradecer que, pese a la frustraci¨®n que puede suponer para algunos no obtener la recompensa f¨¢cil y r¨¢pida de Northrend, ahora s¨ª haya que esforzarse en llevar a cabo un buen papel con nuestra clase, aprovechar al m¨¢ximo todas sus habilidades, y entender qu¨¦ se hace en cada momento y, adem¨¢s, qu¨¦ es lo que no hay que hacer. Suponemos que a medida que los jugadores vayan equip¨¢ndose estas mazmorras en modo her¨®ico resultar¨¢n m¨¢s asequibles, pero por lo que hemos podido ver hasta ahora, algunas de las habilidades que inflingen los jefes m¨¢s devastadores requieren m¨¢s pr¨¢ctica y mec¨¢nica que equipo (menci¨®n especial al ¨²ltimo jefe de las renovadas Deadmines, uno de los combates m¨¢s originales y desafiantes que se han visto en el juego), y por lo tanto, por mucho da?o que se haga o vida que se tenga, si no se saben hacer, no se van a poder matar. En estos momentos, hay disponibles cuatro zonas de raid para 10 o 25 jugadores y una decena de mazmorras listas para ser jugadas en modo heroico para los jugadores de nivel 85. Si tenemos en cuenta el aumento de dificultad, la lenta progresi¨®n en el ¨¢mbito del equipo, la cantidad de nuevas reputaciones con las que afiliarse y sus respectivas misiones diarias y la pol¨ªtica que durante los 6 a?os de vida de World of Warcraft ha seguido Blizzard de a?adir nuevas mazmorras y contenido con cada nuevo parche semestral, Cataclysm ofrece todo lo necesario para que los amantes del avance PVE est¨¦n ocupados durante muchos, muchos meses.

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A¨²n en el ¨¢mbito del PVE, nos parece especialmente original la nueva profesi¨®n secundaria, arqueolog¨ªa. Pese a que ciertamente es una profesi¨®n que hay que tomar con calma dada su lenta progresi¨®n, su mec¨¢nica resulta suficientemente diferente a todas las dem¨¢s, y especialmente entretenida para los jugadores a los que les gusta salir a pasear con sus monturas (es aqu¨ª donde se agradece especialmente que con Cataclysm se pueda volar en los viejos continentes) y desconectar durante unas horas de la vor¨¢gine de heroicas, raids, ventas y PVP que se vive en las capitales de facci¨®n. B¨¢sicamente, se nos proponen de forma constante varios puntos de excavaci¨®n en cada continente. Al llegar a esos sitios, iniciamos un mini-juego bajo las directrices del "frio-calor" hasta encontrar los restos que nos permiten, con tiempo y dedicaci¨®n, fabricar objetos de lo m¨¢s variados, desde armas y monturas hasta curiosidades muy originales.

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Otro tema a valorar con profundidad es el del PVP, y es aqu¨ª donde encontramos alg¨²n que otro problema que nos impide, por ahora, hablar de un apartado redondo a la altura del comentado PVE. Como ya os comentamos en nuestros anteriores art¨ªculos, se han a?adido dos nuevas "battleground" y una zona de PVP abierto para 40 jugadores basado en objetivos y que se desarrolla cada dos horas. Las dos nuevas "battleground" son, a grandes rasgos, dos clones de Arathi Basin (aunque esta vez con 3 bases en vez de 5) y Warsong Gulch, y por lo tanto, pese al cambio de escenarios y al atractivo aspecto visual de los mismos, no aportan ning¨²n tipo de mec¨¢nica jugable que no hayamos visto ya. Suponemos que Blizzard ha decidido apostar por lo seguro y demostradamente funcional antes de volverse a pegar el batacazo como sucedi¨® con la original pero tan olvidable Strand of the Ancients. A¨²n as¨ª, no hubiera estado de m¨¢s a?adir alg¨²n cambio en Battle for Gilneas o Twin Peaks para diferenciarlas lo suficiente de las predecesoras.

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Lo que realmente falla en estos momentos es Tol Barad, la zona de PVP abierto que viene a sustituir lo visto con Wintergrasp en Wrath of the Lich King. El escenario donde se desarrolla es espectacular, permite batallas de hasta 80 personas y ofrece incluso algo de contenido PVE (en forma de "raid" y misiones diarias) para los participantes de la contienda, pero los objetivos PVP no est¨¢n bien ajustados. Tal y como est¨¢ estructurada la zona en estos momentos no es l¨®gico que la facci¨®n atacante tenga que cumplir seis objetivos (derrumbar tres torres y conquistar tres fortalezas) para ganar la batalla mientras que la facci¨®n contraria ¨²nicamente tenga que limitarse a, al menos, controlar una sola fortaleza para alzarse con la victoria. Con el sistema actual, se premia demasiado el acto de "zergear" (concepto heredado de Starcraft, tambi¨¦n de Blizzard, y que se basa en la premisa de que 'm¨¢s vale cantidad que calidad') una base y no tanto la organizaci¨®n del equipo atacante. Suponemos que a base de parches y ajustes (?no ser¨ªa mucho m¨¢s justo y estrat¨¦gico proclamar como ganador a la facci¨®n que, al terminar los 30 minutos que dura el evento, hubiera conseguido controlar la mayor¨ªa -que no la totalidad- de las zonas controlables?) se acabar¨¢ solucionando un problema que se manifiesta en cada batalla: es mucho m¨¢s f¨¢cil ganar defendiendo que atacando.

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Por ¨²ltimo, pero no menos importante para la experiencia de juego a corto plazo (sobretodo para el sector de jugadores m¨¢s competitivos, como nuestro compa?ero Motenai), nos queda por ver como avanza el balanceo de clases durante las pr¨®ximas semanas. En estos momentos, y pese a que ya ha empezado la sesi¨®n 9 de arenas y "battlegrounds", no est¨¢n del todo ajustadas numerosas habilidades ni sus coeficientes, por lo que es f¨¢cil ver como algunas clases predominan por encima del resto en el ¨¢mbito PVP. Como decimos, de los males, este es el menor, pues si algo ha demostrado Blizzard en incontables ocasiones es su dedicaci¨®n y trabajo constante para intentar ofrecer un entorno competitivo lo m¨¢s equilibrado posible. A¨²n as¨ª, y como hemos visto tras repasar varios puntos, Cataclysm sigue siendo, al igual que las anteriores expansiones, una ampliaci¨®n de contenido sobretodo para el apartado PVE. Faltan numerosos ajustes y mejoras para que World of Warcraft se convierta en referente del PVP m¨¢s all¨¢ de las arenas y "battlegrounds" competitivas.

Entrando a valorar temas m¨¢s superficiales (aunque igualmente importantes), se nota y agradece el lavado visual que ha experimentado World of Warcraft con Cataclysm (y que consecuentemente, ha aumentado ligeramente los requisitos m¨ªnimos y recomendados para poder gozar del juego a una buena tasa de im¨¢genes por segundo). Pese a que se percibe cierto contraste entre algunas zonas antiguas (las menos retocadas) y las nuevas, lo cierto es que el aumento del campo de visi¨®n, los mejorados efectos de luz, sombras, part¨ªculas y agua, y el impecable dise?o art¨ªstico que se ha seguido a la hora de modelar cada nuevo escenario, convierten a World of Warcraft en un juego visualmente muy atractivo. La filosof¨ªa se mantiene intacta, y el resultado satisface todas las expectativas: pocos juegos en el mercado ense?an tanto necesitando tan poco. Menci¨®n especial al dise?o de las dos nuevas razas, cuyas animaciones dejan por los suelos a las de las dem¨¢s razas (aunque eso nos lleva a pensar, una vez m¨¢s, que no deber¨ªa demorarse demasiado Blizzard en remodelar esas razas, pues nos cuesta pensar que un nuevo jugador prefiera jugar con un gnomo antes que con un goblin, o con un tauren antes que con un worgen, siendo estas dos ¨²ltimas much¨ªsimo m¨¢s atractivas y detalladas a nivel gr¨¢fico).

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Adem¨¢s de todo el contenido nuevo que hemos ido repasando durante el presente an¨¢lisis, son much¨ªsimos los cambios que se han llevado a cabo en multitud de mec¨¢nicas que hab¨ªan permanecido pr¨¢cticamente intactas en World of Warcraft durante los ¨²ltimos a?os. Como ya sab¨¦is, la pol¨¦mica reducci¨®n de estad¨ªsticas y talentos ha derivado a un sistema m¨¢s sencillo de personalizaci¨®n del personaje, aunque igualmente profundo si se quiere llevar al l¨ªmite. Las hermandades suben ahora de nivel gracias al esfuerzo y dedicaci¨®n de sus miembros, pudiendo acceder a recompensas que, pese a no otorgar bonificaciones que puedan decantar la balanza en una batalla contra el enemigo, s¨ª recompensan con ¨²tiles que, sobretodo, ayudan a la progresi¨®n del personaje durante el largo camino a nivel 85. Por otra parte, los cambios en la interfaz son numerosos y notorios, y lo que se ha conseguido es un World of Warcraft mucho m¨¢s adaptado a los tiempos que corren.

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As¨ª pues, podemos decir sin miedo a equivocarnos que Cataclysm es la expansi¨®n definitiva para World of Warcraft. Y sin lugar a dudas, la mejor de las tres que han aparecido hasta el momento. Nos cuesta recordar una "expansi¨®n" para juego alguno que aporte tant¨ªsimo contenido, tant¨ªsimas mejoras y tant¨ªsimos ajustes para los pilares base del t¨ªtulo original. La llegada de Deathwing ha supuesto un cataclismo en todos los sentidos, pero lo importante es que la esencia de World of Warcraft no s¨®lo se mantiene, sino que se mejora. El juego de Blizzard ofrece, a d¨ªa de hoy, la m¨¢s divertida progresi¨®n de nuestro alter-ego digital que hayamos visto en cualquier MMORPG que beba de las fuentes de Everquest, y esa mejora es precisamente la que durante a?os le ven¨ªamos exigiendo a este tipo de juegos. Blizzard ha conseguido llevar al g¨¦nero un paso m¨¢s all¨¢, y a partir de ahora el resto de sus competidores, existentes o futuros, van a necesitar replantearse sus propuestas jugables para no quedar en evidencia ante el torrente de nuevas ideas que se han implementado a lo largo y ancho de Azeroth. Insistimos, Cataclysm ofrece la experiencia de juego m¨¢s intensa, variada y sorprendente que hayamos visto hasta la fecha en un MMORPG.

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Si a todo esto le a?adimos la abundante cantidad de contenido para los amantes del "high-end" PVE, unido al aumento de dificultad del mismo y a las novedades incorporadas para los que prefieren el PVP (aunque como ya hemos comentado, hay que ajustar cosas en este apartado), lo que tenemos entre manos es un nuevo golpe en la mesa por parte de la compa?¨ªa californiana, que nos vuelve a demostrar que no tienen rival a la hora de lanzar productos al mercado terminados, amplios y rebosantes de calidad. En otras palabras, que parece mentira que el de Blizzard y Final Fantasy XIV sean dos juegos del mismo g¨¦nero. As¨ª pues, si eres un fan de World of Warcraft, posiblemente no te digamos nada nuevo porque en estos momentos estar¨¢s completando heroicas o subiendo un "alter" para gozar del renovado mundo de Azeroth. Pero si eres uno de los que a¨²n no se ha dejado seducir por la f¨®rmula que ha encandilado a m¨¢s de 12 millones de jugadores en el mundo y que ha convertido a este juego en un aut¨¦ntico fen¨®meno social, nuestra m¨¢s sincera recomendaci¨®n para que pruebes una de las mejores experiencias que se puedan disfrutar hoy en d¨ªa en plataforma alguna, y que gracias a Cataclysm, se ha visto renovada y mejorada hasta l¨ªmites que cre¨ªamos inalcanzables para el g¨¦nero. Definitivamente, bienvenidos a un nuevo, m¨¢gico, peligroso y, sobretodo, maravilloso mundo.

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