El precio de una invasi¨®n

La guerra es dura en cualquiera de sus frentes. Muertes, sangre, destrucci¨®n y hu¨¦rfanos son tan s¨®lo cuatro de las tragedias habituales en un conflicto b¨¦lico.  Massive Entertainment lanza al fin al mercado su juego estrella, World in Conflict, para ense?ar que no siempre se vive de los convencionalismos.

Nadie disfruta de la guerra. Presenciar un conflicto b¨¦lico en primera persona es duro, especialmente para el pueblo civil. Las tropas enemigas toman las ciudades, destrozando todo a su paso y acabando con vidas inocentes mientras que nuestro ej¨¦rcito trata de no agotar sus reducidas fuerzas repeliendo los ataques. Una invasi¨®n, como bien sabemos, puede ser inevitable. Es duro y desgarrador ver c¨®mo tus seres queridos caen asesinados por el fuego cruzado mientras se ocultaban en un edificio huyendo de las balas.

Una guerra siempre es cruel, pero nuestra perspectiva occidental nos acostumbra, durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, a formar parte de la facci¨®n vencedera, independientemente de los devaneos pol¨ªticos de cada regi¨®n. Somos ganadores y ellos vencidos. Esto nos hace castigar al enemigo con mano dura para regocijarnos m¨¢s si cabe en nuestro triunfo. Pero a fin de cuentas, todo esto no es m¨¢s que la realidad, el presente de nuestra sociedad con todos sus convencionalismos.

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Precisamente de estos convencionalismos se desprende Massive Entertainment en el juego que ahora nos ocupa. La criatura en cuesti¨®n, World in Conflict, sigue las l¨ªneas generales de cualquier conflicto b¨¦lico, con sus muertes, devastaciones y desastres, pero tomando como punto de partida una perspectiva at¨ªpica e inesperada. Y es que la desarrolladora le ha dado la vuelta a la tortilla y precisamente ello nos invitar¨¢ a entender la historia de otra forma.

World in Conflict apuntaba alto dentro del g¨¦nero de la estrategia en tiempo real y razones no faltaban. Desde MeriStation hemos seguido muy de cerca el t¨ªtulo de Massive Entertaiment publicando un avance y tres impresiones. Ahora, tras jugar al t¨ªtulo durante un n¨²mero de horas ya conocemos cu¨¢l es el resultado final que llegar¨¢ a las tiendas el pr¨®ximo d¨ªa 21 de septiembre. Prep¨¢rate para la guerra, porque nunca antes se hab¨ªa disfrutado tanto evitando una invasi¨®n alejada al m¨¢ximo de los c¨¢nones de la historia contempor¨¢nea.

El precio de una invasi¨®n

Antes de entrar de lleno en la jugabilidad de World in Conflict, merece la pena hacer un alto en el camino para desgranar su hilo argumental. Completo, inesperado y sorprendente son tres palabras perfectamente compatibles con la historia que propone Massive Entertainment en este juego de estrategia en tiempo real.

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World in Conflict es un juego ambientado en una etapa hist¨®rica no muy lejana a la ¨¦poca actual. El juego nos traslada al a?o 1988, con la Guerra Fr¨ªa ya finalizada y la Uni¨®n Sovi¨¦tica aparentemente destruida. Derrotados del combate, los ej¨¦rcitos rusos mermaron en n¨²mero y volvieron a casa, exhaustos y sin esperanza, con la faz cabizbaja. A?os oscuros para la madre Rusia, o al menos as¨ª lo dictamina nuestra historia.

Sin embargo, cuando EE.UU. comenzaba a celebrar la victoria, un contingente de Rusia ejecuta una expansi¨®n invasiva en Europa, conquistando pa¨ªses colindantes y penetrando en las principales potencias del viejo continente. Una vez m¨¢s, la mayor potencia armament¨ªstica del globo se ve¨ªa obligada a intervenir en tierras europeas para sacar las casta?as del fuego. Pero el ataque ruso a pa¨ªses como Francia no era m¨¢s que una simple excusa, un se?uelo perfecto para atraer al mayor n¨²mero de tropas norteamericanas a suelo continental y ejecutar con ¨¦xito el verdadero objetivo de su plan: invadir Estados Unidos.

Ajenos por completo a la batalla que se est¨¢ librando en Europa, la poblaci¨®n de EE.UU. descubre at¨®nita c¨®mo comienza una invasi¨®n anfibia y a¨¦rea en la ciudad de Seattle, situada en la franja noroeste del pa¨ªs. El ej¨¦rcito de los Soviets despliega r¨¢pidamente sus tropas por las calles de la ciudad, tomando comercios, puertos y plazas mientras que la poblaci¨®n se esconde en sus casas.

A la desesperada, un reducido grupo de soldados trata de controlar esta situaci¨®n ya de por s¨ª incontrolable. En este punto, pasaremos a formar parte de un escuadr¨®n de soldados, siempre comandados por las acciones de tres militares del ej¨¦rcito norteamericano, Parker, Bannon y Sawyer. Este tr¨ªo de militares conformar¨¢ el n¨²cleo del hilo argumental, que no se ce?ir¨¢ exclusivamente a la trama b¨¦lica -invasiones y patriotismo-, sino que presentar¨¢ a cada uno de los implicados como personas, narrando sus preocupaciones, dando a conocer sus familias, dejando que cada protagonista tenga siempre una historia que contar, algo por lo que luchar.

La ambientaci¨®n tambi¨¦n aboga, por su puesto, por la b¨²squeda del realismo, presentando escenarios llenos de iconos de la vida real como ¨¢rboles de Navidad que buscan siempre tocar la fibra sensible del espectador. Discusiones entre los protagonistas y sus madres y esposas, momentos de estremecimiento, como cuando una ni?a subida a su bicicleta y portando un peluche divisa at¨®nita e inocente en el horizonte explosiones y paracaidistas o la Estatua de la Libertad derribada al fracasar una misi¨®n, son tan s¨®lo un par de ejemplos.

A dos pasos de la historia

A pesar del salto hist¨®rico que no deja de plasmar una historia inventada, Massive Entertainment ha querido apostar fuerte desarrollando un motor gr¨¢fico a nivel interno que nada debe envidiar a las grandes producciones del momento. Y es que combatir en World in Conflict es un gozo para nuestros ojos.

Lo primero que destaca de este motor gr¨¢fico es su versatilidad, pues es capaz de ejecutar efectos de nueva generaci¨®n, como explosiones, humo y part¨ªculas, sin problema alguno. A todo esto hay que sumar el nivel de detalle de las unidades, cuyos dise?os est¨¢n cuidados al m¨¢ximo, y con sorprendente realismo en todos sus movimientos. Por ello, y aunque cada batall¨®n est¨¦ conformado por unidades similares est¨¦ticamente, cuando ¨¦stas est¨¦n inmersas en la batalla y en el conjunto del escenario pasar¨¢n completamente a formar un grupo diferenciado y para nada repetitivo al ojo del jugador.

World in Conflict cuenta con otros dos aspectos positivos que no podemos olvidar. El primero es la extensi¨®n de los escenarios, que representar¨¢n ciudades inmensas, a veces rodeadas de costa y bosques. El segundo aspecto es el sistema de f¨ªsicas implementado en el t¨ªtulo, que confiere un mayor realismo a la partida gracias a la completa  destructibilidad -y t¨®mese esto al piel de la letra- del escenario. Todo, absolutamente todo puede ser derribado en World in Conflict; desde edificios -espectaculares detonaciones-, hasta veh¨ªculos decorativos del escenario como coches, sin olvidar las unidades motorizadas, que esparcir¨¢n sus restos por todo el mapeado y los sorprendentes incendios en bosques provocados por el napalm.

No cabe duda que para desplegar este derroche de calidad gr¨¢fica ser¨¢ necesario un equipo de gama alta, con una buena dosis de memoria ram y una tarjeta gr¨¢fica a la altura, especialmente si queremos aprovechar los efectos de DirectX 10. No obstante, los usuarios con ordenadores de serie media-baja podr¨¢n ejecutar aparentemente sin problemas el t¨ªtulo de Massive Entertainment sacrificando algunos efectos para conseguir una mayor cantidad de im¨¢genes por segundo. Para ello, basta con descubrir cu¨¢l es la configuraci¨®n gr¨¢fica ¨®ptima para nuestro PC de entre las cinco disponibles. 

Por otra parte, no podemos cerrar el apartado t¨¦cnico sin comentar el trabajo sonoro llevado a cabo en el t¨ªtulo. Brillan con luz propia los efectos sonoros, muy variados, realistas y completos. En el ¨¢mbito estrictamente musical, el compositor Ola Strand ha sabido disponer los instrumentos adecuados en los momentos m¨¢s oportunos de la trama. L¨¢stima que sus melod¨ªas no suenen de forma m¨¢s habitual en el t¨ªtulo.

Guerra directa sin tapujos

World in Conflict no es un juego de estrategia al uso basado en la construcci¨®n de edificios y unidades. No se trata de administrar y crear, sino de pasar a la acci¨®n de una manera mucho m¨¢s directa, sin pa?os calientes. Massive Entertainment prescinde de fases intermedias para llevarnos al conflicto desde el primer segundo de la partida.

En el modo campa?a tendremos que superar objetivos marcados previamente, generalmente por indicaci¨®n del militar Sawyer. Cada misi¨®n contar¨¢ con varios objetivos principales, como cubrir uno o varios emplazamientos, mantener una base, destruir veh¨ªculos, etc., que ir¨¢n alter¨¢ndose y apareciendo de forma progresiva seg¨²n se desarrolle la historia. Adem¨¢s, no faltar¨¢n los objetivos secundarios, tambi¨¦n abundantes en n¨²mero y dificultad, y cuyo cumplimiento o fracaso proporcionar¨¢ ciertas ventajas -unidades, puntos, etc.- sobre nuestro batall¨®n. En ocasiones, tendremos que completar algunos objetivos antes del tiempo previamente establecido. La duraci¨®n de las misiones depender¨¢ de la destreza del usuario. Nosotros durante las partidas hemos llegado a emplear m¨¢s de cuarenta minutos para completar una misi¨®n.

La din¨¢mica de juego es extremadamente sencilla y simple. Sin necesidad de hacer tutoriales, que los hay, el jugador conocer¨¢ todos los entresijos del juego en cuesti¨®n de minutos. Para completar todos los objetivos tendremos que recurrir a nuestras unidades, a las que podremos acceder mediante el sistema de refuerzos. Cada evento que salvemos con ¨¦xito proporcionar¨¢ puntos que consumiremos convocando nuevas unidades. Una vez dispuesto el punto de reuni¨®n, que puede ser modificado durante la partida, accederemos al men¨² de refuerzos y solicitaremos las unidades; a los pocos segundos aviaci¨®n entrar¨¢ en acci¨®n lanzando tanques y soldados al campo de batalla.

Podremos distribuir las unidades por pelotones, ejecutando con el rat¨®n cualquiera de las dos habilidades especiales que posee cada unidad. Estas dos habilidades representar¨¢n destrezas defensivas y ofensivas, como la pantalla de humo de los tanques o el modo carrera de la infanter¨ªa. Tambi¨¦n tendremos que tener muy en cuenta el tipo de escenario en el que nos encontramos, pues afectar¨¢ negativa o positivamente a las tropas permitiendo, por ejemplo, que los soldados se camuflen en bosques y edificios. Pero ojo con abusar de estos recursos, que siempre puede aparecer una bomba de napalm y causar estragos en nuestro escuadr¨®n oculto.

Adem¨¢s de solicitar refuerzos en forma de unidades, el jugador tambi¨¦n podr¨¢ recurrir al apoyo a¨¦reo, que aparecer¨¢ en forma de ataques capitaneados por la aviaci¨®n. De igual forma, ejecutar este tipo de acciones requerir¨¢ de una cantidad determinada de puntos, as¨ª como de un tiempo de espera prefijado para repetir la misma acci¨®n. Una vez configurado el ataque, tendremos que seleccionar las coordenadas del impacto en el mapa para que, a los pocos segundos -el tiempo variar¨¢ con cada uno de los ataques-, la divisi¨®n a¨¦rea despliegue todo su potencial en la zona indicada. Huelga decir que en determinadas circunstancias no podremos acceder a estos dos apoyos a¨¦reos.

La interfaz del juego pasa casi inadvertida, concentrando todas las acciones en muy pocos botones y ocultando siempre aquellas ventanas que no son necesarias. En la zona izquierda est¨¢ ubicado el minimapa, que puede ampliarse haciendo click en el icono correspondiente. A la derecha encontramos el men¨² de acciones para las unidades, cuyos iconos ocupar¨¢n la posici¨®n intermedia entre ambos iconos. Cada unidad estar¨¢ representada en la interfaz por un icono bien definido, f¨¢cil de identificar y que muestra en todo momento su salud.

Por su parte, el manejo de la c¨¢mara permite visualizar desde cualquier ¨¢ngulo el conflicto con total libertad de movimiento. Podremos rotar la angulaci¨®n y la posici¨®n sin problemas usando el rat¨®n. Cabe la posibilidad de mantener pulsada la rueda del rat¨®n para modificar la c¨¢mara, aunque el resultado puede ser un movimiento algo brusco y r¨¢pido, por lo que es recomendable girar la visi¨®n acercando la flecha del rat¨®n a algunos de los extremos de la pantalla.

La inteligencia artificial enemiga se comporta de manera adecuada, actuando con acierto a cada paso que damos en el escenario. Tratar¨¢n de reagruparse, evitar emboscadas o evadir ataques a¨¦reos, entre otras cosas. Poco o nada negativo podemos decir de nuestros aliados, siempre en combate y sin el menor problema a la hora de realizar acciones.

impresiones con la beta. Las posibilidades y los modos de juego son realmente interesantes, sobre todo a nivel de creaci¨®n de mods, funcionalidad que la comunidad de jugadores sabr¨¢ aprovechar. Y es que el modo de juego multijugador concentrar¨¢ a buen seguro casi todas las horas de juego que le dediquemos al t¨ªtulo.

Para disfrutar de este modo de juego hay que tener muy en cuenta el juego en equipo y esto potencia la creaci¨®n de clanes, adem¨¢s del sistema de juego, rangos y medallas -tambi¨¦n disponibles en el modo campa?a-, que quedar¨¢n registrados en la ficha de cada jugador, funciones disponibles a trav¨¦s de la plataforma MassGate. Las batallas multijugador son continuas, es decir, el jugador puede incorporarse y abandonarlas en cualquier momento. Prioritario es, volvemos a insistir, la cooperaci¨®n entre jugadores, pues un movimiento en falso puede desembocar en la destrucci¨®n de una de las dos facciones en liza. Para facilitar las tareas de administraci¨®n y cooperaci¨®n entre equipos, World in Conflict cuenta con herramientas de comunicaci¨®n como un chat a trav¨¦s de voz..

Se echa en falta, por pedir algo, un modo multijugador campa?a en cooperativo, en el sentido estricto del t¨¦rmino. Sustituir cada aliado controlado por la IA por un jugador podr¨ªa dar como resultado una experiencia de juego muy entretenida siguiendo el hilo argumental de World in Conflict. Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ veamos algo as¨ª pr¨®ximamente en la versi¨®n para Xbox 360.