Inmersos en la Primera Guerra Mundial, los enfrentamientos a¨¦reos no se med¨ªan en t¨¦rminos de potencia o velocidad sino en la destreza y habilidad de los pilotos. As¨ª forj¨® su leyenda el Bar¨®n Rojo, el combatiente m¨¢s temido, que podremos controlar o bien se convertir¨¢ en nuestra pesadilla en Wings of Honour: Battles of the Red Baron.
En pleno ecuador de la guerra, las disputas entre los aliados y los pa¨ªses centrales defin¨ªan un conflicto de desgaste. Brit¨¢nicos y Franceses marcaban el frente principal de resistencia contra la ofensiva Alemana por lo que ser¨¢ de nuestra elecci¨®n el bando con el que comenzaremos nuestra andadura por este id¨®neo escenario b¨¦lico.
La simulaci¨®n de combate y los arcades han demostrado ampliamente que combinan en una acertada f¨®rmula, si a ello a?adimos los factores de gran velocidad y dificultad, el inter¨¦s puede animar a un p¨²blico m¨¢s numeroso. Sin ser muy pretencioso y ofreciendo una gran calidad en los detalles m¨¢s superficiales la apuesta del juego fue clara y puede que reciba unos notorios beneficios.
Un t¨ªtulo que vali¨¦ndose de una simpleza meritoria y una ausencia de innovaciones podr¨¢ llegar a entretenernos m¨¢s de lo esperado, siempre que sepamos que es lo que ¨¦ste puede verdaderamente aportarnos de un g¨¦nero y un contexto tan explotado. ?El desarrollo de la acci¨®n ?
A diferencia de otros juegos, el inter¨¦s por un preciso rigor hist¨®rico no ha pesado a la hora de tratar los acontecimientos, as¨ª que las referencias no s¨®lo ser¨¢n m¨ªnimas sino inexistentes. Salvo el nombre de la zona europea a sobrevolar que s¨ª es coherente, el resto no atiende a patrones reales, lo cual no es ning¨²n impedimento ya que no escogimos el juego para conocer los entresijos de la historia.
Tanto la campa?a Aliada como la Alemana se despliegan sobre tres escenarios comunes y claramente diferenciados donde se cumplir¨¢n las misiones. ?stas ser¨¢n generalmente complementadas entre ambos bandos de modo que si queremos ejecutar las maniobras enemigas nos resultaran ya conocidas pero nuestro papel ser¨¢ el contrario.
De este modo el primer contacto para asentar el control y el sistema de juego se efect¨²a en Verd¨²n a fecha de 1916, el lim¨ªtrofe territorio franc¨¦s servir¨¢ para iniciarnos en misiones de reconocimiento, con alg¨²n que otro objetivo tanto en tierra como en aire, pero nada que nos pueda amenazar seriamente.
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Nuestro principal cometido como caza de combate ser¨¢ proteger los ataques de nuestros bombarderos de los interceptores enemigos, as¨ª como de las bater¨ªas antia¨¦reas. Ser¨¢ antes de abandonar el territorio franc¨¦s cuando nos veremos con los principales combatientes enemigos, el escuadr¨®n Jasta 11 conocido como El Circo Volador del Bar¨®n Rojo en el bando Alem¨¢n, o los ?ngeles del Apocalipsis de la fuerza aliada.
Cambiando los verdes dominios por las nevadas tierras de Alsacia en 1917 comenzar¨¢ la dificultad para cumplir objetivos. Los dos ej¨¦rcitos centran sus esfuerzos en cerrar las v¨ªas de suministros del contrario y la Presa del lago se convertir¨¢ en el basti¨®n del ¨¦xito.
Una vez cansados de bombardear hangares, ferrocarriles y almacenes de suministros llega la tercera etapa en Flandes donde pese a seguir con la din¨¢mica de objetivos similares, ahora el puerto ser¨¢ el factor determinante a proteger o destruir. Llegando al ansiado enfrentamiento final entre los dos escuadrones de ¨¦lite que medir¨¢n sus fuerzas y su habilidad sobre las tranquilas aguas del Mar del Norte.
Jugabilidad ?
Como todos los arcades, la manejabilidad no ser¨¢ nuestra preocupaci¨®n siempre que dispongamos de un control anal¨®gico, mucho m¨¢s apropiado para este tipo de simulador. Aunque en el dominio de las armas ya sean balas, cohetes o bombas depender¨¢ en gran medida del nivel de dificultad, ya que su control ser¨¢ m¨¢s o menos sencillo.
Hay que decir en comparativa con otros t¨ªtulos similares que dispone de un menor n¨²mero de controles o capacidades, como por ejemplo de alerones traseros, con lo cual los giros y las maniobras a veces se tornar¨¢n en bruscos movimientos y perderemos nuestro objetivo de vista, pero tambi¨¦n mejoraremos con la pr¨¢ctica.
Con frecuencia nos alertar¨¢n de que algunas de nuestras balas alcanzan objetivos amigos, pero el frenetismo con el que se desarrollar¨¢n las misiones aporta un ca¨®tico control de las formaciones, que describir¨¢n imposibles movimientos encima y debajo de nuestra nave, por lo que chocaremos tanto con nuestros aliados como con el enemigo, y no en pocas veces. Para controlar nuestro bando podremos solicitar que nos defiendan, ataquen indiscriminadamente o simplemente nos sigan.
Agradecido por muchos pero seguramente criticado por otros son aspectos como? la sencillez a la hora de despegar, los disimulados da?os al golpear casas y otras naves, o tener la opci¨®n de no regresar a la base para dar por concluida la misi¨®n. Todos ellos aportan una gran jugabilidad a un g¨¦nero que no se quiere andar con rodeos y busca el aporte de una acci¨®n r¨¢pida que no induzca el apaciguamiento.
Muchas misiones indicar¨¢n objetivos est¨¢ticos que tendr¨¢n que ser destruidos mediante bombardeo, a la vez que tendremos que deshacernos de las defensas a¨¦reas que las guardan, aqu¨ª aprenderemos que la diversificaci¨®n y el escalonado de ataques es la ¨²nica soluci¨®n. As¨ª centr¨¢ndonos en los oponentes fijos s¨®lo conseguiremos que nuestra cola sea un blanco f¨¢cil, en cambio si s¨®lo nos preocupamos de abatir cazas, la artiller¨ªa antia¨¦rea dar¨¢ r¨¢pida cuenta de nosotros.
Por otro lado las misiones que rompen la monoton¨ªa como dirigir una aut¨¦ntica estaci¨®n de combate instalada en un zeppel¨ªn, o controlar una torreta antia¨¦rea para abatir bombarderos que se ciernen sobre el puerto, nos hace ver una cara m¨¢s vers¨¢til del t¨ªtulo, aportando cierto aire fresco a tantas misiones de objetivos tan homog¨¦neos. Una pena que sean pocos brochazos originales durante todo el juego.
Las diez misiones de cada campa?a se mostrar¨¢n un tanto repetitivas, sobre todo cuando hayamos concluido con un bando y deseemos terminar tambi¨¦n con el otro. Aspectos como la invariabilidad de los escenarios, los ataques a objetivos similares ya sea un hangar como un dep¨®sito de gasolina, as¨ª como la secuencia de proteger o atacar bombarderos, puede aburrirnos por momentos. Para solventar esto se acude a un intenso encuentro con enemigos a abatir, adem¨¢s de numerosos puestos de artiller¨ªa de camino a los puntos de control, las cu¨¢les son opciones l¨®gicas para aumentar el entretenimiento.
Los choques m¨¢s interesantes se producir¨¢n cuando los Ases del bando opuesto hagan su aparici¨®n, grandes pilotos de la ¨¦poca acechar¨¢n usando el sol como escudo y har¨¢n silbar las balas a trav¨¦s de sus h¨¦lices para abatirnos. La inteligencia aplicada a ese tipo de pilotos demuestra un mayor realismo, pero claro es que pronto encontraremos las pautas de sus movimientos y los abatiremos, notando la falta del componente humano en los combates.
Siguiendo la tendencia actual para este tipo de juegos no existe la posibilidad de guardar entre misiones, lo cu¨¢l ser¨¢ ag¨®nico cuando pretendamos jugar a m¨¢xima dificultad. Pero para aquellos que les gusten los retos muestra una manera eficaz de asegurar que s¨®lo con esfuerzo se superar¨¢n esos tramos tan complicados, convirti¨¦ndose en un factor para extender el tiempo de juego, aunque por otro lado a m¨¢s de uno le har¨¢ abandonar por la imposibilidad del ¨¦xito.
Aparte de las dos campa?as de juego, existe el modo de vuelo libre donde podremos escoger el escenario de una misi¨®n, un tipo de avi¨®n y disfrutar del vuelo en un terreno libre de enemigos y amigos. Una posibilidad con total carencia de sentido al tratarse de un arcade dise?ado para la acci¨®n, pero existe como tal.
Y por otro lado el modo multijugador que nos ofrece las opciones de juego todos contra todos o por equipos, algo que debe ser exigido a cualquier juego de nueva aparici¨®n y en este caso demuestra como con una opci¨®n tan simple se puede haber dotado al t¨ªtulo de una gran raz¨®n para comprarlo y disfrutarlo entre amigos.
Como aspecto negativo a destacar de nuestra versi¨®n analizada, son ciertos errores producidos al tratar de realizar una misi¨®n con algunos modelos de aviones de la lista a escoger inicialmente, adem¨¢s de otros menos generalizados. Por lo que tales fallos pueden ser atribuibles a la versi¨®n inicial del juego, quiz¨¢s subsanados en posteriores ediciones m¨¢s pr¨®ximas a la fecha de lanzamiento. O se esperan corregir con los usuales parches de edici¨®n oficial.
Gr¨¢ficos y Sonido
El aspecto gr¨¢fico est¨¢ bastante cuidado, si bien hay que decir que se centra en los detalles que a priori m¨¢s disfrutaremos, es decir en los modelos de los aviones y en los bonitos y conseguidos efectos del cielo y el agua. Para el resto de componentes tendremos numerosas opciones de configuraci¨®n como definir la profundidad de la visi¨®n o los detalles de las texturas.
De nuevo combinar grandes escenarios para nuestra acci¨®n con numerosos objetos en tierra ya sean edificios, veh¨ªculos, personas o ¨¢rboles, necesita de un sabio control del rendimiento. Una combinaci¨®n que no ralentice los ataques al acercarse a tierra y mantenga una fluidez constante cuando los combates en aire est¨¦n colmados de explosiones, aeroplanos desprendiendo humo y decenas de contrincantes asedi¨¢ndonos.
A efectos generales el rendimiento se mantiene constante, el desarrollo es c¨®modo y la velocidad del juego es r¨¢pida lo que se aplica tambi¨¦n a los combates que seg¨²n nuestra destreza se resolver¨¢n en instantes o tras periodos de arduos e imposibles movimientos. La mezcla de luces combinada con unos detallados cielos tambi¨¦n har¨¢n las delicias cuando el combate sea tranquilo, una pena que esto s¨®lo se produzca en las etapas iniciales del juego.
Los principales sacrificios que el juego realiza en el aspecto gr¨¢fico se camuflan en los pocos detallados objetos de tierra. Ya sea por ser tan numerosos como por la velocidad a la que los atacaremos se convierten es un detalle inapreciable y que no merece la pena encontrar una causa que no sea la nula o casi nula intervenci¨®n ¨²til sobre el juego, y s¨®lo recordaremos su presencia si debemos bombardear o si el fuego de artiller¨ªa se incrementa a nuestro alrededor.
Como era de esperar una de las bazas principales es el modelado de los aut¨¦nticos aeroplanos de la ¨¦poca, por lo que disfrutaremos atacando y esquivando los antiguos pero efectivos Fokker E3 alemanes a manos de nuestro AIRCO DH2, o taladrando la protecci¨®n de los bombarderos Handley Page 0/100. Comenzando nuestros problemas cuando los aliados en los Nieuport 17 u 11, los Sopwith Pup y los Spads XIII crucen metralla con los Albatros D3, los Fokker 7 o los temibles zeppelines. Todo un compendio de aeronaves para disfrutar.
Una pena que tal variedad de aeronaves quede ausente de la respectiva ficha con los datos t¨¦cnicos del modelo real del avi¨®n. Algo a lo que nos ten¨ªan acostumbrados t¨ªtulos similares, oblig¨¢ndonos a conocerlos a ra¨ªz de la batalla y no previo al combate. Un peque?o compendio de los modelos en 3D y sus datos hubiera demostrado un amplio inter¨¦s sobre factores hist¨®ricos, pero una vez m¨¢s la intenci¨®n del juego demuestra no ser esa.
Respecto al sonido debemos comentar que la falta de originalidad en este tipo de bandas sonoras ya deja de sorprendernos, la m¨²sica se torna imperceptible por su ahogada repetici¨®n y quiz¨¢s un avance para mejorar ese aspecto marcar¨ªa una gran diferencia de un t¨ªtulo a otro. Hasta ese entonces la paciencia y la capacidad de ignorar ese tipo de m¨²sica ambiente ser¨¢ una gran virtud.
Por otro lado los ruidos de motor, los silbidos de las balas, los cruces y giros sobre el aire est¨¢n muy conseguidos, es posible posicionar correctamente a los enemigos una vez que logramos captar las peculiaridades del motor enemigo. Podremos distinguir mediante el sonido de los disparos si el fuego procede de un contrincante realmente peligroso o de uno menos letal, un esfuerzo de agradecer y que en momentos puede llegar a ser determinante.
Las voces de la versi¨®n analizada son en ingl¨¦s tanto en el bando Aliado como en el Alem¨¢n, una vez puestos los subt¨ªtulos en caso de ser necesarios, vemos que principalmente lo ¨²nico que aportan los comentarios son los objetivos parciales a conseguir y en caso de acertar a un aliado, reprendernos por ello. En ciertos momentos no vendr¨ªa mal que nuestro interlocutor contase alg¨²n chiste o hiciese alg¨²n comentario que desprestigie al enemigo, o por lo menos que nos advierta si tenemos al Bar¨®n Rojo en su temible Fokker DR1 a nuestras seis dispuesto a abrir fuego.