Willy Jetman: Astromonkey's Revenge, An¨¢lisis

Los h¨¦roes espaciales suelen tenerse en un pedestal. Individuos valientes que se atreven a adentrarse m¨¢s all¨¢ de nuestro mundo al espacio exterior. Willy puede parecer un h¨¦roe durante los primeros minutos de Willy Jetman: Astromonkey's Revenge, venciendo a ese drag¨®n y salvando a un pueblo alien¨ªgena. Pero como no tardaremos en saber, su cometido all¨ª era muy diferente.

Tras un aparatoso accidente espacial, el barrendero gal¨¢ctico Willy y su fiel y chistosa ayudante Gladys tienen que encargarse de limpiar ese desastre, recoger las piezas extraviadas por el planeta alien¨ªgena de Gravos y reciclarlas en pos de cuidar el medioambiente¡­ y ganar un dinero en el proceso. Los espa?oles de Last Chicken Games no dudan en ba?ar esta experiencia de una iron¨ªa y buen humor presente desde el minuto uno en esta aventura nost¨¢lgica, que ahora hemos podido analizar para Meristation en su versi¨®n de Nintendo Switch.

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Porque hemos visto numerosas veces lo bien que puede salir esto, Willy Jetman es otro de estos juegos de estilo retro que capitalizan en la nostalgia. Lo hace de un modo desenfadado y puramente referencial, sin apoyarse demasiado en ella, pero jugueteando lo suficiente como para regalar momentos bastante simp¨¢ticos, como enfrentamientos contra jefes que parecen el cl¨¢sico Donkey Kong o el Arkanoid.

Su formato de metroidvania no deber¨ªa coger por sorpresa a muchos, el juego utiliza la estructura cl¨¢sica del g¨¦nero. Grandes niveles bidimensionales que se expanden a lo largo de varias pantallas cada una ofreciendo a la vez diferentes caminos. El mapeado nos obliga a zigzaguear constantemente entre las diferentes rutas, matando los mismos bichos y obteniendo las mismas monedas hasta el siguiente punto de guardado, o hasta que sepamos qu¨¦ cambio o qu¨¦ herramienta nos har¨¢n avanzar en la historia.

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El jetpack se adue?a de la funci¨®n en Willy Jetman. Eterno secundario en juegos de todo tipo, toma aqu¨ª un rol protagonista y hace buen uso de ¨¦l. Los niveles est¨¢n dise?ados para cruzarlos flotando, son muy verticales, las plataformas est¨¢n espaciadas entre s¨ª y las pantallas est¨¢n repletas de enemigos voladores. El control es tan c¨®modo como puede ser un jetpack en 2D, manteniendo pulsado un solo bot¨®n nos elevamos y podemos ir regulando la altura mediante pulsaciones medidas. Si lo complementamos con un salto y nos elevamos en perpendicular ganaremos altura muy r¨¢pido, mientras que si lo activamos mientras nos desplazamos en alguna direcci¨®n le costar¨¢ algo m¨¢s cargar con nosotros.

Regular la altura adecuada para cada situaci¨®n y enfrentamiento no deja de ser un desaf¨ªo en ning¨²n momento. Y tenemos que saber manejarlo porque pr¨¢cticamente todos los enfrentamientos est¨¢n medidos para superarlos usando el jetpack. Los enemigos van en grandes hordas, ya sea por tierra o volando en formas ondulantes, tocarlos nos hace da?o y a menudo nos disparan, por lo que esquivar en el aire es tambi¨¦n una mec¨¢nica importante que tendremos que dominar.

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Incluso en los jefes finales, que tienen su propio sus propias reglas, es una mec¨¢nica esencial en la mayor¨ªa de los casos. Uno de ellos por ejemplo nos obliga a volar por la pantalla esquivando una horda de renacuajos voladores mientras el incesante jefe trata de absorbernos todo el rato, otros nos obligar¨¢n a hacer uso de ¨¦l para poner grandes distancias en pocos segundos y as¨ª esquivar mortales placajes o r¨¢fagas de balas.

A menudo Willy Jetman tiene mucho de bullet-hell, enemigos que nos disparan en horda mientras vuelan, jefes con complicados patrones de disparo¡­ Los escenarios se llenan de balas y nuestro personaje no es precisamente inmune a ellas. La agilidad y rapidez de reacci¨®n es clave en un juego que, por si no est¨¢ quedando del todo claro con estas l¨ªneas, es bastante complicado a pesar de su aspecto simp¨¢tico y desenfadado.

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A pesar de que podemos subir de nivel tanto nosotros como nuestras armas, el juego mantiene siempre ajustada la dificultad para darnos la sensaci¨®n de que somos algo inferiores a nuestros enemigos. Se nos mata con pocos golpes, incluso los enemigos m¨¢s b¨¢sicos pueden acabar con nosotros si nos despistamos, y muchos de los enemigos son una esponja de disparos. Los puntos de guardado no est¨¢n lejos, pero tampoco est¨¢n lo suficientemente cerca como para evitar maldecir en alguna que otra ocasi¨®n, y con la muerte perdemos tanto los cr¨¦ditos que consigamos (la moneda del juego) como la experiencia, incluso si esto nos hizo subir de nivel antes de morir.

Conviene saber combatir fuego con fuego en este caso. El diverso arsenal de armas es una de las principales virtudes de Willy Jetman, saber d¨®nde utilizarlas tambi¨¦n. Ese bonito lanzallamas que pulveriza a ciertos enemigos terrestres y voladores no sirve de nada naturalmente debajo del agua, pero el arma que podemos utilizar bajo el agua tiene un triple disparo muy concreto que nos obligar¨¢ a replantear c¨®mo nos posicionamos.

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Las descripciones de las armas, como la mayor¨ªa de textos del juego, por otra parte, son divertidas y son ¨²tiles. Hay armas que son mucho m¨¢s eficaces con ciertos tipos de enemigos hasta el punto de que puede llegar a convertirse en un elemento casi rolero. Los robots son especialmente d¨¦biles a un tipo de arma de energ¨ªa muy concreta, pero no a mucho m¨¢s. Teniendo en cuenta que solo podemos llevar dos armas con nosotros al mismo tiempo, y que el resto se almacenan en los puntos de guardado, saber que armas llevar para cada tramo del juego es tambi¨¦n parte de la gracia del t¨ªtulo.

Como metroidvania, cumple muchas de las casillas que se espera de ¨¦l. El plataformeo y la acci¨®n 2D son las mec¨¢nicas principales. Lo primero se apoya enteramente del jetpack, con grandes recorridos que tenemos que hacer flotando de forma eficiente para conservar bien la barra de ¡°resistencia¡± del aparato, rellenable autom¨¢ticamente cuando estamos en el suelo.

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Hay secciones interiores puramente plataformeras que funcionan como bonus o para conseguir objetos importantes para avanzar, intrincados recorridos llenos de trampas, enemigos colocados a maldad o donde el suelo es lava, literalmente. A?aden variedad visual y jugable a un mapeado que por lo dem¨¢s tendremos m¨¢s que visto debido al habitual backtracking. La alta dificultad nos obliga a recorrer numerosas veces las mismas zonas, pero nunca se hace tedioso, y cada vez que morimos suele ser por nuestra culpa, por haber minusvalorado a un enemigo concreto o no habernos ciudad las espaldas lo suficiente en alg¨²n ¨¢rea concreta.

Un mensaje ecologista (a la vez que ir¨®nicamente corporativista) protagoniza otra de las principales actividades del juego. Recoger piezas perdidas de la nave accidentada y llevarlas a puntos de reciclaje que pueblan todo el mapeado nos dar¨¢ cr¨¦ditos. Esos cr¨¦ditos son los que utilizamos para mejorar las armas y objetos que conseguimos a lo largo de la aventura en las tiendas que acompa?an a los puntos de guardado del juego.

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Este tono humor¨ªstico acompa?a toda la experiencia y es el toque final que le faltaba a un juego notable se mire por donde se mire. Desde los numerosos di¨¢logos entre Willy y Gladys, llenos de puyas, hasta un simp¨¢tico apartado visual que, si bien se queda algo corto a la hora de dar variedad y detalle a sus localizaciones, tiene personajes y elementos con identidad propia a los que se les coge cari?o.

C¨®digo proporcionado para la versi¨®n de Nintendo Switch.