We Love Katamari, Impresiones

Muchos de los lectores no pudieron disfrutar en sus manos del primer Katamari Damacy. Es una l¨¢stima porque se han perdido uno de los juegos m¨¢s frescos e innovadores del mercado. Esta segunda parte no innova nada porque sigue exactamente la misma filosof¨ªa de juego que su antecesor, pero si que es nuevo para el mercado europeo y seguramente causar¨¢ m¨¢s de una sorpresa a los jugadores de la negra de Sony. Porque en el mundo de Katamari Damacy no hay violencia, ni grandes personajes heroicos, ni guiones de cine. Solo un pr¨ªncipe que recoge objetos cual escarabajo pelotero. Y se le da muy bien por cierto.

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Pero la gente se qued¨® tan maravillada con nuestro trabajo, que empezaron a hacer peticiones al rey de todo el universo para que m¨¢s katamaris iluminaran el firmamento. Y como el rey de todo el universo es muy buena persona, ha decidido fichar al pr¨ªncipe y sus primos para que cumplan los deseos de la gente. Todo el mundo ama a las Katamari Damacy y todo el mundo tiene un deseo que realizar. Y aqu¨ª entramos nosotros en juego, para hacer feliz a la gente en este mundo de color e ilusi¨®n, construyendo bolas cada vez m¨¢s grandes con centenares de objetos diferentes. No es misi¨®n f¨¢cil, pero somos unos h¨¦roes y es nuestro trabajo.

Esta vez en vez de tener nuestra base en nuestro min¨²sculo planeta al estilo del cuento del Principito, estaremos directamente en la Tierra. Contamos con 6 escenarios en los que nos vamos moviendo. En cada escenario aparecer¨¢ gente que nos pida nuestra colaboraci¨®n, hasta un total de 4 personas por escenario, lo que hace un total de 24 misiones diferentes, cosa que no esta nada mal y aportar¨¢ seguramente m¨¢s durabilidad que el primer Katamari Damacy.

Para desempe?ar nuestra tarea no solo contamos con nuestro verde pr¨ªncipe, sino que todos sus primos nos echar¨¢n una mano. Podemos elegir a cual queremos usar a medida que se desbloqueen durante el juego aunque en principio parece ser que su uso es indistinto a fin de cumplir una fase. Por los escenarios de men¨² contaremos tambi¨¦n con la opci¨®n de ver todos los objetos que hemos recogido, organizados por categor¨ªas y os puedo asegurar que su n¨²mero es realmente alto, aunque parezca mentira que se pueda superar la cantidad que se pod¨ªa recoger ya en su antecesor.

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Tambi¨¦n tenemos que tener en cuenta que no todas las fases son recoger objetos en un tiempo establecido. Por ejemplo, hay una fase en la que simplemente recogemos nieve para formar un enorme bola de nieve que forme parte de un mu?eco (de nieve, claro), y no tenemos medidor de tama?o as¨ª que lo haremos a ojo. En otra la katamari es de fuego y necesitamos que no se apague. Y as¨ª en diferentes fases donde tendremos suficiente variedad para no aburrirnos. Y si la fase final de Katamary Damacy donde llegabas a recoger hasta las islas era de lo m¨¢s grande, en We Love Katamari Damacy todav¨ªa se ha llegado a m¨¢s, a mucho m¨¢s.

Las pantallas ahora tampoco tendr¨¢n siempre los mismos objetivos. Es decir, a veces las jugamos y debemos recoger un cierto objeto y cuando volvemos a jugarla el objeto ha cambiado. Cada vez que intentamos una pantalla adem¨¢s comenzamos en un sitio aleatorio, a veces por la misma zona, y a veces no. En definitiva se ha dotado de mucha m¨¢s profundidad al juego para evitar caer en la repetici¨®n y en el m¨¢s de lo mismo, y al menos en opciones de juego lo han conseguido.

La m¨²sica continua siendo del mismo estilo. De hecho, la misma melod¨ªa resuena una y otra vez. En especial, la versi¨®n vocal del tema principal, la que suena en la introducci¨®n. Y digo vocal porque esta enteramente cantada a voz sin instrumentos. Ahora disponemos de la opci¨®n de seleccionar la m¨²sica antes de iniciar una fase, para evitar caer en la repetici¨®n aunque parece ser que el n¨²mero de cortes de la banda sonora ha aumentado ligeramente para que el aleatorio sea bastante convincente.

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El control de la katamari continua siendo igual de complicado y a veces dif¨ªcil de controlar. No siempre girar¨¢ hacia donde queremos y como queremos, y m¨¢s de una vez se nos caer¨¢ del camino por donde queremos llevarla. Uno de los problemas del control era la posici¨®n de la c¨¢mara cuando ten¨ªamos objetos detr¨¢s que no nos dejaban ver. Ahora una especie de circulo nos deja mirar a trav¨¦s de los objetos cuando el ¨¢ngulo de la c¨¢mara nos deber¨ªa ocultar las cosas, ganando algo de visi¨®n, pero la soluci¨®n se queda a medias porque continua siendo complicado de ver.

Sin embargo, Namco se han sacado de la manga un modo cooperativo sin pantalla partida. Dos jugadores, dos mandos, una sola katamari. ?C¨®mo es posible? Un jugador controla el lado derecho y otro el izquierdo. Es decir, los dos jugadores deben compenetrarse para dirigir al personaje ya que cada uno controla un anal¨®gico. Si hay que avanzar los dos jugadores deben mover hacia delante su anal¨®gico, para girar cada uno debe moverlos en posici¨®n enfrentada, etc? F¨¢cil de entender, dif¨ªcil de jugar. Y es que nunca llegas a saber cuanto conoces a un amigo hasta que compruebas que intenta moverse al lado contrario de donde tu quieres ir.

Si las discusiones por el control llegan a m¨¢s, los dos jugadores se pueden enfrentar en el modo batalla. Si bien el modo cooperativo transcurre en las mismas fases que el modo de un solo jugador, para las batallas existen 3 escenarios ¨²nicos. Se juega a pantalla partida y el objetivo es conseguir una bola m¨¢s grande que el adversario. Teniendo en cuenta que el n¨²mero de objetos en pantalla es limitado y que si nuestra katamari es suficientemente grande podemos absorber al contrario, las batallas se hacen de lo m¨¢s emocionante. Las tres pantallas aparentan ser escasas, pero si una ya era suficiente antes, 3 es una gran mejora.

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En cuanto al nivel tecnol¨®gico, sigue siendo m¨¢s de lo mismo. El motor gr¨¢fico sigue mostrando escenarios simples, con multitud de objetos en pantalla pero sin mucho detalle. La m¨²sica explota la misma melod¨ªa que tan buenos resultados ha dado pero que empieza a repetirse en demas¨ªa. Namco ha aprovechado todo lo posible y se ha centrado en dar m¨¢s opciones, quiz¨¢s lo que deber¨ªa haber sido Katamari Damacy originalmente. Sea como sea, lo importante es que dentro de poco los europeos tambi¨¦n  podremos formar nuestras estrellas con We Love Katamari Damacy.

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