Vane
- PlataformaPS44PC4
- DesarrolladorFriend & Foe
- Lanzamiento15/01/2019
- EditorFriend & Foe
Vane, an¨¢lisis. Poes¨ªa descompuesta
Lo nuevo de Friend & Foe es una obra de preciosa factura art¨ªstica que fracasa en todo lo dem¨¢s, un t¨ªtulo ¨¢rido en lo jugable y mon¨®tono hasta el tedio.
Todo comienza con una chispa, un rayo luminoso, una tormenta de violencia inusitada. El viento sopla inclemente, desgaja los cimientos del suelo y le grita al muchacho, el ni?o al que encarnamos durante el transcurso de la aventura. De pronto, todo cesa, los rel¨¢mpagos dejan de emitir su luz cejadora y amanecemos en mitad de un desierto. El chico es ahora un p¨¢jaro de plumaje azabache que despliega sus alas para volar sobre las arenas doradas.
El concepto de transformaci¨®n aflora desde los primeros tramos de la historia y se desarrolla hasta el final. A veces como ni?o; otras como p¨¢jaro; m¨¢s adelante, como un ser de larga t¨²nica que barre el suelo al caminar. Sin palabras, sin texto, Vane trata de contar una historia po¨¦tica que no termina de rimar, ni en asonante ni en consonante. El guion es obtuso, poco claro; los temas que se tocan, muy difusos. Consciente o inconscientemente, la narrativa transmite fragmentos sueltos que nunca se constituyen como un todo unificado. Resulta complicado describir sensaciones, pero cuando el juego termina y vuelves a convertirte en p¨¢jaro para surcar los cielos, el sentimiento final es el de estupor e incomprensi¨®n. No nos enteramos de lo que quieren contarnos, si es que realmente quieren hacerlo. Tampoco de si se trata de un argumento que va m¨¢s all¨¢ de lo que se muestra a simple vista.
Bonito y poco m¨¢s
Vane entra por los ojos. Est¨¦ticamente luce bello, porque la belleza no est¨¢ ¨²nicamente en lo luminoso, sino tambi¨¦n en la oscuridad y en los lugares opresivos en los que se desarrolla el juego. El efecto de la tormenta sobre los entornos, la construcci¨®n y deconstrucci¨®n de la arquitectura, nada es lo que parece, todo cambia y se transforma, adquiere nuevas formas...?o tal vez las formas originales? En lo visual, la obra de Friend & Foe recuerda, por odiosas que sean las comparaciones, a los t¨ªtulos del Team ICO ¡ªalgunos de sus integrantes proceden de este estudio¡ª. Comparten el enfoque art¨ªstico, su tosquedad mec¨¢nica, salvando mucho las distancias, pero mientras que unos tienen sentido como obra en conjunto, Vane se fragmenta en piezas sueltas que no funcionan como unidad.
De vuelta al principio, cuando sobrevolamos la aridez de las arenas, aleteamos y vagamos por el desierto sin ninguna clave que nos indique lo que debemos hacer. El juego deja el destino del protagonista sobre los hombros del jugador hasta las ¨²ltimas consecuencias.Sin ning¨²n indicativoque valga, es la persona a los mandos la que tiene que descubrir cu¨¢l es su siguiente movimiento. Esto es problem¨¢tico no porque la obra no te lleve de la mano, sino porque el camino es un tedio insufrible. No tardamos en dilucidar que nuestro protagonista ha de posarse en unas estructuras met¨¢licas y llamar a otros p¨¢jaros para conseguir el efecto deseado y seguir avanzando.
Los problemas se agudizan por el control absolutamente ortop¨¦dico y su sistema de c¨¢mara, que en el momento m¨¢s inoportuno te deja vendido. As¨ª, el mero hecho de intentar posarte en una estructura con la forma de p¨¢jaro se convierte en una frustrante batalla personal contra la paciencia. El ave se acerca a su destino, extiende las patas y la c¨¢mara se tuerce. Entonces, el animal pasa de largo e intenta recomponerse y enderezar el vuelo, pero en pantalla vemos al pajarraco dando tumbos.
Pensamos que la situaci¨®n solo puede mejorar, que al menos el control del ni?o parece m¨¢s s¨®lido, pero es una ilusi¨®n, lo peor est¨¢ todav¨ªa por llegar. Si la torpeza del p¨¢jaro no es suficiente, la lentitud del cr¨ªo exaspera por momentos. Y si a la parsimonia del muchacho le sumamos la roca que debemos arrastrar por todo un extenso, tortuoso y sopor¨ªfero nivel, que al alt¨ªsimo nos pille confesados. Mueve que te mueve, acompa?ado de otros ni?os id¨¦nticos ¡ªrescatados de sus sombr¨ªas jaulas¡ª, la bola posee poderes esot¨¦ricos y es capaz de modificar los escenarios a su paso y de recomponer partes de las antiguas estructuras.
De nuevo, Vane no es generoso con las indicaciones y obliga al jugador a vagar sin rumbo hasta dar con el camino correcto. En este punto, sucumbimos al aburrimiento, a la duermevela constante, solamente interrumpida en el instante en que la jugabilidad nos juega otra mala pasada o la bola se queda atascada en un agujero. Despu¨¦s de hallar lo que tiene pinta de ser la ruta correcta, el grupo de ni?os se acerca a las ruinas de un puente. Movemos la bola y gritamos todos juntos para activar sus poderes m¨¢gicos. Se ilumina con una luz cejadora, su poder se traslada al esqueleto del puente, cuyos huesos se reparan, ya est¨¢ casi, ya est¨¢ casi...hasta que algo falla, vuelve a su estado inicial. Nada, otra vez a trasladar la roca hasta el punto que el juego considera ¡°el correcto¡±. Puro ensayo y error, del que te dan ganas de apagar la consola y desinstalar el t¨ªtulo para siempre.
No es tanto el planteamiento de los puzles lo que falla, aunque tampoco sean especialmente brillantes, sino la ejecuci¨®n a todos los niveles. Como videojuego, la obra fracasa tanto en su dise?o como en sus fundamentos jugables. Los puntos de guardado son un claro ejemplo de las incomprensibles decisiones que se han tomado. No te enteras de cu¨¢ndo graba la partida y lo hace solo un par de veces durante el juego. Por mucho que la aventura sea corta ¡ª3 o 4 horas¡ª, no se entiende por qu¨¦ se ha hecho de este modo.
Vane vuela libre, choca y cae como un p¨¢jaro tocado por la muerte. Por mucha figura ret¨®rica y belleza art¨ªstica que atesore, si sus diversos componentes no se conjugan formando una pieza ¨²nica, el soneto deja de ser soneto y el poema no funciona. A pesar de su brevedad, mientras lo le¨ªamos solo quer¨ªamos que terminara.
Conclusi¨®n
A primera vista, Vane es de esos juegos que a uno le apetece jugar. Visualmente tiene un estilo art¨ªstico oscuro pero preciosista, con ese toque est¨¦tico que tanto recuerda a los juegos del Team ICO, escuela a la que tambi¨¦n pertenece RiME, de Tequila Works. Sin embargo, la obra de Friend & Foe no funciona como videojuego. Deja al jugador a merced de una jugabilidad arcaica y tosca, repleta de errores de c¨¢mara y de niveles frustrantes. Recorrer los mundos semiabiertos de Vane es una tarea tediosa, y aunque el juego es corto, se hace muy largo.
Lo mejor
- Su estilo art¨ªstico es precioso.
- La transformaci¨®n visual de los escenarios.
Lo peor
- El control, muy impreciso.
- Las c¨¢maras no funcionan como es debido.
- Argumento incomprensible.
- Un sistema de guardado autom¨¢tico que no tiene sentido.
- Niveles anodinos y experiencia tediosa.
Mediocre
Pod¨ªa ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con ¨¦l quedar¨¢ archivado en la estanter¨ªa para no jugarlo nunca m¨¢s. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.