Turok Remastered, An¨¢lisis

Vuelve Turok, ahora en HD

Turok: Dinosaur Hunter no es un juego cualquiera. Es uno de esos shooters en primera persona que serv¨ªan para marcar m¨²sculo si en 1997 ten¨ªas una Nintendo 64. El juego desarrollado por Iguana y publicado por Acclaim -a uno se le saltan las l¨¢grimas al ver sus logos al inicio del t¨ªtulo- ten¨ªa la dif¨ªcil papeleta de competir con Goldeneye como FPS de referencia en la consola de Nintendo. Ambos salieron el mismo a?o, primero nuestro cazador de dinosaurios, y ambos tuvieron una gran acogida, aunque es justo admitir que el t¨ªtulo de Rare ha pasado a los anales de la historia como uno de los mejores juegos de siempre. En todo caso, el g¨¦nero en primera persona que siempre hab¨ªa sido coto privado del PC empezaba a asomarse en consolas, y Turok fue uno de los buenos ejemplos a seguir (tambi¨¦n sali¨® en compatibles). Casi 20 a?os despu¨¦s llega un remaster HD ahora que est¨¢n tan de moda y sirve para ver las costuras de un juego viejo pero tambi¨¦n para identificar, todav¨ªa hoy, varias virtudes. 

La primera de las entregas fue todo un acontecimientos. Gr¨¢ficamente era un t¨ªtulo impresionante para la ¨¦poca y su jugabilidad, arcade puro, lo convirti¨® en uno de los favoritos de los usuarios de Nintendo 64. Vendi¨® 1,5 millones de unidades y se convirti¨® en franquicia con varias entregas posteriores. Probablemente la m¨¢s recordada por muchos fue Seeds of Evil y algunas de sus novedades como ese maravilloso Cerebral Bore. Poco a poco la saga fue perdiendo fuelle, sobre todo con el salto generacional, hasta quedar en el olvido. Hasta hoy, que llega a Steam de la mano de Night Dive Studios que han querido mantener la esencia del juego intacta con algunas mejoras muy leves en el apartado gr¨¢fico.

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Apenas ocupa 200 megas, l¨®gico teniendo en cuenta que estamos ante un remaster, y se mantienen intactas todas las se?as de identidad de la entrega original. De hecho, como dec¨ªamos, los primeros logos ya m¨ªticos de la ¨¦poca de los 32/64 bits dejan paso a esa c¨¢mara que iba subiendo mientras nos mostraba a nuestro cazador de dinosaurios favoritos. Empezamos la partida y la acci¨®n con ella, sin cinem¨¢ticas ni nada por el estilo. As¨ª era Turok y as¨ª se mantiene. Los que lo hab¨¦is jugado ver¨¦is que estamos ante un juego para el que han pasado los a?os en algunas cosas, y no solo en lo visual, y que mantiene fortalezas que juegos en primera persona a d¨ªa de hoy no tienen. Los que no sab¨¦is de qu¨¦ va la cosa no es mala idea, si le perdon¨¢is los fallos, para probar algo que es bastante distinto a lo que entendemos hoy en d¨ªa por campa?a FPS. 

Y es que como sabr¨¦is, Turok nos invita a visitar ocho zonas repartidas por un mundo de grandes dimensiones a los que podemos acceder a medida que conseguimos una serie de ¡°llaves¡± que est¨¢n repartidas por el mundo. La gran virtud del juego en este sentido es precisamente que no tenemos un desarrollo lineal, y que nuestro avance puede permitirnos llegar a ciertas llaves y zonas antes que otros jugadores en otras partidas. Caminos que se bifurcan y que nos llevan a nuevos peligros, portales dimensionales que nos trasladan a lugares inh¨®spitos y que a su vez nos trasladan a otras zonas por las que ya hab¨ªamos pasado o totalmente nuevas¡­ La sensaci¨®n de libertad de movimiento -que tampoco es tanta como parece- se mantiene vigente y somos nosotros los que decidimos iniciar un camino conscientes que tal vez, ese otro camino a la izquierda, no lo volveremos a poder retomar en mucho tiempo. 

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La b¨²squeda de las llaves es nuestro principal objetivo y su desarrollo -solo tenemos un indicador que nos dice cu¨¢ntas llaves para abrir el portal de X nivel hemos conseguido- queda a expensas de lo que nosotros decidamos hacer. Tampoco hace falta asustar a nadie, simplemente vamos recorriendo zonas con enemigos y plataformas que tenemos que superar hasta dar con dichas llaves. Muchas de ellas, por cierto, m¨¢s escondidas de la cuenta y que no est¨¢n precisamente en lugares evidentes que visitamos. Todo esto se hace a una velocidad fren¨¦tica. El t¨ªtulo tiene alma arcade de los FPS de los noventa y se nota desde un primer momento: tendremos la sensaci¨®n que Turok va corriendo sin descanso a toda velocidad mientras atacamos enemigos por todos lados. 

Encontraremos todo tipo de bestias como velociraptores y otros animales prehist¨®ricos que se van mezclando con enemigos humanos armados con armas de fuego y armas blancas o incluso ciertos personajes m¨¢s tenebrosos, como una especie de esqueleto con espadas por citar uno de los primeros que nos encontramos en el tercer nivel. No tenemos posibilidad de apuntar con miras ni nada parecido: toca calcular donde ir¨¢ la flecha que disparamos, el escopetazo de turno o las balas de la pistola o del rifle de asalto por citar algunas de las armas que vamos recogiendo. Aunque muchas veces ser¨¢ m¨¢s efectivo cortarle el cuello a los enemigos con nuestro cuchillo de mano que nunca perdemos ni dejamos de tener equipado.

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Es seguramente en este punto donde pesan m¨¢s los a?os a Turok. El t¨ªtulo muestra una IA enemiga muy poco convincente y muy encorsetada. No esper¨¦is grandes reacciones enemigas y s¨ª problemas para superar ciertas zonas por la disposici¨®n de los mismos. Los animales nos atacan cuando estamos a cierta distancia de ellos, mientras que los humanos tienen su propio radio de acci¨®n y no son los reyes de Mira Qui¨¦n Baila precisamente. Si un humano nos dispara desde una zona elevada con un rifle, ah¨ª se mantendr¨¢ aunque estemos subiendo a su plataforma. Si un rival est¨¢ escondido en una esquina no se mover¨¢ de all¨ª aunque vengamos corriendo con el cuchillo. Esto le resta encanto a la experiencia a d¨ªa de hoy, ya que se ve bastante limitado, pero no quiere decir que sea sencillo ni mucho menos. Cuando lleguemos a niveles elevados es todo un reto acabar con humanos galopando dinosaurios, torretas a lo lejos disparando y otros enemigos acechando por los lados. La exigencia est¨¢ presente. 

Sobre todo porque no tenemos mec¨¢nicas como la regeneraci¨®n autom¨¢tica y tenemos que cuidar cada punto de salud que tenemos, recuper¨¢ndola mediante ¨ªtems, y tambi¨¦n armas. Por norma, la munici¨®n m¨¢s poderosa es la m¨¢s escasa y eso se acaba notando. No faltan grandes enemigos finales en forma de jefes duros de pelar y ante los que la barra de vitalidad baja mucho m¨¢s lento de lo que estamos acostumbrados a d¨ªa de hoy (m¨ªtico es ese T-Rex medio mec¨¢nizado en una enorme sala donde no hay lugar para esconderse y s¨ª para intentar escapar). El control, en todo caso, responde bien la gran mayor¨ªa de veces aunque algunos de los saltos -el sector plataformero est¨¢ presente cada dos por tres para llegar a coleccionables, objetos y abrir nuevos caminos- hemos fallado m¨¢s de lo que nos gustar¨ªa con la sensaci¨®n de que lo hac¨ªamos justo en el momento que tocaba. 

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En definitiva, la experiencia jugable es la misma que vimos en 1997 y eso tiene cosas buenas y cosas malas. Destacar que no faltan algunos detalles que se han mantenido intactos como es la presencia de trucos que podemos activar con c¨®digos y que siguen funcionando. Adem¨¢s de poder hacer locuras, luchar con jefes y divertirnos con modificaciones originales, no deja de ser un gui?o a los jugadores de la ¨¦poca que se sentir¨¢n recompensados por el simple hecho de poder volver a poner -hace tiempo ya de eso, eh- c¨®digos de trucos para conseguir ventajas y extras interesantes.

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