?D¨®nde est¨¢n mis ra¨ªles?

Trasladar las versiones de recreativa de juegos como Time Crisis, Virtua Cop o Ghost Squad no suele funcionar bien del todo: necesitas comprar una pistola espec¨ªfica y su duraci¨®n deja mucho que desear. La llegada del Wiimote y ahora Move ha conseguido paliar el primer problema y la ¨²ltima entrega de Time Crisis pretend¨ªa acabar de ra¨ªz con el otro. Para ello, Namco ha incluido en un mismo disco tres juegos diferentes: Razing Storm como t¨ªtulo central y, trasladados directamente desde su versi¨®n arcade, Time Crisis 4 y Deadstorm Pirates como extras. Un tres por uno a priori de lo m¨¢s atractivo, perfecto para sacar partido a PlayStation Move, cuyo cat¨¢logo est¨¢ a¨²n un tanto escaso. Por desgracia, no es oro todo lo que brilla... aunque no adelantemos acontecimientos.

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Razing Storm es, con diferencia, el juego m¨¢s completo de los tres. Incluye para empezar una versi¨®n arcade, en la que nos convertimos en miembros del equipo Alpha y a lo largo de tres niveles (no especialmente largos) nos enfrentamos a milicianos no precisamente listos y engendros mec¨¢nicos de diversos tama?os. El desarrollo es muy t¨ªpico y no da precisamente para mucho. Tenemos siempre una ametralladora que recargamos simplemente pulsando un bot¨®n, el cual tambi¨¦n sirve para sacar un escudo que nos protege de los disparos y ataques (no hay posiciones donde cubrirse). En momentos puntuales nos permiten emplear otra arma como un fusil de racimo o un lanzacohetes, para acabar con enemigos m¨¢s pesados, pero todo predeterminado. En definitiva, un Time Crisis m¨¢s y no precisamente de los mejores, donde lo m¨¢s destacable son los escenarios destructibles. Cabe mencionar, como es de esperar, que hasta dos jugadores pueden participar y competir entre ellos a ver qui¨¦n consigue sacar m¨¢s puntos, con puntos de control en los que se va viendo qui¨¦n va ganando.

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El pilar fundamental, supuestamente, del juego, aquello que lo hace ¨²nico, es el modo historia. El argumento no es especialmente digna de menci¨®n. Un grupo de mercenarios asalta una prisi¨®n en Brasil para liberar a su l¨ªder, quien declara la guerra, c¨®mo no, a los Estados Unidos de Am¨¦rica. Nosotros formamos parte de una unidad de asalto de elite, S.C.A.R, que es enviada a capturar al cerebro que est¨¢ detr¨¢s de este conflicto. No es tarea f¨¢cil, no tanto porque cuentan con monstruos mec¨¢nicos y exoesqueletos duros de pelar, sino porque el sistema de control es lo m¨¢s horrible e injugable que hemos probado en mucho tiempo. Al contrario de lo que estamos acostumbrados, el manejo es similar al de un FPS y tanto la c¨¢mara como el movimiento del jugador los dirigimos nosotros. Craso error. B¨¢sicamente es un juego sobre ra¨ªles, totalmente pasillero (no sencillamente lineal, sino que apenas podemos decidir por d¨®nde movernos), en el que nos han permitido ser nosotros los que decidimos d¨®nde mira la c¨¢mara en cada momento. Como idea inicial  no es muy alentadora, aunque bien llevada puede dar algo de juego, mas no es el caso.

No han tenido mejor idea que hacer que la c¨¢mara se gire llevando el puntero del mando al extremo de la pantalla. Cualquiera que haya probado un sistema similar en Wii sabr¨¢ que no funciona en absoluto, los giros son muy lentos y no hay fluidez en los movimientos. En definitiva, un juego as¨ª se vuelve directamente imposible. Se ve que en Namco se dieron cuenta de ello y optaron por dise?ar los niveles de forma que pr¨¢cticamente todo viene de frente, evitando as¨ª voltear la mirada bruscamente porque aparezca alguien por detr¨¢, pero no es suficiente en absoluto. Por eso mismo seguramente consideraron un bot¨®n que autom¨¢ticamente centra la c¨¢mara en el enemigo m¨¢s pr¨®ximo, facilitando apuntar para disparar. ?Qu¨¦ ocurre si tenemos que utilizarlo continuamente? Pues que un juego supuestamente de c¨¢mara libre ha pasado a ser sobre ra¨ªles. Como veis, un fracaso absoluto.

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Si nos olvidamos de ese insignificante detalle y miramos a todo lo dem¨¢s sin recelos, la cosa no es que mejore mucho. Hoy en d¨ªa hay una discusi¨®n entre los que prefieren una IA como la del Halo, mucho m¨¢s trabajada y que nos hace sudar la gota gorda, o como la del Call of Duty, guiada por scripts pero que supongan situaciones emocionantes y divertidas. La IA de Razing Storm es sencillamente nula. Los enemigos corren como pollo sin cabeza hacia nosotros e intentan golpearnos en lugar de atacarnos desde la distancia, de forma que en la que nos descuidamos los tenemos encima y lo m¨¢s que podemos hacer es correr para atr¨¢s para ganar ¨¢ngulo de visi¨®n y disparar a lo loco. Los hay, no obstante, que est¨¢n colocados en ciertos lugares donde, con un poco de suerte, incluso intentan cubrirse (todo esto siempre predefinido).

Es en esos instantes en los que podemos tratar de usar el sistema de cobertura, consistente en acercanos a uno de los puntos designados a tal efecto y marcados con una flecha verde en pantalla. Una vez llegamos all¨ª, levantamos nuestro mando para que deje de mirar a la c¨¢mara y... empezamos a llorar de lo mal que funciona todo. Cuando no nos deja vendido el sistema porque el personaje ni se agacha ni se esconde (igual se queda mirando a ver qu¨¦ bonito es el cielo brasile?o mientras lo fr¨ªen a tiros), el sitio donde nos estamos cubriendo no sirve de absolutamente nada porque nos pueden seguir alcanzando (y no precisamente porque lo hubi¨¦ramos elegido mal, ya que no hay ning¨²n otro en muchos casos). Si lo que buscamos es agilidad, como si estuvi¨¦ramos pulsando el pedal de la m¨¢quina recreativa para salir, pegar dos tiros certeros y volver a esconder la cabeza, olvidaos, no es ni remotamente parecido. Y para que no falte nada, cambiar de arma o utilizar el zoom es de lo m¨¢s anti-intuitivo.

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Razing Storm da algo m¨¢s de s¨ª con dos modos adicionales. El modo centinela est¨¢ pensado sobre todo para varios jugadores en una misma casa (tiene poca emoci¨®n si jugamos solos), y nos pone en una situaci¨®n similar a la del pr¨®logo del modo historia: hay una fuga en la c¨¢rcel organizada por unos milicianos de la que se est¨¢n aprovechando el resto de presos. Nosotros hemos de acabar con ambos, evitando a toda costa herir a los polic¨ªas que est¨¢n interviniendo. Cada nivel de dificultad supone tambi¨¦n un emplazamiento diferente y las partidas se dividen en rondas, donde var¨ªa el lugar en el que nos situamos. Nuestra posici¨®n es segura y actuamos como si fu¨¦ramos francotiradores, disparando a discreci¨®n, aunque debemos hacer uso del zoom en primer lugar para que el gatillo est¨¦ activo. Al final de cada ronda se cuentan los puntos. No es que sea gran cosa, pero para pasar el rato con los amigos alguna tarde puede valer.

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Por ¨²ltimo nos encontramos con el modo multijugador, que no se sale de la norma en cuanto a opciones: combates a muerte individuales o por equipo, capturar la bandera y rey de la monta?a. Podemos elegir igualmente si queremos partidas de entrenamiento o clasificatorias. La diferencia con el modo historia es que todos los oponentes se encuentran en la misma situaci¨®n, dado que el control es desastroso para todos y cada uno de ellos, as¨ª que se pueden sacar unos buenos ratos si ignoramos la frustraci¨®n de no saber para d¨®nde miramos. Al menos los mapas son tirando a peque?os (probablemente de manera excesiva), as¨ª que no hay lugar a perderse.

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Deadstorm Pirates

Los dos acompa?antes de Razing Storm son mucho m¨¢s cl¨¢sicos en todos sus aspectos, lo cual, visto lo visto, agradecemos enormemente. En Deadstorm Pirates vivimos toda una historia de piratas, yendo en busca del tesoro. Que hay fantasmas con un gui¨®n as¨ª a estas alturas no sorprende en absoluto, que aparezcan engendros mec¨¢nicos quiz¨¢ un poco m¨¢s. La parte m¨¢s positiva de este t¨ªtulo es que introduce elementos que a?aden variedad a las situaciones en las que nos vemos involucrados, desde tener que agarrar un tim¨®n en unos r¨¢pidos para evitar chocarnos con las rocas a ponernos a controlar un ca?¨®n para disparar a barcos que quieren hundirnos. No es que sea extradamente original, pero al menos se sale algo del avance y disparo de siempre. Las transiciones est¨¢n hiladas por cinem¨¢ticas que, aun con las limitaciones del idioma (las voces est¨¢n en ingl¨¦s), nos sacar¨¢n alguna sonrisa.

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La mec¨¢nica est¨¢ dise?ada totalmente para que sean dos jugadores los que tomen los mandos. Si bien uno solo puede pas¨¢rselo bien, sin duda, para sacar m¨¢ximo provecho de diversas caracter¨ªsticas es mejor contar con un compa?ero. Prueba de ello es el tiro combinado, que se realiza cuando las mirillas de los dos jugadores est¨¢n bastante pr¨®ximas, lo que genera una mayor potencia que la simple suma de dos disparos. Tambi¨¦n habr¨¢ enemigos m¨¢s fuertes que presentar¨¢n ¨¢reas en las que tendr¨¢ que disparar los dos jugadores a la vez para poder hacerle da?o. En definitiva un juego cl¨¢sico del g¨¦nero con alguna idea interesante, una genial ambientaci¨®n para desarrollar la historia y diversi¨®n pura y directa.

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Time Crisis 4

No es la primera vez que vemos Time Crisis 4 en PS3, donde tambi¨¦n se intent¨® hacer de la franquicia un FPS. Esta vez, por suerte para nosotros, se trata de una traslaci¨®n exacta y directa de la versi¨®n de recreativas, con lo que perdemos por el camino el modo misiones. No hay mucho que contar, por tanto, que no se sepa ya, y de hecho os invitamos a que os pas¨¦is por el an¨¢lisis de dicha entrega de hace ya algo m¨¢s de dos a?os. Siendo un Time Crisis de toda la vida, a?ade alg¨²n elemento ¨²nico como el cambio de armas manual (autom¨¢tico en el arcade de Razing Storm), y no falla en cuanto a ofrecer un nivel de dificultad endiablado.

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