They Always Run: An¨¢lisis. Persecuci¨®n cyberpunk

El cyberpunk vuelve a estar de moda. Quitando el m¨¢s famoso ejemplo de CD Projekt, en los ¨²ltimos a?os han sido muchos los lanzamientos que han decidido colmarnos de neones y gozo. Alawar Premium, creadores de la saga Beholder, han decidido a?adir a la tendencia con They Always Run. En este caso, la gran novedad es la extremidad adicional de nuestro protagonista, un brazo bi¨®nico en mitad de su pecho. Ratas, gatos, criminales, cazarrecompensas, neones y nubes¡­ esto es They Always Run.

Cazando Ratas

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Si algo hace bien m¨¢s que bien este juego es su introducci¨®n. Un bar que bien podr¨ªa ser la taberna de un western. Numerosos desconocidos, ninguno amigable. Preguntas incomodas. Golpes, astillas, violencia por doquier. Una ¨²nica figura resulta victoriosa, dominante sobre el resto, su met¨¢lico tercer brazo reluciendo en su pecho. Aiden, nuestro protagonista, es un misterioso cazarrecompensas perteneciente a una raza con esta caracter¨ªstica extremidad. Busca a una rata y har¨¢ lo que sea para encontrarla.

Poco m¨¢s tarde estamos persiguiendo a nuestra presa, saltando sobre obst¨¢culos, balance¨¢ndonos colgados de vigas poco seguras y, finalmente, atrapando a nuestro objetivo. Pronto se establece una compleja trama en cuyo centro nos hayamos. Esta galaxia no es segura y nuestros lugares favoritos son los menos seguros de la misma. Criminales ser¨¢n tanto nuestros objetivos como nuestros contratadores. Haremos amigos de cuya fidelidad siempre tendremos que dudar y enemigos de cuyo odio no podremos dudar.

They Always Run es divertido de principio a fin y gran parte de eso es gracias a su historia. No es algo que se vaya a llevar premios pero siempre entretiene. Algunos personajes inesperados nos sacaron una escondida sonrisa y el final ata agradablemente cualquier agujero existente. S¨ª jugaste a Guardianes de la Galaxia el a?o pasado y quieres algo parecido esto es una alternativa con sensaciones sorprendentemente cercanas. Evidentemente se prepara para una secuela que a¨²n no sabemos si llegar¨¢ pero mientras tanto es un t¨ªtulo cuya historia est¨¢ bastante por encima del ¡°indie¡± medio.

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Visualmente tambi¨¦n es un t¨ªtulo de lo m¨¢s result¨®n, como pod¨¦is ver en las im¨¢genes adjuntas. Sus diversos escenarios est¨¢n realizados con un estupendo cari?o y los fondos mientras perseguimos a nuestras potenciales presas siempre sorprenden con su dimensi¨®n y detalle. Su mezcla de fantas¨ªa, ciencia ficci¨®n y tecnolog¨ªa antigua est¨¢ perfectamente ejecutada y queda claro que los artistas responsables son veteranos m¨¢s que capaces. Las animaciones son tremendas y dan al jugador sensaci¨®n de poder en caso de pelear y fluidez en el caso de moverse. Especial menci¨®n a las excelentes presentaciones planetarias.

La otra gran baza de su presentaci¨®n es una gran banda sonora. A trav¨¦s de sintetizadores se crea el ambiente para esta aventura y They Always Run siempre sabe cuando presentar una calmada melod¨ªa de fondo y cuando debe acercarse al frenetismo m¨¢s excesivo. Nunca perseguiremos a alguien sin que la banda sonora resalte la velocidad de nuestras zancadas. No recordamos ninguna canci¨®n en concreto pero s¨ª c¨®mo nos hicieron sentir: poderosos

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Salta y corre

Desafortunadamente no todo en este juego est¨¢ al nivel de su componente art¨ªstico. Es com¨²n en mucho indie contempor¨¢neo empezar a construir la casa por el tejado. Un juego puede ser todo lo bonito que quiera pero tambi¨¦n debe apelar al jugador como tal, por lo menos si incluye componentes jugables. Aqu¨ª la mayor¨ªa de nuestro tiempo se dedicar¨¢ a una mezcla entre plataformas y combate contra m¨²ltiples enemigos. Ninguno de los cuales sorprende ni deleita.

Las plataformas son sencillas. Salta a esta viga, salta de la viga a esta valla trepable y de la valla a otra viga y de ah¨ª al suelo a pelear. En momentos puntuales debemos deslizarnos, saltar obst¨¢culos, etc¨¦tera. Pero a pesar de repetir pr¨¢cticamente los mismos saltos de principio a fin, nunca los amaestramos por la imprecisi¨®n de sus controles. Falta esa capacidad de hacer un salto a base de pura intuici¨®n, esa seguridad de que si he hecho el salto bien voy a acabar donde quiero. La mayor¨ªa del tiempo funciona bien, pero siempre que no lo hace es m¨¢s molesto que un justo castigo.

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El combate es similar. Trata siempre de sobrecogernos con muchos enemigos, algo parecido a los juegos de Batman pero en 2D. Podemos bloquear sus golpes, dispararles y un sinfin de movimientos que iremos desbloqueando a lo largo del juego. Pero nuestros movimientos casi nunca se pueden cancelar, algo terrible cuando tres enemigos a la vez lanzan un ataque contra nosotros mientras estamos en la recta final de un combo. Tampoco hay suficientes combinaciones de enemigos como para que al final del juego no nos hayamos aburrido del combate y cuando se nos presentan ¡°nuevos tipos de enemigos¡± suelen ser los mismo de siempre con una nueva indumentaria.

No querr¨ªamos dejar este an¨¢lisis sin hablar de los malos finales. Hacia tiempo que no jug¨¢bamos unos tan decepcionantes como los dos ¨²ltimos. En un juego donde el mayor desafi¨® supone morir contra un salto mal calibrado por los desarrolladores, estos dos ¨²ltimos enemigos son tan tremendamente dif¨ªciles que cambian por completo la forma de jugar. Debemos aprendernos sus patrones a la perfecci¨®n y en ocasiones adivinar que ataques pretenden hacer a base de misticismo. Avisar de los ataques con la animaci¨®n de los enemigos es un concepto que los desarrolladores claramente conocen. No sabemos por qu¨¦ decidieron no usarlo con los malos finales.

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