El amor es cosa de dos

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La pantalla t¨¢ctil de Nintendo DS es uno de los mayores reclamos para hacerse con la consola, no en vano, su uso est¨¢ muy extendido en la gran parte de los juegos que salen para la misma. El pasado a?o durante su estreno por estas tierras de occidente llegaron dos t¨ªtulos que centraban la interacci¨®n del usuario exclusivamente a trav¨¦s de la pantalla t¨¢ctil y en mayor o menor medida del micr¨®fono, hablamos de Project Rub y Wario Ware Touched. Estos dos t¨ªtulos basaban su jugabilidad en variados minijuegos que de desarrollaban sobre una peque?a trama argumental.

Projec Rub part¨ªa de un flechazo casual para albergar diversos e incluso adictivos minijuegos, que iban pincelando la historia de amor entre dos j¨®venes. The Rub Rabbits parte del mismo concepto, un joven  que encuentra casualmente a una joven  de la que queda prendado y que intentar¨¢ por todos los medios conseguir una cita con ella. En los primeros compases del juego, entra en escena una segunda f¨¦mina que se enamora de nuestro protagonista y viendo como este pasa totalmente de ella, decide poner fin por el medio que sea al amor de los pretendientes.

Toca, sopla y gira...?Rub it!

La historia principal se desarrollar¨¢ a trav¨¦s de un total de 37 fases. En casi la totalidad de ellas, los minijuegos son diferentes, aunque s¨ª es cierto que encontramos alg¨²n que otro repetido, no obstante se cuentan con los dedos de una mano. El aprovechamiento t¨¢ctil de la consola es del 99% en la mayor¨ªa de los minijuegos, dejando un peque?o lugar al uso del micr¨®fono que deber¨ªa haberse aprovecha en mayor medida. Adem¨¢s, una de las novedades es que en ciertas ocasiones deberemos girar la consola bien 90? o bien 180? aprovechando la doble pantalla de la port¨¢til.

Las escenas pueden ir variando entre est¨¢ndar o escena de amor. Las primeras se desarrollan a trav¨¦s de cinco fases en las que se va incrementando gradualmente la dificultad, mientras que las segundas duran un solo acto y deberemos completar la barra de amor de nuestra chica. Adem¨¢s tras una serie de escenas  nos enfrentaremos a retos contra algunos jefes finales. Como pod¨¦is ver, la base es toda pr¨¢cticamente id¨¦ntica a Project Rub.

Uno de los problemas de Project Rub y sobre los que la cr¨ªtica incidi¨® m¨¢s era la corta vida del t¨ªtulo y la rapidez con la que pod¨ªa completarse. En The Rub Rabbits el problema vuelve a surgir aunque en menor medida. Tras completar el modo historia se nos abrir¨¢n nuevos modos de juego para prolongar la vida del t¨ªtulo. Como pasaba en Project Rub podremos iniciar de nuevo el modo historia en un nivel mucho m¨¢s complicado y adem¨¢s repetir individualmente las pruebas que queramos con el fin de completar la totalidad de sus fases sin gastar una sola vida. Adem¨¢s, se nos abre una peque?a historia paralela basada en la segunda chica, no obstante completar este modo no nos llevar¨¢ ni veinte minutos, quedando lejos de intentar aumentar la longevidad del juego.

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La chica a tu gusto

Completar los niveles no s¨®lo nos permite avanzar en el modo historia, sino que nos reporta beneficios. A diferencia de la anterior entrega d¨®nde pod¨ªamos activar nuevos modelitos para nuestra chica encontrando conejos ocultos, en The Rub Rabbits la idea se vuelve m¨¢s comercial. Adem¨¢s de conseguir los 60 conejos en el juego tendremos que conseguir dinero (o puntos) completando los minijuegos. Dependiendo de las vidas que consigamos mantener la cantidad de puntos ir¨¢ variando. Si bien algunos complementos para nuestra chica se consiguen con muy pocos puntos, otros nos costar¨¢n 99999 con lo que tendremos que aplicarnos para completar casi al 100% el t¨ªtulo.

Adem¨¢s podremos dise?ar nuestros propio vestuario, dibujando motivos en un peque?o editor que incorpora o bien cambiar la tonalidad de colores en los vestidos est¨¢ndares e incluso el pelo de nuestra chica. Una rubia con coletas y bikini ha sido nuestra elecci¨®n, aunque tambi¨¦n nos encontramos conjuntos bastante dispares como un traje de samurai. Tambi¨¦n tenemos a nuestra disposici¨®n un visor para ver de cerca a nuestra chica e incluso hacerla mover a trav¨¦s de una serie de botones.

...y ahora multijugador

Una de las novedades sobre Project Rub es que se ha incorporado un modo multijugador bien sea a trav¨¦s de wifi o tambi¨¦n compartiendo la misma DS con otra persona. Si elegimos el ¨²ltimo modo, se nos pedir¨¢ una serie de datos personales a ambos participantes, acto seguido cortaremos la tarta nupcial y dependiendo del corte y nuestros datos nacer¨¢ un ni?o o ni?a con una serie de atributos.

Por su lado, el modo multijugador wifi permite el juego  para cuatro jugadores con un planteamiento m¨¢s cercano al modo principal y con pruebas diferentes con el fin de no caer en la monoton¨ªa.

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Jugabilidad

Jugablemente The Rub Rabbits! es id¨¦ntico Project Rub, salvando las misiones en las que deberemos girar la consola. El uso del stylus var¨ªa seg¨²n las necesidades: desplazamientos lentos o r¨¢pidos, o pulsar insistentemente sobre una zona. Por otro lado el uso del micr¨®fono est¨¢ un poco dejado de lado si lo comparamos con Project Rub.

Completar el juego es relativamente f¨¢cil, ya que las misiones complicadas son f¨¢cilmente superables gracias al ensayo-error. Aunque siempre habr¨¢ alguna que se nos atragante de buena manera, m¨¢s cuando el nivel de dificultad es alto.

Aspecto t¨¦cnico

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Si algo es bueno, ?para qu¨¦ cambiar?.  The Rub Rabbits es id¨¦ntico t¨¦cnicamente a Project Rub (ojo, no quiere decir que es malo). Los personajes mantienen la est¨¦tica de cuerpos negros con algunos complementos que destacar a trav¨¦s del color. Los escenarios en 3D est¨¢n en su mayor parte muy bien realizados con los detalles justos para quedar prendado de la calidad t¨¦cnica del juego.

La historia se sigue desarrollando a trav¨¦s de im¨¢genes 2D como si de un comic se tratara sin ning¨²n tipo de animaci¨®n. La falta de movimiento en las im¨¢genes puede hacer pensar que es soso, pero al contrario, combinando dichas escenas con la est¨¦tica global del juego ofrecen un resultado original y divertido. No obstante, para gustos colores.