The Ninja Saviors, an¨¢lisis

Tras la pantalla de presentaci¨®n de The Ninja Saviors - Return of the Warriors, la nostalgia se presenta de forma directa, transport¨¢ndonos a momentos donde hac¨ªamos cola en los recreativos del barrio, mientras mir¨¢bamos c¨®mo los m¨¢s avezados del lugar se pasaban Street Fighter o Final Fight con tan s¨®lo un cr¨¦dito.

La sensaci¨®n de meter la moneda, o¨ªr el sonido que actualizaba el contador de cr¨¦ditos, y jugarnos ese precioso dinero a un todo o nada cooperativo en t¨ªtulos como Sunset Riders o Cadillac & Dinosaurs era una sensaci¨®n que, a d¨ªa de hoy, no tiene igual. Es ah¨ª donde juega The Ninja Saviors, remake del cl¨¢sico de Super Nes (The Ninja Warriors) que pretende servirnos como punto de retorno a nuestra infancia. Aunque, lejos de abordar el presente an¨¢lisis desde un mismo prisma, tambi¨¦n es de recibo preguntarse: ?qu¨¦ propone el t¨ªtulo que nos ocupa al jugador que no busca el entretenimiento a trav¨¦s de la nostalgia?

La danza del guerrero

TheNinja Saviors es un beat¡¯em¡¯up apuntalado en elementos cl¨¢sicos de juegos como Shadow Dancer, Final Fight, Shinobi o Batman Returns, basado en una experiencia de acci¨®n que puede disfrutarse tanto solo como acompa?ado. Contando con varios niveles de dificultad (que iremos desbloqueando a medida que superemos cada fase), podremos abordar las trifulcas eligiendo entre tres personajes diferentes.

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Cada uno con una clase bien diferenciada: el cibern¨¦tico Kamaitachi es r¨¢pido en perfil bajo, la ninja Kunoichi se presenta como la m¨¢s equilibrada y ¨¢gil, mientras que el gigantesca sombra sin nombre hace de su fuerza y contundencia armas de excepci¨®n. Cada vez que muramos, se nos dar¨¢ la opci¨®n de continuar seleccionando de nuevo nuestro protagonista, mientras nos vamos enfrentando a hordas de enemigos de todas las clases y colores. En este momento es clave definir una de las caracter¨ªsticas principales de The Ninja Saviors: la acci¨®n se desarrolla en un s¨®lo plano de profundidad.

A diferencia de Final Fight o Streets of Rage, donde contamos con un escenario donde movernos en las tres dimensiones, el t¨ªtulo que nos ocupa se asemeja m¨¢s al desarrollo horizontal de Shadow Dancer, Robocop o Shinobi, donde la c¨¢mara virtual no permite esos puntos de fuga.

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Ah¨ª reside tambi¨¦n su ¨¦xito: los enemigos nos vendr¨¢n de izquierda o derecha, pero tambi¨¦n desde arriba (desde otro nivel de altura al que no podremos acceder, o montados en ¨¦picos veh¨ªculos que irrumpen en el escenario de manera imprevista) y nosotros contaremos con tan s¨®lo tres botones y el pad para hacerles frente.

De esa sencillez tambi¨¦n proviene su adictiva propuesta: podremos hacer combos presionando el ataque de forma repetida, saltar (seg¨²n personaje) mientras lanzamos una patada o sablazo a¨¦reos, realizar agarres proyectando a nuestros enemigos en distintas direcciones (Batman Returns ah¨ª era inigualable), o desatar un poderoso ataque especial si hemos cargado bater¨ªas sin ser golpeados por el enemigos durante un tiempo prudente.

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Poco m¨¢s hay dentro de su premisa jugable, y es en este aspecto (y en algunos otros) donde reside a la vez su mayor baza, y su principal debilidad como videojuego de acci¨®n. Los ataques con los que empezamos, as¨ª como distintos tipos de agarre y combinaciones que desatan acometidas poderosas (todas ellas gastando barra de energ¨ªa), son los que tendremos al final de la aventura. Es verdad, respecto a anteriores versiones podremos manejar a dos personajes extra, una vez superemos el juego por primera vez.

Un dise?o general con luces, y alguna sombra ninja

Esta caracter¨ªstica, muy unida a m¨¢quinas recreativas de anta?o, es posible que no sea del agrado de todos en la actualidad. Hay variedad de situaciones a lo largo de la ¡ªcorta, eso s¨ª, alrededor de hora y media o dos¡ª campa?a principal, nos encontraremos objetos por el escenarios que agarrar y lanzar a nuestros adversarios, e incluso algunos niveles cuentan con elementos contextuales (ventiladores o barras de energ¨ªa intermitentes) que pueden hacer da?o tanto a nosotros como a los adversarios del tr¨ªo protagonista.

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Pero la rejugabilidad del t¨ªtulo m¨¢s all¨¢ de la primera partida es limitada, solo vi¨¦ndose incrementada por la adici¨®n de nuevos personajes o superar los niveles de dificultad m¨¢s contundentes. Eso s¨ª, el n¨²cleo jugable funciona, la ¡°te¨®rica¡± monoton¨ªa que supone tener ataques limitados hace que nos especialicemos con cada personaje y los vayamos manejando a la perfecci¨®n, luchar contra casi una decena de enemigos finales ameniza la aventura, y jugar en cooperativo es un gran aliciente para aprovechar el modo dif¨ªcil del t¨ªtulo.

Con dos jugadores en pantalla, la experiencia gana de forma considerable y hace de las escenas de acci¨®n algo mucho m¨¢s espectacular, pese a que no podamos disfrutar de hecatombes protagonizadas por 4 ninjas de forma simult¨¢nea.

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Adem¨¢s, el apartado gr¨¢fico del t¨ªtulo es m¨¢s que notable, con un pixel art muy bien planteado bajo una direcci¨®n art¨ªstica que mira a los arcade de los 90. Tanto los personajes como los escenarios gozan de buen detalle, gradaciones de color que los definen de forma muy volum¨¦trica, y un scroll parallax efectivo. En el plano sonoro, a la escasez de efectos de sonido y composiciones musicales se enfrenta de forma directa una muy buena selecci¨®n de melod¨ªas y unas peque?as voces digitalizadas que aportan variedad a la acci¨®n. Una acci¨®n que, como hemos dicho antes, se disfruta de manera m¨¢s salvaje si viene acompa?ada por una gran dosis de nostalgia.