The Maw
- PlataformaPC3608
- G¨¦neroPlataformas
- DesarrolladorTwisted Pixel Games
- Lanzamiento21/01/2009
La gula nunca fue tan divertida
Un peque?o extraterrestre raptado y una criatura gelatinosa de color violeta se convierten en una de las parejas m¨¢s imposibles del mundo de los videojuegos. Eso s¨ª, a Maw s¨®lo le regir¨¢ una regla: comer para sobrevivir.
La actual generaci¨®n de consolas nos ha ense?ado lecciones muy valiosas que merecen ser tenidas en cuenta; el valor de un juego y la calidad que puede llegar a ofrecer no dependen exclusivamente del n¨²mero de gigas que ocupe en un DVD/Blu-ray o del presupuesto millonario invertido en su desarrollo. No. Muchas veces se trata de ofrecer, sin m¨¢s, un buen juego. Tanto el Bazar de Xbox Live, pasando por la consola virtual y Wiiware, as¨ª como PlayStation Network y su tienda virtual, nos han devuelto el valor de lo cl¨¢sico -Castlevania Symphony of the Night, Prince of Persia-, ejemplos paradigm¨¢ticos de dise?o y jugabilidad contundentes -caso Braid- y, por fortuna, el juego que nos ocupa: The Maw, una mezcla brillante de plataformas y puzzles donde un par de extraterrestres, a cada cual m¨¢s peculiar, consiguen arrancarnos diversi¨®n y alguna que otra sonrisilla tonta a partes iguales, siendo un gran exponente del g¨¦nero embutido en poco m¨¢s de 140 megas.
The Maw nos mete en la piel de Frank, un peque?o extraterrestre raptado y encerrado en una nave junto a varias criaturas m¨¢s. Con apenas tiempo para asumir su captura, Frank observa, a pocos metros de ¨¦l, una extra?a criatura morada, de textura gelatinosa, con un solo ojo y una boca poderosa, llena de afilados dientes. La primera mirada que se cruzan ambas criaturas da a entender que entre los dos surgir¨¢ una extra?a amistad, algo que confirma Frank con una sonrisa de oreja a oreja, justo antes de que la nave donde ambos permanecen encerrados se vaya al traste en apenas segundos. A¨²n en estado de shock por la explosi¨®n, Frank se despierta al lado de su nuevo amigo, llamado Maw, el cual no duda en hacer frente a los miembros supervivientes de la tripulaci¨®n de la nave, con graciosos resultados y momento "Kill Bill" incluido. Una nueva explosi¨®n tumba a nuestro h¨¦roe y una vez despierto por segunda vez, comienza, esta vez s¨ª, The Maw.
Y es que Maw, a pesar del poco respeto que muestra hacia su comida, es uno de esos personajes que por s¨ª solos pueden justificar la compra de un juego, aunque s¨®lo sea por ser testigos de sus excentricidades y a veces desternillantes reacciones ante la adversidad o el placer de una buen manjar, ya sea por el miedo al ver una criatura terrible, atragantarse por comer algo que no deb¨ªa o correr como alma que lleva el diablo despu¨¦s de probar un ser envuelto en llamas; Maw demanda comida, se lamenta, emite extra?os gru?idos cuando algo no va bien o agradece que su gu¨ªa personal le lance a la boca algo comestible. Maw es un h¨¦roe improvisado, y se come todo aquello que tiene la desdicha de cruzarse en su camino?salvo Frank claro est¨¢.
Y es que hablar de Maw o de Frank -pero sobre todo de Maw- da pie a comentar el excepcional dise?o art¨ªstico del que hace gala el juego, con alguna que otra lacra t¨¦cnica que le impide llegar m¨¢s lejos. La caracterizaci¨®n de ambos protagonistas es simple pero altamente satisfactoria, y perfectamente adaptada a nuestros tiempos, asumiendo, claro est¨¢, el tono desenfadado y caricaturesco del que hace gala el juego, con el uso de una paleta de colores especialmente intensa. El cuerpo de Maw reproduce con brillantez su textura gelatinosa y propensa al cambio, mientras que Frank, menos impresionante, goza de un dise?o entra?able que resulta ser el complemento perfecto ante el gesto de deseo de su siempre hambriento amigo.
Junto a Frank y Maw existen m¨¢s variedad de criaturas, que van desde las plantas, caracoles escondidos bajo rocas, reptiles envueltos en llamas, lombrices, criaturillas redondas llamadas Yums y hasta escarabajos toro gigantes, y, como principales enemigos, los engendros mec¨¢nicos a los que debemos hacer frente, desde peque?as torretas lanzadoras de plasma, soldados y grandes ca?ones l¨¢ser. Toda esta fauna posee un dise?o a la altura de los protagonistas, al igual que sus respectivas animaciones, y es que todas las criaturas de The Maw forman un h¨¢bitat que reacciona a la perfecci¨®n ante la invasi¨®n de Maw y su gu¨ªa Frank.
En el caso de los escenarios, no corren la misma suerte que los animalillos que por ellos pasean; no se trata tanto de una cuesti¨®n t¨¦cnica -que tambi¨¦n tiene su parte de culpa- sino por un dise?o pobre y una sensaci¨®n de vac¨ªo que agrava la simpleza del mundo por el que se mueven Frank y Maw. Desde luego, hay que entender que estamos hablando de un juego dise?ado ¨²nica y exclusivamente para la zona Arcade de Xbox Live, pero eso no nos impide ser testigos del desafortunado contraste entre las criaturas que dan vida al desarrollo del juego y los respectivos escenarios, ya que los segundos no est¨¢n a la altura de los primeros, haciendo gala de un anacronismo donde se dan cita efectos t¨ªpicos de la Next-Gen y la Old-Gen, pero, a¨²n asumiendo la falta de detalle general, es esa sensaci¨®n de vac¨ªo y poca variedad la que hace m¨¢s da?o al dise?o de los niveles. Se trata, en definitiva, de escenarios simples, o siendo menos contundentes, de escenarios funcionales.
No obstante, a pesar del negativo contraste, no hace falta decir que The Maw est¨¢ por encima de la media en lo que aspecto gr¨¢fico se refiere en comparaci¨®n con la mayor¨ªa de juegos disponibles en el Arcade de Xbox Live, llev¨¢ndose la palma la excelente caracterizaci¨®n de todos los personajes en general, y The Maw en particular. Es una verdadera l¨¢stima que la representaci¨®n de los escenarios no acompa?e al resto de elementos en cuanto a calidad. Ser¨ªa el broche de oro a un apartado gr¨¢fico notable.
A veces no bastar¨¢ con alimentar a Maw sin m¨¢s. Existen ciertos animales que no podr¨¢ comer de ninguna de las maneras, o criaturas que, sin pasar por un proceso previo, tampoco podr¨¢n ser ingeridas por Maw. Por ejemplo: en los primeros niveles, encontraremos unos reptiles envueltos en llamas que si intentamos dar a Maw tal cual, le quemar¨¢n por dentro y tendr¨¢ que aliviar su dolor en alg¨²n riachuelo cercano. La soluci¨®n ser¨¢, entonces, capturar a estos reptiles, mojarlos, y una vez mojados, d¨¢rselos a Maw para que los devore y se transforme entonces en un ser capaz de lanzar fuego por la boca, lo que nos permitir¨¢ quemar elementos que nos imped¨ªan el paso a otras zonas del nivel, o consumir ¨¢rboles que esconden nuevas criaturas que sirven de alimento al compa?ero de Frank. En el caso de que no podamos usar directamente a Maw para superar ciertas zonas, la clave puede residir en usar a ¨¦ste para que manipule o modifique ciertos objetos o animales que, directa o indirectamente, nos abran nuevos caminos por los que avanzar.
Como se puede comprobar, el uso de Maw es indispensable y obligado, y la dependencia a la que Frank esta sometido en relaci¨®n a su compa?ero es casi total, pudiendo quitar incluso el 'casi'. Son muy pocos los momentos donde Frank pueda avanzar sin tener que recurrir a la ayuda de Maw, y en el mejor de los casos, esa independencia temporal se debe a encontrar la forma adecuada de poder ofrecer nuevo alimento a Maw, para que ¨¦ste act¨²e en consecuencia. Evidentemente, Frank tampoco es manco: podr¨¢ esquivar ataques a lo quicktime events de determinados enemigos, y su pistola permite capturar y lanzar por los aires distintas criaturas, lo que en algunos casos usaremos para destruir, por ejemplo, m¨¢quinas que activan un campo de fuerza, aunque en su mayor¨ªa, todas estas habilidades est¨¢n al servicio de Maw, el desarrollo gira en torno a ¨¦l. No es necesario, eso s¨ª, tener en todo momento a Maw al lado, podemos dejarle a su libre al albedr¨ªo por el escenario y movernos a nuestro aire, y si queremos reclamar su presencia no tenemos m¨¢s que pulsar X para llamarle.
La clave est¨¢, por tanto, en superar todos los puzzles, dificultades y momentos plataformeros en base a tres herramientas: Maw, su comida y las habilidades de Frank para que Maw pueda crecer y alimentarse. Nada m¨¢s. Desde luego que el juego pretende aportar variedad al desarrollo modificando la naturaleza de los puzzles y la complejidad de los escenarios, pero al final siempre se trata de lo mismo, y por extensi¨®n, de responder a las mismas preguntas: c¨®mo y con qu¨¦ alimentar a Maw para poder avanzar.
A largo plazo este desarrollo, aunque original, resulta repetitivo, ya que el dise?o de los escenarios y su divisi¨®n en tramos no da pie a la improvisaci¨®n, teniendo que acudir a Maw cada vez que queramos avanzar a lo largo y ancho del nivel, y con la necesidad de alimentarlo, que aunque en un principio resulta tremendamente adictivo, pasadas las horas se puede hacer pesado y reiterativo, por su puesto, siempre hay una excepci¨®n, y en este caso la fase final, brillante se mire por donde se mire, aporta el toque original que nos aleja de la din¨¢mica llevada hasta el momento. Otro punto negativo es que The Maw llega a ser un juego muy corto, ya que su dificultad no es excesiva y su propia duraci¨®n, al margen de la habilidad de cada uno, no es uno de sus principales valores, al igual que las posibilidades de ser rejugado, nulas o escasas, salvo por el reto de conseguir el cien por cien de criaturas devoradas en cada fase o lograr la consecuci¨®n de logros. Carece, adem¨¢s, de cualquier tipo de modalidad online.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.