The Legend of Zelda: Majora's Mask 3D
The Legend of Zelda: Majora's Mask 3D, an¨¢lisis
Nintendo revisa la secuela directa de Ocarina of Time con un nuevo apartado visual, ciertas mejoras jugables y uno de los mejores usos del 3D de Nintendo 3DS. Quince a?os despu¨¦s, vuelve una de las grandes joyas de la compa?¨ªa.
Corr¨ªa el a?o 2000 cuando The Legend of Zelda: Majora¡¯s Mask sali¨® a la venta. Los peligros que acechaban al t¨ªtulo eran m¨²ltiples. Nintendo hab¨ªa decidido sacar una secuela directa del considerado mejor juego de la historia, Ocarina of Time (1998), y eso no era lo habitual. Pas¨® en NES ¨Ccon un resultado discutible- y ya no sucedi¨® m¨¢s. Ni en Super Nintendo ni a posteriori. Cada t¨ªtulo de la saga para sobremesa ha tenido su peso como unidad, con semejanzas pero a la vez distinto a los dem¨¢s de la franquicia. Tocaba hacer algo diferente, algo que realmente mereciera la pena. Escapar del ¡°m¨¢s de lo mismo¡±, del ¡°aprovechar el tir¨®n de su predecesor¡± o del ¡°refrito¡±. Y lleg¨® Majora¡¯s Mask. Probablemente el Zelda m¨¢s especial, oscuro y complejo. Nintendo, una vez m¨¢s, dio en el clavo. Este 13 de febrero llega la puesta al d¨ªa del juego para Nintendo 3DS.
No es sencillo definir a Majora¡¯s Mask. La primera vez que coges el control de Link recibes una serie de impactos que te demuestran lo distinto que es el t¨ªtulo respecto a lo que hab¨ªamos visto hasta el momento en la franquicia. Un tal Skull Kid nos roba Epona y nuestra preciada ocarina, nos convierte en un ni?o Deku y escapa. No estamos en Hyrule y aparecemos en medio de Ciudad Reloj, un lugar del que no hab¨ªamos escuchado nada. All¨ª, hablamos con todo tipo de personajes, vemos un reloj que avanza a toda velocidad y tenemos tres d¨ªas para dar con Skull Kid. Exploras la ciudad, piensas que esos ni?os que est¨¢n merodeando las calles son simples extras con los que ya hablar¨¢s cuando tengas tiempo. Te das cuenta que no, que sin ellos no hay aventura. Y te encuentras a pocos minutos para el final de las fat¨ªdicas 72 horas de margen que ten¨ªas (equivalen a una hora y media m¨¢s o menos) sin saber qu¨¦ hacer.
La primera sensaci¨®n de Majora¡¯s Mask es de agobio. De qu¨¦ han hecho con la saga Zelda. No son pocos los cambios que se nos presentan ante nosotros. Pero una vez superado el primer ciclo y vuelta a empezar, ya Ocarina en mano, todo cambia. Empieza una de las aventuras m¨¢s grandes jam¨¢s contadas. Un juego capaz de heredar todo lo referente al control, sistema de combate, mec¨¢nica de puzles y de mazmorras de Ocarina of Time pero que decidi¨® tomar su propio camino. Un acierto de Eiji Aonuma, a qui¨¦n Miyamoto dio galones tras incorporarlo al equipo de la Obra Maestra de 1998, y de Yoshiaki Koizumi, que despu¨¦s de estar muy ligado a la saga dio el salto a otras franquicias Nintendo, como Super Mario.
Esta revisi¨®n para Nintendo 3DS mantiene intacta la esencia del juego de Nintendo 64. Siguiendo un camino similar al que se hizo con Ocarina of time 3D, remodelando sobre todo el apartado visual del juego y actualizando el control del t¨ªtulo a?adiendo funciones de la pantalla t¨¢ctil que lo hacen todo mucho m¨¢s accesible, como los mapas o la gesti¨®n de nuestro inventario. A ello, tambi¨¦n se le han a?adido algunos peque?os cambios de dise?o que no pasan de anecd¨®ticos en algunos casos y que son un acierto en otros. En esencia, Majora¡¯s Mask es el mismo t¨ªtulo que vimos en su momento.
La aventura principal del juego se basa en la resoluci¨®n de las cuatro mazmorras principales del t¨ªtulo, ubicadas en distintos puntos cardinales del mapa. Sobre el papel, cuatro parecen pocas . Y seguramente lo son acostumbrados a Ocarina of Time, pero en Majora¡¯s Mask no es solo la resoluci¨®n de una mazmorra sino tambi¨¦n el c¨®mo llegamos a ella ¨Cmuy en la l¨ªnea de lo que vimos en Skyward Sword-. Lo cierto es que conseguir ayudar a la tribu Deku o a los Goron no es tan sencillo como llegar a la puerta del templo, matar al jefe y salir victorioso. Nos encontraremos todo tipo de obst¨¢culos por el camino, tareas por hacer, personajes a los que ayudar y, finalmente, dar con la mazmorra de turno. En casos como el templo del agua en la zona de los Zora, adem¨¢s, necesitaremos avanzar habiendo solventado algunas tareas secundarias que resultan no ser tales.
Por lo tanto, aunque es cierto que se echa en falta alguna mazmorra de m¨¢s, el camino principal est¨¢ repleto de tareas y misiones por realizar. Dentro de los templos encontraremos una f¨®rmula de rompecabezas marca de la casa que va in crescendo, desde una primera mazmorra sencilla hasta propuestas, como las de la zona Goron o Zora, mucho m¨¢s exigentes en las que tenemos que saber navegar por varios niveles en los que buscaremos llaves, limpiaremos zonas de enemigos, encenderemos antorchas, moveremos objetos de un lado para otro y usaremos las nuevas habilidades e ¨ªtems para avanzar por donde antes no se pod¨ªa.
El reto de tres de las cuatro mazmorras es destacado -sobre todo el ¨²ltimo por la combinaci¨®n de elementos- y aunque es cierto que los jefes finales no pasar¨¢n a la historia por su dificultad -tampoco es algo que veamos a menudo en la saga- s¨ª que hay mucho que escarbar en cada mazmorra. Por ejemplo, un punto de exploraci¨®n mucho m¨¢s acusado que en otros casos, ya que podemos buscar una serie de hadas extraviadas para que a cambio la gran Hada nos de nuevos poderes y mejoras (como aumentar la barra de magia, por citar una recompensa).
Las tres m¨¢scaras principales que nos encontraremos nos aportan elementos jugables que sustituyen la presencia de los cl¨¢sicos ¨ªtems. Convertirnos en un ni?o Deku, en un legendario Goron o en un Zora nos permite afrontar nuevos desaf¨ªos distintos a los vistos en Ocarina of Time. En el primer caso, saltaremos de flor en flor consiguiendo movernos por espacios imposibles como hyliano; en el segundo, tenemos una capacidad de destrucci¨®n y una fuerza que nos permiten mover y destruir grandes estructuras, adem¨¢s de movernos a toda velocidad con su ataque rueda. El ¨²ltimo nos abre un gran abanico de posibilidades debajo del mar y un elenco de ataques a corta y media distancia interesante.
Todo, adem¨¢s, ali?ado con el tiempo encima de nosotros. Podremos retrasar su avance, pero la gesti¨®n del tiempo ser¨¢ clave en nuestro ¨¦xito. Cada vez que tenemos que volver al amanecer del primer d¨ªa perderemos una serie de objetos, se reiniciar¨¢n situaciones y los personajes olvidar¨¢n quienes somos o qu¨¦ queremos. Saber jugar con esto y apurar para conseguir cerrar objetivos antes de volver a empezar es parte de la gracia de un t¨ªtulo que nos jugar¨¢ malas pasadas ¨Cese frasco con polvos de oro que perdemos, esa cantidad de dinero que no guardamos en el banco o esa m¨¢scara extra que nos dejamos por descubrir en los pantanos que vuelven a estar infectados- pero que cuando se domina y se le coge el ritmo, es tremendamente satisfactorio.
Son tantas y tan variadas las tareas que iremos realizando que convierten al juego de Nintendo en un ejemplo casi ¨²nico de c¨®mo desarrollar misiones secundarias. No solo en el plano jugable, nos estrujaremos la cabeza m¨¢s de una vez para saber qu¨¦ hacer, sino tambi¨¦n en la conexi¨®n con el mundo en el que estamos. Veremos la evoluci¨®n de los personajes, sus temores, como caen en el desespero por el cercano fin del mundo e incluso algunos di¨¢logos o decisiones que quieren tomar simplemente macabros. Es el desarrollo de la aventura y los personajes los que le dan un toque mucho m¨¢s oscuro a un juego que no necesita ni cinem¨¢ticas ni impactos visuales. Simplemente, nos explica con acierto lo qu¨¦ pasa en este mundo al borde del precipicio.
Si alguien quiere invertir horas en todo tipo de sidequests, Majora¡¯s Mask es su juego. El abanico de posibilidades es enorme. Carreras de todo tipo, incluida Epona, enlazar personajes y objetos con otros que apenas tienen relaci¨®n, ensayo-error hasta que nos salimos con la nuestra en ese minijuego que se ha plantado ante nosotros, momentos de exploraci¨®n, mirar m¨¢s all¨¢ de lo evidente o algunos combates interesantes. La gracia del juego de Nintendo es descubrir por uno mismo qu¨¦ es lo que debemos hacer para poder avanzar, y la resoluci¨®n acostumbra a tener un punto de ingenio que se agradece en tiempos como los actuales, donde la linealidad extrema de ciertas propuestas matan la reflexi¨®n, el detenerse a pensar o la persistencia de intentarlo otra vez. Hasta que salga.
En total hay 24 m¨¢scaras por recolectar, algunas de las cuales no pasan de mera an¨¦cdota que usaremos para conseguir un premio concreto o terminar una sidequest, mientras que otras nos facilitar¨¢n mucho la vida, como las orejas de conejo que nos permiten movernos a mucha m¨¢s velocidad o la m¨¢scara bomba, que cuando no tenemos dicho objeto en el inventario nos permite salir del paso. Conseguirlas todas deber¨ªa ser tarea obligatoria para los jugadores que se adentren en esta remasterizaci¨®n de Majora¡¯s Mask para 3DS. La satisfacci¨®n que otorga conseguirlas vale la pena. Y el premio final, todav¨ªa m¨¢s.
Muchas de las misiones secundarias acaban con la consecuci¨®n de una de las m¨¢scaras. En este sentido, es importante recalcar que habr¨¢ desarrollos de sub-tramas variadas. Algunas son minijuegos, como las orejas de conejo (precisaremos antes de otra m¨¢scara para conseguirla), otras ofrecen momentos divertidos como la m¨¢scara Kafei, con la que podremos buscar el hijo de un personaje. A todo ello no faltan las melod¨ªas de la ocarina, b¨¢sicas no solo por el control del tiempo sino tambi¨¦n a nivel jugable para poder avanzar en ciertas zonas, y varios extras en forma de minijuegos, piezas de coraz¨®n y las citadas hadas extraviadas.
A ello se a?aden elementos de control que ya vimos en Ocarina of Time 3D. El mapa presente en la pantalla inferior (podremos comprar los de cada zona nueva a Tingle), asignar acciones a botones (f¨ªsicos y t¨¢ctiles), acceder directamente a la c¨¢mara de luminograf¨ªas, a la ocarina o acceder al inventario y a las m¨¢scaras de manera mucho m¨¢s ¨¢gil. El control cuando estamos en primera persona, ya sea mirando o disparando objetos como el arco, vuelve a contar con los giroscopios de la consola de tal manera que con tan solo mover la port¨¢til apuntaremos donde queramos.
Con New 3DS se a?ade alguna funci¨®n extra interesante, como el hecho de poder contorlar la c¨¢mara con el segundo stick que llega con la nueva consola. Con la consola original no tendremos demasiados problemas (la c¨¢mara funciona bien y el bot¨®n para ubicarse detr¨¢s de Link solventa cualquier punto muerto que tengamos) pero es cierto que el hecho de poderla mover a nuestro antojo nos da m¨¢s libertad a la hora de mirar qu¨¦ tenemos a nuestro alrededor. Vuelven las piedras sheikah para aquellos que se sientan perdidos en alg¨²n momento (dan varias pistas como en OOT 3D) y hay otras modificaciones menores a tener en cuenta.
A nivel jugable encontraremos algunas variaciones que ya se han visto en comparativas y otras que no se sab¨ªan. Por ejemplo, los bombers ya no se esconden como en el juego original y algunos de ellos han cambiado el emplazamiento. Tambi¨¦n veremos cambios en Odolwa, el primer jefe final, m¨¢s asequible (aunque no era precisamente un desaf¨ªo extremo que digamos), tambi¨¦n se ha hecho m¨¢s controlable el nado de Link transformado en Zora para evitar desesperos en el templo del agua (bajo nuestro punto de vista, un acierto) y en el caso de la transformaci¨®n Deku, tambi¨¦n tendremos alguna variaci¨®n como un uso m¨¢s sencillo de su ataque en primera persona. Por otro lado, se ha eliminado el guardado temporal de las estatuas (algunas han cambiado de sitio), pudiendo guardar tranquilamente en cada una de ellas. De hecho, tocar la melod¨ªa del tiempo ya no guardar¨¢ como antes y la doble melod¨ªa del tiempo, que permit¨ªa avanzar medio d¨ªa, ahora nos permite elegir la hora en la que queremos movernos. En general son matices que hacen el juego m¨¢s accesible y din¨¢mico sin llegar a erosionar el desaf¨ªo de las misiones y sidequests que vamos encontrando. Encontraremos algunas modificaciones menores en minijuegos y de localizaciones (por ejemplo el banco donde guardamos nuestras rupias).
Junto a ello no falta una mejor¨ªa en lo que iluminaci¨®n se refiere o en efectos de todo tipo. Tambi¨¦n mejoran diversos elementos como la vegetaci¨®n y otros detalles que dan un mejor empaque a los escenarios que visitamos y que congenian perfectamente con el detalle de rostros, ropa y dem¨¢s elementos de la gran cantidad de personajes que habitan en Ciudad Reloj y en T¨¦rmina en general. A todo ello se a?ade un 3D sorprendente, como ya pasaba con Ocarina of Time, y muy bien integrado que nos permite gozar de aut¨¦ntico momentazos con ciertos enemigos que parece que se salgan de la pantalla. Es probablemente el mejor uso 3D que adem¨¢s se multiplica en eficacia con la nueva consola.
Eso s¨ª, no es perfecto. Entre los detalles negativos destacan algunas texturas de suelos y estructuras que no han tenido una renovaci¨®n tan profunda como los otros elementos que hemos comentado y a las que se les nota el peso del tiempo (algunos objetos de los escenarios, de cerca, no est¨¢n todo lo definidos que deber¨ªa). Otro punto importante es el tema de los jaggies, que aunque no son tan acusados como en ciertos juegos de la consola, no desaparecen del todo y los veremos de vez en cuando.
La banda sonora mantiene el gran nivel que consigui¨® la versi¨®n original, con piezas tomadas directamente de Ocarina of Time que forman parte ya de la historia de la saga, otras cl¨¢sicas como el theme cuando vamos por la campi?a de T¨¦rmina y nuevas melod¨ªas entre las cuales algunas tal vez no est¨¢n al mismo nivel pero cumplen perfectamente su cometido. De nuevo, la integraci¨®n de la banda sonora en muchos elementos jugables (por los instrumentos que usamos) le da un toque especial a este apartado que hacen que la m¨²sica no sea un mero acompa?ante. El juego, como es habitual, no tiene voces en ning¨²n idioma pero llega totalmente traducido al castellano.
Excelente
Un t¨ªtulo referente en su g¨¦nero, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutar¨¢s de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en cl¨¢sico con el paso de los a?os. C¨®mpralo sin pesta?ear.