The House of Da Vinci, an¨¢lisis

The House of Da Vince, an¨¢lisis: El misterio del maestro florentino

Leonardo Da Vinci falleci¨® el 2 de mayo de 1519. Sus ¨²ltimos a?os transcurrieron en Francia, donde vivi¨® en una casita de campo cerca del castillo real de Amboise, una fortaleza medieval que alberga los restos mortales del maestro bajo la capilla de Saint-Hubert. Definir al genio italiano resulta complejo, pues practic¨® las artes y las ciencias, ejerci¨® de inventor, pintor, arquitecto, anatomista, bot¨¢nico, m¨²sico y fil¨®sofo, adem¨¢s de profundizar en una mir¨ªada de especialidades fascinantes.

La l¨ªnea que separa las artes y las ciencias, controvertida todav¨ªa a d¨ªa de hoy, era a¨²n m¨¢s delgada en el Renacimiento: ¡°La separaci¨®n entre las artes y las ciencias es m¨¢s una conveniencia que una necesidad. En la cultura occidental, y de manera m¨¢s aparente en las civilizaciones orientales, arte, ciencia y tecnolog¨ªa han formado siempre un todo integrado¡±, explica Pedro Garc¨ªa Barreno, reputado miembro de la Real Academia de las Ciencias, en un ensayo titulado ¡°El di¨¢logo posible entre las artes y las ciencias¡± (Revista SPIKA, 2000). De acuerdo con sus palabras, ¡°la belleza ha calado en el entramado de las teor¨ªas cient¨ªficas y en el dise?o de las m¨¢quinas, y los artistas han incorporado las ideas cient¨ªficas y los avances tecnol¨®gicos en sus procesos creativos¡±.

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Isabel de Este, marquesa de Mantua y mecenas de las artes, recog¨ªa en una misiva escrita a principios del siglo XVI el sentir de Da Vinci, la desgana que durante esa ¨¦poca se apoder¨® de ¨¦l cuando recib¨ªa encargos pict¨®ricos que lo obligaban a desterrar de su mente sus asuntos de inter¨¦s: ¡°En definitiva, sus experimentos matem¨¢ticos le han distra¨ªdo tanto de la pintura que no puede padecer el pincel¡± (fuente: National Geographic). Es posible que la imagen colectiva que tenemos de su persona nos remita a sus obras m¨¢s ic¨®nicas, como La Gioconda, pero en el interior del artista bull¨ªa un talento m¨¢s all¨¢ del arte pl¨¢stico, una mente vivaz, de fuego candente, que no se apag¨® ni con su muerte, puesto que perdura hasta nuestros d¨ªas.

Mientras las septem artes liberales, los cl¨¢sicos trivium y quadrivium de la Edad Media, pasaban de los gremios tradicionales a los mecenas, Leonardo ingeni¨® toda una serie de inventos incre¨ªbles. Su faceta como inventor se explora en The House of Da Vinci, un t¨ªtulo independiente desarrollado por Blue Brain Games y que tambi¨¦n est¨¢ disponible en terminales m¨®viles.

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El jugador se traslada al pasado, a los d¨ªas del Renacimiento, a la era de Leonardo Da Vinci. Encarna nada m¨¢s y nada menos que al aprendiz m¨¢s prometedor del maestro. Sin embargo, en el mundo del talentoso florentino nada es lo que parece, ya que la realidad se funde con la ficci¨®n y las apariencias enga?an. Da Vinci ha desaparecido de forma misteriosa y las pistas para descubrir su secreto est¨¢n debidamente ocultas, a la espera de que su pupilo las descifre. As¨ª las cosas, el protagonista decide seguir los pasos del mentor, buscar las cartas y destapar las pesquisas que le permitan seguir adelante. Poco a poco se enfrasca en la resoluci¨®n de los acertijos escondidos en el taller de Da Vinci. ?Lograr¨¢ encontrarle?

The House of Da Vinci es una aventura 3D que basa su jugabilidad en los puzles. Su estructura point & click es similar al de las aventuras gr¨¢ficas, pero en este caso la narrativa no tiene un peso destacado. La trama se entrevera torpemente en una historia de sociedades ocultas y secretos vedados cuyo punto de partida llama la atenci¨®n a simple vista. Por desgracia, la ejecuci¨®n y el desarrollo del hilo argumental carecen de inter¨¦s. Es obvio que los desarrolladores han querido centrarse exclusivamente en la elaboraci¨®n de los puzles, punto fuerte de la producci¨®n.

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Dicen que las comparaciones son odiosas, y a pesar de que suele ser una gran verdad, hacerlo ayuda a explicar los conceptos m¨¢s f¨¢cilmente. El estudio Fireproof Games es autor de una saga de videojuegos que se asemeja a The House of Da Vinci. Se trata de The Room, una serie muy centrada tanto en la interacci¨®n con los escenarios como con otros objetos. Del mismo modo que en The Room, los jugadores del t¨ªtulo de Blue Brain Games, deben observar el entorno y toquetear los diferentes dispositivos para resolver puzles y continuar avanzando en la aventura. Muchos objetos est¨¢n compuestos por piezas variadas que hay que mover, desplazar hacia un lado o girar. El hecho de que la c¨¢mara se acerque a una de las partes del artilugio cuando se selecciona es una muestra clara de que The Room es una de las inspiraciones de este producto.

No en vano, The House of Da Vinci incluye un extra?o artefacto conocido como Oculus, que ofrece al aprendiz la posibilidad de ver a trav¨¦s de los objetos, de visibilizar sus entra?as, algo que los seguidores de la franquicia de Fireproof sin duda recordar¨¢n. Por otra parte, el Oculus Tempus es otro elemento fantasioso que muestra escenas del pasado. En ciertos momentos, podemos atisbar restos antiguos que nos permiten reconstruir fotogramas del ayer.

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De muchos objetos, una vez manipulados, se pueden extraer otros que m¨¢s tarde encajar¨¢n en el lugar que les corresponde. Unas veces habr¨¢ que fusionarlos con diferentes piezas; otras bastar¨¢ con introducirlos sin tener que modificarlos de ninguna forma. El juego arranca con la curva de dificultad adecuada y los puzles van haci¨¦ndose m¨¢s complejos a medida que nos adentramos en la partida. Asimismo, el que se quede atascado siempre tiene la opci¨®n de recurrir a las ayudas del propio juego (peque?as pistas que se?alan d¨®nde centrar la atenci¨®n).

Los rompecabezas, ingeniosos en no pocas ocasiones, est¨¢n basados en los inventos de Da Vinci. Por ejemplo, nos topamos con una catapulta en miniatura en cuya cima descansan varios soldados de madera. Girando mecanismos y abriendo compuertas secretas, al fin hallamos la palanca que nos deja disparar la munici¨®n. La carga vuela unos metros y se introduce en una l¨¢mpara de aceite que se ilumina al instante y revela el pr¨®ximo paso.

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El mayor problema del videojuego, m¨¢s incluso que su anodino desarrollo argumental, es que los controles no son todo lo precisos que deber¨ªan ser. Las acciones tratan de ser naturales, pero el manejo con rat¨®n se siente ortop¨¦dico y no responde bien del todo. Por a?adidura, el sistema de c¨¢maras es impreciso y estorba, pues se hace dif¨ªcil manipularla y se posiciona en lugares inadecuados.

M¨¢s all¨¢ de los errores, The House of Da Vinci es un juego que te obliga a utilizar la cabeza, a pensar, en definitiva. Como dec¨ªa Leonardo, es necesario cultivar el intelecto, mantener la mente despierta: "Lo mismo que el hierro se oxida por falta de uso y el agua estancada se vuelve putrefacta, tambi¨¦n la inactividad destruye el intelecto".

An¨¢lisis hecho con un c¨®digo de PC facilitado por la editora