The Good Life, an¨¢lisis. El pueblo de los gatos¡­ y de los perros

Ha llovido mucho desde que Hidetaka Suehiro, m¨¢s conocido como Swery, anunciase The Good Life, su nueva aventura en la que no faltan los asesinatos, el misterio y el inconfundible sentido del humor marca de la casa. El creativo japon¨¦s salt¨® a la fama tras lanzar Deadly Premonition, el t¨ªtulo en el que el Agente del FBI Francis York Morgan ¡ªal que llamamos York, pues as¨ª le llama todo el mundo¡ª se convirti¨® en Dale Cooper (Twin Peaks) para investigar el asesinado de Anna Graham en Greenvale.

Ahora, tras varios a?os en desarrollo, una campa?a de financiaci¨®n que ha sido capaz de rebasar los 611.000 euros recaudados y al frente de White Owls Inc., Swery nos invita a visitar Rainy Woods, un acogedor pueblo ficticio ubicado en Reino Unido, en la piel de Naomi Hayward, una periodista neoyorkina desesperada por saldar una abrumadora deuda financiera. Eso s¨ª, no tenemos del todo claro si viajar a un lugar as¨ª era la mejor de las ideas...

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Los gatos salen de noche

No solo ellos; los perros tambi¨¦n. Hemos visto batallas interminables que a menudo protagonizan videjuegos, entre las que destaca la recurrente confrontaci¨®n entre religi¨®n y ciencia. En Rainy Woods encontramos otra que, para sorpresa de muchos ¡ªo de nadie¡ª ha sido desmentida en incontables ocasiones: la relaci¨®n entre perros y gatos. Por alguna raz¨®n que debemos tratar de comprender, la puesta de sol trae consigo un acontecimiento de lo m¨¢s enigm¨¢tico: los habitantes del pueblo se transforman en uno de estos populares animales de compa?¨ªa. Y como no pod¨ªa ser de otra forma, nosotros tenemos el don de elegir a nuestro antojo el momento en el que adoptar tanto la forma felina, como la perruna.

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Peinar cada rinc¨®n del escenario e investigar el origen de semejante fen¨®meno es uno de los pilares de la historia, aunque no es m¨¢s que la punta del iceberg de un guion complejo y plagado de sorpresas; bajo esa fachada acogedora del pueblo y la entra?able imagen de gatos y perros compartiendo territorio se esconde algo mucho m¨¢s oscuro de lo que podamos imaginar. Ser¨¦is vosotros, a los mandos de Naomi, quienes acabar¨¦is tirando del hilo. Ella solo lo hace con la intenci¨®n de ganar dinero y hacer frente a una deuda que asciende a m¨¢s de 30 millones de libras, pero no dudar¨¢ en implicarse en los dramas cotidianos de un elenco de personajes entra?able. Eso s¨ª, no conviene olvidar que estamos ante un guion repleto de di¨¢logos y el t¨ªtulo solo est¨¢ disponible en ingl¨¦s.

Cuando jugamos como gato, la exploraci¨®n se torna vertical; podemos trepar sobre ciertas estructuras, recorrer los tejados del pueblo, atacar a peque?as presas como ratones y realizar saltos que nos permiten salvar distancias y alcanzar lugares de dif¨ªcil acceso. Por su parte, los perros tienen un gran olfato que puede resultar muy ¨²til en la investigaci¨®n, as¨ª como un poder¨ªo f¨ªsico que hace posible recorrer el escenario a toda velocidad y hacer frente a animales de gran tama?o. La jugabilidad var¨ªa considerablemente en funci¨®n de la forma adoptada, aunque m¨¢s all¨¢ de las situaciones propiciadas por la historia, la realidad es que las mec¨¢nicas de exploraci¨®n no se aprovechan debido a lo guiada que resulta.

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Rainy Woods, mejor por fuera que por dentro

The Good Life es un t¨ªtulo enga?oso, y jugar con la sensaci¨®n de ¡°lo que pudo ser¡± se ha convertido en una de nuestras quejas principales. Durante los primeros compases de la aventura, la experiencia es muy prometedora gracias a una premisa interesante, un lugar con encanto y algunos elementos caracter¨ªsticos que hicieron de Deadly Premonition un aut¨¦ntico juego de culto. Si bien es cierto que la faceta sim life es ideal para una obra as¨ª, tambi¨¦n lo es que el exceso de elementos irrelevantes termina dando lugar a una simulaci¨®n m¨¢s tediosa de lo que nos habr¨ªa gustado. ?El motivo? Sin ir m¨¢s lejos, presentar un escenario vac¨ªo, en el que no hay demasiadas cosas que hacer y en el que, lamentablemente, gran parte de lo que hacemos no tiene apenas incidencia en el desarrollo.

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Comer, medicarnos, vestirnos, descansar¡­ Todo est¨¢ ah¨ª, pero pr¨¢cticamente nada es especialmente necesario y esta es una de las grandes diferencias con respecto al t¨ªtulo protagonizado por Francis York Morgan. Por suerte, uno de los minijuegos m¨¢s importantes como es la fotograf¨ªa s¨ª que goza de un mayor protagonismo, pues en casi todo momento es la piedra angular de la investigaci¨®n. Por un lado, no son pocos los personajes que nos encargan localizar alg¨²n elemento y capturarlo con nuestra c¨¢mara. Por otro, la red social ficticia Flamingo, a la que podemos acceder desde el ordenador que tenemos a mano en nuestra humilde casa, nos propone peque?as misiones en las que debemos fotografiar animales, plantas o lugares. En principio, es una mec¨¢nica que funciona¡­ si no fuese por lo de siempre: Rainy Woods es un lugar precioso, pero est¨¢ pr¨¢cticamente vac¨ªo.

Tampoco ayudan las misiones de relleno, cuya naturaleza fetch quest las convierten en un aut¨¦ntico incordio si tenemos en cuenta que a veces no son m¨¢s que un obst¨¢culo que nos impide avanzar en la historia al ritmo que nos gustar¨ªa. Si sumamos el tedio de realizarlas al ya de por s¨ª guiado desarrollo, finalmente nos quedamos con la amarga sensaci¨®n de que lo que podr¨ªa ser muy interesante, a menudo se torna en algo bastante aburrido. Y es una pena, porque el t¨ªtulo pone sobre la mesa un pu?ado de buenas ideas, pero en rara ocasi¨®n es capaz de concentrarlas y brindar un conjunto s¨®lido.

En lo que al apartado t¨¦cnico se refiere, el juego cuenta con un agradable aspecto visual y una direcci¨®n de arte, que le viene como anillo al dedo, se encarga de maquillar un plano gr¨¢fico desfasado que podr¨ªa haber llegado hace 10 a?os. En fin, ya sabemos c¨®mo son los proyectos de Swery. Lo que s¨ª cambia dr¨¢sticamente con respecto a las obras del exc¨¦ntrico creativo es el rendimiento, pues The Good Life ofrece una experiencia fluida que nada tiene que ver con el descalabro que vimos en Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise. No est¨¢ libre, eso s¨ª, de alg¨²n que otro bug y ciertos problemas relacionados con el sistema de colisiones. En cualquier caso, el conjunto convence y los errores t¨¦cnicos no suponen ning¨²n inconveniente a la hora de disfrutar de la aventura.