El mismo perro, con el mismo collar

En algunos sitios de Internet, Crusader se anuncia como una expansi¨®n de Stronghold. Lo cual no es del todo cierto, porque funciona de manera independiente. Tampoco podemos hablar de una segunda parte, porque nada nuevo luce bajo el sol: quitando el nuevo paquete de campa?as y escenarios -que en este caso, nos trasladan a Oriente Pr¨®ximo- y algunos m¨ªnimos retoques, Crusader es un calco de su antecesor.

D¨¦jame describ¨ªrtelo si no llegaste a conocerlo. Stronghold era un juego de estrategia en tiempo real, como los de toda la vida, pero centrado en la construcci¨®n de castillos medievales. Pod¨ªamos levantar muros y torres, protegerlos con calderos de aceite hirviendo, construir fosos... Y, por supuesto, recolectar recursos. A diferencia de esos juegos, los de toda la vida, la econom¨ªa era bastante compleja. Extracci¨®n de materias primas, producci¨®n, comercio, impuestos... toda una serie de factores dignos de un Sim City.

Todo eso vamos a encontrarlo tambi¨¦n en Crusader. Se nos ofrece un buen lote de nuevas misiones, con las Cruzadas como trasfondo argumental, y los desiertos de Oriente Pr¨®ximo como escenario. Tambi¨¦n podremos elegir a un nuevo bando, el musulm¨¢n, y nos encontraremos con unas pocas unidades y edificios nuevos, como la atalaya.

El alcance de esos cambios los estudiaremos en la secci¨®n "Conclusiones". De momento, vamos a describir lo que nos encontraremos al instalar el juego en nuestros ordenadores.

Audio y v¨ªdeo

El conjunto gr¨¢fico es el mismo que el de Stronghold. Hablamos entonces de gr¨¢ficos en 2D, que muy bien hubieran podido dise?arse hace cinco a?os, pero que hoy en d¨ªa pueden chocar a los amantes de los pol¨ªgonos y las filigranas.

Para el g¨¦nero al que pertenece el juego, resultan m¨¢s que apropiados. Las unidades se distinguen muy bien unas de otras, as¨ª como los edificios. Es especialmente notable el grado de detalle que se consigue ha medida que vamos levantando nuestra peque?a ciudad fortificada: se consigue muy bien esa imagen de desorden y ajetreo que deb¨ªa reinar en las fortalezas medievales.

El sonido es de sobresaliente. Las m¨²sicas est¨¢n muy bien interpretadas, haciendo uso de voces e instrumentos reales. De estilo New Age, inspiradas en los cantos gregorianos y la m¨²sica ¨¢rabe. Los efectos de sonido siguen ese mismo nivel de calidad, destacando los silbidos e impactos de las flechas.

Hay que mencionar la impecable adaptaci¨®n al castellano de todas las voces, algo que se agradece sobremanera, teniendo en cuenta que se ofrece una introducci¨®n en cada una de las misiones de las Campa?as Hist¨®ricas.

Gui¨®n

Siglo XII. El Papa hace un llamamiento a toda la Cristiandad para arrebatar la Tierra Santa a los infieles. Hay intereses religiosos de por medio, pero tambi¨¦n territoriales, pol¨ªticos y econ¨®micos. Se inician las Cruzadas.

Hay a nuestra disposici¨®n tres modos de juego. El primero es una gran campa?a, formada por unas cincuenta misiones, La Cruzada,  desde nuestra llegada a territorio enemigo, hasta nuestra conquista definitiva de Jerusal¨¦n. Luego tenemos las campa?as hist¨®ricas. Son cuatro y consisten en lotes de cinco misiones que ilustran un acontecimiento concreto, algunas desde el bando cristiano y otras desde el bando musulm¨¢n. Y, por ¨²ltimo, tenemos el modo de construcci¨®n libre, donde no hay tiempos limite ni enemigos

El objetivo de cada misi¨®n es bastante variado. Si bien hay algunas que implican la destrucci¨®n del enemigo, la mayor¨ªa exigen cumplir con un requisito concreto: resistir uno o varios ataques enemigos, reunir un determinado recurso en el tiempo establecido, etc...

Jugabilidad

Si no conoces Stronghold, necesitas que te explique  como mayor detalle en qu¨¦ consiste. As¨ª que ponte c¨®modo.

La mec¨¢nica no es muy diferente de cualquier juego de estrategia en tiempo real. Repite conmigo: los de toda la vida. Consiste en recolectar recursos para construir edificios y entrenar tropas. ?Me sigues, verdad? Por si acaso, el juego  trae de serie un pr¨¢ctico tutorial. Adem¨¢s, incluye ayuda contextual que podemos consultar en cualquier momento si nos surge una duda. En este aspecto, el del aprendizaje, Crusader es impecable.

Nuestro edificio central es la fortaleza. Es el edificio que debemos proteger a toda costa, porque sin ¨¦l seremos derrotados. En ¨¦l se encuentra el almac¨¦n, donde se ir¨¢n depositando todos los recursos que obtengamos. Nuestro recurso m¨¢s b¨¢sico es la gente. Si no tenemos campesinos disponibles no podremos poner en marcha nuestra econom¨ªa ni, por supuesto, reclutar nuevos soldados. Para que toda esa gente se establezca en nuestro territorio, debemos ofrecerle alojamiento y comida.

La comida puede obtenerse mediante la caza o el cultivo. Algunas granjas ofrecen comida que pueden consumirse directamente (como la fruta). Otras, como las de trigo, exigen construir tambi¨¦n un molino y una panader¨ªa Satisfechos los est¨®magos, es hora de poner a trabajar a la gente. Para construir necesitaremos madera y piedra. Eso nos obliga a construir caba?as de le?adores y minas. Para la fabricaci¨®n de armas, necesitaremos construir talleres y disponer tambi¨¦n de un suministro de cuero y de hierro.

Con todo lo escrito, supongo que te har¨¢s a la idea de que no se trata de un juego simple. Tenemos que controlar un buen mont¨®n de factores al mismo tiempo, y un fallo en cualquiera de esos eslabones puede suponer la derrota.

El juego no es dif¨ªcil de manejar, esa es la buena noticia. Los controles requieren una aprendizaje m¨ªnimo, la interfaz es bastante sencilla, y la mec¨¢nica general se asimila a los pocos minutos.

En las partidas hist¨®ricas, donde todos los ataques se repiten siguiendo la misma pauta, el juego no resulta muy dif¨ªcil. El problema viene en el modo campa?a, donde hagas lo que hagas, el enemigo siempre va a construir m¨¢s r¨¢pido que t¨², tendr¨¢s m¨¢s recursos que t¨², y te acosar¨¢ con m¨¢s y mejores tropas. O sea, hace trampas. Es algo que he podido comprobar,  no sin asombro. Destruidas las granjas y minas del enemigo y sitiado su castillo, empec¨¦ a pulverizar sus torres con mis m¨¢quinas de asedio. E, invariablemente, volv¨ªa a construirlas una y otra vez, como si gozara de un suministro de piedras ilimitado. Eso sin contar que no se cansaba de enviar oleada tras oleada de enemigos contra mis ej¨¦rcitos...

En el juego en red puede resultar una aut¨¦ntica pesadilla preocuparse por acumular recursos y, al mismo tiempo, pelear contra tus adversarios. Las partidas suelen resolverse en los primeros minutos ('rush'). Construyes a toda pastilla lo m¨ªnimo y esencial para mandarle al enemigo un grupito de soldados, mientras ¨¦l a¨²n trata de encontrar su lugar en el mapa. Hay personas que disfrutan jugando as¨ª, pero por lo que a m¨ª respecta...

Una ¨²ltima nota se refiere al editor de escenarios, integrado en el propio juego. Es muy sencillo de manejar, lo que hace que dise?ar escenarios sea tan divertido como jugarlos. Permite a?adir todo tipo de sucesos: por ejemplo, programar ataques a un tiempo o con un intervalo pretederminado, a?adir o restarnos recursos, etc...

Estrategia y Trucos

Es fundamental controlar el nivel de la poblaci¨®n. S¨®lo construye nuevas casas cuando te hayas quedado sin campesinos para trabajar. De nada sirve tener a una muchedumbre sentada a las puertas de tu fortaleza, consumiendo recursos.

Si esperas un ataque enemigo, construye granjas de queso y frutas, ya que proporcionan un alimento inmediato, sin necesidad de construir otros estructuras. En este tipo de escenarios, comenzar¨¢s siendo totalmente vulnerable, as¨ª que lo m¨¢s importante es armar unas m¨ªnimas defensas. Para resistir las primeras ofensivas, bastan un par de torres situadas estrat¨¦gicamente y algunos arqueros. A medida que desarrolles tu econom¨ªa, podr¨¢s reforzar tu posici¨®n con murallas y entrenar a una mayor variedad de tropas.

Si la misi¨®n, por el contrario, consiste en recolectar un determinado bien, como cerveza o pan, ten en cuenta que puedes construir hasta cuatro panader¨ªas o cervecer¨ªas por cada granja de trigo o cebada. Para evitar que tu poblaci¨®n consuma ese recurso, prohibe su distribuci¨®n usando las opciones del granero.

No tienes porqu¨¦ recolectar personalmente todos los recursos. Por ejemplo, si en las cercan¨ªas de tu territorio hay abundancia de piedra o hierro, c¨¦ntrate en la extracci¨®n de estos bienes, construyendo tantas minas como puedas (y tantas defensas para protegerlas como sean necesarias), y consigue el resto de los recursos a trav¨¦s del mercado. 

Vigila siempre el nivel de moral de tu gente. Si te ves obligado a disminuir las raciones o a subir los impuestos, contrarresta el efecto negativo construyendo iglesias, tabernas o adornos (jardines, estatuas, etc...)