Carreras ilegales en Akihabara

Como en muchas otras ciudades metropolitanas, las calles de Tokyo cuentan habitualmente con carreras ilegales entre las bandas urbanas m¨¢s importantes seguidoras de esta tendencia. Entre las variadas sagas desarrolladas en el pa¨ªs del Sol Naciente que han retratado estas fren¨¦ticas apuestas por la velocidad destaca principalmente Shutokou Battle, m¨¢s conocido en occidente como Tokyo Xtreme Racer, la apuesta m¨¢s importante del equipo Racing Project de los japoneses Genki.

En Europa s¨®lo hemos podido disfrutar de su ¨²nico cap¨ªtulo para Game Boy Advance pero en Estados Unidos, y principalmente en Jap¨®n, la saga cuenta con bastante renombre y popularidad con entregas en DreamCast (las dos primeras), PlayStation 2 (Zero, 3 y DRIFT) y Xbox 360 (X, que recientemente ha llegado a nuestro mercado con el nombre de Import Tuner Challenge).

Para su debut en la port¨¢til de Sony, Konami, sus editores fuera del pa¨ªs nip¨®n, han preferido nombrar a Tokyo Xtreme Racer: Zone of Control como Street Supremacy aunque esto no dista a que ofrezca una experiencia equivalente a las versiones de las consolas dom¨¦sticas, si bien el resultado cuenta con algunos defectos importantes. Descubramos esta nueva apuesta dentro de la conducci¨®n arcade.

Introducci¨®n

Como todos los cap¨ªtulos anteriores de la mencionada saga, Street Supremacy se ambienta ¨²nica y exclusivamente en carreteras o autopistas japonesas, ofreciendo en esta ocasi¨®n cerca de 220 kil¨®metros reales de Tokyo, Yokohama, Osaka y Nagoya, las cuatro ciudades m¨¢s importantes del pa¨ªs nip¨®n. La sensaci¨®n de realismo est¨¢ muy conseguida, con los monumentos m¨¢s importantes, tr¨¢fico real y un atractivo ambiente nocturno.

En total, el juego nos permite conseguir hasta casi 150 modelos reales (25 disponibles en un principio) de las quince marcas japonesas m¨¢s conocidas como Nissan, Volkswagen, Mercedes-Benz, GM, Toyota o Ford mientras que las piezas de modificaci¨®n, agrupadas en hasta ocho pasos, no son reales pero est¨¢n basadas en las m¨¢s conocidas, pudiendo ajustar par¨¢metros como el motor, frenos, llantas, neum¨¢ticos, alerones, tubos de escape, color de las ventanas, nivel de transparencia, luces, altura, pintura y un largo etc¨¦tera.

Los modos de juego disponibles son los t¨ªpicos del g¨¦nero, contando desde el principio con Team Rumble, Time Attack, Vs Battle, Replay Theater y Multiplayer aunque el m¨¢s importante es el primero, ya que los dem¨¢s, como sus nombres indican, s¨®lo son simples carreras Contrarreloj o contra uno o varios adversarios manejados por la m¨¢quina o bien por otro usuario; excepto Replay Theater, donde podemos observar los v¨ªdeos de las carreras que hayamos grabado en las otras modalidades.

El objetivo del modo Team Rumble es, a priori, bastante sencillo: convertirse en el l¨ªder de las bandas callejeras de las cinco ¨¢reas disponibles. Para ello hay que superar cerca de 390 rivales diferentes, agrupados en numerosos clanes, aunque casi todos los enemigos se comportan de manera muy parecida, con pautas de inteligencia artificial demasiado b¨¢sica y predecible.

Las carreras se basan normalmente en enfrentamientos individuales o en grupo de hasta cinco corredores por banda, pudiendo elegir a nuestros compa?eros de aquellos que hayamos superado previamente. Conforme vayamos ganando carreras conseguimos aumentar nuestro nivel de experiencia y dinero, para mejorar nuestro veh¨ªculo o adquirir uno nuevo.

El desarrollo es bastante interesante ya que hay que conquistar y defender las diferentes zonas de las cuatro ciudades del juego retando a los rivales, marcados todos ellos por un nivel de experiencia, para as¨ª atenerse a las consecuencias. Como es de esperar, los jefes de las diferentes bandas, que al superar conseguimos a todos los miembros de la misma, son los m¨¢s complicados de batir aunque pueden son un poco escasos.

Por otra parte, tambi¨¦n hay que estar atento a las zonas adquiridas ya que podemos sufrir el ataque de otra banda rival o de los denominados Wanderers, pilotos que no pertenecen a ning¨²n clan y no es necesario derrotar para completar la historia pero que al hacerlo habilitamos su veh¨ªculo para comprar. No obstante a las pocas carreras el juego se torn¨® demasiado repetitivo y aburrido, principalmente por los largos tiempos de carga y la propia mec¨¢nica de los enfrentamientos.

Aspectos t¨¦cnicos

Gr¨¢ficamente el t¨ªtulo no sorprende demasiado aunque los coches est¨¢n bastante bien detallados y los circuitos son un calco a los reales. Todos est¨¢n basados en lugares japoneses bastante famosos pero a la larga se hacen muy repetitivos y con un bajo nivel de detalles. No hay ning¨²n tipo de deformaciones y de los tres tipos de vista el m¨¢s jugable es el trasero aunque se sit¨²a un poco cercano al chasis del veh¨ªculo.

Adem¨¢s todas las carreras se desarrollan exclusivamente en horario nocturno por lo que la l¨ªnea de horizonte es muy cercana y difuminada mientras que los veh¨ªculos que circulan libremente aparecen un poco tarde, en ocasiones incluso a un palmo de nuestro coche, mostrando adem¨¢s un modelado demasiado sencillo, con texturas bastante sencillas y demasiados reflejos en la carrocer¨ªa.

Las animaciones de giro, aceleraci¨®n o choque contra otro corredor son muy simples y la sensaci¨®n de velocidad es bastante baja, dado que no hay mucho tr¨¢fico y los coches no giran del todo bien aunque a medida que adquirimos mejoras este efecto se mejora parcialmente. Adem¨¢s todas estas modificaciones, ya sean decorativas o de motor, se muestran con un considerable nivel de detalle aunque son muy parecidas.

En el aspecto sonoro encontramos cerca de veinte temas electr¨®nicos de grupos bastante conocidos por el p¨²blico nip¨®n pero desconocidos por estos lares, con melod¨ªas variadas pero algo escasas mientras que los efectos sonoros cumplen b¨¢sicamente aunque hay ciertos momentos en los que s¨®lo se emite por uno de los altavoces. L¨¢stima que los numerosos tiempos de carga tengan el mismo sonido ya que es un aspecto que consigue hartar a cualquiera.

Jugabilidad

El control de todos los veh¨ªculos del juego no var¨ªa en exceso y es muy sencillo de manejar, con las funciones b¨¢sicas del g¨¦nero aunque el giro no funciona correctamente y en muchas curvas hay que frenar demasiado para no estrellarse contra alguna pared. El t¨ªtulo es puramente arcade por lo que podemos derrapar sin miedo, rozar con los otros rivales o las vallas para no perder velocidad y un largo etc¨¦tera aunque la gran mayor¨ªa de carreras terminan a los pocos minutos.

Esto es debido principalmente al propio desarrollo de la modalidad principal, dado que podemos acabar f¨¢cilmente con la paciencia de los diferentes rivales situ¨¢ndonos detr¨¢s de ellos 'a rebufo' consiguiendo disminuir su barra de tensi¨®n aunque tambi¨¦n ellos pueden hacerlo a nuestro veh¨ªculo, por lo que una buena estrategia puede conseguir derrotar a cualquier contrincante.

La idea en s¨ª es muy buena y original aunque la puesta en escena no es totalmente correcta ya que cualquier fallo en la conducci¨®n o choque contra el tr¨¢fico hace que perdamos mucha ventaja dada la alta dificultad de muchos contrincantes. Adem¨¢s, los circuitos se pueden hacer en muy poco tiempo ya que la gran mayor¨ªa son muy cortos y sencillos, durando poco m¨¢s de uno o dos minutos si no conseguimos sacar de quicio antes al enemigo.

Aqu¨ª es donde se encuentra el principal fallo del t¨ªtulo, la m¨ªnima duraci¨®n de las carreras junto con los largos y repetitivos tiempos de carga, presentes antes y despu¨¦s de cada enfrentamiento (con una duraci¨®n de treinta/cuarenta y diez segundos respectivamente), al elegir una acci¨®n en cada men¨² (cerca de cinco a diez segundos) y al realizar cualquier modificaci¨®n de 'tunning' en nuestro veh¨ªculo (cerca de ocho), haciendo as¨ª que una carrera de poco m¨¢s de un minuto tenga un tiempo de carga casi equivalente.

Tambi¨¦n existe en algunas carreras la opci¨®n de activar el resultado preliminar pero en muchas ocasiones puede resultar m¨¢s tard¨ªo que las propias carreras y sus correspondientes cargas ya que realizarlo normalmente se estima en dos a tres minutos simplemente pulsando el bot¨®n principal. Las dem¨¢s modalidades no se salvan de esta, muchas veces irritante, tiempo de carga ya que para realizar una simple carrera arcade o contrarreloj se puede estar f¨¢cilmente esperando casi un minuto.

El modo multijugador, con posibilidad de un simple enfrentamiento contra otro usuario mediante conexi¨®n ad-hoc (cada uno con su propio UMD), simplemente no funciona como deber¨ªa. No s¨®lo porque la conexi¨®n se pierde muy habitualmente o los tiempos de carga son tambi¨¦n bastante largos (cerca de 40 segundos) sino por la propia comunicaci¨®n entre las dos port¨¢tiles.

Observando el transcurso en cada una de las consolas se puede ver que el juego tarda cerca de tres segundos en mandar la informaci¨®n, por lo que la carrera en s¨ª no es nada real y su propia resoluci¨®n m¨¢s bien incierta ya que mientras que en una carrera un piloto puede haber terminado con ¨¦xito, en la otra su rival puede estar delante del anterior y todav¨ªa a treinta metros de la meta.