Crisis de identidad
Tras nuestras primeras impresiones con el juego ya aventur¨¢bamos que el t¨ªtulo de DC Studios corr¨ªa el peligro de acabar siendo un simple conglomerado de ideas que no llegan a cuajar las unas con las otras. Detectamos una serie de carencias que no se han resuelto en la versi¨®n definitiva, lo que lleva a que el producto quede ciertamente muy descafeinado. Ni siquiera el reclamo de la violencia gratuita es suficiente para hacernos olvidar los abundantes problemas que sufre el apartado jugable.
Esta cr¨ªtica negativa se ve paliada levemente por la inclusi¨®n de variados modos de juego, de los que daremos m¨¢s detalles posteriormente. Por fortuna, los desarrolladores han conseguido complementar el modo historia con algunos a?adidos que otorgan algo de solvencia al producto final. Estas nuevas modalidades, a pesar de resultar muy necesarias, no consiguen hacernos olvidar que estamos frente a un juego que presenta algunas limitaciones importantes.
Planteado como una secuela inusual, se aleja de la idea de asesinar por asesinar, algo que en el primer State Of Emergency utilizaba de forma casi obsesiva. En esta ocasi¨®n tendremos un argumento m¨¢s o menos s¨®lido que conducir¨¢ nuestras acciones mientras intentamos liberar a la ciudad de la corporaci¨®n que la domina. La posibilidad de utilizar hasta 4 personajes es uno de sus mejores valores, a pesar de que las diferencias entre los protagonistas no son dignas de menci¨®n.
Gr¨¢ficos
El apartado visual no resulta digno de menci¨®n, quedando en conjunto a un nivel simplemente pasable. Por su aspecto vetusto, parece que el juego haya utilizado tecnolog¨ªa visual de hace varios a?os. El modelado de los personajes, bastante simple, resulta adecuado para mostrar un gran n¨²mero de caracteres en pantalla. Como coment¨¢bamos en nuestras impresiones, apenas notaremos ralentizaciones pese al gran n¨²mero de enemigos y personajes no jugadores que se pueden congregar simult¨¢neamente en nuestro campo de visi¨®n.
Para que esto sea posible, se ha utilizado un sistema bastante b¨¢sico de animaci¨®n que consiste en dotar a todos los figurantes con los mismos movimientos. Esto resultar¨¢ en que veremos a decenas de personajes corriendo simult¨¢neamente, par¨¢ndose y levantando el brazo, perfectamente coreografiados. El movimiento de nuestros protagonistas tampoco es un prodigio de la animaci¨®n, a pesar de que resulta bastante veros¨ªmil a la hora de disparar y apuntar. Algo incomprensible es la ausencia de salto, lo que nos llevar¨¢ a tener que dar inc¨®modos rodeos en muchas ocasiones.
A esto tambi¨¦n ayuda el inc¨®modo dise?o de los niveles, llenos de callejones sin salida. La ausencia de elementos interactivos es llamativa, ya que tan solo dispondremos de algunas cajas donde ocultarnos. Tambi¨¦n encontraremos objetos que explotar¨¢n tras ser impactados por nuestras armas y que podremos utilizar para eliminar a nuestros adversarios de una forma algo m¨¢s creativa. En general, la sensaci¨®n al deambular por los escenarios es que hay demasiado espacio desaprovechado.
Sonido y Efectos FX
Las m¨²sicas del juego no destacan por nada en especial, resultando f¨¢cilmente olvidables tras una sesi¨®n de juego. Las pistas son orquestadas en su gran mayor¨ªa, con sonidos que pretenden generar una tensi¨®n constante en el jugador. En pocas ocasiones lo consiguen, resultando simplemente un ruido de fondo que acompa?a a nuestros disparos. Si estamos infiltr¨¢ndonos y somos descubiertos, la m¨²sica de fondo cambiar¨¢ al instante a una m¨¢s movida para representar el supuesto frenetismo de los acontecimientos a nuestro alrededor.
Las voces rayan a un nivel bastante bajo, carentes de emotividad en todo momento. Las instrucciones que se nos ir¨¢n dando por el comunicador resultan algo imprecisas si obviamos la presencia del minimapa que muestra el siguiente objetivo.? Los ruidos de las armas al disparar est¨¢n bien reproducidos aunque abusan de la repetici¨®n constante de los mismos samples. Algo m¨¢s de variedad no hubiera venido mal para hacernos m¨¢s llevadero el combate con los enemigos.
Jugabilidad
El principal problema que acomete a State Of Emergency 2 es la neutralidad de su concepci¨®n. Se ha intentado hacer un juego de acci¨®n cl¨¢sico, con un punto de vista similar al usado en Max Payne, y que no llega a sobresalir por nada en especial. Adem¨¢s se aleja totalmente de su precuela, reutilizando ¨²nicamente el nombre y retomando la historia 10 a?os despu¨¦s. El cerrarse en banda hacia las armas de fuego ha limitado mucho la capacidad de acci¨®n del jugador, que deber¨¢ acometer los niveles con un escaso arsenal. Este hecho hace que el avance por el juego sea algo relativamente mon¨®tono.
La linealidad de la trama es muy evidente, aunque se pod¨ªa haber tratado de disimular con objetivos opcionales o caminos alternativos. En lugar de eso nos encontraremos repitiendo una y otra vez los mismos recorridos mientras intentamos finalizar cada objetivo. Resulta frustrante el estar a punto de conseguir llegar a un punto y caer eliminado, ya que deberemos repetir desde el principio ese segmento. Esto en ocasiones nos dar¨¢ ganas de dejar de jugar al instante, ya que nuestra supervivencia se torna en cierto momento casi aleatoria.
Este hecho viene dado tanto por la IA de los enemigos, muy err¨¢tica, como por la misteriosa capacidad de atravesar paredes de la que gozar¨¢n ciertas armas. Es por ello que en ocasiones no duraremos ni diez segundos si avanzamos abiertamente? y aun as¨ª esto no nos evitar¨¢ tener que atender a una gran cantidad de enemigos que pulular¨¢n por las inmediaciones dispar¨¢ndonos de vez en cuando. Para acabar de redondearlo, la IA nos deleitar¨¢ con grandes momentos c¨®micos como ver a dos enemigos disparando sin parar a una pared a la que previamente hab¨ªamos disparado nosotros.?
El control tampoco es un prodigio, resultando bastante b¨¢sico y carente de acciones interesantes. Como dec¨ªamos antes, la ausencia de salto es m¨¢s que remarcable, sobre todos si tenemos en cuenta la gran cantidad de desniveles en los escenarios. Apuntar con las armas a larga distancia ser¨¢ algo in¨²til, salvo que utilicemos el rifle de francotirador. A corto alcance si notaremos que existe un cierto patr¨®n de detecci¨®n de impactos,? incluy¨¦ndose la mutilaci¨®n de los enemigos si el impacto es potente y localizado.
Si somos capaces de sobreponernos a estos elementos, encontraremos en State Of Emergency un shooter en tercera persona que nos permitir¨¢ pasar un rato entretenido, siempre que consigamos pasar las misiones a la primera. La posibilidad de controlar veh¨ªculos en ciertos niveles nos har¨¢ escapar de la monoton¨ªa habitual, aunque estas fases tampoco llegar¨¢n a resultar especialmente divertidas. La inclusi¨®n del modo denominado arcade dota de algo m¨¢s de vida ¨²til al producto. En este modo se nos plantear¨¢n una serie de desaf¨ªos cronometrados en los que ¨²nicamente tendremos que intentar obtener la mejor puntuaci¨®n.
El multijugador ofrece una buena variedad de modos, a pesar de la escasez de mapas. Ser¨¢ posible a?adir bots controlados por la consola para completar las partidas, que podr¨¢n enfrentarnos con hasta 3 amigos en la mayor¨ªa de modalidades. Como complemento cumple su funci¨®n, aunque no nos ofrecer¨¢ demasiado tiempo antes de resultar algo soso. Lo cierto es que existen mejores opciones multijugador para la consola de Sony, aunque este modo no sea el pilar central del t¨ªtulo.