Starlink: Battle for Atlas
- PlataformaNSW8PS48XBO8
- DesarrolladorUbisoft Toronto
- Lanzamiento16/10/2018
- TextoEspa?ol
- EditorUbisoft
Starlink Battle For Atlas, An¨¢lisis
La galaxia de Ubisoft con sabor a mundo abierto y con parte del ADN de los toys to life se presenta con una apuesta mucho m¨¢s s¨®lida de lo que parece. No esper¨¢bamos tanto.
Es posible que no sea ahora el mejor momento para embarcarse en el g¨¦nero de los toys to life, pero Ubisoft se ha lanzado de lleno con una propuesta que, desde su anuncio en el E3 2017, ha contado con ciertos prejuicios a su alrededor por m¨²ltiples motivos. Ahora, tras haber conocido de primera mano Starlink: Battle For Atlas, nos damos cuenta de que no es ni mucho menos una propuesta menor, sino un t¨ªtulo totalmente consciente de lo que es, a quien quiere llegar y lo que busca. Toda una sorpresa.
Arriesgado en su idea; decidido en su ejecuci¨®n
Limitarse a pensar que este t¨ªtulo es un juego de naves ideado para simplemente pasar por caja y acumular juguetes en casa es un error que queremos eliminar ya de la ecuaci¨®n. Dec¨ªamos que no eran buenos tiempos por la renuncia de Skylanders a seguir apostando por t¨ªtulos que terminaron agotando la f¨®rmula; un LEGO Dimensions que termin¨® acumulando stock en las tiendas; o de Disney Infinity, tomando parte de ambos. Quiz¨¢ en dichos t¨ªtulos el mayor error era que la relaci¨®n entre el juguete y el videojuego se basaba ¨²nicamente en la invocaci¨®n de contenido, en el DLC de pago en formato f¨ªsico. Starlink: Battle For Atlas tiene naves, personajes y potenciadores, pero en ning¨²n momento tienes la percepci¨®n de que necesites m¨¢s, de que lo que dispones se queda corto: est¨¢is t¨², tu mando y tu nave, que puede convertirse en un verdadero absoluto y temible tit¨¢n.
?Qu¨¦ es Starlink: Battle For Atlas?
Pero ante todo es un videojuego. Un t¨ªtulo con personalidad, cuidado al mil¨ªmetro tanto en su propuesta jugable como en lo art¨ªstico. Una mezcla de mundo abierto con fases al m¨¢s puro estilo Star Fox mezclado con otros elementos propios de la gesti¨®n, la estrategia y de No Man¡¯s Sky, del cual recoge parte de su esencia con la diferencia de que los planetas que nos encontramos cuentan con vida en su interior: se pueden hacer muchas cosas en ellos. Es una aventura.
Es quiz¨¢ esa conjugaci¨®n entre acci¨®n, libertad y multitud de tareas por delante lo que te invita a seguir jugando a Starlink: Battle For Atlas y lo que nos ha hecho continuar dedic¨¢ndole muchas horas al t¨ªtulo de Ubisoft Toronto despu¨¦s de hacer este an¨¢lisis, y es que estamos ante un t¨ªtulo con tal cantidad de horas por delante e incentivos por seguir explorando que se se hace dif¨ªcil de cuantificar. No est¨¢ exento de defectos, como ya veremos, pero su planteamiento inicial es sencillo, f¨¢cil de entender para un p¨²blico menor de edad e incluso adecuado tambi¨¦n para aquellos que intenten ver aqu¨ª una experiencia m¨¢s madura.
Para poner los hechos en contexto, un astrof¨ªsico llamado V¨ªctor St. Grand se pone en contacto con un grupo de pilotos espaciales tras haberse estrellado en un inesperado encuentro con un alien¨ªgena. ?Nuestra misi¨®n? Encontrarle y hacer frente al enemigo principal. Este grupo ser¨¢ bautizado como Iniciativa Starlink, y es aqu¨ª donde comienza todo, con un grupo de personajes muy bien diferenciados aunque con la flaqueza de que, entre ellos, se encuentra Star Fox.
Es inevitable jugar con ¨¦l no solo porque el protagonismo que consigue este ilustre personaje de Nintendo (exclusivo en la versi¨®n de Nintendo Switch), tanto por poder controlar el Arwing como por las sidequest que se plantean, principalmente la b¨²squeda de Wolf. El resto, por tanto, no tienen ni mucho menos el atractivo y carisma del zorro, por lo que se hace muy recomendable optar por la opci¨®n de la consola h¨ªbrida. A partir de ah¨ª el t¨ªtulo cuenta con un arranque que, si bien no es lento, es algo pedag¨®gico. Starlink: Battle For Atlas no se olvida de que es un t¨ªtulo que ser¨¢ jugado por un p¨²blico poco experimentado, de forma que esta suerte de tutorial incide en la primera hora de partida en mostrarnos las mec¨¢nicas b¨¢sicas y hacernos entender que la nave es un ente en s¨ª misma, es un juego de rol. Porque ese voluminoso juguete que tenemos encima de los Joy-Con no es solo la invocaci¨®n de un ¨ªtem, un personaje y un veh¨ªculo, sino que es la herramienta que debemos preocuparnos por mejorar, nuestro avatar, para entendernos, con un grado de profundidad y desarrollo muy notables.
La jugabilidad se puede resumir en dos vertientes: las fases a¨¦reas en el espacio, una galaxia compuesta por siete planetas explorables sumando peque?os cinturones de asteroides, sat¨¦lites acorazados, enemigos interespaciales¡ Todo es enorme, a a?os luz de distancia entre s¨ª resueltos con viajes r¨¢pidos para ir al Equinox (la estaci¨®n espacial de los protagonistas) pero no al resto de planetas. Algunos viajes pueden demorarse hasta los diez minutos si nos topamos con sorpresas inesperadas. Tan inesperadas como que desde el primer momento podremos toparnos con un Acorazado de nivel 20 y estar nosotros al Nivel 5. Detallamos esto porque el proyecto de Ubisoft no es para nada un juego ¨²nicamente para ni?os; hay un total de cuatro niveles de dificultad ¡ªnosotros hemos optado por el tercero de ellos¡ª y, a decir verdad, alguna muerte es inevitable, un mensaje impl¨ªcito de que no podemos ir corriendo y hacer solo las misiones principales en cada planeta, recoger las cosas y volver al Equinox, sino que debemos profundizar, nunca mejor dicho, en esa fauna, encontrar aquello oculto que tiene cada territorio, posiblemente lo mejor de Starlink: Battle For Atlas.
Y esa la segunda parte de la jugabilidad del t¨ªtulo, la que m¨¢s nos ha gustado, que es la interplanetaria. Seguramente digamos en m¨¢s de una ocasi¨®n en este texto que la direcci¨®n art¨ªstica del t¨ªtulo es para quitarse el sombrero, pero es la realidad y ayuda a que el acabado final d¨¦ la sensaci¨®n de ser un t¨ªtulo bien finalizado, sin prisas, pendiente del detalle y exento de cualquier tipo de bug.
Entendiendo la idea de Ubisoft
Pongamos un ejemplo: Vylus. Este es uno de los planetas a los que podemos acudir, un territorio con sus peculiaridades, con sus amenazas, emplazamientos y su propia vida. Como todos y cada uno de los siete, es muy diferente al resto: algunos cuentan con altas temperaturas, otros son m¨¢s parecidos a La Tierra; otros cuentan con tormentas que impiden que sobrevolemos en ciertas zonas y otros, por su parte, son un hormiguero de seres monstruosos donde apenas podemos distraernos un momento.
A diferencia de No Man¡¯s Sky, donde se pod¨ªa sentir cierta sensaci¨®n de vac¨ªo, aunque nos esperasen largas horas de farmeo de materiales, aqu¨ª tenemos una investigaci¨®n por delante basada en acabar con las amenazas principales ¡ª¨²nica manera de reducir el grado de hostilidad del planeta¡ª y completar misiones que sumen poco a poco un tanto por ciento de la alianza del dominio. Tras los malogrados sucesos, tanto Vylus como el resto de planetas est¨¢n cerca de la devastaci¨®n, as¨ª que deberemos destruir los Extractores ¡ªque debilitan al Tit¨¢n¡ª y al Tit¨¢n propiamente dicho, criaturas enormes de cuatro patas que vagan por los territorios bajo el dominio de la Legi¨®n, los malos de la pel¨ªcula.
Estas tareas se hacen imprescindibles de cara a la construcci¨®n de bases aliadas, el m¨¦todo por el cual ganaremos puntos de cara a firmar la alianza con cada planeta. El m¨¦todo para dichas construcciones lo podemos imaginar: buscar materiales. Extraer n¨²cleos, obtener minerales, puntos Nova ¡ªlos que se obtienen acabando con los extractores¡ª y dinero, que se consigue completando algunas misiones o haciendo recados. As¨ª, poco a poco podemos construir Refiner¨ªas, que generan dinero; Talleres, que permiten fabricar mejores modificaciones para la nave; y Armer¨ªas, que servir¨¢n para autoabastecer de provisiones y defensa al planeta cuando no estemos. La c¨²spide llega con la Torre Starlink, el enclave que dignifica y constituye la alianza en todo su esplendor.
Sense of wonder y principales pesquisas
No es un proceso r¨¢pido, ni mucho menos, hacer todo esto en cada planeta, pero la interpretaci¨®n jugable de cada proceso y lo bien diferenciado que est¨¢ cada paso entre s¨ª hacen que la primera mitad de la historia se haga muy amena y atractiva, haciendo gala del sense of wonder caracter¨ªstico de este tipo de videojuegos. El problema que tiene Starlink: Battle For Atlas es que puede terminar haci¨¦ndose repetitivo, especialmente en la recta final. En primer lugar, la historia no tiene la chispa para mantenernos enganchados y con ganas de querer saber m¨¢s. Su narraci¨®n es correcta, pero su narrativa cuenta con altos y bajos, olvid¨¢ndose de construir un desarrollo en los personajes a la altura a pesar de los giros de guion inesperados durante la zona media de la aventura.
Es entonces que nos hemos hecho la pregunta muchas veces de por qu¨¦ continu¨¢bamos con ganas de seguir jugando. Posiblemente sea la atenci¨®n por el detalle, tal como ven¨ªamos anticipando, a base de peque?os gestos que demuestran el mimo que se ha depositado en el juego tanto en el control como en la cantidad de tareas en las que somos nosotros los verdaderos protagonistas. La c¨¢mara es una de ellas: perfectamente posicionada en todo momento, dando una gran cobertura visual tanto volando como cuando levitamos sobre la superficie. Los enfrentamientos, el combate, es tambi¨¦n uno de los pilares, apostando por la acci¨®n, el frenetismo y la variedad de enemigos, cada uno con un tipo elemental que ser¨¢ d¨¦bil a unos y resistente a otros, lo cual nos obliga a cambiar de vez en cuando si utilizar un lanzallamas en el ala derecha o un disparador de rayos.
Y el otro elemento es la toma de consciencia de que nuestra nave est¨¢ mejorando. A trav¨¦s del desbloqueo de potenciadores y modificadores, nuestra nave va tomando forma y es m¨¢s un transformer con un elemento de aquel planeta y otro elemento extra¨ªdo de aquel Acorazado en medio del espacio. T¨² eliges c¨®mo personalizar tu veh¨ªculo, tu herramienta, para hacerla m¨¢s ¨¢gil o m¨¢s pesada, m¨¢s ofensiva o defensiva. De nuevo, el principal problema es que cuando llevas haciendo las mismas tareas una y otra vez en cada planeta, tienes la sensaci¨®n de d¨¦j¨¤ vu inevitable, un guion que parece estar ya escrito esperando que tengas el nivel suficiente para no caer debilitado a las primeras de cambio.
No corras tanto
Hay un punto a destacar que frena el avance natural de la aventura en Starlink: Battle For Atlas y son los picos de dificultad. En ocasiones llegaremos a planetas ostensiblemente por encima de nuestro nivel, oblig¨¢ndonos, casi sin decirlo, a que volvamos sobre nuestros pasos y sigamos mejorando la alianza en el territorio anterior, completando algunas (en ocasiones aburridas) tareas y recados que nos har¨¢n subir de nivel con una metodolog¨ªa m¨¢s artificial. Aqu¨ª se establece la peligrosa disyuntiva entre continuar o, si nos matan, quitar literalmente la nave del mando y poner otra, como una suerte de segunda vida. La primera nave, destruida, debe ser remplazada por otra, y eso cuesta dinero. As¨ª sucesivamente. Sabemos que se pondr¨¢n a la venta muchas naves, al menos una para cada miembro del elenco de protagonistas, as¨ª como potenciadores de los distintos tipos elementales de este universo. Asimismo, decir que cada personaje por separado tiene sus propias misiones secundarias. En el Starter Pack vienen dos personajes, dos armas y una nave.
Es sorprendente, no obstante, que las transiciones sean inmediatas. Starlink: Battle For Atlas no tiene tiempos de carga ni en la entrada en la ¨®rbita de los planetas ni en la salida de los mismos. No hay fundidos a negro m¨¢s all¨¢ de en la carga de cinem¨¢ticas, todas ellas perfectamente animadas como si de una pel¨ªcula se tratase y con un doblaje al castellano excelente donde podremos reconocer voces como la de Conchi L¨®pez (Chloe Frazer en la saga Uncharted) o ?ngel de Gracia (Star Fox, el de siempre, de nuevo aqu¨ª).
Los valores de producci¨®n est¨¢n a la altura de las grandes producciones. Y aunque a nivel gr¨¢fico no sea ning¨²n portento, su apuesta por la direcci¨®n art¨ªstica hacen que esas peque?as flaquezas que quiz¨¢ pueda tener sean solventadas a base de contrastes de colores muy marcados, claroscuros en zonas poco iluminadas y la saturaci¨®n de colores de manera deliberada para transmitir cierta identidad en un planeta respecto a otro. Siendo claros, es un videojuego bonito de ver, con detalles desde la hierba que se mueve al son del viento en la superficie hasta las nubes que crean sombras tras impactar con la inmensidad del sol, m¨¢s grande o m¨¢s peque?o en funci¨®n de la distancia con dicha estrella. No se escucha vac¨ªo, sino que se percibe vida, hostilidad y naturaleza.
Juntos y en compa?¨ªa, su verdadero mensaje
Respecto a la banda sonora, no podemos ser tan optimistas como en la parte estrictamente visual. Ning¨²n tema logra calar hondo y se ha perdido la oportunidad de dotar a cada planeta de su propia melod¨ªa caracter¨ªstica; algo que, a nuestro parecer, habr¨ªa condimentado todav¨ªa m¨¢s el cariz diferenciador de uno respecto al otro. Donde s¨ª se cumple con creces es en la ejecuci¨®n de los efectos de sonido, algunos de ellos con el sello de Nintendo como en el de Star Fox, pues cuando activamos la habilidad de uso del resto de miembros del equipo ¡ªuna suerte de rescate cuando estemos en apuros al recibir apoyo de los aliados¡ª se escucha el tema principal de la banda sonora de la saga, o tambi¨¦n la intensidad de los sonidos en destrucciones, impactos y transiciones entre men¨²s.
No tiene modo online ni lo necesita, pues te invita a compartir la experiencia de forma cooperativa con quien t¨² quieras. Es quiz¨¢ aqu¨ª donde se entienda mejor el mensaje toys to life de la obra, que prefiere que compartas de forma inmediata y sin transiciones cambios de naves y armamento con tu compa?ero de viaje con el ¨²nico costo de partir la pantalla en dos. Pero creednos, la experiencia gana muchos enteros cuando te vas a explorar el espacio con alguien. Quiz¨¢ aqu¨ª esa vinculaci¨®n paternofilial aflore.
No podemos finalizar sin hablar del universo en s¨ª de Starlink: Battle For Atlas, el sistema solar Atlas, que no nos obliga a conocerlo si no queremos, sino que cuenta con su propia enciclopedia en un apartado del men¨² principal. Esa colecci¨®n de informaci¨®n sirve como gu¨ªa para buscar d¨®nde y c¨®mo obtuvimos ciertos materiales y, por tanto, c¨®mo acudir de nuevo a ellos. Asimismo, desde el propio men¨² se puede hacer pr¨¢cticamente todo lo que reside en la tarea de gesti¨®n de recursos y mejora de la nave. Pausar la partida sirve tanto para sentarnos en nuestra base de operaciones como para ver el mapa estelar. El grado de profundidad inicial abruma, quiz¨¢ demasiado, y es una l¨¢stima que no exista una peque?a leyenda que nos indique qu¨¦ signifique cada icono del mapa. Como en casi todos los videojuegos de mundo abierto de Ubisoft, hay decenas de puntos en el mapa, posiblemente demasiados, y esto echar¨¢ inevitablemente hacia atr¨¢s a los que teman este tipo de experiencias. Si quieres darle una oportunidad y dejas que sea el propio t¨ªtulo quien te explique las cosas paso a paso, en cuesti¨®n de horas te sentir¨¢s como en casa.
Nota: 8
Hemos analizado este juego con una copia suministrada por Ubisoft Espa?a as¨ª como el Starter Kit en su versi¨®n para Nintendo Switch.
Conclusi¨®n
Nos esper¨¢bamos un juego simple y nos hemos encontrado un juego complejo, muy profundo, abierto en el sentido estricto de la palabra. Starlink: Battle For Atlas recoge el testigo del toys to life pero lo hace dando verdadero protagonismo al juguete, que se dignifica desde el primer momento para ser plenamente part¨ªcipe de la jugabilidad. Cuidado hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle y con una jugabilidad basada en dos ejes ¡ªfases de vuelo interestelar y exploraci¨®n intraplanetaria, con exploraci¨®n, grindeo y combate¡ª, sus siete planetas no se antojan pocos teniendo en cuenta la cantidad desorbitada de horas por delante que nos esperan si queremos completarlo todo. Es un videojuego que absorbe, que entra por los ojos, pero que cuenta con el defecto de terminar siendo repetitivo a largo plazo. Tiene el m¨¦rito, no obstante, de ser uno de los candidatos a regalo ideal estas Navidades para los m¨¢s peque?os de la casa; pero tambi¨¦n lo es para los que quieran vivir una aventura en constante descubrimiento y donde poder mejorar una nave que se ve recompensada con todo lo que hacemos. Todo cuenta, todo suma. Y la suma de esos factores es la que hace que Starlink: Battle For Atlas sea tan recomendable.
Lo mejor
- La sensaci¨®n de descubrimiento constante.
- Decenas de horas de contenido.
- Cuidado por el detalle; gran apartado art¨ªstico.
- La no dependencia de las naves; no es un pay to win.
- Multijugador cooperativo: mejor en compa?¨ªa.
Lo peor
- Puede ser repetitivo.
- Las tareas secundarias y algunas principales: ir de A a B.
- La historia, sin gancho. Los personajes que no son Star Fox.
- Vista la apuesta, se echan en falta m¨¢s tipos de misiones.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.