Arcade Invaders

Desde luego, hoy d¨ªa hay fronteras espaciales que hemos podido traspasar ya en innumerables ocasiones en los videojuegos, pero pese a todo hay quien insiste en seguir explorando el universo, que para algo es insondable y sirve de fuente inagotable de ideas. As¨ª, siguiendo la m¨¢xima de la serie creada por el c¨¦lebre escritor y productor tejano Gene Roddenberry, el estudio independiente de Los Angeles Naked Sky Entertainment y la productora audiovisual del director de la nueva versi¨®n cinematogr¨¢fica de la serie de ciencia-ficci¨®n, Bad Robot Productions, pretenden llevarnos a rincones donde jam¨¢s hab¨ªamos estado antes: campos de batalla siderales en un juego arcade de disparos protagonizado por las naves m¨¢s reconocibles de la licencia.

Responsables de Roboblitz, un destacable t¨ªtulo arcade aparecido en PC y en el bazar de Xbox 360, protagonizado por un simp¨¢tico robot, y que hac¨ªa gala de un sistema de f¨ªsicas muy cuidado, Naked Sky nos propone ahora surcar el vac¨ªo a los mandos de uno de los nav¨ªos estelares popularizados por la serie y las pel¨ªculas. Aunque ofrece gr¨¢ficos tridimensionales, D.A.C. est¨¢ basado en un sistema de pantalla bidimensional, que muestra nuestra nave desde un punto de vista cenital, en un medio plagado de obst¨¢culos en el que deberemos hacer frente a flotas de embarcaciones atacantes.

Destinado a PC y a los apartados arcade de las tiendas online de PlayStation 3 y Xbox 360, el juego cuenta con tres modos de juego b¨¢sicos, Enfrentamiento (que es el modo de combate multijugador), Cooperativo (modo por medio del cual podremos encarar retos en compa?¨ªa), y Solitario. Los primeros dos modos cuentan con las mismas opciones: cabe seleccionar entre Partida R¨¢pida, P¨²blica, Privada o Interconexi¨®n de Sistemas. Jugando a solas seleccionaremos entre los submodos Supervivencia, Combate a Muerte por Equipos, Conquista (que se divide a su vez en Cri¨®fobo y Base Estelar) y Asalto (que presenta las variaciones Punto de Ataque y Premio Final). En caso de que juguemos en PC deberemos conectarnos a Steam para participar en los modos multijugador, en los que libraremos contiendas de hasta doce participantes en modo versus y seis en modo cooperativo.

Cada modo cuenta con unos par¨¢metros prefijados que no nos ser¨¢ posible variar. En Combate a Muerte deberemos abatir en un tiempo l¨ªmite de diez minutos hasta cincuenta naves enemigas; si ese m¨¢ximo de tiempo se agota sin que ninguno de los dos bandos haya llegado a causar el total de bajas necesario, ser¨¢n las fuerzas que hayan acumulado m¨¢s puntos las que venzan. En el modo Conquista deberemos proteger nuestra zona, procurar anexionar los territorios neutrales y ocupar, si es posible, las bases rivales. En Asalto defenderemos o atacaremos por turnos un territorio espacial.

La escenograf¨ªa de Star Trek - D.A.C. (bastante detallada, y -pese a que a ¨¦sta no se le saque partido- dotada de profundidad) se dividide en cinco planisferios, situados en rincones  diversos del cosmos y reproduce entornos sobrecargados de chatarra espacial. Los choques contra estos estorbos no da?an nuestra nave; s¨ª que impiden, no obstante, el acceso franco a determinadas zonas, lo que supone un inconveniente cuando estamos siendo atacados o nos encontramos rodeados y necesitamos escapar.

Como es de recibo, podremos escoger alinearnos en las fuerzas de la Federaci¨®n Unida de Planetas o unirnos al Imperio Klingon. En caso de que ingresemos en las filas de la Federaci¨®n, contaremos con un caza Interceptor, un crucero Arbiter, un bombardero Defensor, una fragata de apoyo Guardi¨¢n o la nave insignia de la UFP -el famoso USS Enterprise. En caso de tomar partido por el Imperio tendremos a nuestra disposici¨®n una fragata de apoyo Patronus, un caza Gladius, un bombardero Cetratus, un crucero Securis y el Centuri¨®n, la nave insignia Klingon. Cada veh¨ªculo presenta una serie de caracter¨ªsticas bien diferenciadas, los m¨¢s maniobrables cuentan con menor resistencia y potencia de fuego y los que est¨¢n mejor equipados ofensivamente son m¨¢s pesados pero disponen de un mejor escudo defensivo. Las fragatas de apoyo, sin embargo, no son naves de ataque, sino que cumplen la funci¨®n de restaurar la energ¨ªa del resto de miembros de la flota.

A lo largo de nuestras batallas y al derribar nav¨ªos enemigos obtendremos ¨ªtems que aumentar¨¢n nuestro poder, mejorar¨¢n nuestras armas o incrementar¨¢n nuestra velocidad por un breve periodo de tiempo. En caso de que recibamos demasiados impactos, se disparar¨¢ una cuenta atr¨¢s que nos indicar¨¢ que nuestra nave ha resultado demasiado da?ada y est¨¢ a punto de explotar. Dispondremos del tiempo justo para eyectar una c¨¢psula de salvamento, que podremos dirigir para huir del centro de las hostilidades. Si logramos sobrevir durante cinco segundos, nuestra nave se regenerar¨¢ y podremos volver a la carga con la misma artiller¨ªa. Si no podemos evitar que nos alcance el fuego enemigo y estallamos deberemos reiniciar la partida y habremos perdido todas las mejoras que hab¨ªamos conseguido antes de ser destruidos.

Pese a lucir el nombre de la archiconocida serie, D.A.C. no presenta un argumento que la relacione de ninguna manera con la historia de la fantas¨ªa gal¨¢ctica que todos conocemos. A decir verdad, no existe gui¨®n alguno. El sentido del juego es ¨²nicamente tomar partido en refriegas c¨®smicas en las que participan naves cuyo dise?o est¨¢ directamente sacado del mundo de ciencia-ficci¨®n en el que se inspira, pero ah¨ª cesa todo v¨ªnculo con la obra original, por lo que de no haber adoptado tal marco de referencia el juego probablemente despertar¨ªa un inter¨¦s mucho menor del que pueda haber suscitado.

Star Trek - D.A.C. cuenta con temas inspirados por la banda sonora original de la nueva pel¨ªcula. Los compases musicales de los que disfrutaremos durante el transcurso de la acci¨®n son perfectamente reconocibles, por lo que el acompa?amiento sonoro es, con diferencia, el mejor apartado del juego, y tambi¨¦n los efectos est¨¢n a la altura.

En PC, el sistema de control, pese a no ser del todo fallido, desarrolla un esquema cl¨¢sico bastante anquilosado y deja que desear. El control por defecto, consistente en el uso del rat¨®n para apuntar y disparar y el teclado para dirigir la nave, resulta en determinadas circunstancias frustrante y no permite demasiada agilidad. Por medio de un mando de control podemos paliar esta dificultad en buena medida, pero seguiremos encontr¨¢ndonos ante un apartado que est¨¢ lejos de ser ¨®ptimo, y que incluso a menudo ni siquiera es solvente.

Dirigiendo algunas astronaves el problema de conducci¨®n ser¨¢ m¨¢s acusado, especialmente en el caso de las naves insignia de ambas facciones. Cuentan con una potencia de fuego notable y son muy resistentes, pero su extremada lentitud las convierte en blanco f¨¢cil, y haber de fijar manualmente el objetivo no ayuda a deshacerse con facilidad de las fuerzas atacantes.

Quiz¨¢s nunca nos hall¨¢semos hasta ahora a los mandos de esas naves en los territorios a los que nos transporta este videojuego, pero no podemos evitar la sensaci¨®n de habernos encontrado muchas veces ante escenarios similares a bordo de veh¨ªculos semejantes en t¨ªtulos mejor resueltos que el que nos ocupa. Las preguntas que nos asaltan tras haber jugado a Star Trek - D.A.C. son ?a qu¨¦ p¨²blico objetivo va destinado?, ?para qui¨¦n ha sido pensado? Es un juego vistoso, entretenido y rejugable, pero resulta evidente que no satisfar¨¢ a los trekkies -aunque es probable que muchos de ellos quieran probarlo- y tampoco seducir¨¢ a los fans de los mejores arcade espaciales, que sin duda preferir¨¢n otros t¨ªtulos de mayor solera.

As¨ª pues, resulta evidente que la intenci¨®n que ha empujado a Paramount Pictures a lanzar este producto no es otra que la de explotar el tir¨®n renovado de las aventuras de los ocupantes de la USS Enterprise, lo que es perfectamente l¨ªcito y comprensible pero ni es algo que por si solo podamos aplaudir ni sirve -pese a que no nos encontremos en absoluto ante un mal juego- para convencernos de recomendarlo frente a candidatos de superior calidad. Sin embargo, lo mejor de Star Trek - D.A.C. es su falta de pretensiones. Se trata un trabajo modesto, servido a un precio m¨®dico, lo que puede convencer a no pocos compradores, que sin duda encontrar¨¢n en ¨¦l un producto tan entretenido como intrascendente.