Leyendas olvidables

Hace no pocos meses, Soul Calibur Legends se estren¨® en Estados Unidos y Jap¨®n con un ¨¦xito de cr¨ªtica mediocre. Ahora, por fin, nos llega a Europa la entrega de la franquicia que Namco ten¨ªa guardada en exclusiva para Nintendo Wii. Todo jugador de Soul Calibur sabr¨¢ que esta famosa saga de lucha se caracteriza por su espectacularidad, su rapidez y su diversi¨®n. En Legends no hemos encontrado ninguno de estos tres hist¨®ricos alicientes...

Ivy, Siegfried, Sophitia y compa?¨ªa se embarcan en una aventura de acci¨®n en tercera persona en la que deber¨¢n destrozar a golpe de espadazo todo lo que se ponga por delante y recorrer diversas estancias plagadas de criaturas. El jugador, desde el Wiimote y el Nunchuk, controlar¨¢ todos y cada uno de los ataques del personaje en pantalla, realizando combos extra¨ªdos de los tres Soul Calibur cl¨¢sicos y pudiendo alternarlo con sus compa?eros en plena batalla, algo que da como resultado una jugabilidad m¨¢s estrat¨¦gica al tener que elegir qu¨¦ personaje emplear en cada situaci¨®n.

Sin llegar a ser anodino y resultando en realidad entretenido, la jugabilidad de SC Legends acaba por centrarse en avanzar y agitar el Wiimote casi sin control, pues la interpretaci¨®n de movimientos no es todo lo eficaz que se esperaba y, a veces, las situaciones son tan l¨ªmites que no nos podremos parar a pensar qu¨¦ espadazo dar y simplemente moveremos el mando en todas direcciones. Esta jugabilidad era indeseable desde que se cre¨®, pues se demuestra un intento de hacer un juego en el que haya que decidir qu¨¦ movimiento usar y efectuarlo en el momento oportuno con un golpe concreto de Wiimote.

Las m¨ªticas y poderosas espadas Soul Edge y Soul Calibur vuelven a ser los pilares centrales de la gran batalla que azota a toda la tierra habitada. Los emperadores de una y otra regi¨®n luchan encarnizadamente por el control de ambas, enviando a sus ej¨¦rcitos y sus mejores criaturas, entre las que se encuentran los luchadores de la saga, aunque, por desgracia, no aparecen todos. Y es que ¨¦ste es el principal atractivo de una historia que nos dejar¨¢ algo fr¨ªos, que no tiene demasiado que contar y s¨®lo se sostenta por la aparici¨®n estelar de los personajes ya conocidos, con su misma apariencia y vestimenta de siempre.

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Un viaje corto pero intenso

Teniendo en cuenta que Soul Calibur Legends s¨®lo presenta su modo Historia y los tres subjuegos para dos jugadores, el primero deber¨ªa ser lo suficientemente largo como para tenernos enganchados bastante tiempo. Pues nada m¨¢s lejos de la realidad: es relativamente f¨¢cil y corto, a lo que se suma una continua repetici¨®n de situaciones. A cambio, nos veremos agitando el Wiimote en todas direcciones todo el rato, resolviendo algunos sencillos puzzles o recogiendo items que fomenten nuestros ataques especiales o nos ayuden a subir de nivel y conseguir nuevas armas.

En nuestra andanza recorreremos templos, monta?as, palacios, catedrales, o cuevas. Muchos de estos sitios ya sonar¨¢n a los jugadores de los tres Soul Calibur, como el Coliseo o el Templo Egipcio de SC2, otros son totalmente nuevos pero no sorprenden ni en ning¨²n momento son espectaculares o est¨¦ticamente rese?ables, algo que en este g¨¦nero de juegos ya es pr¨¢cticamente esencial. Por ello, deambularemos de estancia en estancia sin tener una fuerte sensaci¨®n de avance, sin sorprendernos en ning¨²n momento por el emplazamiento de la acci¨®n o por una presentaci¨®n notable y espectacular.

Pobreza t¨¦cnica

Empezando por su apartado gr¨¢fico, Soul Calibur Legends es una decepci¨®n absoluta para los que esperaran un apartado gr¨¢fico parecido al de los t¨ªtulos de lucha de la saga. Los personajes se muestran muy simples en su modelado y texturizado, las animaciones son aceptables pero para nada brillantes y las interacciones al luchar los hacen parecer de cart¨®n-piedra, sensaci¨®n que se obtiene de todos los elementos del juego. S¨®lo unos bastante correctos efectos de luz sobre ellos les hacen adquirir una sensaci¨®n algo m¨¢s natural y vistosa, que, no obstante, para nada sorprender¨¢.

Los escenarios son el principal defecto. Son muy poligonales, robustos, poco detallados y sencillos en su estructura. Si golpeamos una pared o una columna, nuestra espada la atravesar¨¢ siempre. Las diferentes estancias y galer¨ªas son sim¨¦tricas y de decoraci¨®n id¨¦ntica unas de otras. Apenas hay objetos destructibles y, si los hay, son siempre los mismos: jarrones, columnas, tumbas y poco m¨¢s. Pese a lo dicho, resultar¨¢ emocionante recorrerlos. Las zonas est¨¢n separadas por puertas o muros virtuales que se abren cuando aniquilemos a un m¨ªnimo de enemigos en el ¨¢rea. As¨ª, nunca sabremos d¨®nde acaban las misiones y si nos depara alg¨ªun enfrentamiento fuerte en la siguiente zona.

En su apartado sonoro Soul Calibur Legends tambi¨¦n defrauda. Los sonidos para los men¨²s y la interfaz son los cl¨¢sicos de la saga. El problema viene en que escucharemos los mismos FX si golpeamos una pared de metal o damos un salto. No hay diferencias en los sonidos producidos por andar por madera o por piedra, ni en golpear uno u otro material. La m¨²sica acompa?a pero no resalta, y el Wiimote emitir¨¢ continuamente los mismos sonidos de espadazos, pocos y muy repetitivos aunque usemos distintas armas.

Por otro lado est¨¢ su traducci¨®n, important¨ªsima en un t¨ªtulo con tanto texto, pues la historia se cuenta mediante di¨¢logos con los personajes est¨¢ticos y alg¨²n v¨ªdeo espont¨¢neo. Es quiz¨¢ demasiado texto y presentado de una manera algo sosa, sin voces ni expresiones faciales, y siempre con el mapa del mundo al fondo. El vocabulario empleado roza la sencillez y para nada hay una localizaci¨®n ejemplar.

El Wiimote como espada

Por en¨¦sima vez en Wii nos encontramos un intento de implementaci¨®n del sensor de movimientos del Wiimote como si de la espada del protagonista se tratase. Si hacemos un r¨¢pido trazo vertical el protagonista har¨¢ un ataque vertical, lo mismo en horizontal. Estas cuatro posibilidades (en las cuatro direcciones) hay que combinarlas con los movimientos del propio personaje, otros golpes de mu?eca encadenados y el movimiento del Nunchuk en una de las mismas cuatro direcciones. Con este ¨²ltimo, muy mal reconocido por el juego, nos moveremos r¨¢pidamente en un sentido, dando un peque?o aceler¨®n en la direcci¨®n en que lo movamos, al menos esa es la teor¨ªa...

As¨ª, volvemos a encontrarnos la distinci¨®n entre ataques verticales y horizontales t¨ªpica de la saga Soul Calibur, siendo los primeros m¨¢s da?inos y los segundos con m¨¢s alcance. Con el bot¨®n Z nos cubriremos, movimiento casi in¨²til hasta bien entrada la aventura. Con C activamos durante unos segundos nuestro poder m¨¢gico, que se rellena luchando y con esferas verdes de poder. Con ¨¦l activado el personaje realizar¨¢ ataques especiales y mucho m¨¢s espectaculares a la vez que demoledores. Muy ¨²til y necesario en ciertas ocasiones.

Pero algo muy bueno de Soul Calibur Legends es el toque estrat¨¦gico que nos presenta en los enfrentamientos. Con el bot¨®n A podremos cambiar nuestro objetivo al que pegar, pues siempre tendremos uno activo y el personaje guiar¨¢ todas sus acciones hacia ¨¦l. Alternar bien entre unos enemigos y otros es vital en batallas multitudinarias o cuando nos veamos rodeados, lo mismo sucede si hay enemigos de distintas fuerzas y resistencias.

Misi¨®n a misi¨®n

En la mayor¨ªa de las misiones podremos ir con m¨¢s de un personaje, pudiendo alternarlos entre s¨ª en cualquier momento con s¨®lo pulsar a la vez los gatillos Z y B. Cada uno tiene su propia barra de vitalidad y magia, tambi¨¦n sus armas, que elegiremos antes de entrar en la misi¨®n. Esto es una gran idea ya que podremos seleccionar a uno r¨¢pido y a uno eficaz antes de adentrarnos en cualquier misi¨®n y, dependiendo del enemigo al que nos enfrentemos en cada momento, seleccionar al r¨¢pido pero poco da?ino, o al brutal personaje potente, que es m¨¢s lento y vulnerable.

Pero, pese al encanto jugable que todo esto guarda a priori, Soul Calibur Legends no nos dar¨¢ demasiadas opciones. Son muy pocos personajes los que est¨¢n disponibles y habr¨¢ que ir desbloque¨¢ndolos, al igual que sus escasas armas. Y es que se echan en falta a muchas personalidades de la saga, como Kilik, Cassandra, Voldo o Talim. Adem¨¢s, no podremos cambiarlos de ropa ni personalizarlos de ninguna manera, algo que s¨ª vimos ya en Soul Calibur 3, sobre todo.

Todas las misiones se plantean de forma absolutamente lineal y aunque en ciertas ocasiones podremos elegir entre varias, es necesario acabarlas todas. Como dec¨ªamos, apenas se diferencian unas de otras y, pese a que los objetivos son levemente diferentes (matar a X, llegar a tal punto antes de que acabe el tiempo, derrotar a todos los enemigos, etc), nos dar¨¢ la sensaci¨®n de estar haciendo todo el rato lo mismo, por lo que la monoton¨ªa est¨¢ m¨¢s que asegurada, lo que no le quita entretenimiento entendido como tal.

En todo momento tendremos a nuestra disposici¨®n un peque?o mapa que nos servir¨¢ de ayuda en alguna que otra ocasi¨®n, aunque normalmente siempre hay un ¨²nico camino a seguir, que se va fracturando en zonas que despejar para que se abra la puerta a la siguiente. De nuevo, la linealidad es absoluta y la exploraci¨®n se queda en fisgonear bien las cuatro esquinas de cada sala en busca de los mismos items de siempre.

Los enemigos aparecer¨¢n en todo momento, brotando del suelo y sin orden aparente. No veremos nunca m¨¢s de 10 ¨® 12 en pantalla y suelen ser bastante f¨¢ciles de matar, como en los beat'm up cl¨¢sicos. Los hay r¨¢pidos, gigantes, escurridizos, etc. pero ninguno da demasiada guerra. Muchos de ellos est¨¢n directamente inspirados en los personajes de la saga, lo mismo que sucede con los jefes finales, a los que s¨ª que conoceremos de inmediato si somos seguidores de la franquicia. No es raro, por tanto, estar enfrent¨¢ndonos a un mont¨®n de alocadas y saltarinas Takis o al mism¨ªsimo Cervantes, aunque ellos nunca sean controlables en este t¨ªtulo.

Multijugador

Soul Calibur Legends nos propone 10 retos en modo multijugador. Son misiones extra¨ªdas del modo Historia que pueden ser jugadas en cooperativo, competitivo o VS, enfrentando directamente este ¨²ltimo modo a uno y otro jugador. El m¨¢s divertido es el modo cooperativo, pues tendremos que recorrer escenarios junto a un amigo. Pero el modo VS tambi¨¦n puede llegar a enganchar bastante, aunque es frustrante, pues el ocasional mal reconocimiento de los movimientos del Wiimote har¨¢ que veamos injusticias en dicho modo de juego multijugador.

No hay ninguna opci¨®n online ni mucho m¨¢s que decir de estos modos. Son un simple a?adido al modo principal y no durar¨¢n demasiado, adem¨¢s de ser ¨²nicamente para dos jugadores y a pantalla partida. Es uno de sus grandes defectos: echamos de menos m¨¢s modos, m¨¢s luchadores y m¨¢s posibilidades para m¨¢s de un usuario.

Conclusiones

La llegada de Soul Calibur a Wii ha sido desastrosa en comparaci¨®n con su paso por otras plataformas. La idea estaba bien pensada, parec¨ªa prometedora y todo dar¨ªa como resultado un producto memorable para los seguidores de la saga. Pero, finalmente, un trabajo de contenido neto del juego bastante flojo y demasiados fallos t¨¦cnicos y de implementaci¨®n en los controles nos han dejado esta pieza arcade m¨¢s que mejorable. Las leyendas de Soul Calibur no han rozado ese estatus de leyenda, y es que su historia tampoco se presta a ello.

Pocos luchadores, pocas armas, pocos escenarios y poco de todo suman un producto insuficiente para los m¨¢s exigentes. No obstante, hay que valorarle su agilidad, din¨¢mica r¨¢pida y entretenida as¨ª como los buenos momentos que nos har¨¢ pasar en alguna que otra ocasi¨®n, ya que no pierde del todo la esencia de la saga. Sin embargo, la espectacularidad que caracerizaba a la serie se ha perdido junto a la mayor¨ªa de los personajes conocidos. Parece un juego a medio hacer, pero un t¨ªtulo que apuntaba alto y con el que se ha tenido, quiz¨¢, demasiada prisa. Menos mal que el esperado Soul Calibur IV iluminar¨¢ todo el vac¨ªo en sombra que ha dejado esta inexplicable leyenda que acabar¨¢ por olvidarse.