La mejor evoluci¨®n

Sidhe Interactive lleva m¨¢s de una d¨¦cada trabajando en juegos de todo tipo desde Nueva Zelanda. Con buenas intenciones, sus modestos inicios estaban protagonizados por el rugby, las franquicias de Barbie y alg¨²n que otro t¨ªtulo de conducci¨®n, aunque con resultados muy diversos. Lejos de rendirse, la compa?¨ªa sigui¨® esforz¨¢ndose y, sin abandonar su franquicia abanderada (Rugby League), crearon obras como Jackass, Speed Racer o GripShift. En su constante intento de avanzar y prosperar, resulta ir¨®nico que hayan alcanzado el ¨¦xito echando la vista atr¨¢s y recuperando un concepto sencillo y muy manido, pero del que han demostrado que faltaba mucho por explotar.

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Hablamos de Shatter, un t¨ªtulo creado para PlayStation 3 y disponible a trav¨¦s de PlayStation Network. Dicho fr¨ªamente, podr¨ªa parecer que estamos ante una simple revisi¨®n de Arkanoid, un cl¨¢sico con m¨¢s de veinte a?os sobre sus espaldas; pero las apariencias enga?an, y si nos dej¨¢semos llevar por esa primera impresi¨®n posiblemente nos perdi¨¦semos un gran t¨ªtulo, con mucho por ofrecer a nivel jugable. La esencia de juego b¨¢sica sigue siendo exactamente la misma, pero aderezado con un buen pu?ado de nuevas ideas que no s¨®lo funcionan, sino que mejoran de forma considerable la f¨®rmula original. Parece mentira que con unos peque?os cambios en la din¨¢mica de juego se haya conseguido tanto, y es que Shatter es una verdadera delicia jugable que supera con creces a los cl¨¢sicos que lo inspiran.

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El juego est¨¢ dividido en tres modos de juego; la principal alternativa, y la ¨²nica de inicio, es la Historia, desde la cual desbloquearemos el acceso a un modo en el que nos enfrentaremos a los Jefes Finales, y otro en el que superaremos s¨®lo las fases de bonificaci¨®n. La Historia est¨¢ dividida en diez mundos, cada uno compuesto de diversas fases y, al final del recorrido, un jefe final. En ese aspecto, no se puede decir que Shatter sea excesivamente largo, ya que es posible completarlo en un par de horas aproximadamente. Pero su gran capacidad de diversi¨®n lo convierten en un t¨ªtulo muy rejugable, intentando mejorar nuestros tiempos, conseguir todos los trofeos, disfrutar de los otros dos modos de juego (que vienen a ser una repetici¨®n independiente de momentos del modo Historia) o, simplemente, pasar un buen rato sin complicaciones.

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Para superar cada nivel, el objetivo es limpiar la pantalla de todo cuadrado y figura geom¨¦trica que est¨¦ presente en ella. Los habr¨¢ de diversos tipos: que desaparecen al chocar contra ellos, explosivos, que se lanzan como un cohete, fijos que requieren varios toques para destruirlos, con su propio campo gravitacional, que flotan libremente? El escenario tendr¨¢ forma cuadrada o circular, y lo veremos en posici¨®n horizontal (situada nuestra nave en la esquina izquierda) o en vertical (situados en la parte inferior). Un campo de fuerza rodea el entorno, haciendo segura toda la zona menos la regi¨®n que debemos proteger a toda costa, la que las bolas que utilizamos no deber¨¢n atravesar, al igual que en el cl¨¢sico.

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Como es l¨®gico, tendremos un n¨²mero limitado de vidas, cada una equivalente a una bola de juego. No obstante, podremos lanzar tantas bolas al juego como vidas tengamos, s¨®lo que, como es normal, luego tendremos que estar pendientes de todas ellas, ya que una vez se pierdan no podremos recuperarlas. Es una forma de jugar arriesgada a la que recurrir s¨®lo cuando estemos verdaderamente seguros de nuestra habilidad para sobrevivir a la locura que se puede desencadenar en pantalla. El aspecto m¨¢s curioso es la posibilidad de utilizar los gatillos para modificar la trayectoria de las bolas y los objetos en juego. Con L1 y L2 creamos un campo de atracci¨®n, mientras que con R1 y R1 el campo generado es de repulsi¨®n.

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De este modo, la bola va modificando su trayectoria y podremos determinar la direcci¨®n en la que queremos que se mueva; algo m¨¢s f¨¢cil de decir que de hacer, ya que hay que tener en cuenta la orientaci¨®n del escenario, los rebotes, etc¨¦tera. Los elementos que destruimos van dejando caer distintos ¨ªtems potenciadores, como vidas extra, bolas m¨¢s potentes, o una mayor precisi¨®n para controlarla. Pero lo m¨¢s importante son unas esferas azules que podremos absorber (con el campo de atracci¨®n, claro est¨¢), que servir¨¢n para cargar una barra de energ¨ªa en la parte superior de la pantalla. Una vez al m¨¢ximo, bastar¨¢ con pulsar Tri¨¢ngulo para desencadenar un feroz ataque de disparos.

Esta t¨¢ctica servir¨¢ para abrirnos camino r¨¢pidamente a trav¨¦s de los escenarios, eliminando los bloques con facilidad, y ser¨¢n de vital importancia en los enfrentamientos contra los jefes finales. Estas criaturas son de dimensiones considerables, se mueven con bastante soltura y tienen sus propios patrones de ataque; nuestra nave no puede morir, pero los impactos recibidos nos descolocan brevemente y podemos perder la posibilidad de salvar nuestra bola. Todos ellos requieren descubrir la estrategia adecuada para derrotarles, y no siempre nos pondr¨¢n las cosas f¨¢ciles, convirti¨¦ndose en un reto bastante espectacular.

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T¨¦cnicamente, Shatter est¨¢ a un buen nivel, con unos escenarios tridimensionales y un juego de luces constante muy satisfactorio, que consiguen ofrecer un espect¨¢culo visual muy atractivo, que ayuda a que el usuario quiera seguir adelante con la partida. En el apartado sonoro es algo m¨¢s modesto, pero no por ello se puede calificar negativamente, dado que cumple bien con lo que se espera de ¨¦l. El aspecto m¨¢s importante, la jugabilidad, es sencillamente sublime; r¨¢pido, intenso, cargado de adrenalina y, pese a todo, responde perfectamente a las indicaciones que le hagamos con el mando. Una verdadera delicia que convierte a Shatter en uno de los t¨ªtulos m¨¢s divertidos del cat¨¢logo de PlayStation Network.

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