Shape of the World, an¨¢lisis

Shape of the World es un walking simulator que nos ofrece una partida contemplativa, rodeados de la belleza y la paz de una naturaleza que se va construyendo a nuestro paso. Inspirado en precursores del g¨¦nero como Flower, que tambi¨¦n reinvindica la naturaleza, no contiene m¨¢s pretensiones que el placer est¨¦tico. No hay enemigos, ni amenazas, ni un tiempo r¨¦cord. Nosotros somos el motor de creaci¨®n, alrededor del cual un mundo psicod¨¦lico florece y se transforma a nuestro paso, mientras nos evadimos en su belleza, en la que permaneceremos el tiempo que deseemos. 

Shape of the World es la respuesta a una sociedad industrializada, a las ciudades superpobladas y al ritmo fren¨¦tico de nuestras vidas, de las cuales destinamos un alto porcentaje a trabajar. Incluso el ocio, destinado al disfrute sin obligaciones, est¨¢ lleno de propuestas donde la acci¨®n a contrarreloj y la adrenalina siguen formando parte del men¨². Con este walking simulator, recordamos la importancia de aportar un momento l¨²dico a nuestro d¨ªa a d¨ªa, al mismo tiempo que nos entregamos a una experiencia relajada, en la que no tengamos que pensar en tareas que realizar.

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Hollow Tree es el estudio creador de Shape of the World, un t¨ªtulo financiado a trav¨¦s de una campa?a de Kickstarter que recaud¨® 79.367 d¨®lares, por encima de una meta estipulada en 75.000. El estudio se compone de tres pilares principales: Stu Maxwell, artista de efectos especiales y amante del fotorrealismo que trabaja actualmente en Black Tusk; Athomas Goldberg, desarrollador veterano y presidente de Lifelike & Believable Animation Design; y Brent Silk, dise?ador de sonido. Hollow Tree se han inspirado en precursores del g¨¦nero como Flower, Journey o Proteus, y su intenci¨®n era crear un t¨ªtulo en el que no tuvieran lugar conceptos como la recompensa por matar enemigos o los puntos de salud.  

Refugio contra el estr¨¦s diario

Shape of the World se presenta como un walking simulator en el que refugiarnos del estr¨¦s cotidiano. En primera persona, nos encontramos en un mundo extra?o y psicod¨¦lico, inspirado en los ecosistemas de nuestro planeta, con un a?adido de fantas¨ªa. A medida que caminemos, rocas, plantas y ¨¢rboles crecen a nuestro alrededor. La creaci¨®n, vibrante y evolutiva, ser¨¢ la propia esencia del juego.

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Recorreremos escenarios que nacen y mutan a nuestro alrededor mientras participamos en esta oda a la naturaleza, la cual fluye con libertad y sin presiones. Cada cap¨ªtulo es un ecosistema y la transici¨®n entre los mismos se da con suavidad, de tal modo que percibimos que estamos en una misma fase prolongada hasta el final del juego.

La interacci¨®n con el entorno ser¨¢ m¨ªnima y con una jugabilidad extremadamente sencilla, aunque tendremos la sensaci¨®n de que nuestra propia presencia ser¨¢ el catalizador para que la naturaleza siga su curso. Podremos derribar ¨¢rboles con un toque, que se deshar¨¢n en un destello, y obtener semillas que podemos lanzar hacia donde queramos para que germinen al instante. Tambi¨¦n hallaremos menhires que, al golpearlos, crecer¨¢n y revelar¨¢n una escalinata que nos conducir¨¢ hacia otro rinc¨®n del paraje. Las rocas redondeadas har¨¢n las veces de resorte. Las estalactitas, a nuestro tacto, se convertir¨¢n en fuentes que inundar¨¢n nuestro alrededor para darnos acceso al plano subacu¨¢tico. Y, por ¨²ltimo, los monolitos iridiscentes y marcados con un agujero, mostrar¨¢n un indicador que, al pulsar sobre ¨¦l, ejercer¨¢n una atracci¨®n sobre nosotros, de tal modo que flotaremos hasta ellos.

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Y es que en Shape of the World no s¨®lo caminaremos. Bucearemos bajo profundos oc¨¦anos y flotaremos por su cielo, todo a un ritmo pausado, que nos permita disfrutar de la belleza sin prisas. La ¨²nica compa?¨ªa que tendremos ser¨¢ la de criaturas fabulosas inspiradas en animales reales, como crust¨¢ceos, pulpos o delfines, huidizos ante nuestra presencia. Es posible que nos desorientemos, pero el perderse forma parte de la misma experiencia de juego, ya que aprovecharemos dicha deriva para deleitarnos con la belleza que nos rodea, sin pensar en que estamos perdiendo la partida o que no cumplimos con el objetivo.

Las metas de cada escenario quedar¨¢n marcadas por portales triangulares que nos transportar¨¢n a otro nivel al cruzarlos. Podemos permanecer en cada fase el tiempo que deseemos, sin tener pendiente m¨¢s misi¨®n que el placer de contemplar la creaci¨®n que se desenvuelve a nuestro alrededor y en la que nuestra interacci¨®n ser¨¢ muy limitada, m¨¢s all¨¢ de contemplar la flora y fauna desplegarse a nuestro paso.

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?nicamente tendremos un coleccionable a lo largo de la partida: las semillas, que figurar¨¢n en el men¨² de pausa como un ¨¢lbum por completar. Durante nuestra excursi¨®n, podremos descubrirlas, recolectarlas y sembrarlas por doquier, teniendo en cuenta que s¨®lo podemos llevar en nuestro inventario una a la vez. Por supuesto, no ser¨¢n necesarias para finalizar el juego, pero s¨ª a?adir¨¢n cierto aliciente a la exploraci¨®n a aquellos jugadores m¨¢s completistas. 

La duraci¨®n total de juego se estima entre una hora y tres, seg¨²n rato que deseemos emplear en cada cap¨ªtulo, si bien se recomienda saborear este t¨ªtulo de una vez y sin precipitaci¨®n. Shape of the World es ideal para tomarse un respiro despu¨¦s de una jornada dura, ya sea por temas laborales o personales. Su brevedad tambi¨¦n tiene sentido: el tiempo de ocio suele ser escaso en una vida en la que cada hora debe productiva, as¨ª que este walking simulator nos ocupar¨¢ poco tiempo, del que podemos exprimir muchas sensaciones de paz y de placer sensorial. No obstante, algunos jugadores pueden quedarse con ganas de m¨¢s al finalizar su viaje.

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Minimalismo psicod¨¦lico

Con un mundo que nace y se desarrolla a nuestro paso, que pasa de ser simple a una explosi¨®n de naturaleza en la que buceamos por encima de las monta?as o en las profundidades, la generaci¨®n procedural de escenarios se convierte en la decisi¨®n t¨¦cnica m¨¢s acertada y que permite la inmersi¨®n del jugador. 

Shape of the World luce una est¨¦tica psicod¨¦lica, en la que la creaci¨®n cambiante busca llenarnos de quietud, con las referencias justas a la naturaleza real para confeccionar un espacio que resulte pertenecer a otro mundo, en el que s¨®lo existimos nosotros y las criaturas extra?as de ojos redondeados que nos inspirar¨¢n ternura y las que percibiremos como compa?eras y no enemigas. Para aportar un aura on¨ªrica y et¨¦rea, tanto el dise?o de los ecosistemas como la paleta de colores, que mutar¨¢ seg¨²n el escenario, sigue un estilo minimalista. A esta atm¨®sfera, la sosegada m¨²sica electro-ambient, compuesta por Brent Silk, nos sumergir¨¢ en la placidez requerida en la partida y variar¨¢ al ritmo de la sucesi¨®n de ecosistemas. 

Este juego ha sido analizado en su versi¨®n para PS4.