El arte de las guerrillas

El mundo est¨¢ cansado y desgastado por la guerra convencional. Los estados y las grandes compa?¨ªas, hartos de gastar enormes presupuestos en ej¨¦rcitos, empiezan a ver la necesidad de reclutar nuevos tipos de fuerzas de asalto; baratas, entrenadas, expertas y de un solo uso, las fuerzas mercenarias cobran forma bajo los auspicios de compa?¨ªas que alquilan sus servicios a terceros. El soldado de fortuna, desaparecido desde la edad media, vuelve a resurgir en el nuevo panorama mundial de peque?os conflictos. Su prop¨®sito, ejecutar operaciones quir¨²rgicas y baratas que provoquen el mayor da?o posible al menor coste permisible.
La Granite es una importante compa?¨ªa dentro del mercado de los mercenarios; sus servicios son requeridos por multinacionales, peque?os estados o grandes servicios de inteligencia. Su fama es la de proveer equipos fiables y efectivos que ejecutan su tarea y desaparecen sin dejar rastro, sin permitir que el enemigo sepa qu¨¦ le golpe¨®. Sin embargo, una de las ¨²ltimas misiones de un equipo Granite cae en lo que parece una emboscada. El grupo enviado a Angola a apoderarse de una planta petrol¨ªfera se ve metido en algo mucho m¨¢s grande de lo que puede manejar. Las peticiones de apoyo y refuerzos son deso¨ªdas. Los pocos que sobreviven son dados por muertos.
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Descripci¨®n General:
Esta es la historia en la que nos internamos cuando jugamos por primera vez a Shadow Company; un juego innovador y atrevido que nos pone en el papel de un equipo mercenario en busca de fortuna y venganza. Para aquellos que conozcan el genial Jagged Alliance o su secuela Deadly Games, la propuesta no les sonar¨¢ a nueva: Un juego de estrategia t¨¢ctica en el que manejamos a varios mercenarios, con peque?as pinceladas de juego de rol, mucha munici¨®n, emboscadas, terreno inh¨®spito y tensas escaramuzas. Las principales novedades son dos: Entorno tridimensional con c¨¢mara libre y acci¨®n puramente en tiempo real.

El jugador de Shadow Company se encontrar¨¢ al mando de un escuadr¨®n mercenario cuyos miembros deber¨¢ escoger y contratar, cuyo equipamiento deber¨¢ seleccionar y comprar y cuya t¨¢ctica deber¨¢ organizar. Nuestros soldados tendr¨¢n nombres y apellidos, habilidades y handycaps, destrezas y puntos d¨¦biles. Deberemos controlar el armamento que llevan, la munici¨®n apropiada, la vestimenta necesaria para la misi¨®n y el equilibrio t¨¢ctico que deseemos desarrollar. Deberemos escoger entre francotiradores, expertos en armas pesadas, incursores invisibles y silenciosos, personal m¨¦dico, pilotos con afici¨®n por los rev¨®lveres y ex-combatientes que dedican su tiempo libre a hacer detonar un kilo de C4 de la forma m¨¢s espectacular posible. Cada personaje ser¨¢ una ¨²nica combinaci¨®n de habilidades y personalidad que deberemos hacer encajar en el rompecabezas de nuestro equipo, un equipo que configuraremos seg¨²n nuestros gustos y los requerimientos de la misi¨®n. No se hab¨ªa visto desde Jagged Alliance un juego en el que la sensaci¨®n de controlar un verdadero escuadr¨®n mercenario fuese tan realista.
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Es dif¨ªcil hablar de Shadow Company por lo complejo que es. Se trata de un juego que a¨²na la gesti¨®n de equipo, la planificaci¨®n de misiones y la elecci¨®n de recursos humanos con el desarrollo de las misiones propiamente dichas. Es como si cogi¨¦semos a Commandos, le di¨¦semos unos tintes de juego de rol y torn¨¢semos el mundo determinista y mec¨¢nico del afamado juego espa?ol en algo m¨¢s vital y ca¨®tico. Es como si cada uno de los personajes que pululan por los escenarios (gigantes escenarios) tuviese vida propia y personalidad. Los detalles no son vitales, pero son importantes. Descubrir que no has tra¨ªdo un cortafr¨ªos no va a provocar que tu misi¨®n quede estancada, pero la va a dificultar (y mucho).

En la pantalla de mapa encontraremos el territorio de juego con los puntos a cumplir marcados y explicados. No est¨¢ de m¨¢s gastar tiempo aqu¨ª, leyendo y releyendo los puntos y observando las fotos. Esta es toda la informaci¨®n de que disponemos para organizar nuestro equipo y equiparlo. Unas alambradas pedir¨¢n a gritos un cortafr¨ªos, unas torres de guardia nos incitar¨¢n a llevar un buen francotirador y un submarino a hundir requerir¨¢ un experto en demoliciones y una buena cantidad de explosivos.
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En cuanto a equipamiento, las elecciones m¨¢s complicadas se dar¨¢n probablemente aqu¨ª. La vestimenta (?camuflaje o blindaje?), el armamento (?Corto o largo alcance? ?Silenciado o preciso?), el equipamiento (?Visi¨®n nocturna? ?Explosivos? ?Herramientas?)... Todos estos factores han de ser tenidos en cuenta en el limitado espacio que nuestros hombres representan. Muchas veces desear¨ªamos tener el doble de sitio y mucho m¨¢s dinero del que disponemos. La lista es largu¨ªsima; s¨®lo en armas, la elecci¨®n de un arma de asalto se puede volver complicada: ?Balas o postas? M16, AK47, Steir Augusta, escopetas antimotines, escopetas JackHammer autom¨¢ticas... Y cuando hemos decidido qu¨¦ llevarnos, el problema es la munici¨®n. Tal vez no haya en stock suficiente cantidad de 5.58 para atender nuestras necesidades, o una vez en el campo de batalla nos encontremos con que los adversarios han sido surtidos por los rusos y su munici¨®n no vale para nuestro AM16. Nadie nos va a quitar de diez a quince minutos devan¨¢ndonos los sesos en escoger el equipamiento antes de pulsar el bot¨®n de 'launch'.
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Ahora es cuando viene lo bueno. Nuestro equipo est¨¢ en el lugar de comienzo; a nuestro alrededor se extiende un enorme terreno de incre¨ªble tama?o, con una orograf¨ªa extremadamente realista y unas texturas detalladas e impecables. ?rboles, r¨ªos, desniveles, caminos, carreteras, pueblos, campamentos, ruinas... sin duda alguna, nunca hab¨ªa visto un terreno mejor en ning¨²n juego comparable. Nuestros personajes habr¨¢n de desenvolverse por ¨¦l de la misma manera en que lo har¨ªan los seres humanos, con todas las ventajas y desventajas que ello supone. Los soldados, tambi¨¦n modelos tridimensionales, se mueven de un modo realista y org¨¢nico, reaccionando de la manera apropiada a los cambios de terreno. El campo visual, un elemento de suma importancia para plantear nuestra estrategia, est¨¢ perfectamente simulado. Es, sencillamente, real.
La misi¨®n comienza a desarrollarse a nuestro alrededor y todo parece como la vida misma. Patrullas por los alrededores (unas m¨¢s confiadas que otras), escaramuzas (el intercambio de disparos es muy realista; no en vano la simulaci¨®n de los proyectiles ha sido tratada con gran meticulosidad) y b¨²squeda de un modo de aproximaci¨®n al objetivo. Los binoculares y la visi¨®n nocturna nos ser¨¢n de gran utilidad, al darnos un punto de vista en primera persona del territorio. No s¨®lo eso, sino que nos permitir¨¢n ver lo que de otro modo no podr¨ªamos, puesto que a pesar de que el territorio ser¨¢ perfectamente visible desde un primer momento, el resto de personajes presentes en ¨¦l permanecer¨¢n ocultos hasta que entren en nuestro campo de visi¨®n. El realismo en todos estos aspectos es perfecto.

Los francotiradores y los infiltradores ser¨¢n componentes inestimables en nuestro equipo, hasta el punto de que muchas veces la misi¨®n m¨¢s simple se convierte en un infierno por no haber contratado a la persona apropiada. Un tandem entre un silencioso experto en demoliciones armado con un cuchillo y un francotirador con buen pulso pueden evitarnos arriesgar a todo el equipo en un asalto frontal a una fortaleza bien guardada. Antes de que sepa que ha pasado, el enemigo puede encontrarse con sus tanques de combustible destrozados y sus centinelas con la cabeza esparcida por la garita.
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Los veh¨ªculos tambi¨¦n jugar¨¢n un importante papel en nuestra estrategia. Coches, blindados, tanques, camiones... Su comportamiento ser¨¢ tan intachable y realista como el de nuestras tropas y su uso, a veces, obligado. Un poco lentos, si cabe, sobre todo en el caso de los coches (los m¨¢s proclives a estallar bajo el fuego enemigo y asarnos dentro). Objetivos de un atentado a veces, objetivos a secuestrar o proteger en otras o simples protagonistas ocasionales en la mayor¨ªa de las ocasiones, los veh¨ªculos en Shadow Company no dejar¨¢n indiferente a nadie.

En resumen, Shadow Company es brillante en todos los aspectos y no tiene complejos a la hora de usar recursos ya conocidos ni de innovar all¨ª donde es necesario. Muy jugable, atractivo a primera vista, adictivo y divertido, muestra una presentaci¨®n maravillosa, un sonido en condiciones y unas rutinas de inteligencia artificial y de gesti¨®n del entorno que har¨¢n palidecer de envidia a buena parte de la competencia. Surge, adem¨¢s, en un momento comercialmente inmejorable: Sus m¨¢s directos competidores est¨¢n lejos en el tiempo ya sea por detr¨¢s (Commandos o su continuaci¨®n/a?adido ya est¨¢n m¨¢s que trillados) o por delante (Jagged Alliance 2 no parece tener intenci¨®n de aparecer por el mercado espa?ol y Commandos 2 todav¨ªa tardar¨¢ un tiempo en aparecer). Vamos, que es lo que los aficionados a la estrategia t¨¢ctica necesitaban estas Navidades y no por falta de competencia tiene menos calidad, ya que quitando ciertos defectos que podr¨ªan haberse pulido el conjunto es delicioso.
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Audio/V¨ªdeo:
Shadow Company posee una rara propiedad muy apreciable en este tipo de juegos: Presenta la calidad justa. Quiero decir con esto que no hace alardes de gr¨¢ficos espectaculares y efectos especiales apabullantes. El cometido de los gr¨¢ficos y sonido de Shadow Company es dar realismo a la acci¨®n, y eso es lo que hacen. Una granada no provoca un hongo at¨®mico ni una onda de choque superficial, por lo que no veremos nada de esto en el juego. Las texturas son realistas como las que m¨¢s, los modelos 3D son buenos (los personajes podr¨ªan tener m¨¢s detalle, pero la potencia de computaci¨®n es limitada), la pirotecnia cumple a la perfecci¨®n y el apartado sonoro se integra con el conjunto haciendo que todo parezca lo que tiene que parecer.

Est¨¢ claro lo que en Sinister Games quer¨ªan con Shadow Company: Los gr¨¢ficos y el sonido son un medio, no un fin en si mismos y eso es lo que hacen. Shadow Company no pasar¨¢ a la historia por sus gr¨¢ficos ni por su sonido, pero es uno de los juegos que mejor uso hacen de estas herramientas para proporcionarnos una experiencia de juego muy agradable.
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Estrategia y trucos:
Antes de empezar a jugar, conci¨¦nciate de una cosa: Si en la realidad Rambo hubiese existido, le habr¨ªan volado las g¨®nadas nada m¨¢s asomar su cabeza con cinta roja incluida en medio de un campamento charlie. Nunca un hombre derrot¨® a un ej¨¦rcito por el m¨¦todo del ataque frontal.

Estos trucos o consejos son los que hab¨ªa disponibles el 06/12/99 Si no encuentras lo que buscas, pasa por la secci¨®n de TRUCOS.
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Jugabilidad:
Shadow Company es uno de los juegos m¨¢s interesantes que he tenido la oportunidad de catar en bastante tiempo, pero no es apto para todos los p¨²blicos. Como sucede con casi todos los juegos de estrategia, aquel p¨²blico poco paciente y ansioso de apretar el gatillo no va a divertirse con Shadow Company, m¨¢xime teniendo en cuenta el grado de realismo que alcanza el juego a veces. Sin embargo, aquellos que disfruten con este tipo de juegos y les guste planear t¨¢cticas, elaborar planes y sentir aut¨¦ntica tensi¨®n por la manera en que se van a desarrollar los acontecimientos, van a encontrar en Shadow Company un compa?ero insustituible. Muy muy jugable, con un buen grado de adicci¨®n y largas horas de enganche en perspectiva. Si eres uno de los que piensan que Commandos es lo mejor que hab¨ªa ocurrido desde la invenci¨®n del agua caliente, espera a jugar Shadow Company. Merece la pena la compra.
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El realismo sin par, la ambientaci¨®n, el aspecto del terreno, el tremendo trabajo de documentaci¨®n, la impresi¨®n de organicidad que da todo el conjunto. La experiencia de juego que Shadow Company proporciona es ¨²nica.
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Enlaces o Links:
Demo de Shadow Company
ftp://ftp.sunet.se/pub2/pc/games/gamesdomain /demos/shadow.zip?
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Equipo necesario:
Shadow Company se vuelve jugable a partir de un P200 con aceleradora, y 64 MB de RAM. Con menos, puede volverse frustrante. V¨ªdeo y sonido compatible con DirectX 6, un CD ROM rapidito (cuanto m¨¢s, mejor). Nada del otro mundo, vamos, pero la experiencia visual sube de tono con una resoluci¨®n elevada (1024x768) y sobre todo, con 32 bits de color.