Guerrero mal preparado

Los servicios de descarga se est¨¢n convirtiendo, cada vez m¨¢s, en campos de pruebas donde las diferentes compa?¨ªas experimentan con conceptos e ideas que posiblemente no funcionar¨ªan en grandes lanzamientos de presupuestos elevados. Tal vez por eso, la nostalgia juega un papel tan importante en dichos servicios, con abundantes cl¨¢sicos recuperados y un regreso a mec¨¢nicas de juego que parec¨ªan olvidadas y relegadas a generaciones anteriores. As¨ª pues, a lo largo de los ¨²ltimos a?os hemos podido ver t¨ªtulos como Sonic 4 o Bionic Commando Rearmed, que recuperaban la jugabilidad de los originales para adaptarla a los nuevos tiempos con un apartado t¨¦cnico digno de las consolas actuales.

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Konami tambi¨¦n se hab¨ªa apuntado a esta moda y hab¨ªa recuperado algunos de sus cl¨¢sicos para la nueva generaci¨®n. Posiblemente el caso m¨¢s satisfactorio nos lo hemos encontrado hace unas semanas con Hard Corps: Uprising, un juego que heredaba la din¨¢mica de Contra y se convert¨ªa en un t¨ªtulo de dificultad elevada pero impecable a todos los niveles t¨¦cnicos y jugables. Sin embargo, al intentar repetir la jugada con Rush'N Attack (un juego de 1985 que ya revisaron en 2007 para Xbox Live Arcade), se han quedado a medio camino. Si ya al original le pesaban un poco los a?os, esta continuaci¨®n que hoy nos ocupa, Rush'N Attack Ex-Patriot, se queda como un t¨ªtulo anodino y carente de inter¨¦s, lastrado por los no escasos defectos que presenta.

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Como se puede observar, el planteamiento deja bastante que desear y, de hecho, no evoluciona mucho m¨¢s desde ese punto. El juego es bastante est¨¢tico en todo momento, invit¨¢ndonos solo a avanzar sin darnos muchos motivos para hacerlo m¨¢s all¨¢ del breve desarrollo inicial de los acontecimientos. Puede parecer que el argumento no es algo necesario en un juego que, fundamentalmente, aboga por la acci¨®n, pero cuando se llevan varias horas dando vueltas por pasillos e instalaciones cl¨®nicos, llega un momento en el que uno se pregunta para qu¨¦ est¨¢ haciendo lo que est¨¢ haciendo. Pero lo malo es que el argumento insulso y carente de inter¨¦s ser¨¢ solo el primero de los muchos problemas de los que iremos siendo conscientes.

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Tal y como comentamos, el juego est¨¢ dividido en tres niveles, cl¨®nicos entre s¨ª, ca¨®ticos, de dise?o aleatorio e inconexo, en los que nos sentiremos perdidos constantemente. Escenarios l¨²gubres, carentes de carisma o encanto, que nos invitan a desear salir de ellos lo antes posible pero alarg¨¢ndose innecesariamente tanto como pueden. Sobre ellos veremos a un Morrow que avanza siempre en el plano horizontal (el juego se desarrolla en 2D pese a su aspecto poligonal) y cuyas habilidades se reducen al uso del cuchillo y a ocultarse en determinados puntos de los escenarios (puertas abiertas, agujeros en techo y suelo, etc¨¦tera). As¨ª deberemos avanzar, saltando plataformas, col¨¢ndonos por conductos de ventilaci¨®n y acabando con los enemigos que encontremos. Todo ello, perdidos por ese mapa ca¨®tico y sin saber muy bien hacia d¨®nde ir.

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Sin duda, uno de los principales problemas nos lo encontramos en esa jugabilidad, que es tosca y poco agradable. Morrow parece que va resbalando, siendo muy complicado controlarle sobre todo cuando debemos superar secciones de plataformas; hay puntos a los que parece que no llega pero s¨ª lo hace, pero otros en los que consideramos que es un salto f¨¢cil y nos cuesta la vida por culpa de esas imprecisiones. No solo eso, sino que su habilidad con el cuchillo para el combate est¨¢ muy mal calibrada, siendo apenas capaz de realizar un par de combinaciones ante unos enemigos que poseen un sexto sentido para encontrarnos (lo cual hace absurdo el utilizar el sigilo) y una habilidad defensiva infranqueable ante la que nunca tendremos respuesta posible.

Esto provoca que todos los enfrentamientos sean una molestia que no podremos evitar (y cuanto mayor el nivel de dificultad seleccionado, peor), tanto por el injusto combate que se libra como por lo repetitivo que es acabar con cientos de enemigos a lo largo de toda la aventura de la misma manera. Algunos tendr¨¢n armas de fuego que podremos utilizar brevemente tras acabar con ellos, pero tambi¨¦n son mort¨ªferas usadas contra nosotros; adem¨¢s, el hecho de que la barra de vida baje sustancialmente m¨¢s lenta que en la realidad nos provocar¨¢ en muchas ocasiones calcular mal nuestras posibilidades y acabar muertos mucho antes de que la barra se haya vaciado. Sumando todas estas peque?as cosas, el juego acaba resultando muy insatisfactorio y las cuatro horas que dura se pueden hacer muy largas.

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Tampoco la banda sonora destaca en exceso y, de hecho, pasa generalmente desapercibida. Todo esto, combinado con la nefasta jugabilidad y la muy escasa duraci¨®n de la aventura provocan que Rush'N Attack nos deje con un sabor de boca muy mejorable. Aburrido en su planteamiento, con un acabado t¨¦cnico bastante mediocre y con el potencial de haber podido ser algo m¨¢s, pero preferir limitarse a unos est¨¢ndares muy b¨¢sicos que se alejan del m¨ªnimo exigible a un videojuego a estas alturas de la generaci¨®n, incluso en los servicios de descarga, donde se han podido ver joyas mucho m¨¢s atractivas que esta nueva propuesta de Konami.

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