Runbow, An¨¢lisis

No parece casualidad que un juego como Runbow haya aparecido en Wii U, plataforma que est¨¢ cuidando como ninguna otra el g¨¦nero de las plataformas. Son varios los t¨ªtulos de Nintendo y otras compa?¨ªas que han brillado con luz propia en la sobremesa de la compa?¨ªa de Kyoto, y a ella se le suma ahora otro nuevo t¨ªtulo del g¨¦nero que consigue sorprender y desafiar a los jugadores con una f¨®rmula adictiva y sencilla como pocas. Si el g¨¦nero de dar saltos est¨¢ de enhorabuena gracias a los desarrollos indies es en parte a propuestas tan divertidas como la que nos ocupa. Un t¨ªtulo enfocado al multijugador local, al online y que tambi¨¦n es capaz de atrapar a los jugadores solitarios con un sinf¨ªn de pruebas por superar. S¨ª, todav¨ªa se pueden mostrar novedades poderosas en el g¨¦nero del plataformas 2D.

La premisa de Runbow es tan directa como eficaz. Controlamos a un personaje con el que tenemos que llegar a un punto de la pantalla, ya sea en avance de scroll lateral o de abajo hacia arriba al m¨¢s puro estilo Ice Climbers o las fases de final de cap¨ªtulo de Ori and the Blind Forest. Tenemos un bot¨®n para saltar, con el que podemos hacer doble salto tambi¨¦n, y un bot¨®n de pu?etazo. A ello se a?ade un impulso hacia arriba y un ¡°culazo¡± para golpear con virulencia en el suelo. Hasta aqu¨ª todo normal. Lo que cambia radicalmente el concepto de juego respecto a otros juegos es la puesta en escena y los desaf¨ªos que nos vamos encontrando. Los colores marcan irremediablemente el devenir de las partidas.

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Nos enfrentamos a partidas cortas -la fase m¨¢s larga puede durar unos 40 segundos- donde vamos superando obst¨¢culos cambiantes. Al fondo del escenario van cambiando los colores de manera peri¨®dica, haciendo que nuestro avance se vea totalmente alterado. Cuando est¨¢ de color azul, las plataformas azules desaparecen; cuando pasa a verde, lo mismo con este color. Y as¨ª sucesivamente. De esta manera el juego exige un ritmo muy elevado y algo importante: adem¨¢s de precisi¨®n a la hora de saltar de un lado para otro tenemos que estar atentos al color actual y al color entrante -se ve antes de que cambie- para no saltar en falso a una plataforma que desaparece. El ritmo de cambio de colores es constante y la movilidad que eso provoca, pura adrenalina.

Los colores hacen aparecer y desaparecer plataformas, hacen que aparezcan barreras que nos impidan pasar si saltamos en un mal momento o incluso pueden ser nuestra salvaci¨®n: en el cl¨¢sico techo de pinchos que cae encima de nosotros, si nos colocamos justo debajo de los pinchos del color de fondo, estos no aparecen y por lo tanto podemos avanzar sin morir. Porque esa es otra, un fallo y toca empezar de nuevo, sin margen de error. Es un plataformas de ensayo-error puro, donde aprendemos a base de fracasos (algunas veces, hace falta recalcar, la sensaci¨®n es que es obligado fallar en ciertos momentos para aprender, algo que no gustar¨¢ a todo el mundo). Las situaciones que brindan los colores son tan variadas y exigen tal inmediatez que es imposible no ¡°picarse¡± con el juego desde el primer momento. En una de las primeras fases del modo aventura (m¨¢s de 100 niveles) hay una zona con una cascada en la que debe haber unas diez columnas de colores con su plataforma que van cambiando a la vez. La locura para superar momentos as¨ª sin margen de error no se puede explicar con palabras.

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Partidas intensas y cortas donde nuestro objetivo es llegar lo m¨¢s pronto posible para conseguir el m¨¢ximo de estrellas (1-3) en cada una de las fases del modo aventura, que se puede jugar en solitario pero que se ha planteado como todo el juego: para disfrutar en compa?¨ªa. El t¨ªtulo permite que hasta nueve jugadores (con todo tipo de variedad de mandos y opciones) puedan conectarse y jugar a la vez. El que se queda atr¨¢s muere, el que cae al vac¨ªo no resucita, y al final, solo puede quedar el que llega antes al trofeo de rigor. El multijugador es la base de todo, no solo porque nos permite jugar a la aventura con amigos, sino porque las grandes modalidades del t¨ªtulo est¨¢n pensadas para competir con amigos.

Al modo correr -que es el que hemos explicado- se a?ade una Arena donde nos vamos a dar de golpes con los dem¨¢s hasta acabar con ellos y en el que los colores tambi¨¦n participan activamente, adem¨¢s de cierto dise?o de niveles que nos pondr¨¢ en m¨¢s de un aprieto. Este modo, aunque tiene su gracia, no acaba de atraparnos tanto como los dem¨¢s, sobre todo porque muchas veces el caos se apodera absolutamente de la acci¨®n y no es raro que a los pocos segundos sin saber por qu¨¦ estemos fuera de combate, algo que sucede m¨¢s a menudo de la cuenta. Otra modalidad disponible es el Rey de la Colina, que nos invita a subir por zonas hasta llegar a lo alto del nivel, donde est¨¢ el trofeo. B¨¢sicamente es como correr pero en formato vertical y las mismas particularidades. Por ¨²ltimo tenemos el Se?or de colores, en el que ocho jugadores tienen que llegar al final del nivel y un noveno, mando tableta en mano, debe impedirlo cambiando los colores de la partida, lanzando objetos y, en definitiva, fastidiando al personal todo lo que pueda.

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Repartidos por el escenario hay unos ¨ªtems que van dejando elementos aleatorios que todav¨ªa agitan m¨¢s las partidas. Unos guantes de boxeo para lanzar fuera del escenario a enemigos, un reloj que ralentiza el avance de los jugadores, un ¡°cambio¡± que nos coloca en la posici¨®n de otro jugador y viceversa, una pintura gris que acaba con las modificaciones de los colores y el m¨¢s sorprendente: uno que gira la acci¨®n poni¨¦ndonos del rev¨¦s con lo que esto comporta a nivel de controles. No es raro ver como en una partida nadie gana una, dos o tres carreras porque entre los jugadores y la exigencia de los niveles mueren todos antes. Y es que la concentraci¨®n que exigen todos los elementos que se dan cita en estas cortas partidas de 30 segundos tiene que ser m¨¢xima.

A nivel audiovisual el t¨ªtulo cumple con su cometido: el aspecto retro 2D con escenarios y personajes sencillos y un toque minimalista general hacen que todo se vea como debe sin m¨¢s alardes que esos. Destaca el variado elenco de personajes que podremos desbloquear (invitados como Shovel Knight, Guacamelee, Max de Mutant Mudds, Gunvolt de Azure Striker Gunvolt... la elecci¨®n, en todo caso, es meramente est¨¦tica) y el ya mencionado cambio de colores y como afecta visual y jugablemente. Por desgracia, aqu¨ª tenemos que destacar algunos contratiempos t¨¦cnicos como ciertas relantizaciones en algunos momentos concretos. No son habituales ni afectan al transcurso de toda una partida, pero se notan -sobre todo online con partidas cargadas de jugadores-. La banda sonora, a base de trompetas, pianos y un ritmo elevado impregna esa sensaci¨®n de adrenalina constante, adem¨¢s de ser melod¨ªas muy agradables y simp¨¢ticas.

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