Haz tu ofrenda al Club de los Arist¨®cratas

Que haya pol¨¦micas en torno a un juego no es nada nuevo, sino que lo llevamos sufriendo desde hace a?os. En algunas situaciones est¨¢ m¨¢s justificado que en otras, pero siempre hay detractores y seguidores que se enfrentan, incluso judicialmente, por un producto al que habitualmente se le ha sacado de contexto alg¨²n elemento particular, quiz¨¢s por malas interpretaciones.

El juego que nos ocupa, Rule of Rose, viene precedido de una enorme pol¨¦mica en todo el mundo. Su andadura empez¨® en Jap¨®n, donde fue acusado por su contenido poco apropiado para el gran p¨²blico. La llegada a Europa no fue mejor, con el revuelo ocasionado en Italia y el Reino Unido. En parte es l¨®gico, ya que Rule of Rose es un juego que rompe con todo criterio establecido y nos ofrece una aventura exclusivamente para adultos.

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Por tanto, esta es nuestra primera advertencia: el contenido de este juego no es apto para menores en pr¨¢cticamente ninguna situaci¨®n. Escenas bastante violentas, de una dureza importante y situaciones rocambolescas que nos presentan muchos valores humanos destrozados, pudiendo herir la sensibilidad de los jugadores. Sin embargo, una vez acotado su p¨²blico, estamos ante un juego que tiene mucho que ofrecer, y una duda que nos asalta durante toda la partida: ?genialidad o fracaso?

Llegaremos a un orfanato donde veremos c¨®mo unos ni?os con la cara tapada por bolsas de papel se ensa?an con palos con una bolsa en la que parece haber algo vivo (o, al menos, algo que sangra bastante). Al adentrarnos, acabaremos cayendo en las garras de los infantes, que nos encerrar¨¢n en un ata¨²d con la bolsa sangrienta que maltrataban antes, y Jennifer recobrar¨¢ la conciencia en un dirigible.

Ser¨¢ en ese momento invitada a participar en el juego para unirse al club de los arist¨®cratas. La idea radica en hacer ofrendas a la llamada 'puerta del regalo', exactamente lo que se pide cada d¨ªa en la misma, con el fin de subir nuestro escalaf¨®n social (Jennifer comienza siendo una 'mendiga' seg¨²n el cuadro de la aristocracia). Para ello, tendremos que competir con Amanda, una ni?a de estabilidad emocional cuestionable, que a pesar de no ponernos las cosas f¨¢ciles quiere ser nuestra amiga.

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Sin embargo, todo esto tiene un trasfondo que va m¨¢s all¨¢ del mero af¨¢n de enfrentarnos por el poder. Como bien nos va dejando caer a lo largo de la historia el 'pr¨ªncipe vestido de blanco' (un ni?o enigm¨¢tico al que veremos en contadas ocasiones), la intenci¨®n es que Jennifer recupere la memoria y recuerde lo mala que ha sido y pague por ello; hasta entonces, continuar¨¢ el juego.

Todo esto no es m¨¢s que una ligera presentaci¨®n del complejo, enrevesado, profundo y bizarro argumento que se nos presenta en Rule of Rose. Contar m¨¢s ser¨ªa desvelar demasiado, y menos ser¨ªa no decir nada. Gran parte del juego lo pasaremos sumidos en la incertidumbre y la inc¨®gnita, incapaces de poder afirmar a ciencia cierta qu¨¦ est¨¢ ocurriendo a nuestro alrededor.

No s¨®lo habr¨¢ ni?os en nuestra aventura, sino que tambi¨¦n nos encontraremos con unos extra?os demonios, de estatura peque?a (lo que hace pensar que pueda tratarse de versiones infernales de los j¨®venes) y que, a diferencia de los humanos que quieren hacernos sufrir, quieren acabar con nuestra vida, ya sea directamente o borr¨¢ndoles la memoria y manipulando a otras personas mayores (digno de menci¨®n, por ejemplo, el primer enemigo final, al que primero se ve c¨®mo lo torturan y m¨¢s adelante nos ataca convertido casi en un monstruo).

Rule of Rose resulta argumentalmente muy atractivo, demasiado incluso, ya que las macabras situaciones que se suceden despiertan todav¨ªa m¨¢s el inter¨¦s del jugador. Esa incertidumbre en la que nos encontramos y las sublimes escenas de v¨ªdeo (de las que hablaremos luego) son un c¨®ctel perfecto para poder disfrutar sin complicaciones de una historia, repetimos una vez m¨¢s, no apta para todos los p¨²blicos. Debido a sus particulares caracter¨ªsticas y su puesta en escena tan especial, si se trata de una genialidad o las simples divagaciones de una mente enferma, lo deber¨¢ decidir cada usuario.

Seleccionamos un objeto del men¨² con la opci¨®n 'oler', y despu¨¦s, pulsando el tri¨¢ngulo en la partida, ordenaremos a Brown que busque la relaci¨®n con ese objeto. Por poner alg¨²n ejemplo, si le damos a oler una caja de insectos, nos buscar¨¢ mariposas, o si huele restos de conejo, a este animal. Su b¨²squeda no se limitar¨¢ s¨®lo a la sala en la que nos encontremos, sino que se extender¨¢ a todo el mapeado.

De este modo tan simple, siguiendo a Brown, podemos ir directamente de un lugar a otro sin perdernos. En las primeras partidas ser¨¢ de agradecer, ya que la considerable extensi¨®n del mapeado puede provocar que acabemos desorientados en m¨¢s de una ocasi¨®n. Adem¨¢s, hay ciertas situaciones en las que no podremos encontrar objetos sin su ayuda, como pueden ser habitaciones a oscuras o cosas escondidas.

Sin lugar a dudas, la participaci¨®n de este inteligente perro es estupenda, con una excelente puesta en escena y una implementaci¨®n digna de menci¨®n. Resulta bastante cre¨ªble, dentro del ¨¢mbito del juego, que la indefensa y asustada Jennifer delegue en el can para ayudarse a buscar los cometidos del club de los arist¨®cratas e intentar salir de esa pesadilla.

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Todo el juego en general goza de una est¨¦tica perfectamente recreada. El trabajo de ambientaci¨®n a 1930 est¨¢ realizado de forma exquisita, tanto en las ropas como en los objetos y los escenarios que nos encontremos. Adem¨¢s, el juego se permite el poder asustarnos cuando menos nos lo esperemos, ya que nunca abrir una puerta ser¨¢ del todo seguro, aunque hayamos pasado por ella mil veces, y la secuencia no se diferencia salvo en el momento del susto.

No todo es maravilloso, desgraciadamente, y hay algunos elementos visuales que se podr¨ªan haber mejorado. Por ejemplo, el hecho de que a veces, al estar cerca de una pared, nuestro objeto o incluso nuestros brazos la puedan atravesar, logrando un fundido un tanto extra?o. Lo peor radica en la conversi¨®n PAL que, una vez m¨¢s, nos llega con franjas negras y sin selector de herzios, limit¨¢ndonos a 50.

Las melod¨ªas son perfectas para el juego, empezando por la melod¨ªa de la secuencia de introducci¨®n, que consigue crear una unidad con el v¨ªdeo digna de menci¨®n. A lo largo de la aventura, las distintas canciones se ajustan a cada situaci¨®n, manteni¨¦ndonos en tensi¨®n en los momentos adecuados. Pueden caer en la repetici¨®n en ciertos momentos, pero mantienen un buen nivel.

Rule of Rose (PlayStation 2)

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La insufrible jugabilidad. El elemento m¨¢s importante de cualquier t¨ªtulo se convierte en Rule of Rose es una pesadilla aparte junto a la que est¨¢ viviendo Jennifer y nosotros compartimos. El personaje se mueve bastante bien, con sencillez, y las ¨®rdenes que le damos a Brown, este las responde con soltura y sin dificultades, optando siempre por el camino directo a su destino.

Rule of Rose (PlayStation 2)

Pero cuando nos encontramos con un objeto que queremos recoger, nos dedicaremos a dar vueltas a su alrededor hasta que Jennifer se sit¨²e en el punto exacto donde puede hacerse con ¨¦l. Y esto a veces nos puede provocar alejarnos en exceso del punto en el que se encuentra el objeto, resultando il¨®gico que nuestra protagonista se haga con algo que se encuentra tres pasos m¨¢s all¨¢, y que justo al lado no sea capaz de cogerlo.

Rule of Rose (PlayStation 2)

Adem¨¢s, para defendernos de los ni?os-demonio que nos atacar¨¢n de vez en cuando, tendremos un sistema de combate que es el peor que nos hemos topado en los ¨²ltimos a?os. La idea radica en que Jennifer es una chica indefensa atrapada sin saber por qu¨¦ y est¨¢ asustada. Al igual que en otros survival-horror, al ponerse en pose para atacar, se queda est¨¢tica, siendo imposible moverla en esa posici¨®n.

Rule of Rose (PlayStation 2)

Sin embargo, los demonios son peque?os y Jennifer da palos al aire sin sentido, por lo que veremos c¨®mo no acertamos nunca, adem¨¢s de que a veces incluso les damos pero les atravesamos. Del mismo modo, ellos al atacarnos tampoco parecen capaces de acertarnos bien, e incluso a pesar de saltarnos justo al lado, caen al suelo como si no existi¨¦semos.

Rule of Rose (PlayStation 2)

Si Jennifer resulta herida y cae al suelo, tardar¨¢ una eternidad en levantarse. No s¨®lo eso, sino que al estar de pie no ser¨¢ capaz de reaccionar a tiempo a nuestras indicaciones y se quedar¨¢ unos breves instantes quieta. Los enemigos, en ese rato, seguir¨¢n atacando incesantemente, por lo que lo m¨¢s probable, salvo que la m¨¢quina nos d¨¦ un trato de favor, ser¨¢ que nos vuelvan a golpear y acabemos otra vez en el suelo sin poder hacer nada.

Esto tiene una soluci¨®n a priori sencilla: ignorar todo tipo de combate y dedicarnos a escapar de lo enemigos. Sin embargo, en la versi¨®n final se ha eliminado la opci¨®n de correr que s¨ª ten¨ªa la versi¨®n preview, por lo que huir ser¨¢ algo m¨¢s complicado. Pero claro, de los enemigos finales no se pueden ignorar, y pese a que hay pocos, son todos de una dificultad bastante a tener en cuenta.

Otro fallo a tener en cuenta es que el juego, pese a estar plenamente traducido al espa?ol (no doblado), no siempre nos muestra los textos de forma exacta. Es decir, podemos estar leyendo un texto en nuestro idioma que de repente aparecen varias l¨ªneas en alem¨¢n (mayoritariamente, algunas veces tambi¨¦n en ingl¨¦s) y luego contin¨²a en espa?ol. Un fallo evitable que empa?a el resultado final.

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