Carreras port¨¢tiles a la altura...

Como ya decimos, mucho, pero que mucho tiempo hemos pasado esperando un juego de conducci¨®n que merezca la pena en GBA y que pueda al menos divertir durante algunas horas, pues por lo general la consola de la gran N ha sido llamada para eso, juegos de corta duraci¨®n pero adictivos, m¨¢s entretenidos que complejos. Aunque esto que os decimos s¨®lo ha ocurrido con contados juegos que sin alardear de un gran nivel t¨¦cnico s¨ª que han gozado de una jugabilidad endiablada.

Pues bien, Racing Gears ha conseguido esto de lo que os hablamos, puesto que sin llegar a ser realmente un 'bombazo' en toda regla puede ser considerado como la mejor alternativa a los ¨²ltimos t¨ªtulos que han visto la luz para la consola en los ¨²ltimos meses. Curiosamente no ofrece nada realmente nuevo, pero s¨ª una condensaci¨®n de toques de otros juegos que, reunidos aqu¨ª, llegan a divertir de forma preocupante.

La variedad de circuitos es bastante amplia, pues encontraremos de todo tipo: desde parajes nevados, des¨¦rticos, circuitos urbanos y dem¨¢s como si de un Gran Turismo se tratase, salvando las diferencias l¨®gicamente. La simpleza de ¨¦stos contrasta con su amplitud, m¨¢s que considerable, aunque no con la variedad, pues no correremos en m¨¢s de ocho distintos con variaciones t¨ªpicas como carreras 'espejo', con nuevos atajos o con desviaciones, como un Need for Speed Underground, aunque de nuevo con un estilo completamente diferente.

Cabe destacar el mimo de los coches de marcas oficiales como Lotus o Corvette que lucen un tipo bastante realista sobre los dise?os est¨¢ticos y tambi¨¦n a la hora de competir, aunque de nuevo su peque?o tama?o convierte en diferenciar cada uno entre s¨ª en una tarea casi imposible. No se puede pedir todo.

Olvidaros tambi¨¦n de ralentizaciones a la salida de las carreras y de dem¨¢s problemas habituales en estos cartuchos de conducci¨®n, pues al no estar basado en un motor 3D no exige demasiada capacidad a la consola, por lo que los veh¨ªculos se mueven con total suavidad a una velocidad considerable y suficiente para que los podamos controlar, siempre y cuando nos acostumbremos a ellos, de forma eficiente y sin mayor complicaci¨®n.

El resto del apartado, d¨ªgase men¨²s y dem¨¢s, tambi¨¦n dan cumplen su funci¨®n con creces, con un dise?o muy ¨²til y simple, siempre acompa?ado de peque?os detalles que se aprecian, como dibujos de diversos autom¨®viles -todos de competici¨®n, l¨®gicamente- que pese a ser im¨¢genes exportadas aderezan el entorno de forma magistral y cierran un apartado que, como ya dijimos, sin ¨¢nimos de ser espectacular se mueve a las mil maravillas.

...y es que el sonido del motor, as¨ª como el de la colisiones y dem¨¢s efectos no nos ha terminado de convencer. Demasiado acartonados y simples, que junto al aspecto de coches de radio control hacen casi imposible vivir la sensaci¨®n de conducir coches de 'primera', o al menos tan competitivos como est¨¢n llamados a ser. Algunas voces, como las del comienzo de la carrera o de la ¨²ltima vuelta no distan mucho de esa sencillez que se ha quedado en un buen intento de alterar la armon¨ªa general del juego.

No hac¨ªa falta incluir ning¨²n aliciente a este apartado, pues ya la m¨²sica junto a una peque?a mejora de los motores hubiese sido suficiente. A¨²n as¨ª, es aceptable teniendo en cuenta otros ejemplos que han pasado por nuestras manos y de los que a penas guardamos recuerdos porque, despu¨¦s de todo, no lo merecen.

La competici¨®n nos exige lo mejor como pilotos y como mec¨¢nicos, pues pese a que nos contamos con la posibilidad de modificar la estructura de nuestro coche manualmente s¨ª que podremos a?adir nuevas piezas seg¨²n vayamos obteniendo dinero, que caer¨¢ en nuestros bolsillos al ganar carreras, o en su defecto seg¨²n el puesto en el que quedemos. Pero primero hemos de elegir uno de los pilotos que se nos ofrecen, cada uno cuenta con su respectivo coche.

No todos son accesibles desde la primera vez que jugamos, pues la gran mayor¨ªa est¨¢n bloqueados hasta que los podamos comprar o los ganemos. Sea como fuere, a la hora de correr todos se comportan de una forma medianamente similar, afectados por el desgaste de las ruedas o del motor, inclusive el del propio chasis al recibir golpes como coches reales. Todo esto en un peque?o cartucho que simula a las mil maravillas los juegos de conducci¨®n de anta?o en los que lo ¨²nico importante es llegar a la meta los primeros y no perderse por el camino.

Las modificaciones nos permitir¨¢n variar entre nuevos tubos de escapo, turbos, neum¨¢ticos etc, adem¨¢s de darnos la posibilidad de aplicar nuestras 'armas' que no son otras que soltar chorros de aceita y dem¨¢s. Al final lo ¨²nico importante es conseguir llegar los primeros para obtener el m¨¢ximo dinero posible y convertir nuestro coche en el m¨¢s r¨¢pido y estable. El control, como era de prever, es muy intuitivo y se consigue aprender con suma facilidad.

La dificultad del juego es otro punto muy a tener en cuenta, pues no depende del motor gr¨¢fico o de un control pobre que damos gracias no hacen acto de presencia en este juego, sino m¨¢s bien de la potencia de la consta nuestro coche y de acostumbrarnos a las diversas superficies en las que tendremos que participar. No es en todo caso un t¨ªtulo demasiado dif¨ªcil ni demasiado largo, aunque por su capacidad de hacernos adictos a ¨¦l nos impulsa a rejugarlo una y otra vez. Todo un ejemplo de c¨®mo divertir al jugador como 'poca cosa'.

Su corta duraci¨®n no es un impedimento en absoluto, pues lo divertido aqu¨ª radica en correr y no en hacerlo con un prop¨®sito, es decir, una vez conseguidos todos los trofeos seguiremos pidiendo m¨¢s, al igual que su dificultad, algo reducida para los jugadores m¨¢s dados. En todo caso, es un claro ejemplo de que no hace falta presumir de un gran nivel t¨¦cnico, ni innovar en toda regla, sino que con lo que ya existe actualmente y uni¨¦ndolo como es debido ha salido un t¨ªtulo m¨¢s que recomendable para todo tipo de p¨²blico.