El mejor ep¨ªlogo

El 3 no solamente es la cifra m¨¢gica de la medicina forense (3 minutos sin aire, 3 d¨ªas sin agua, 3 semanas sin comida), puede uno permitirse el lujo de aplicarla a la historia reciente de los videojuegos: Gran Theft Auto 3, Splinter Cell 3, Metal Gear Solid 3, Devil May Cry 3 y Prince of Persia 3. En todos y cada uno de los casos hablamos de t¨ªtulos aparecidos en los ¨²ltimos a?os que no solamente han gozado de una gran calidad sino que han superado netamente el nivel de la entrega anterior, en algunos casos con m¨¢s notoriedad que en otros. Segundas partes puede que no fueron buenas, pero las terceras?

Desde MeriStation, y personalmente el redactor que suscribe, hemos tenido la posibilidad y el placer de dedicarnos enteramente a la obra de Prince of Persia, desde su renacimiento en las Arenas del Tiempo hasta el regreso a sus or¨ªgenes en The Two Thrones, pasando por su ¨¦poca oscura en El Alma del Guerrero. Con objetividad y con retrospectiva, tal vez sobrevaloramos a El Alma del Guerrero ya que el juego que tenemos hoy entre manos se sit¨²a precisamente entre la frescura de Sands of Time y el fervor por el combate de Warrior Within.

Ubisoft ha sorprendido a propios y extra?os con el lanzamiento de PoP 3, en el que ha redirigido clar¨ªsimamente el enfoque oscuro que se le quiso dar a la segunda parte y que no termin¨® de calar entre los fans del original, una aut¨¦ntica joya de ocio digital. Las Dos Coronas recuerda en muchos sentidos la ingenuidad e inocencia jugable del Pr¨ªncipe del que nos enamoramos, agilizando y dinamizando los combates con muy buen gusto y con mucha m¨¢s inspiraci¨®n de la que tuvo su predecesor. Y esto afortunadamente se nota.

Nuestro protagonista, tras 'derrotar' al Visir y a la mism¨ªsima Emperatriz del Tiempo, vuelve a Babilonia en barco solamente para darse cuenta de que su imperio est¨¢ bajo asedio por las fuerzas enemigas. Al alterar el curso de los acontecimientos en la entrega anterior, nada de lo conseguido hasta ahora sigue vigente en el presente y el pr¨ªncipe se ve obligado a contemplar, adem¨¢s, como un Visir vivito y coleando le arrebata la vida a Kaileena (versi¨®n mortal) y se clava la daga del tiempo para conseguir la inmortalidad.

Y ah¨ª empiezan los problemas del Pr¨ªncipe que, esta vez en su propia casa, se ve obligado a encontrar una nueva soluci¨®n al desastre ocasionado por sus enemigos y las Arenas del Tiempo. Y por si fuera poco, a la cat¨¢strofe ocasionada por el Visir se le une el rencor acumulado tras 7 a?os de hu¨ªda, que han despertado el lado oscuro de su propio ser y se manifiesta como algo m¨¢s que una voz en su cabeza. Habiendo conseguido huir del Dahaka, la bestia implacable, el adversario m¨¢s temible del Pr¨ªncipe puede resultar ser ¨¦l mismo.

Por supuesto que hay saltos, volteretas, espadazos, combinaciones de todo tipo, caminatas por los muros estilo Matrix, apoyos imposibles, balanceos por barras y maderas, golpes desde el suelo y desde el aire y con apoyo en las paredes, agarres en las cadenas, esquivando sierras mec¨¢nicas, parando sablazos y flechas, destruyendo cajas, clavando la espada en la pared, agarrando y lanzando enemigos a diestro y siniestro? y todo representado magn¨ªficamente al nivel que la nueva trilog¨ªa nos tiene acostumbrados.

El motor que mueve el juego ha sido ligeramente retocado para optimizarlo, si bien ahora tenemos acceso a la vista panor¨¢mica en determinados momentos de la campa?a ¨²nicamente. Tambi¨¦n han casi desaparecido los puntos en que se sobrevolaba el nivel para observar con perspectiva los puzzles y tener una referencia y el motor de colisiones tambi¨¦n podr¨ªa haberse perfeccionado un poco m¨¢s ya que en la primera lucha del juego se nos qued¨® un enemigo flotando en la pared. Pero hasta ah¨ª lo que se le puede achacar t¨¦cnicamente a The Two Thrones.

El resto es sencillamente espectacular, no solamente en cuanto a las animaciones. El dise?o de los escenarios sigue manteniendo el alt¨ªsimo nivel de calidad que encontramos en Sands of Time y el de los personajes ha sido redirigido hacia los or¨ªgenes: el Pr¨ªncipe, en su versi¨®n normal, vuelve a ser aquel hombre que pronuncia de forma cre¨ªble el 'Sois fr¨¢gil y delgaducha' lejos del ser arrogante y oscuro de Warrior Within. Ojo, en su versi¨®n normal.

No solamente se ha introducido un segundo Pr¨ªncipe para interpretar su versi¨®n oscura sino que tambi¨¦n se a?aden al casting un elenco de jefes finales de varios pisos de altura y alg¨²n que otro viejo conocido, junto con nuevas y espectaculares animaciones a ra¨ªz de las muertes veloces que podemos aplicar en los combates y que explicaremos m¨¢s adelante. Tanto la posici¨®n como los efectos de c¨¢mara siguen siendo bastante efectivos y el motor gr¨¢fico rinde casi sin altibajos durante las 12 horas de la aventura.

A nivel sonoro Prince of Persia 3 recupera el esp¨ªritu perdido de Sands of time, abandonadas casi por completo las guitarras el¨¦ctricas que adornaban la mayor parte de la segunda entrega. Traducci¨®n y gran doblaje al castellano, en uno de aquellos ejemplos en los que no es ni obligatorio ni necesario jugar en versi¨®n original para disfrutar al 100% de un t¨ªtulo, en una buena muestra y ejemplo de c¨®mo deben hacerse las cosas en cuanto a localizaci¨®n de un producto.

B¨¢sicamente la estructura del juego consiste en dirigirse del punto A al punto B, sin posibilidad de variaci¨®n o desv¨ªo posible: existe un ¨²nico camino para llegar a nuestro destino y una ¨²nica forma o modo de llegar hasta ¨¦l. Lejos de parecer que el juego nos dirige, la buena introducci¨®n del jugador en la aventura hace que parezca que realmente esa es la ¨²nica salida posible y vemos como l¨®gicos los pasos y saltos que estamos dando. Adem¨¢s, cada zona est¨¢ bastante diferenciada en el sentido que una vez lleguemos all¨ª es casi imposible retroceder, impidiendo la desorientaci¨®n.

A modo de tutorial el juego nos inicia en el 'sistema Prince of Persia', aunque los que estamos familiarizados con ¨¦l nos encontraremos realizando Matrix y golpeando enemigos de una forma muy natural. Se han a?adido varios movimientos, no obstante, que vale la pena aprender a controlar; ahora podemos quedarnos apoyados entre dos paredes estilo Splinter Cell o agarrarnos a distancia a los soportes cuando somos el Pr¨ªncipe Oscuro, por ejemplo.

El Pr¨ªncipe Oscuro es uno de los a?adidos de esta tercera parte que, lejos de sustituir al monstruo de arena en el que nos convert¨ªamos en Warrior Within, viene a ocupar el puesto dejado por el sarc¨¢stico y arrogante protagonista de la segunda entrega. Podemos decir que ahora la dualidad est¨¢ centrada entre el yo de las Arenas del Tiempo y el yo de El Alma del Guerrero. Ambos forman un equipo muy competente, tanto a nivel individual cuando se les necesita como cuando interpretan las m¨²ltiples l¨ªneas de di¨¢logo entre ellos mismos.

Cuando el Pr¨ªncipe se transforma en su alter ego, lo que ocurre con cierta frecuencia, obviamente el estilo de juego cambia radicalmente; aunque podemos abatir a los enemigos con nuestro l¨¢tigo met¨¢lico sin mucha dificultad (la energ¨ªa se recarga cuando encontramos dep¨®sitos de arena al abatir enemigos o destruir cajas) perdemos salud a cada segundo que pasa en una bella alegor¨ªa sobre lo autodestructiva que resulta la actitud del Pr¨ªncipe Oscuro.

En realidad, a pesar de ser un yo interior m¨¢s maligno, se le llega a coger cari?o a este nuevo personaje, muy al contrario de lo que pas¨® en Warrior Within. Sus jocosos comentarios a la mayor¨ªa de acontecimientos que van sucediendo se compenetran muy bien tanto con las respuestas del Pr¨ªncipe original como con la efectiva y bien interpretada narraci¨®n femenina que adorna la historia principal mientras vamos de sala en sala.

Los movimientos de combate est¨¢n pr¨¢cticamente calcados de su anterior versi¨®n, desde la lucha con dos armas a la forma de esquivar o saltar por encima de los enemigos. Para sobrevenir el tedio y la monoton¨ªa del combate, Ubi ha a?adido las muertes r¨¢pidas; este sistema consiste en conseguir un fin r¨¢pido de las peleas siempre y cuando podamos acercarnos al enemigo sin ser descubiertos, ya sea por detr¨¢s o desde arriba.

Si se da ese caso, la c¨¢mara se distorsiona ligeramente y entonces empezar¨¢ una secuencia autom¨¢tica que requiere nuestra pulsaci¨®n de botones en la fracci¨®n de segundo necesaria (estilo God of War aunque distinto) para ejecutar una espectacular y violenta aniquilaci¨®n del enemigo, especialmente cuando hay m¨¢s de uno cerca. El ritmo que a?ade este sistema era impensable de conseguir con las antiguas versiones y supone un gran paso adelante en la saga.

Con gran acierto este m¨¦todo se ha implantado en las luchas con los jefes finales, en los que tendremos que aunar tanto nuestra habilidad con las plataformas, nuestro dominio de la espada y algunas secuencias de este estilo para provocar la muerte de nuestro adversario. El error suele castigarse de forma bastante costosa, ya que tanto los enemigos corrientes ser¨¢n un adversario duro de roer como los jefes finales no dudar¨¢n en hacernos picadillo si no progresan nuestros combos.

Efectivamente siguen presentes, y mucho, las fases de plataformas; de hecho se han visto incrementadas en esta tercera parte hasta el nivel de la primera, con numerosos puzzles tanto sencillos como m¨¢s complicados que requieren del uso de nuestra cabeza (y de las arenas del tiempo) para solventarse. Es agradable de vez en cuando encontrar una 'pausa' en el camino entre combates para concentrarse en algunos saltos, aunque en ocasiones deberemos aprovechar ¨¦stos para acabar con los enemigos a base de muertes r¨¢pidas.

Las Arenas del Tiempo no solamente son las causantes del desastre que tenemos entre manos; tambi¨¦n nos permiten ejecutar algunas habilidades presentes en las anteriores entregas, algunas enfocadas al combate y otras al juego en general. De hecho, ya que el combate ha visto modificado completamente su enfoque (de modo que intentaremos por todo los medios ejecutar las muertes r¨¢pidas) es frecuente que los poderes de las Arenas y el 'recordar' en especial ya no se usen durante las luchas sino durante las fases de plataformas.

El sistema empleado para progresar es el cl¨¢sico de ensayo error, agilizado en gran medida por las capacidades de la Daga del Tiempo. Morir es algo bastante frecuente en Prince of Persia que afortunadamente presenta unos tiempos de carga considerablemente cortos tras perecer nuestro personaje. Afortunadamente, y contrariamente a Warrior Within, no hemos encontrado puntos en los que nos atasquemos y el argumento fluye durante las tres noches largas que empleamos en terminarlo de principio a fin.