Prince of Persia: El Rey Destronado
- PlataformaDS6
- G¨¦neroAcci¨®n, Aventura
- DesarrolladorUbisoft
- Lanzamiento04/12/2008
- TextoEspa?ol, Franc¨¦s, Ingl¨¦s
A medio camino
La metamorfosis del Pr¨ªncipe tambi¨¦n tiene su hueco en Nintendo DS, en una aventura alternativa a la original que busca renovar el g¨¦nero de las plataformas mediante un control completamente centrado en el stylus, sin posibilidad de emplear la cruceta tradicional. Con un aspecto t¨¦cnico aceptable y una jugabilidad muy regular, 'El Rey Destronado' es una de cal y otra de arena...
Es extra?o hablar de un ?doble resurgimiento' en cuanto a videojuegos. A estas alturas hemos podido asistir a diversas estrategias comerciales; franquicias interminables que pese a mostrar se?as evidentes de agotamiento se han seguido explotando, remakes y ports sin otro objetivo que exprimir al m¨¢ximo la renta de un t¨ªtulo conocido, incluso propuestas originales en las que no se ha vendido m¨¢s que humo y que al final han pasado sin pena ni gloria por el siempre exigente mercado. El caso de Prince of Persia es por lo tanto ¨²nico y excepcional, porque curiosamente se ha abandonado un estilo gr¨¢fico que ha obtenido buenos resultados en pos de ofrecer un aspecto m¨¢s llamativo si variar apenas el sistema de juego, que despu¨¦s de todo es lo que m¨¢s aprecia el jugador.
Refrescar la apariencia para desarrollar una nueva franquicia que siga la l¨ªnea de la anterior, o dicho en otras palabras, justificar de alg¨²n modo volver a lo mismo que ya conocemos y por lo que ya hemos pagado sin que parezca un atraco. Lo que nunca cambia es la estrategia de mercado, la manera en la que las compa?¨ªas publicitan un producto y crean videojuegos multiplataforma ?exclusivos' que no hacen m¨¢s que afirmar los molestos t¨®picos de cada plataforma. Lo pudimos comprobar el a?o pasado con Assassin's Creed y la versi¨®n de Nintendo DS ?Altair Chronicles'; una aventura que supuestamente desvelar¨ªa el pasado del enigm¨¢tico protagonista y que al final result¨® ser un plataformas poco menos que correcto que recordaba a horrores las p¨¦simas adaptaciones pel¨ªcula-videojuego que tanto sufrimos en GBA.
Por ello ser¨ªa injusto tachar el trabajo de Ubisoft como mediocre, tal y como se dej¨® entender en los primeros textos que vieron la luz tras una desastrosa demostraci¨®n, descargable desde el bazar de Wii, con una p¨¦sima sensibilizaci¨®n del stylus que hac¨ªa infumable el juego ya desde el primer escenario. Son los efectos colaterales del hype los que hacen que Prince of Persia destaque por encima o por debajo de la media, y la ¨²nica verdad irrefutable es que cumple su cometido, bien sea como breve divertimento o como juego de plataformas del que sabemos no vamos a extraer nada m¨¢s all¨¢ de las horas que nos cueste llegar hasta el final del cartucho.
Hay diferencias con respecto al Assassin's Creed de NDS, que afortunadamente colocan a este Prince of Persia por encima de la desgraciada aventura de Altair por port¨¢til. Diferencias que en ning¨²n caso tienen que ver con el intento de convertir al Pr¨ªncipe en un personaje ?infantilizado', por decirlo de alguna manera, que no responde a ninguna de las cualidades que hace ya tiempo se han supuesto de este personaje.
La mec¨¢nica del juego es muy sencilla y va directamente al grano, sin perder ni un segundo en amplias presentaciones o con conversaciones que explican apropiadamente el argumento. Lo ¨²nico en claro es que un rey ha desaparecido y sucumbido ante el poder de la oscuridad, de quien es culpable el Dios de la Oscuridad Ahriman, y que es nuestro deber ir a rescatarle, por lo que salimos en su busca. Previamente s¨®lo tendremos acceso a un men¨² en el que seleccionar la casilla en la que queremos guardar la partida (por lo que hay capacidad para que tres jugadores disfruten del cartucho) y que nos traslada directamente al primer escenario, escondido en el desierto.
Diez fases que tendremos que recorrer de la primera a la ¨²ltima, y donde generalmente perderemos una buena cantidad de tiempo en tomar desv¨ªos para activar puentes levadizos que por alguna misteriosa raz¨®n siempre permanecen aupados en el aire, impidiendo nuestro paso a trav¨¦s de ellos. Cada nivel aparece indicado en un mapa lineal en el que nuestra ¨²nica posibilidad es la de ir de casilla a casilla hasta terminar el escenario, pasar el siguiente y repetir el proceso. La mec¨¢nica de cada nivel es b¨¢sicamente la misma; caemos en un punto X del escenario y nuestra obligaci¨®n es lograr por todos los medios acceder a Y, sin restricciones de tiempo. Aqu¨ª la dificultad viene impuesta por los saltos y las acrobacias a realizar para llegar a alguna cornisa o punto ¨¢lgido que nos permita seguir avanzando.
Nuestro h¨¦roe cuenta con una especie de garra incorporada en una de sus extremidades superiores que le facilita el encaramarse a una pared y deslizarse suavemente por ella. Esta virtud es una de las m¨¢s recurrentes y explotadas durante la aventura -junto a la de rodar por el suelo-, y que con relativa facilidad nos permite acceder a puntos que aparentemente parecen inaccesibles. El stylus rinde bien en cuanto a la agilidad y rapidez con la que realizamos los movimientos, tanta que en ocasiones nos condena a caer por un precipicio si hacemos un click de m¨¢s al subirnos a una plataforma o al agarrarnos de un borde. La precisi¨®n con la que hay que controlar todas las acciones que realiza el Pr¨ªncipe es uno de los puntos negros de un sistema de control que requiere una paciencia y atino que no concuerda con la aparente actitud infantil del Pr¨ªncipe, cuya actitud respecto al mundo ha cambiado radicalmente, ni tampoco con el escaso n¨²mero de movimientos de los que disponemos.
Zal, el fantasma que nos acompa?a a poco de comenzar la aventura, ofrece algo de variedad a los controles, posibilit¨¢ndonos poner en uso mecanismos ?oscuros' con los que desplazar plataformas, sujetar bloques o incluso acceder a puertas (que en alguna que otra ocasi¨®n exigir¨¢n toda la atenci¨®n de Zal, priv¨¢ndonos de su compa?¨ªa), la ¨²nica acci¨®n que nos obliga a pulsar un bot¨®n en la consola. De hecho nos pasamos gran parte de la aventura tratando de activar interruptores y otros objetos para desbloquear enormes puertas infranqueables, solucionando sencillos puzles en los que no perderemos demasiado tiempo. Ubisoft ha tomado medidas para evitar que los jugadores se vean superados por la dificultad del cartucho, como bien demuestra al colocar puntos de control previos a cualquier salto o enfrentamiento importante que tengamos que solucionar. Es una medida muy de agradecer para evitar perder el tiempo en repetir desde el comienzo las misiones cada vez que fallezca el personaje.
Literalmente nos cansaremos de que esto suceda dados los problemas de precisi¨®n del stylus, que nos conducen a escenas rid¨ªculas como la necesidad de pulsar varias veces sobre el saliente del lugar donde vayamos a aterrizar para que el pr¨ªncipe haga un salto-y en la mitad de los casos s¨®lo obtenemos un ruido seco de unos huesos parti¨¦ndose contra el suelo-, o a atravesar misteriosamente plataformas que est¨¢n pegadas en la pared. Se ha conseguido un buen trabajo a la hora de colocar obst¨¢culos por doquier para dificultarnos el paso, y en resumidas cuentas hasta de adaptar la f¨®rmula del Prince of Persia original a un sistema m¨¢s ¨¢gil y moderno, pero desgraciadamente el control presenta algunas taras que exigen un nivel de precisi¨®n con demasiados altibajos. No obstante en ocasiones el Pr¨ªncipe nos transmite muy buenas sensaciones al lograr culminar una serie de movimientos a toda velocidad y salir airoso, pero en situaciones puntuales, donde se exige mayor concentraci¨®n, el sistema se viene abajo.
Mientras tanto disfrutamos de unas animaciones tan simples como sencillas, recurrentes, coloridas, con escenarios variopintos todos inspirados en el lejano oriente, por lo que recorremos zonas des¨¦rticas, pueblos, cuevas, etc¨¦tera, bien sea de d¨ªa o de noche. Ya comentamos anteriormente que t¨¦cnicamente es un juego normalito, muy correcto que apenas da utilidad alguna a la pantalla superior, donde generalmente aparece un mapa, lo mismo que en el apartado sonoro, con algunas melod¨ªas para aderezar los paisajes y los enfrentamientos. Nada de voces ni de un gran esfuerzo por conseguir que el juego no parezca una producci¨®n para tel¨¦fonos m¨®viles, aunque como ya decimos el resultado final no desentona y se mantiene en un nivel correcto. Tan s¨®lo las ralentizaciones cuando aparecen los enemigos de s¨²bito -algo que siempre sucede- empa?an el aspecto general de los gr¨¢ficos.
En nuestro camino para conseguir adquirir los cuatro fragmentos de un antiguo sello que nos permita derrotar al mal¨¦fico Dios de la Oscuridad descubriremos tesoros y extra?os artefactos que nos piden dinero a cambio de mejorar la capacidad de nuestra salud, los ¨²nicos extras que encontraremos al terminar la aventura, que puede presumir de contar con una duraci¨®n tambi¨¦n aceptable y que al menos nos obliga a permanecer m¨¢s de dos horas pegado a la pantalla de la NDS, en parte culpa de las imprecisiones del stylus que os coment¨¢bamos anteriormente. Por el camino tambi¨¦n encontraremos algunos manuscritos en los que ampliamos la informaci¨®n sobre el argumento, con un peque?o p¨¢rrafo que leemos en cuesti¨®n de segundos.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.