Cacer¨ªa fallida

La eterna pregunta de si estamos solos en el universo ha sido respondida en numerosas ocasiones en el cine con una respuesta contundente: no. Es m¨¢s, salvo algunas contadas excepciones, los humanos estamos bajo el acecho de los seres m¨¢s violentos, peligrosos y con ganas de guerra de todo el universo. De entre todos los entes alien¨ªgenas cinematogr¨¢ficos, hay una raza que destaca por su crueldad y su sangre fr¨ªa: los Predator.

Predator, m¨¢s conocida como Depredador en nuestro pa¨ªs, fue una interesante pel¨ªcula protagonizada por Arnold Schwarzennegger (y que tendr¨ªa una secuela protagonizada por Danny Glover, aparte de la reciente Alien vs. Predator), en la que se nos presentaba a una criatura con una clara tendencia: su inter¨¦s por la cacer¨ªa. A trav¨¦s de los comics y las novelas que surgieron a ra¨ªz del ¨¦xito de las pel¨ªculas se fue forjando el mito del cazador interestelar, dot¨¢ndole de toda una mitolog¨ªa, una historia y unas motivaciones, convirti¨¦ndose en algo m¨¢s que el malo de turno de una pel¨ªcula.

Como es l¨®gico, los Predators gozaron de diversas conversiones a videojuegos, aunque, contra lo que cabr¨ªa esperar, fueron pocas las visitas en solitario de los cazadores a las consolas, y en casi todos los casos se trataba de enfrentamientos contra los archiconocidos Aliens. Muchos a?os han pasado desde Predator 2 para GameGear, y por fin vuelve el cazador alien¨ªgena a las consolas de nueva generaci¨®n. Sin embargo, hubiera sido mejor que no se hubiese sacado su camuflaje ¨®ptico, ya que estamos ante un gran c¨²mulo de desprop¨®sitos.

Nuestro protagonista tiene como misi¨®n acabar con el l¨ªder de una banda irlandesa, por alg¨²n motivo desconocido que no se llega a explicar. Al tomar el control, el personaje estaba malherido por misteriosas causas, y el jugador notar¨¢ que todo el mundo le atacar¨¢, tanto mafiosos como polic¨ªas, a lo largo de su recorrido hasta su nave, el objetivo de esta primera misi¨®n de prueba.

?Llegar a la nave? ?Qu¨¦ pas¨® con el l¨ªder de la banda irlandesa? Pues resulta que se trata de una misi¨®n secundaria, que tan s¨®lo sirve para desbloquear un nuevo traje para el Predator, con lo que la coherencia argumental empieza a tambalearse peligrosamente. Como cabr¨ªa esperar, el Predator no da llegado a su nave, con lo cual se ve obligado, como dictan los c¨®digos de conducta de su especie, a autodestruir la nave y que todo el territorio acabe devastado.

Ampliar

Pero, para sorpresa de todos, tras una explosi¨®n que no deja ni un edificio en pie, el Predator protagonista sigue vivo y con tan s¨®lo las heridas sufridas antes de empezar el juego. Ante el fracaso de su misi¨®n (m¨¢s que nada, por haber sobrevivido), los dem¨¢s miembros de su estirpe le condenan a un exilio en un peligroso planeta habitado por extra?as criaturas.

En la Tierra, las armas del Predator (que, curiosamente, salieron intactas de una explosi¨®n impresionante) han ca¨ªdo en las manos de los l¨ªderes mafiosos, que desarrollan esa tecnolog¨ªa para extender sus redes criminales. Cien a?os despu¨¦s de su primera visita, el Predator protagonista es obligado a volver a la Tierra para arreglar los errores de su anterior visita.

Tras un argumento sin pies ni cabeza se presenta una aventura que carece de toda l¨®gica. Ninguna de las misiones que ha de cumplir el Predator a partir de ese momento ser¨¢n explicadas en ning¨²n momento, y carecer¨¢n de todo sentido posible. En muchos casos, adem¨¢s, las acciones a realizar estar¨¢n totalmente en desacuerdo con la filosof¨ªa y la imagen de los Predator que se ha creado a trav¨¦s de otros medios.

Lo que mejor se ha representado ha sido a la criatura, el Predator. Bien modelado gr¨¢ficamente, con todas sus armas, habilidades y funciones que le han hecho famoso. Si algo salva a este juego es poder agarrar a los enemigos y arrancarles la columna, o partirlos a la mitad, o esconderse entre las sombras acechando a nuestros rivales para pillarlos por sorpresa y arrancarles la cabeza, como har¨ªa el cazador alien¨ªgena.

Sin embargo, ah¨ª se queda todo. Y es que, ya s¨®lo a la hora de saltar, controlar al Predator se convierte en una odisea: saltos imprecisos, numerosas ca¨ªdas, imposibilidad de volver a nuestro punto de partida y acabar encontrando una ruta secundaria desconocida que provoca una tremenda sensaci¨®n de estar totalmente perdidos y que resume el juego en 'tirar hacia delante, a ver qu¨¦ pasa'.

Los enemigos, tanto en 1930 como en el 2030, son meros mu?ecos con los que jugar¨¢ el Predator, y ninguno presentar¨¢ una gran resistencia a las armas de la criatura. Adem¨¢s, sorprende su reducido tama?o, ya que, como mostraran las pel¨ªculas, la diferencia de tama?o no es tan exagerada como se muestra en el juego. Por momentos, exagerando un poco, recuerda a lo visto en Slave Zero, donde los enemigos parec¨ªan hormigas en comparaci¨®n con el robot gigante protagonista.

Adem¨¢s, la ciudad, los efectos, los dise?os de personajes... todo el apartado gr¨¢fico est¨¢ poco trabajado y no ofrece nada realmente espectacular. A veces, hasta parece un juego de la generaci¨®n pasada. Se salvan algunas secuencias de v¨ªdeo, que se hacen agradables a la vista, aunque se mezclan con otras muy forzadas que no hacen justicia ni al personaje ni a la propia historia.

Del mismo modo, el apartado sonoro que apoya a la acci¨®n es tan discreto, que todav¨ªa me pregunto si hab¨ªa m¨²sicas. Las pocas melod¨ªas llamativas no pegan bien con la acci¨®n, y se antojan fuera de lugar. Destaca, en el aspecto positivo, los gru?idos del Predator, aunque contrasta con un p¨¦simo doblaje de los enemigos.

Ampliar

Ampliar