Pitfall Harry vuelve a Game Boy Advance con m¨¢s ganas aventureras que nunca.

Indiana Jones ha dado a este sector dos de las mejores aventuras gr¨¢ficas que han aparecido en PC, Pitfall se convirti¨® en un personaje casi de culto en aquellos viejos Atari, y Lara, adem¨¢s de haber sido la embajadora del entretenimiento electr¨®nico con el resto del planeta, tambi¨¦n tuvo su momento de gloria -no de ¨¦xito, sino de originalidad- a mediados de los 90.

Pero como todo, el tiempo cura las heridas o bien pone a cada uno en su sitio. Ser¨¢ por eso que Indiana ya no fustiga tan fuerte como antes, que la 'bustos' Croft no enamora a tantos hombres y que Pitfall ha perdido el encanto de cuando no era m¨¢s que una l¨ªnea de un solo color en lugar de este maduro jovenzuelo.

De hecho, cuando este aventurero di¨® el salto a una nueva generaci¨®n tras a?os de silencio -Jaguar, SNES, PlayStation...- no nos imagin¨¢bamos que aquel plataformas de correcto planteamiento aunque desigual desarrollo acabar¨ªa convirti¨¦ndose en el lunar de su escueto pero dilatado historial -nada menos que tres juegos y casi 15 a?os de vida. Ahora, con Game Boy Advance en la calle, y con unas ganas incomprensibles de todo desarrollador en dar una segunda oportunidad a sus franquicias, Pitfall The Mayan Adventure llega a Europa sin haber conseguido demasiada aceptaci¨®n en Estados Unidos. No es de extra?ar. Esto ya lo vivimos hace un lustro y ni entonces se afianz¨® en el mercado...

El argumento es muy elemental: Pitfall Junior y su padre se adentran en las profundidades de las pir¨¢midas Maya. Cuando el peque?o aventurero encuentra un busto dorado, la sombra de su primog¨¦nito que le segu¨ªa la pista desaparece. Justo al girar la vista, se encuentra solo y desvalido dentro de un templo embrujado y con la ¨²nica ayuda de su coraje y una onda. A partir de aqu¨ª, deberemos guiarlo a lo largo y ancho de una densa selva tropical sorteando los t¨ªpicos peligros que ya hemos visto tantas y tanas veces en el cine, los libros, los c¨®mics y, por supuesto, los videojuegos: y eso incluye serpientes, agujeros, m¨¢s serpientes, jabal¨ªes, monos, cocodrilos y aun m¨¢s serpientes. Incluso algunas lianas son serpientes. ?Qu¨¦ abundancia de originalidad!.

Y el resto de apartados, tres cuartos de lo mismo.

No obstante, cuando nos olvidamos de los objetos m¨®viles y comenzamos a profundizas en los decorados es cuando el trabajo de Pipe Dream comienza a tambalearse. Se han perdido los diferentes planos de scroll parallax -ahora solo hay uno-, y eso que no estaban profusamente detallados y, lo peor de todo es que la paleta de colores utilizada deja bastante que desear. Casi todas las tonalidades son oscuras y es muy dificultoso poder diferencias a tus enemigos -abominables los Final Bosses- y tu personaje. Aunque aparezca algo m¨¢s s¨®lido que en anteriores versiones, no hay excusa para que este deterioro general haya hecho mella en la consola m¨¢s avanzada en cuanto al 2D se refiere, y m¨¢s si nos damos cuenta de que Rayman Advance, tambi¨¦n un puerto de la misma generaci¨®n, es infinitamente superior.

  m  ¨²  s  i  c  a

Las partituras en s¨ª no est¨¢n nada mal. Especialmente porque ambientan a la perfecci¨®n y se encajan de maravilla en la aventura. Hay todo tipo de ritmos ¨¦tnicos que intentan emular la m¨²sica que hab¨ªa en aquellos tiempos por Teotihuacan -salvando las diferencias, ojo. Aun as¨ª, la reproducci¨®n es pobre, muy pobre. En GBC hab¨ªa cosas mucho mejores que esta. Si no fuera por los gr¨¢ficos nos parecer¨ªa estar jugando con la 8 Bits.

  s  o  n  i  d  o   f  x

M¨¢s de lo mismo. Aqu¨ª, sin embargo, hay un menor elenco de FX. Pasos, gritos de dolor, serpientes arratr¨¢ndose -quien lo d¨ªria, ?no?-, gorilas chillando, monstruos soltando unos alaridos de aupa y poca cosa m¨¢s. Esto, sumado con una representaci¨®n tambi¨¦n algo endeble te obligar¨¢n a bajar el vol¨²men m¨¢s de una vez si no quieres acabar con los nervios castigados.

  j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d

El planteamiento no guarda mucho sitio para las sorpresas. Un juego de plataformas en el que deberemos ascender por un mont¨®n de lianas, saltar de ¨¢rbol en ¨¢rbol y de roca en roca, golpeando sin paliativos a una serie de enemigos y evitando caer v¨ªctimas de unos agujeros en el suelo que se abren y se cierran sin previo aviso, o ser mordidos por la fauna que mora cada uno de los 32 Megas de Pitfall Mayan Adventure. Para facilitarte la tarea de buscar a nuestro primog¨¦nito, podremos esgrimir un par de armas como un bumer¨¢n que evidentemente regresa al ser lanzado, y unas semillas -como las Deku Nuts de Ocarina of Time- que hacen un peque?o chasquido al golpear contra el suelo.

Si ya te parece pobre a simple vista, esp¨¦rate a empezar a caminar casi sin rumbo aparente en las primeras fases. El control del protagonista es bastante defectuoso, pues no permite margen de error en ning¨²n momento. Verbigracia, cuando estamos al borde de uno de los antes mencionados socavones de arena, con solo rozarlo con la punta de los dedos del pie caeremos sin remisi¨®n ante los saludos del personaje principal. Una y otra vez la misma escenita se repetir¨¢ ante nuestra frustaci¨®n y lo que es peor, sin posibilidad de grabar la partida, porque no hay passwords que valgan. As¨ª que, si en alg¨²n caso te entra la vena de apagar la consola por rabia, desesperaci¨®n y tras ocho mil intentos en una misma secci¨®n, piens¨¢telo dos veces, porque es posible que por culpa de ello tengas que volver a iniciar de cero todo este periplo por la frondosa selva mexicana. En fin, un t¨ªtulo no muy largo pero de dif¨ªcil resoluci¨®n que, acusa en exceso el no contar con las pertinentes contrase?as para amenizar las partidas. Cuando lo hayas terminado se te habr¨¢n agotado las ganas de volver a intentarlo.

  c  o  n  c  l  u  s  i  ¨®  n

Una conversi¨®n de un juego aceptable que sigue arrastrando los mismos problemas con el control y que encima acusa de sobremanera el defectuoso contraste de la pantalla de GBA. Pero ya, de antemano, sab¨ªamos que no iba a ser precisamente la revoluci¨®n de esta segunda hornada de juegos para la 32 Bits, pero si que nos esper¨¢bamos algunos detalles nuevos, 'goodies', fases exclusivas, m¨¢s armas, m¨¢s decorados... algo, sencillamente algo. Pero finalmente se ha quedado en falsas esperanzas. Y si encima, no te gust¨® en su tiempo las versiones para Jaguar, Saturn, SNES y PS One, pues apaga y vamonos, que para colmo de males se atreven a dar un zarpazo de aupa con un coste que ronda las 10.500 pesetas por unidad. Para saltar de alegr¨ªa, vamos...