Party Night: ?Te atreves?
Sin ligue y a dos velas
Siguiendo la estela de otros compendios de minijuegos sencill¨ªsimos, Ubisoft se acerca ahora a una nueva perspectiva picante de los juegos sociales en PS3 y Wii, aprovechando sus mandos con sensor de movimiento y toda la pol¨¦mica que el asunto puede levantar. Esta celebraci¨®n nocturna dar¨¢ lugar a alg¨²n que otro malentendido p¨ªcaro pero no termina de pasar de ah¨ª y hace que la fiesta se antoje algo corta, repetitiva y se acabe cuando mejor nos lo ¨ªbamos a pasar.
Raving Rabbids, Mario Party, Wii Party, Big Brain Academy, Wario Ware, Wii Play... El ya muy amplio cat¨¢logo de Wii empieza a saturarse en esto de los minijuegos y la competencia es atroz, dando lugar a sucesivas r¨¦plicas de los desaf¨ªos que al final solo var¨ªan unas de otras en su ambientaci¨®n y n¨²mero de minijuegos incluidos. En PlayStation 3 no pasa a¨²n esto, pero Party Night desde luego no llega para cubrir ese hueco. Lo nuevo de Ubisoft para todo tipo de p¨²blicos promet¨ªa la fiesta perfecta en la que todo puede pasar y los asistentes podr¨ªan seducir al resto. La intenci¨®n es buena, y al principio casi da la sensaci¨®n de que se lleva bien a la pr¨¢ctica, pero justo cuando mejor se pon¨ªa la cosa, el juego empieza a repetirse incansablemente y pierde todo su inter¨¦s. Se acab¨® la fiesta, "esta noche no ligo..."
La nueva pol¨ªtica de algunas compa?¨ªas con la captaci¨®n de p¨²blicos ofreci¨¦ndoles m¨¢s y m¨¢s minijuegos que rozan lo absurdo por su sencillez de manejo y poca diversi¨®n a medio plazo empieza a atufar demasiado, lo que se traduce en ventas mediocres en la myor¨ªa de los casos, que por suerte, tambi¨¦n hab¨ªan contado con bajos presupuestos para el desarrollo. Pero Party Night llegaba a las dos consolas en las que aparece con otras intenciones y mucha pol¨¦mica a su alrededor, recordando a esos juegos de tablero picantes en los que las pruebas te obligaban a romper r¨¢pidamente el hielo con el resto de jugadores y que pod¨ªan acabar en algo m¨¢s que un desliz gracioso. De hecho, su anuncio y tr¨¢iler suger¨ªan todo esto pero el producto final ha acabado siendo mucho m¨¢s suavito de lo que esper¨¢bamos y apenas supondr¨¢ situaciones comprometidas, invitando m¨¢s a los jugadores al baile, los juegos de preguntas y otros minijuegos ya muy vistos (como pulsar los botones indicados en un momento determinado o retos cooperativos y de sincronizaci¨®n), que a dejarse llevar por pruebas traviesas.
Nada m¨¢s empezar a jugar, llama much¨ªsimo la atenci¨®n que el t¨ªtulo no hace uso de los Miis de Wii, y tiene sus propios avatares personalizables, totalmente calcados a los de la consola de Nintendo pero que s¨®lo sirven para el juego, por lo que habr¨¢ que crear los de los asistentes a la partida/fiesta aunque ya hayamos estado jugado antes a otros t¨ªtulos. La personalizaci¨®n de estos personajillos no es tan completa como la de los Miis, pero tampoco es lamentable. El men¨² principal es bien sencillo y discreto, con tres pesta?as: Jugar, Avatar y Opciones. Nada m¨¢s. Las Opciones s¨®lo nos permiten activar el uso del perif¨¦rico de WiiFit, la Wii Balance Board, en la versi¨®n de la consola de Nintendo o ver los cr¨¦ditos. En Avatar crearemos y editaremos los ya creados. Y es en Jugar donde se despliegan algunas escuetas opciones m¨¢s, como el n¨²mero de jugadores (de 1 a 4) y los equipos, si queremos disputar partidas ya creadas o confeccionar de manera aproximada la nuestra, y el tiempo de juego (30,45 o 60 minutos).
Tanta sencillez y pocas opciones o variedad se trasladan a la mec¨¢nica jugable y el propio esquema del t¨ªtulo. No podremos jugar m¨¢s de cuatro, no hay opciones de dar ventaja a alg¨²n jugador ni introducir personajes manejados por la CPU, ni tampoco elecci¨®n del color, orden o posici¨®n de cada uno, u otros ajustes que s¨ª hemos visto en otros juegos del g¨¦nero. Al personalizar las partidas, por ejemplo, solo podremos ordenar tres de las cinco categor¨ªas-estados de ¨¢nimo que querremos jugar y los minijuegos nos vendr¨¢n pr¨¢cticamente impuestos. Ni rastro de poder elegir nosotros cu¨¢les queremos exactamente y ni muchos menos ajustarles la dificultad u otros par¨¢metros propios de cada uno de ellos. Habr¨¢ que elegir entre P¨ªcaro, Encantador, Aventurero, Listillo y Persuasivo. Y a partir de aqu¨ª, que sea el propio juego quien nos gu¨ªe con tres desaf¨ªos a escoger uno en cada una de las tres rondas de cada categor¨ªa.
La primera de ellas es Encantador, donde los juegos ser¨¢n muy suaves, consistiendo en bailar canciones lentas, saltar para que nuestro avatar coja estrellas que pululan por el cielo, y algunos minijuegos simples m¨¢s. Listillo es el modo de las preguntas -tipo los juegos de Trivial de las consolas actuales, con varias respuestas- donde jugar¨¢n siempre todos los jugadores para ver qui¨¦n es m¨¢s r¨¢pido y sabe m¨¢s sobre m¨²sica, cine o preguntas generales distinguidas por sexos. La dificultad de ¨¦stas es muy adecuada. P¨ªcaro saca de nosotros ese lado m¨¢s atrevido y fanfarr¨®n, con propuestas relativamente atrevidas, como jugar al cl¨¢sico juego de la manzana colocando un mando entre nuestra cara y la de otro participante y teniendo que pulsar a la vez con nuestras caras y sin usar las manos los botones A y B. O abrazarnos colocando el mando en el pecho de ambos jugadores y esquivando la lluvia que cae sobre los avatares en pantalla en todas direcciones. Aventurero nos propone retos m¨¢s centrados en las carreras y minijuegos de rodeo y rescate antes de tiempo, etc. Por ¨²ltimo, Persuasivo, nos har¨¢ el centro de atenci¨®n, con muchos bailes y minijuegos de imitar lo que haga nuestro avatar en pantalla, lo que si lo traduciomos a su esquema extrictamente jugable, viene a ser pr¨¢cticamente lo mismo que el baile.
La din¨¢mica de una partida completa es lineal y simplona. El juego comienza con los avatares sent¨¢ndose en el primer sof¨¢ de la primera categor¨ªa que hayamos seleccionado o nos impnga el juego (sof¨¢ rojo para Encantador, verde para Aventurero, violeta para P¨ªcaro, amarillo para Listillo y azul para Persuasivo). El jugador 1 -y siempre el 1- se levantar¨¢ de este primer sof¨¢ y tendr¨¢ que apuntar a la pantalla para elegir uno de los tres minijuegos que se le proponen. No en todos participar¨¢n los cuatro avatares por lo que puede que tenga que elegir compa?ero/a de juego. Una vez disputado ¨¦ste y otorgados los puntos a la clasificaci¨®n general individual o la del equipo, el t¨ªtulo nos propone una pregunta sobre nuestra personalidad, del tipo "?crees en el amor para siempre?" o "?quien la sigue la consigue?" y nos dar¨¢ dos opciones de respuesta sobre nuestras creencias y formas de ser, una afirmativa y una negativa. Con estos resultados el juego, al final de la partida, nos hace una breve descripci¨®n de nuestra personalidad. Tras esto, volvemos al sof¨¢, a la ronda 2, y ahora es el jugador 2 el que se levanta para escoger minijuego entre los tres propuestos en este momento, entre los que puede haber a¨²n alguno de antes. As¨ª iremos avanzando por las categor¨ªas de la partida y enfrent¨¢ndonos con los marcadores de puntos al resto de participantes o al equipo contrario en caso de que juguemos en parejas.
Como dec¨ªamos, la propuesta empieza bien pero pronto cae en la monoton¨ªa por su escasa variedad de mec¨¢nicas en los minijuegos y reducido n¨²mero de ¨¦stos, solo 40, que hace que enseguida se empiecen a repetir si jugamos dos o tres veces. Podemos hablar, por tanto, de un t¨ªtulo con una vida corta si lo queremos sacar en m¨¢s de cinco o seis fiestas, aunque a cambio, su bajo y poco habitual precio, 29,95 euros, hace su compra m¨¢s razonada para jugarlo muy de vez en cuando con invitados que nunca hayan tocado una consola. La misma repetici¨®n que vemos en los minijuegos aparece pronto en las preguntas, ya que ¨¦stas no son las suficientes para un t¨ªtulo as¨ª y comienzan a reaparecer pronto de igual manera, si jugamos tres partidas. Lo peor de todo esto, es que queda en evidencia f¨¢cilmente en el propio selector entre tres minijuegos que nos pide cada una de las cinco categor¨ªas cuando ya estamos disputando las partidas, lo que impactar¨¢ y har¨¢ perder el inter¨¦s hasta a los poco habituales.
La sencillez se mantiene dentro de cada uno de los juegos. En Carrera de Obst¨¢culos se nos pide pulsar botones del mando de Wii para que nuestro avatar salte a tiempo. Pero s¨®lo se juega con A, B, 1 y 2, lo que lo hace excesivamente sencillo ya que hay bastante tiempo para reaccionar y el personaje corre solo. Lo mismo ocurre en PS Move. Los juegos de baile -los m¨¢s habituales y pertenecientes a todas las categor¨ªas hasta hacerlos pesados- nos piden que sigamos el ritmo imitando los movimientos de los protagonistas en pantalla y haci¨¦ndolos en el momento justo. La captaci¨®n de estos movimientos reales y su traslaci¨®in al juego es muy mediocre, dando lugar a muchos fallos de reconocimiento o secuencias en las que bastar¨¢ con agitar el mando a lo loco para hacer muchos puntos. Otro minijuego consiste en lanzar cuchillos a ciegas meintras otro jugador nos gu¨ªa, pues bien, de nuevo sencillez absoluta: nos tendremos que vendar los ojos y apuntar a la pantalla pulsando A cuando queramos lanzar. No hay exigencia de hacer el movimiento de lanzado, o algo similar que diera al minijuego, se nos ocurre por ejemplo, la variable de tirar con fuerza o excesivamente suave. Es todo muy, muy b¨¢sico, aunque entretenido en las primeras partidas.
La Wii Balance Board se usa en muy pocos retos aunque a?ade, como siempre, un punto extra de jugabilidad. Todos los minijuegos est¨¢n explicados antes de empezarlos -como es habitual en el g¨¦nero- y podremos entrenar un poco antes de iniciar la partida real en ¨¦stos. Seg¨²n los acabemos, obtendremos una puntuaci¨®n u otra, lo que se trasladar¨¢ a nuestro marcador general, que ser¨¢ revisado entre categor¨ªas y al final, con el mismo v¨ªdeo de animaci¨®n en todas las ocasiones. Jugando en modo para un jugador, hay cuatro desaf¨ªos, Bronce, Plata, Oro y Platino; cada uno de ellos m¨¢s exigente en puntos a conseguir. Los minijuegos que nos obligan a interactuar con otros jugadores (como poniendo el mando entre ambos o pas¨¢ndolo) desaparecen de las categor¨ªas. Si conseguimos ganar cada uno de estos desaf¨ªos, desbloquearemos elementos de edici¨®n de avatares, como nuevos sombreros, botas o personalidades distintas.
La puesta en escena respeta la sencillez del apartado jugable o el esquema de categor¨ªas. Sin alarde t¨¦cnico de ning¨²n tipo, mucho menos en la m¨¢s potente PlayStation 3, el juego no ha cuidado en exceso los continuos tiempos de carga o los efectos de sonido. En algunas de estas esperas, nos coloca informaciones sobre sexualidad y amor, como citas de sex¨®logos, explicaciones cient¨ªficas de qu¨¦ son y c¨®mo act¨²an las feromonas, estudios sobre si las ostras o los bombones son afrodis¨ªacos, etc. Pero, de nuevo, hay pocas, y pronto se repiten una y otra vez. Lo mismo ocurre con otros detalles, como los plat¨®s que se muestran para los tres juegos de preguntas de la categor¨ªa Listillo. Son siempre el mismo de diferentes colores. Y sobre este minijuego, tenemos que apuntar una curiosidad; uno de los concursos es el llamado Batalla de Sexos, donde se hacen preguntas para ellos y para ellas, pero que pueden contestar ambos. Las de las chicas son sobre cosm¨¦ticos, moda y literatura. Para los chicos se pregunta sobre deportes, coches y cine.
Las animaciones de los personajes son otro punto visiblemente mediocre. Todos los varones siguen los mismos patrones para mostrar alegr¨ªa o tristeza, al igual que las f¨¦minas, con s¨®lo 7 u 8 animaciones distintas para los resultados ante los marcadores y otras tantas para los pasos de baile. El sonido s¨ª responde como debe, salvo por los escasos efectos. Las canciones escogidas para los bailes son versiones de todas las ¨¦pocas y de estilo sexy, podr¨ªamos decir. YMCA, Material Girl o Moulin Rouge no faltan en la colecci¨®n, buscando de nuevo que los jugadores, mando en mano o bolsillo, puedan exhibir sus mejores dotes en la pista.
Correcto
No es lo ¨²ltimo ni lo m¨¢s original, tampoco cuenta con la mejor ejecuci¨®n, pero puede divertir si te gusta el g¨¦nero. Bien, pero mejorable. C¨®mpralo si te gusta el g¨¦nero y te gusta tenerlos todos.