Parodius Portable

Los poseedores de una PSP aficionados a los shooters espaciales estamos de enhorabuena. Konami ha decidido relanzar al mercado, en forma de compilaciones de cinco t¨ªtulos cada una, sus m¨¢s prestigiosas sagas. A los recopilatorios de Salamander y Twinbee se le une ahora el Parodius Portable, aut¨¦ntico referente por su particular concepci¨®n del g¨¦nero e inconfundible estilo.

Empezar una partida a Parodius puede resultar muy peligroso. Y es que pocos juegos pueden hacer perder la noci¨®n del tiempo tanto como cualquier entrega de la obra de Konami. Su particular sentido del humor, su excelente y a veces tronchante repertorio de power-ups... y sobre todo el dise?o de fases que provoca en ocasiones descargas masivas de risas y adrenalina a partes iguales hacen de la marca un referente indiscutible del g¨¦nero, como lo hemos podido atestiguar de nuevo en esta reedici¨®n.

A diferencia de nuestros colegas americanos, a los europeos nos suena el nombre Parodius gracias a las dos entregas que tuvimos la suerte de recibir en tiempos de la SNES. El segundo y tercer juego de la saga que tras sus conversiones al sistema de Nintendo (fueron dos de los arcades m¨¢ famosos de principios de los noventa) llegaron contra todo pron¨®stico a nuestro pa¨ªs pillaron por sorpresa a m¨¢s de uno, ya que el n¨²mero de referentes culturales y gui?os a otros t¨ªtulos que nunca salieron del archipi¨¦lago nip¨®n bien podr¨ªan haber desaconsejado su distribuci¨®n.

Pero la saga Parodius lleg¨®, y fruto de la huella de aquellas memorables partidas multijugador (las cuales, quiz¨¢s sobre decirlo, en esta ocasi¨®n son imposibles de emular por razones de portabilidad), supone una alegr¨ªa sin l¨ªmites volver a cruzarse con viejos conocidos en tu camino, acompa?ados adem¨¢s del genuino cl¨¢sico de MSX y las dos ¨²ltimas revisiones de la franquicia que no abandonaron el pa¨ªs del sol naciente en pos de un nuevo ¨¦xito.

Konami puede enmendar esta peque?a decepci¨®n si decide editar esta magn¨ªfico tributo que recopila toda la historia de la saga en un ¨²nico UMD. Parodius, Super Parodius (Parodius da! en su versi¨®n japonesa), Gokujou Parodius, Jikkou Oshaberi Parodius y Sexy Parodius componen la antolog¨ªa que puede ofrecer diversi¨®n a raudales tanto a los amantes de los shooters de scroll lateral como a los de la cultura y el humor japoneses.

De la broma al mito

Parodius fue el t¨ªtulo que en 1988 supusiera un punto de inflexi¨®n en el g¨¦nero al ponernos por primera vez a los mandos de un pulpo volador en lugar de la cl¨¢sica nave espacial ultramoderna, que disparaba a moais y ping¨¹inos en escenarios tan surrealistas como coloridos. Todo lo que mostr¨® el debut de la serie sirvi¨® para asentar las bases de un estilo que ir¨ªa depur¨¢ndose tanto a nivel gr¨¢fico como jugable en entregas posteriores, si bien se fueron a?adiendo cada vez toques m¨¢s picantes. Como resultado, la culminaci¨®n de esta particular interpretaci¨®n de los matamarcianos deriv¨® en la aventura de Sexy Parodius, rescatada ahora de la versi¨®n que hasta ahora era exclusiva de Sega Saturn.

Gracias a Parodius no s¨®lo hemos tomado el control de Takosuke y el resto de la familia oct¨®poda a trav¨¦s de cada una de sus entregas, sino de varios personajes que con el tiempo se han convertido tambi¨¦n en s¨ªmbolos estrechamente ligados a la serie, como es el caso de las conejitas Hikaru y Akane, siempre a lomos de sus incombusibles cohetes, o Miguel y Gabriel, los dos cerdos alados con cara de pocos amigos. Pero si Parodius se caracteriz¨® por algo en concreto, fue sin duda por el n¨²mero de cameos de iconos ilustres de Konami que se dejaron caer por su particular universo. Desde las emblem¨¢ticas naves Lord British y Vic Viper de Gradius hasta los ping¨¹inos de Antartic Adventure, pasando por ilustres de la compa?¨ªa como Goemon, la propia Twinbee o incluso una versi¨®n caricaturizada del mismo conde Dr¨¢cula de los Castlevania, el repertorio de artistas invitados siempre ha sido para quitarse el sombrero.

Konami se r¨ªe de s¨ª misma

No en vano la saga Parodius fue creada con el objetivo en mente de expandir la polularidad (o promocionar incluso) otros juegos de la compa?¨ªa, y por qu¨¦ no, de mofarse de ellos. Adem¨¢s, a la vez que se le proporcionaba un marco a todo este delirante mundo de acci¨®n desenfrenada y cachondeo, la propia Konami se anunciaba en su mismo juego por medio de carteles publicitarios que portaban enemigos o inscripciones en varias partes de los escenarios.

Quiz¨¢ el mayor n¨²mero de parodias concentradas por minuto, aut¨¦ntico sustento espitirual de la serie, se produzca en el Oshaberi Parodius. Adem¨¢s de llevar por coletilla la frase 'forever with me', el juego no rinde tributo a Tokimeki Memorial (el m¨¢s c¨¦lebre simulador de citas jam¨¢s creado) s¨®lo en ese aspecto, sino que le dedica una fase entera en que atravesamos todas las instalaciones de su c¨¦lebre instituto acompa?ados de la BGM original del juego.

A¨²n as¨ª, el punto fuerte de esta entrega fue la inclusi¨®n de voces que comentaban absolutamente todas nuestras acciones y nos pon¨ªan sobre aviso de inminentes ataques (haciendo honor al t¨ªtulo, que traducido quedar¨ªa algo as¨ª como 'Parodius charlat¨¢n'). En cada una de las fases es supuestamente el pulpo Takosuke el que va meti¨¦ndonos presi¨®n con un particular acento de yakuza que s¨®lo hace que sumarle hilaridad al desarrollo de cada misi¨®n.

Un mata-mata sugerente

Otra de las se?as de identidad de la saga, adem¨¢s de los pulpos y ping¨¹inos, es la cantidad de mujeres (muchas veces ligeritas de ropa) que aparecen como enemigos finales o intermedios de nivel, todas ellas de un tama?o colosal. Comenzando por la memorable bailarina de la danza del vientre (o cabaretista de Las Vegas, dependiendo del ojo con el que se mire) de Super Parodius hasta la hidra (que parec¨ªa que le gustaba ser disparada por los sonidos que emit¨ªa) de su entrega posterior, son varias las f¨¦minas que pueden acabar f¨¢cilmente contigo si bajas la guardia por culpa de sus encantos. Pero no todos los monstruos que encontraremos al final de fase ser¨¢n chicas enormes. Tambi¨¦n nos las veremos con enemigos tan disparatados como un tej¨®n cantando enka (un equivalente a la copla en su hipot¨¦tica versi¨®n japonesa), un ping¨¹ino disfrazado de Napole¨®n y una mazorca de ma¨ªz atac¨¢ndonos con palomitas, por citar algunos ejemplos.

La configuraci¨®n de cada una de nuestras naves, que nos permitir¨¢ limpiar de enemigos los escenarios (que por cierto, a veces se concentran tantos en pantalla que en ocasiones el juego sufre ralentizaciones) var¨ªa seg¨²n la elecci¨®n de 'personaje' que hagamos, y sigue el estilo de Gradius, Salamander y Twinbee. Hay naves que en un determinado momento pueden hacer uso de tal arsenal de ignici¨®n multidireccional que es posible marearse ante la cantidad de destellos provocados.

El sistema de power-ups es calcado al de Gradius, con la barra que va subiendo conforme consigamos mejoras m¨¢s destructivas. De todo el repertorio destacan las campanas, originarias de Twinbee, que nos reportar¨¢n efectos tan inesperados como un incremento absurdo de tama?o cuando no nos permitan avanzar acompa?ados de otros personajes que nos servir¨¢n de apoyo (uno de ellos muy similar a Pac-man, que va comi¨¦ndose todo lo que le sale al paso... excepto mujeres).