Un Pac-Man muy "enrollao"

La mec¨¢nica de juego es bien sencilla y no necesitaremos ning¨²n bot¨®n. Tan s¨®lo la pantalla t¨¢ctil, ?y a girar! Para esta ocasi¨®n, Pac-Man se ha dejado en casa las extremidades y se ha convertido en una esfera perfecta, a la que debemos hacer rodar impuls¨¢ndola con el stylus. Lo primero que nos viene a la mente es 'un Super Monkey Ball' adaptado a la DS, y ¨¦sa es la verdadera sensaci¨®n con la que nos quedaremos cuando terminemos todos los niveles.

Quiere decir esto que es un juego de alta calidad, todos aquellos que hayan probado alguna vez un Super Monkey Ball sabr¨¢n c¨®mo engancha y lo enormemente divertido que ¨¦s, pero cuando dentro de pocos meses llegue Super Monkey Ball DS, ser¨¢ exactamente el mismo concepto, as¨ª que como precursor alabaremos el sistema de juego del primero en llegar, de Pac ?n Roll.

Todo el universo Pac-Man se encuentra dividido en mundos, y cada mundo en diversos niveles. Al principio s¨®lo podremos acceder a algunos, y dependiendo de nuestra habilidad con el l¨¢piz t¨¢ctil se ir¨¢n desbloqueando nuevas fases y opciones. Incluso algunos secretos jugosos, de los detalles que verdaderamente nos gustan, como poder jugar al Pac-Man original en la DS (aunque eso de que dividan la pantalla por la mitad, acaba liando).

Los dise?os de los escenarios, sin tener errores evidentes, y pese a las posibilidades de recorrerlo, resultan algo b¨¢sicos en determinadas ocasiones y poco 'pulidos'. Hay secciones que son tan s¨®lo unos cubos o una pasarela en el aire, sin nada al fondo, sin nada por debajo? Nintendo DS da para m¨¢s que esto y pese a cumplir con su labor, no deja tan buen sabor de boca como cab¨ªa esperar. La parte f¨ªsica del juego tambi¨¦n es relativamente sencilla. Rodamos siempre pegados, si pasamos por encima del agua, flotamos, y si aceleramos por una rampa, salimos por los aires.

La prueba es que la mec¨¢nica de la que hace uso es muy antigua, all¨¢ por el nacimiento del Marble Mandes. Simplemente se limita a?adir la pantalla t¨¢ctil y listo, un juego para Nintendo DS. Por supuesto, la 'ampliaci¨®n' que hacen a la forma cl¨¢sica de controlarlo mejora muy mucho el juego, pues la precisi¨®n que se consigue con el l¨¢piz t¨¢ctil es de lejos mejor que cualquiera que se haga incluso con control anal¨®gico. Se controla con bastante facilidad y responde a la perfecci¨®n.

Hay que actuar como si estuvi¨¦ramos girando una pelota desde arriba, haci¨¦ndolo rodar hacia la direcci¨®n que queramos. Si llegamos a un sitio en pendiente y queremos dejarlo fijo en una posici¨®n, basta con sujetarlo con el stylus y Pac-Man permanecer¨¢ quieto. En cuanto lo soltemos, seguir¨¢ la ley de la gravedad e ir¨¢ donde la f¨ªsica mande, aunque s¨ª es cierto que da cierta sensaci¨®n de pegajoso, adhiri¨¦ndose mucho a cualquier superficie por la que pase (excepto l¨ªquidos).

Tambi¨¦n veremos momentos en los que har¨¢ falta darle un peque?o empujoncito, con un poco de ma?a y con bastante rapidez, Pac-Man saldr¨¢ impulsando con fuerza hacia la direcci¨®n que queramos que lo haga, aunque los dedos siempre reaccionar¨¢n mejor si el movimiento es de abajo arriba que de arriba abajo. Mejor girar la c¨¢mara 180? que intentar ejecutar el movimiento apuntando hacia uno mismo. Una odisea en ocasiones.

Para a?adir variedad en los distintos niveles, Pac-Man podr¨¢ adquirir un yelmo con el que hundirse en el agua y romper cajas de metal, o un gorro a lo Robin Hood que lo hace liviano para alcanzar distancias m¨¢s larga. A lo largo de todo el recorrido encontraremos los cl¨¢sicos puntos amarillos. Estos puntos nos servir¨¢n para poder terminar correctamente cada nivel, pues cada cierto tiempo encontraremos una puerta cerrada que nos pide determinada cantidad de ellos. Si no lo hemos conseguido, media vuelta y a seguir buscando.

En lo referente a los fantasmas, seguir¨¢n siendo igual que siempre. Se mueven al libre albedr¨ªo y si nos detectan, seremos carne de ca?¨®n, con una peculiaridad. En cuanto contactemos con ellos, dicho fantasma aparecer¨¢ en la pantalla t¨¢ctil y habr¨¢ que espantarlo golpe¨¢ndolo un par de veces con el stylus, o perderemos con cada ataque una de las cuatro partes en las que se divide nuestra barra de energ¨ªa. Los puntos amarillos grandes siguen cumpliendo la misma funci¨®n de siempre: Los fantasmas se ponen azules, y comienza el buffet libe. Cuantos m¨¢s, mejor.

Pese al elevado n¨²mero de niveles distintos, que supera la treinta, la jugabilidad aumenta exponencialmente con los tres modos de juego para recorrer cada uno de ellos. El primero, el b¨¢sico, terminarlo en condiciones, en modo historia. Abriremos entonces el modo Time Trial, para superar nuestras propias marcas, perdiendo el menor tiempo posible, pero cogiendo un n¨²mero de puntos amarillos suficiente para poder abrir las puertas en mitad de los niveles. Por ¨²ltimo, y el m¨¢s divertido, consiste en una seria de pruebas que tendremos que cumplir en cada nivel, pasando por todos los check-points de cada fase o no acabaremos con ¨¦xito la misi¨®n.

M¨¢s que un control con el stylus, lo que verdaderamente lo convertir¨ªa en una obra maestra ser¨ªa un control de posici¨®n espacial, con el que inclinar la consola para mantener el equilibrio (?quiz¨¢ en Revolution?). Pese a la cantidad de niveles y a las posibilidades de jugarlo, su duraci¨®n no es especialmente larga y llega a parecer repetitivo, e incluso a cansar el no parar de mover la mu?eca con rapidez. Un bueno juego, que debemos probar para tener una opini¨®n personal sobre ¨¦l, pero no llega a hacerse un hueco en el cat¨¢logo actual de Nintendo DS y del que vendr¨¢ para navidades.