An¨¢lisis de Nioh: Honor sublevado

Continuaci¨®n directa de El Drag¨®n del Norte, Honor sublevado retoma el arco argumental estrenado en el primer DLC durante el pasado mes de mayo. Tras enfrentarse a Masamune Date y convertirlo en su aliado, William ahora pone rumbo a la regi¨®n de Osaka. El clan de los Toyotomi se encuentra en plena refriega mientras que Mar¨ªa, una misteriosa mujer espa?ola tambi¨¦n presentada en el cap¨ªtulo anterior, sigue conspirando para manipular a los l¨ªderes locales, as¨ª que el grupo idea un plan para asaltar la fortaleza custodiada por el guerrero legendario Yukimura Sanada y pararle los pies. Como era de esperar, dado que adem¨¢s de como parte del Season Pass cualquiera de estas tres expansiones se pueden comprar por separado, jugar a El Drag¨®n del Norte no es necesario para empezar Honor sublevado. No obstante, s¨ª es algo altamente recomendable, ya que no s¨®lo las historias se encadenan de forma natural, sino que la dificultad tambi¨¦n se retoma a partir del punto en el que lo dej¨® el DLC previo: el juego aconseja nivel 180 para la primera misi¨®n y sigue escalando a partir de ah¨ª.

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Asalto al Sanada Maru

Aunque las influencias de la saga Souls se hicieron evidentes desde la primera demo, Nioh ha conseguido crear su propia identidad tomando tambi¨¦n notas de los Ninja Gaiden que a?os atr¨¢s desarrollara este mismo estudio, as¨ª como utilizando una mezcla entre historia y folclore japon¨¦s para construir su detallado mundo. Adem¨¢s de enfrentamientos exigentes contra adversarios formidables, el juego del Team Ninja se caracteriza por ofrecer ciertas dosis de drama pol¨ªtico que reescribe el pasado de su pa¨ªs natal con algunas licencias. Honor sublevado no es una excepci¨®n, y usa como punto de partida el asedio de Osaka, evento real de principios del siglo XVII que luego se ve aderezado por la presencia de esp¨ªritus, demonios y dem¨¢s criaturas omnipresentes en la mitolog¨ªa nipona. Es una buena forma de introducir a William en un conflicto en el que, si bien desempe?a un papel decisivo, cuenta con muchos m¨¢s elementos despleg¨¢ndose a su alrededor, algo que rara vez hemos visto en los juegos de From Software (la caza en The Old Hunters, expansi¨®n de Bloodborne, podr¨ªa contar como excepci¨®n).

Dada la naturaleza jugable de Nioh, centrada en el combate contra uno o pocos enemigos a la vez, se abstiene de incluirnos en peleas multitudinarias que requerir¨ªan un sistema m¨¢s en l¨ªnea con los Samurai Warriors (tambi¨¦n de Tecmo) para funcionar. Pero, al igual que ya sucediera en la regi¨®n de Sekigahara durante el transcurso del juego principal, esto no le impide usar algunos trucos para mostrar la cara m¨¢s fea de la guerra. La primera misi¨®n transcurre en pleno campo de batalla, y si bien William tiende a luchar y explorar en solitario, una serie de sucesos reflejan la crueldad del conflicto: un grupo de aliados cae delante de nuestras narices nada m¨¢s empezar, otros sobreviven a duras penas en las trincheras que serpentean a lo largo del terreno, los cad¨¢veres llenan algunas de las fosas, y la lluvia de flechas en llamas que cae cada pocos segundos hiere tanto a los miembros de uno como de otro bando. Incluso llegando con buen nivel y experiencia en el juego, la misi¨®n sube la tensi¨®n al rodearnos de peligros y forzarnos a buscar refugio de forma constante.

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Sobrevivir a esta incursi¨®n no es tarea sencilla, y eso que apenas representa la mitad del plan: el castillo como tal es pr¨¢cticamente inexpugnable porque se encuentra protegido por la fortaleza de Sanada Maru, objetivo real de este DLC. Tras la batalla en la llanura, nos toca acompa?ar a William hasta la boca del lobo, entrando en el complejo que sirve como refugio y campamento del ej¨¦rcito rival. Entonces el dise?o cambia de un escenario abierto a una gran construcci¨®n con m¨²ltiples atajos y pisos, incluyendo pasadizos subterr¨¢neos que recorren toda la base de la fortaleza. Aqu¨ª se vuelve algo m¨¢s tradicional en el sentido de que deja paso a una estructura m¨¢s cerrada y concentrada, pero tambi¨¦n m¨¢s intrincada. Como en tantas otras misiones del juego original, hace falta una buena capacidad de orientaci¨®n para peinar la zona, encontrar a los kodama, reclamar el bot¨ªn de los cofres y abrirse paso hasta el jefe de la fase, que tambi¨¦n act¨²a como jefe final del Honor sublevado y prepara el terreno para el tercer y ¨²ltimo DLC que recibiremos en el futuro.

Contenido extra y secundarias: Subiendo al monte Inari

Puede sonar decepcionante contar con s¨®lo dos misiones principales, ya que el n¨²mero tanto en El Drag¨®n del Norte como en la mayor¨ªa de las regiones del juego base era de tres, aunque Honor sublevado antepone calidad a cantidad y logra que ambas se hagan valer gracias al contraste en el planteamiento, as¨ª como su generoso tama?o y los nuevos enemigos (a destacar perros armados, unos yokai con barriles explosivos a la espalda y varios tipos de soldado). Eso sin olvidar los objetivos opcionales, que van asociados a sus propios trofeos e incentivan todav¨ªa m¨¢s la exploraci¨®n (buscar y usar unos ca?ones durante la batalla, o derrotar a los guerreros de confianza de Yukimura Sanada en la fortaleza). Del mismo modo, y de nuevo como ven¨ªa siendo habitual en el resto del juego, ambos escenarios despu¨¦s se reutilizan en misiones secundarias, donde se modifica algo la ambientaci¨®n, la disposici¨®n de enemigos y los objetivos a cumplir. No es igual de estimulante, pero se mantiene divertido gracias al siempre fant¨¢stico sistema de combate, y hacerlo todo puede llevar varias horas.

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Otra de las tradiciones que por suerte repite es incluir tambi¨¦n un nivel in¨¦dito como parte de las misiones secundarias, y en el caso de Honor sublevado es de hecho uno de sus puntos fuertes. Lejos del bullicio de la guerra nos espera el monte Inari, lugar sagrado de gran belleza donde incontables farolillos rojos llenan de color los edificios en medio de la noche, creando una atm¨®sfera de ciudad fantasmal que puede recordar a la genial pel¨ªcula de Studio Ghibli, El Viaje de Chihiro. Por supuesto, los peligros tampoco faltan, y la localizaci¨®n aprovecha para estrenar otro tipo de yokai con forma de zorro blanco, pero por lo general se caracteriza m¨¢s por esa clase de majestuosidad que complementa al tono m¨¢s cruento y mundano de las misiones principales. Su tama?o tambi¨¦n tiene poco que envidiarles, y el dise?o, aunque algo menos enrevesado, hace gala de sus propias ideas. Algunas estatuas aparecen y desaparecen seg¨²n la direcci¨®n desde la que las encaramos, y unas esculturas permiten insertar los orbes que dejan caer los zorros, anulando as¨ª el poder de los hechiceros cercanos. Peque?os destellos que consiguen hacer de ¨¦l un nivel tan memorable como bonito.

Lamentablemente, esta misi¨®n carece de un jefe al uso, pero cierto combate que desbloqueamos en otra de las secundarias le ayuda a equilibrar las cosas y lograr que, si bien puede dejar con ganas de m¨¢s, Honor sublevado no quede a la zaga de El Drag¨®n del Norte en lo que a cantidad de contenido se refiere. Por 10€, un poco menos si lo compramos como parte del Season Pass, el DLC ofrece una experiencia s¨®lida, continuista por definici¨®n, pero lo suficientemente diferenciada y atractiva para los que a¨²n tengan m¨¢s ganas de Nioh. Incluso con intenci¨®n de volver a regiones anteriores, la descarga tambi¨¦n aporta novedades de peso, como un nuevo tipo de arma (las tonfas, peque?os bastones que se empu?an a lo largo de cada antebrazo), dos esp¨ªritus guardianes (que, como de costumbre, primero debemos ganar en duelo contra sus poseedores), y un modo de dificultad adicional llamado senda del sabio (equivalente al NG+++) que trae sus correspondientes retoques y nuevos objetos. Otra forma de alargar la vida de un t¨ªtulo que a estas alturas ya casi es eterno.

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