Llegaron los perros...

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Muchas l¨ªneas se han escrito sobre Nintendogs, la que es sin duda la gran apuesta de Nintendo de cara a las navidades (con permiso de Mario Kart DS). Con la gran apuesta de Zelda para el a?o que viene, muchas miradas se han centrado en este t¨ªtulo realmente original y que no deja indiferente a nadie. Muy poco nuevo queda por decir de 'los perros': en Meristation es la tercera vez que lo tratamos tras el avance y las impresiones, Nintendogs ha cruzado la frontera de los medios especializados saliendo en informativos de televisi¨®n y en muchos peri¨®dicos. Adem¨¢s, muchos comercios recibieron el juego con antelaci¨®n y lo pusieron a la venta hace varios d¨ªas, as¨ª que muchos de vosotros llevar¨¦is horas con vuestro cachorro.

?Listo para descubrir NintenDogs? ?Qu¨¦ mejor que hacerlo con este v¨ªdeo?

Por eso este an¨¢lisis no es m¨¢s que la experiencia personal y definitiva con Nintendogs. La versi¨®n que nos disponemos a analizar es la versi¨®n 'Teckel y compa?¨ªa', o lo que es lo mismo 'Dachshund & Friends'. Puedes elegir entre seis razas:

Las otras dos versiones son Labrador y Chihuahua, con sus correspondientes 'amigos'. Una vez elegida la raza, en nuestro caso elegimos un Carlino, como el de Men in Black, se nos ofrecen tres cachorros distintos. Lo primero que los diferencia es el color y el sexo. Descartamos la hembra canela y el macho negro, para quedarnos con un macho blanco, con el caracter¨ªstico morro negro de la raza. Las caracter¨ªsticas de cada perro son muy distintas, y una breve descripci¨®n nos resume qu¨¦ tipo de perro nos llevamos a casa: juguet¨®n, tranquilo, pasota, nervioso, disciplinado, con buena forma f¨ªsica? Nuestro Carlino ser¨¢ d¨®cil, pero juguet¨®n. Una buena elecci¨®n. Tenemos 1.000 € y cuesta 550, as¨ª que no nos queda para comprar otro. Tendremos que conseguir dinero para ir adquiriendo nuevas razas.

Hay que ponerle nombre, pero todav¨ªa est¨¢ bastante nervioso. Llega a un sitio nuevo que no conoce y est¨¢ algo excitado. Bastan unas caricias para calmarlo. Pulsamos el bot¨®n de llamada del centro de la pantalla inferior y el cachorro se acerca. Lo acariciamos un poco y pone cara de gustito. Muy relajado, se sienta y se acomoda. Y ahora s¨ª, le ponemos nombre. En este caso, 'Pepe', quiz¨¢ poco com¨²n para un perro, pero muy acorde. No me pregunt¨¦is por qu¨¦, pero tiene cara de Pepe.

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No tenemos que escribirlo, sino decirlo. El micro que tiene integrado la DS recoge sin problema el audio a unos 10 cm, y no es recomendable acercarnos en exceso o gritarle, porque no lo reconocer¨¢ bien. Pulsamos el bot¨®n del micro con el stylus y pronunciamos su nombre. Una vez. Una segunda. La tercera? Parece que no lo va a aprender nunca, pero de repente, ?lo reconoce! Instintivamente nos pasaremos los siguientes diez minutos llamando a nuestro perro y viendo como lo reconoce, nos mira y se acerca para que le hagamos caso. Con el l¨¢piz t¨¢ctil simulamos una caricia y responde a la perfecci¨®n. Cierra los ojos, saca la lengua e incluso nos pone el lomo para que le rasquemos. Si nos pasamos con la fuerza, se asustar¨¢ y reaccionar¨¢ de forma opuesta a la que queremos.

Una de las virtudes de Nintendogs puede parecer a priori un incordio, pues los perros se pueden saturar, es decir, no podemos ense?arle todas las ¨®rdenes en un d¨ªa y agotarlo. En la primera toma de contacto he conseguido que se siente, se tumbe y se eche de lado, pero ya no puedo ense?arle nada m¨¢s. Como un perro real, no ejecutar¨¢ las ¨®rdenes a la primera. Hay ¨®rdenes b¨¢sicas que encontraremos en un peque?o manual que viene en la lista de objetos, pero otras mucho m¨¢s complejas las iremos descubriendo poco a poco. Incluso cuando el perro est¨¦ m¨¢s adiestrado, habr¨¢ que ense?arle contra-¨®rdenes, algo realmente complicado, pero esencial para las competiciones que trataremos m¨¢s adelante.

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Como veis, algunos de esto objetos s¨®lo sirven para juguetear con ellos, mientras que otros son esenciales: agua para cuando vuelva sediento de un paseo, comida para recuperar fuerza tras un concurso o champ¨² para darle un buen lavado si ha pillado alguna pulga entre la basura del parque. Incluso diferenciaremos entre pelo largo y pelo corto, o cepillo de p¨²as para escardarlo. Las reacciones de Pepe son muy fidedignas y transmiten su estado de ¨¢nimo. Tras un par de horas experimentando con ¨¦l, realmente est¨¢ cansado y pasa completamente de m¨ª. Le tiro una pelota de tenis, la mira y gira la cabeza. Ser¨¢?

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Las malas son dejar que rebusque en la basura y coma algo que no deba y enferme, o que estando suelto por el parque pille pulgas y tengamos que lavarlo a conciencia para que no est¨¦ todo el d¨ªa rasc¨¢ndose. Cuanto m¨¢s acostumbremos a nuestra mascota a sacarla de paseo, mayores recorridos podremos hacer y llegaremos m¨¢s lejos, descubriendo sitios a los que antes no ten¨ªamos acceso. Si no llevo a Pepe de paseo, har¨¢ lo propio en casa, dejando regalitos por todas partes.

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Me decido a probar el concurso de agilidad, pero el juego s¨®lo me permite presentarme a tres concursos por d¨ªa, para no agotar al cachorro. As¨ª que me espero al d¨ªa siguiente y descubro que puedo ir de paseo con ¨¦l hasta un gimnasio y entrenar circuitos de cara a esta competici¨®n. Tras un buen entrenamiento, afronto el d¨ªa siguiente con ganas y consigo un segundo puesto en la prueba de agilidad, con el correspondiente aporte econ¨®mico. El de obediencia resulta m¨¢s complicado, hay que darle el comando de voz de forma clara, que se mantenga varios segundos en esa posici¨®n, pero Pepe est¨¢ hoy revoltoso y no hay manera. Quiz¨¢ m¨¢s adelante lo consiga, o necesite otro cachorro m¨¢s apto para este tipo de pruebas.

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Este intercambio de datos permite desbloquear razas que a priori no est¨¢n disponibles en cada versi¨®n. En mi caso, me cruc¨¦ con un labrador negro y ahora puedo comprar labradores, si bien es cierto que es posible desbloquear todos los perros en todas las versiones consiguiendo puntos en las distintas competiciones. A priori esto no lo sabemos, sino que, de repente, cuando alcanzamos los 2.000 puntos, ?ta-chan!, desbloqueamos el Yorkshire Terrier. Por ahora no he conseguido ninguno m¨¢s, pero est¨¢n todos, incluso algunos extras secretos, muy curiosos por cierto.

Tambi¨¦n se ha logrado reflejar muy bien los distintos comportamientos del perro a las caricias, como giran la cabeza para que le rasquemos detr¨¢s de la oreja o se ponen patas arriba para que le acariciemos la barriga. No son listos. Y esa cara de gustito realmente transmite como un cachorro peque?o. Tienen ese aspecto que hace atractivo a los perros cuando a¨²n son peque?os. Eso s¨ª, si no os gustan los perros, evidentemente Nintendogs no es vuestro t¨ªtulo, y mi recomendaci¨®n es que esper¨¦is a Nintencats o Nintenhorse (por pedir, que no quede).

?Hasta que punto resulta un aliciente repetir este proceso una y otra vez? Pues eso est¨¢ en vuestras manos, pero os garantizo que hay posibilidades para que el juego dure muchas m¨¢s semanas que ning¨²n otro. Si dejamos de lado un mes a un cachorro, olvidar¨¢ muchas de las cosas que le hemos ense?ado y casi no reconocer¨¢ nuestra voz. Por eso, habr¨¢ que estar encima de ellos, ir super¨¢ndonos en los concursos, jugando con los perros de nuestros amigos (o desconocidos). Al fin y al cabo, Nintendogs es un no-juego, es decir, no existe un fin determinado en el que el juego se acabe, est¨¢ en nuestras manos cuando estamos hartos de los perritos. Como comentaba con anterioridad, no es un t¨ªtulo para exprimir en dos tardes, sino echarle un rato diario, dedicarle m¨¢s tiempo los fines de semana o prestarle m¨¢s atenci¨®n con cada nueva mascota.

Nintendogs era impensable hace dos a?os y lo es en otra consola que no sea Nintendo DS. La referencia de 'es como un Tamagotchi pero con perros' queda realmente lejos de la realidad, y los parecidos son ¨ªnfimos. La interacci¨®n con los cachorros es algo digno de ver. Mi experiencia personal en el piso que comparto con varios compa?eros es un claro ejemplo de las reacciones que se experimentan con Nintendogs. Cuando encend¨ª la consola y me vieron habl¨¢ndole a la port¨¢til me tacharon de loco y casi me extraditan, pero cuando ven a Pepe, c¨®mo hablo con ¨¦l, reacciona a mi voz, se tumba, da la pata, se hace el muerto, juego con ¨¦l al disco? se quedan alucinados y me piden que consigan tal o cual raza para que ellos eduquen al suyo. Algunas reacciones son de incredulidad, y me piden que lo vuelva a hacer, que es casualidad que el perro se haya tumbado, y ponen cara de haber visto un fantasma.

No s¨¦ que opinar¨¦ de Nintendogs dentro de 3 meses, si seguir¨¦ jugando con ¨¦l como ahora, un rato cada d¨ªa, logrando nuevos comandos de voz muy poco comunes y que me sorprenda de vez en cuando, si donar¨¦ uno de ellos para conseguir una raza que hasta ahora no dispon¨ªa, si me seguir¨¢ divirtiendo saltar con ellos a la comba o verlos dar saltos espectaculares en las competiciones de disco. ?Cu¨¢ndo se agota la f¨®rmula? Es una buena pregunta, pero por ahora queda en el aire.

Espero veros de nuevo dentro de alg¨²n tiempo por estas l¨ªneas y que coment¨¦is si vuestros perros siguen con vosotros o los hab¨¦is relegado a la estanter¨ªa. Dentro del mundo del videojuego, Nintendogs supone un punto m¨¢s a tener en cuenta, un verdadero referente, un juego ¨²nico y con verdadera personalidad. Es algo sobre lo que merece la pena tener una opini¨®n propia y una buena excusa para que os compr¨¦is una DS (o se la regal¨¦is a vuestra pareja), e insisto, m¨¢s all¨¢ de los primeros minutos ense?¨¢ndole su nombre y a sentarse, que le dej¨¦is recorrido, d¨ªas y d¨ªas para exprimir poco a poco todo el jugo que realmente contiene Nintendogs. Una gran apuesta de Nintendo que ya han descubierto un mill¨®n y medio de compradores.