Need for Speed NITRO
- PlataformaWii7.5
- G¨¦neroConducci¨®n
- DesarrolladorEA Montreal
- Lanzamiento06/11/2009
- EditorElectronic Arts
Ne¨®n y nitroso
La parte ca?¨ª de Need for Speed desaparec¨ªa con Shift para dolor de tantos y tantos aficionados, firmando el cambio generacional que tanto necesitaba la franquicia. No obstante, la esencia Arcade que ha ganado la licencia en los ¨²ltimos tiempos no ha acabado de esfumarse: Nintendo toma el relevo con sendas adaptaciones exclusivas para sus plataformas. La m¨¢s importante, relacionada con la sobremesa de la compa?¨ªa, sorprende a propios y extra?os por su calidad y buen hacer sobre las calles de medio planeta. Es hora de volver al tuning.
Era dif¨ªcil la tarea de EA Montreal. Adaptar una de las franquicias m¨¢s populares (y decadentes) de los ¨²ltimos tiempos en una consola que tiene como bazas principales todo aquello que Need for Speed necesitaba? a excepci¨®n de una potencia gr¨¢fica capacitada para dejar a los usuarios boquiabiertos como ha sucedido recientemente con Shift, Forza 3 o Gran Turismo. Nadie sabe muy bien por qu¨¦, pero cuando Nitro fue anunciado hace poco menos de un a?o, los aficionados ac¨¦rrimos de la serie ridiculizaron la noticia, dando a entender que una consola como Wii nunca ser¨ªa capaz de recrear con fidelidad las interminables partidas que ha ofrecido Underground, Carbono o Undercover, sendos t¨ªtulos que buscaban explotar la tendencia tuning que tan de moda se ha puesto en los tiempos que corren.
La versi¨®n 'adulta', como fue descrita delante de nuestras propias narices en Londres, ha logrado alzarse entre los mejores simuladores de conducci¨®n de la nueva generaci¨®n gracias en parte al trabajo que se realizaba durante el desarrollo. Sin prisas, sin grandes exigencias, una tesitura muy parecida a la que se encontraba EA Montreal a la hora de comenzar a pensar qu¨¦ iba a ofrecer esta exclusiva de las consolas de Nintendo. Hab¨ªa una idea clara: el tuning ya no es tan rentable como anta?o, a los usuarios no les interesa ver por vig¨¦sima vez el mismo producto con distinto collar. La soluci¨®n, la est¨¢ndar hoy d¨ªa, fue caricaturizar los coches deportivos de alma gama para ofrecer un arcade puro y duro que abandonase por completo cualquier reminiscencia de simulaci¨®n.
Entonces naci¨® Nitro. Una idea nada revolucionaria que, no obstante, sorprend¨ªa a propios y extra?os al ser exhibida por primera vez. EA no se ha tomado a broma este desarrollo (que para muchos que llega tarde), ofreciendo un presupuesto considerable para realizar un motor gr¨¢fico que estuviese a la altura de las circunstancias, una de las mayores preocupaciones de la c¨²pula de la empresa. Tanto es as¨ª que en la segunda presentaci¨®n del juego, cuando pudimos probar una demo en primera persona, la noticia m¨¢s aplaudida por los asistentes fue el hecho de poder jugar a 60 frames por segundo, convirti¨¦ndose as¨ª (te¨®ricamente) en el primer t¨ªtulo de carreras de Wii que es capaz de conseguir esta haza?a. El cat¨¢logo de la consola no permite lugar a comparaci¨®n alguna, sobre todo teniendo en cuenta la escasa cantidad de t¨ªtulos de conducci¨®n que han aparecido en la sobremesa de Nintendo -olvidando el reciente y lamentable DiRT2-.
Pese a la impresi¨®n inicial, este Nitro tiene poco o nada que ver con los t¨ªtulos que hemos referenciado anteriormente. Puede que sea igual en cuanto a la esencia, donde prima el arcade por encima de cualquier otro elemento, pero desde luego no en la puesta en escena, que para empezar no pone a manos del jugador una ciudad enorme por la navegar para poder competir en ella. Nada m¨¢s lejos de la realidad, esta exclusiva tiene como objetivo permitir a todos los usuarios de la consola disfrutar durante las carreras sin tener la sensaci¨®n de que es imposible controlar el b¨®lido deportivo que tienen en sus manos. Por este motivo la competici¨®n, el modo historia, se centra en carreras aisladas que tienen lugar en distintos puntos de la geograf¨ªa de nuestro querido planeta Tierra.
As¨ª es como Brasil, Egipto, Emiratos ?rabes Unidos, Singapur y Espa?a aparecen retratados en Nitro con uno o dos circuitos callejeros por cabeza, siempre situados en las respectivas capitales de estos pa¨ªses. EA Montreal se desplazaba hasta el epicentro de su atenci¨®n para retratar con toda clase de detalles las zonas por las que pasaremos a toda velocidad con los b¨®lidos deportivos, en la primera muestra de la potencia visual de la que hace gala este t¨ªtulo. Si de algo puede presumir Nitro es precisamente de su motor gr¨¢fico, que despu¨¦s de generar tantas dudas a los aficionados ha acabado por destaparse como el punto m¨¢s interesante del producto, as¨ª como su jugabilidad. Dos aspectos que en primera instancia hicieron temer lo peor a la mayor¨ªa de los jugadores, aunque por suerte la cosa no ha tardado mucho en cambiar.
De hecho la primera impresi¨®n que nos llevamos del aspecto que lucen los veh¨ªculos es francamente sorprendente. Ya no s¨®lo por la cantidad de detalles que podemos apreciar en los deportivos de las distintas marcas que han prestado su nombre para la ocasi¨®n (Audi, Ford, Renault, Volkswagen?), completando as¨ª una parrilla aproximada de 40 coches que podemos adquirir o bien en el concesionario de marras o al ganar determinadas competiciones en las que acabamos recibiendo un autom¨®vil de regalo. A la buena apariencia que lucen los coches hay que sumar la peculiar caracterizaci¨®n de los mismos (sin llegar a extremos), que junto a la cercan¨ªa de la c¨¢mara respecto al veh¨ªculo crean un interesante efecto de potencia, similar a la sensaci¨®n que transmite ver en acci¨®n a un coche americano.
Nitro ha buscado su propio camino para representar carreras extremadamente ¨¢giles, que se desarrollan en cuesti¨®n de dos o tres minutos. Chocar con el coche no se traduce en tener que reiniciar la carrera, a diferencia de lo que suced¨ªa en entregas anteriores, como tampoco ser embestido por un coche de polic¨ªa, que en esta ocasi¨®n juega un papel muy espec¨ªfico dentro de la trama. Adem¨¢s, su papel tiene bastante coherencia, ya que cada vez que rozamos a un coche aparcado (o que fluya con el tr¨¢fico) aumenta el nivel de b¨²squeda y, por lo tanto, la agresividad con la que los agentes de la ley tratan de apresarnos. Es importante mantener en buen estado el coche si queremos obtener una victoria que s¨®lo llegar¨¢ si utilizamos la dosis correcta de velocidad/nitro/derrape? y una raci¨®n extra de reflejos.
En Nitro la mec¨¢nica de juego est¨¢ intr¨ªnsecamente relacionada con el control. El modo carrera nos ofrece distintos estilos de conducci¨®n, encontrando los siguientes; Carrera por Equipos, Carrera de Circuito, Carrera de Eliminaci¨®n, Desaf¨ªo Drift, Carrera Drag, Carrera de Eliminaci¨®n, Radares y Contrarreloj. Es decir, ocho modalidades a las que hemos de sumar una ¨²ltima, Grand Prix, donde debemos competir en una serie de carreras puntuables. Como se puede ver por lo aqu¨ª expuesto, la mayor¨ªa de las modalidades son las que ha ido arrastrando Need for Speed a lo largo de los ¨²ltimos a?os. Tampoco requieren una explicaci¨®n en profundidad, aunque s¨ª aplaudimos la posibilidad de competir con cuatro jugadores al un¨ªsono.
Tanto en el modo Arcade (donde podemos correr en el circuito y modalidad que nos venga en gana, siempre y cuando los hayamos desbloqueado previamente) como en el modo Historia existe la posibilidad de correr las carreras tradicionales compitiendo con tres amigos en pantalla partida. No hay ni rastro de una Infraestructura Online que, por el sentido del juego, se echa en falta a las primeras de cambio. En el modo historia hemos de participar en cada una de las pruebas anteriormente mencionadas con el fin de adquirir tres o cinco estrellas, dependiendo del nivel de reto de la prueba en cuesti¨®n. Por ejemplo: una carrera de Drag, en la que basta con cambiar de carril y acertar al cambiar de marcha en el momento adecuado, s¨®lo es posible obtener tres estrellas como m¨¢ximo.
Por el contrario, si realizamos una carrera tradicional en un circuito a lo largo, ganar s¨®lo nos recompensa con tres estrellas. Las otras dos (atenci¨®n a este punto, porque aqu¨ª se encuentra el meollo de Nitro), se conceden seg¨²n el tiempo total de vuelta, vi¨¦ndonos obligados a superar un crono predeterminado, as¨ª como por la cantidad de Puntos de Estilo que hayamos obtenido a lo largo de la carrera. Dec¨ªamos en la introducci¨®n de este art¨ªculo que en esencia la jugabilidad de NFS en Wii es Arcade, lo cual quiere decir que desde el minuto uno nos podemos aprovechar de los rivales choc¨¢ndonos contra ellos a la vuelta de cualquier esquina sin tener este gesto una gran repercusi¨®n en el funcionamiento del coche.
Tambi¨¦n tiene mucho que ver con el uso de las dos barras de Nitro que tenemos a nuestra disposici¨®n. La primera la rellenamos en la propia salida, pisando el acelerador al nivel que indica una peque?a marca verde (para soltarlo en el momento justo, con lo que obtenemos una salida perfecta), para luego ir aumentando a medida que mantenemos la velocidad punta, derrapamos o nos aprovechamos del rebufo del coche que tenemos delante de nosotros. La segunda s¨®lo se rellena cuando la primera ha sido completada, aunque funcionan de forma aislada. Una peque?a micra de energ¨ªa en la segunda barra nos concede la posibilidad de efectuar un segundo nitro, con el consiguiente efecto gr¨¢fico que difumina la pantalla, as¨ª como una explosi¨®n de velocidad extremadamente dif¨ªcil de controlar.
Mientras obtenemos estrellas tambi¨¦n nos hacemos con algo de dinero para comprar coches, en otro de los puntos destacados de producto, que no es otro que el editor. Una vez compramos un veh¨ªculo lo podemos personalizar de forma extremadamente sencilla por medio de un editor bastante entretenido que permite desbloquear distintas brochas para perfilar los trazos que deseamos aplicar, con la posibilidad de cambiar las piezas del coche con tan solo pulsar un bot¨®n. Los coches pasan de ser simples autom¨®viles a superdeportivos en cuesti¨®n de segundos con un resultado aplaudible se mire como se mire. Hay jugadores que echar¨¢n en falta m¨¢s opciones en este sentido, as¨ª como tambi¨¦n m¨¢s variedad en general para no pasar las horas realizando una y otra vez las mismas carreras con un coche con m¨¢s caballaje. Si destacamos los puntos fuertes, es evidente que este es el tal¨®n de Aquiles del producto.
Del mismo modo que gr¨¢ficamente Nitro sabe sorprender a los jugadores, cumpliendo con la prometida tasa de frames que mencion¨¢bamos anteriormente, la jugabilidad del t¨ªtulo no se queda atr¨¢s. Dec¨ªamos hace algunos p¨¢rrafos que el control de los veh¨ªculos es ¨²nico y personal, aunque gran parte de culpa la tiene la c¨¢mara, o la puesta en escena en general de las carreras, muy vistosas desde todos los sentidos. La segunda barra de Nitro no s¨®lo se rellena cumpliendo una serie de cometidos estandarizados, sino que permite tambi¨¦n poner en pr¨¢ctica una de las facetas que m¨¢s se destacaron durante la presentaci¨®n londinense del juego: la dominaci¨®n. Todo el que vea un tr¨¢iler de Nitro se preguntar¨¢ por qu¨¦ las paredes se van pintando a medida que pasamos por ellas. La respuesta es bastante m¨¢s sencilla de lo que aparentaba en primera instancia.
En Nitro no basta con ganar, hemos de dominar la situaci¨®n. Al escoger un coche hemos de hacer lo propio con nuestro sello personal e inconfundible. El coche que va en cabeza cuenta con el honor de ir pintando el circuito con su decoraci¨®n particular, en otro efecto loable desde el punto de vista t¨¦cnico que, al igual que los reflejos del sol al ponerse, consiguen aportan una variedad que pocas veces hemos tenido de ver en el pasado en Wii. Son varios los detalles que van en esta l¨ªnea, aunque en resumidas cuentas no hace falta darle m¨¢s vueltas al hecho de que EA Montreal ha conseguido elaborar un motor gr¨¢fico que dentro de su g¨¦nero se alza con el n¨²mero uno absoluto. Especialmente si se compara con otros quiero y no puedo que hemos tenido que sufrir en esta consola (a excepci¨®n de algunas joyas, l¨¦ase el caso de Mario Kart).
A nivel sonoro el juego se limita a cumplir siguiendo la l¨ªnea habitual de la franquicia, con melod¨ªas que recorren distintos g¨¦neros musicales. En este caso lo que m¨¢s interesa es sin duda el realismo sonoro que puedan aportar los coches a la partida. No se puede criticar el resultado, pero tampoco es digno de ninguna clase de elogio. El sonido, junto con la nula variedad de la modalidad principal de juego, as¨ª como la ausencia de una Infraestructura Online, son los puntos que peor favor hacen a la calidad de un Nitro que curiosamente ha salido bien parado en todo aquello que se tem¨ªa: gr¨¢ficos y jugabilidad. La herida se encuentra en la parte que te¨®ricamente siempre cumple; el contenido.
Es una l¨¢stima tambi¨¦n que no se haya aprovechado mejor la presencia de los l¨ªderes de cada circuito, cuyo papel es poco menos que nulo a la hora de la verdad. Da la sensaci¨®n de que se ha quedado atr¨¢s una parte del contenido, algo m¨¢s que la posibilidad de jugar con cuatro amigos en las modalidades est¨¢ndar que sabemos valorar, pero siguen sabiendo a poco cuando se termina la sorpresa inicial. Por fortuna son caracter¨ªsticas que no afectar¨¢n en absoluto a los usuarios que estuviesen buscando ese arcade de carreras imprescindible que todo aficionado del g¨¦nero ha de tener en su estanter¨ªa.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.