Regresa la esencia de las aventuras cl¨¢sicas

Existe un mundo m¨¢s all¨¢ de los libros. Numerosas Eras existen detr¨¢s de cada una de las obras creadas por Altrus. Mundos llenos de imaginaci¨®n, inolvidables y repletos de vida. A?os despu¨¦s, llega el momento de volver a sumergirse en el universo de Myst...

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Ponerse ante este Myst IV provoca, de forma casi irremediable, un fuerte sentimiento de nostalgia, de emoci¨®n, de una ¨¦poca muy distinta en el mundo de los videojuegos. Ponerse ante Myst IV es volver a colocarse ante el gran cl¨¢sico de las aventuras, Myst.

Han sido once los a?os que han pasado entre la primera parte y esta nueva entrega. Once a?os en los que el concepto de los videojuegos ha cambiado sobremanera. Por eso, no son pocos los que tem¨ªan los cambios que podr¨ªa sufrir la saga, o lo bien que podr¨ªa quedar esta nueva entrega. Y es que Myst III: Exile presentaba ciertos signos de fatiga en la saga, a pesar de seguir siendo un gran juego.

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Pero los aficionados a las aventuras est¨¢n de enhorabuena, ya que los chicos de Cyan han conseguido crear una verdadera maravilla dentro del g¨¦nero de las aventuras. La saga regresa a la magnificencia de Myst y Riven, con su interesante argumento y, sobre todo, monta?as de puzzles que hacen honor a su definici¨®n de 'rompecabezas'. En un mercado copado por las aventuras de acci¨®n y los shooters, se hace un hueco un juego de corte cl¨¢sico, una aventura de pensar con calma, tranquila y de una belleza visual pocas veces vista. Vuelve a ser momento de perderse durante horas en el universo de Myst.

Una carta de Atrus

Una vez m¨¢s, el juego girar¨¢ alrededor de los libros escritos pos Atrus y los D'Ni que los pueblan. Y una vez m¨¢s, no existe la figura del personaje principal, sino que, con el fin de que el jugador se sumerja plenamente en la aventura y disfrute de la aventura, el protagonista de la historia es el propio jugador. Al tratarse de un h¨¦roe sin cara ni nombre, y al desarrollarse todo el juego en primera persona, es el usuario el verdadero protagonista de la historia.

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El jugador es invitado por Atrus, tanto tiempo despu¨¦s de haberse encontrado el libro de Myst, a su nuevo hogar en Tomanha, donde vive con su mujer Catherine y su hija Yeesha. Ante la insistencia de su mujer en el tema de sus otros dos hijos (encerrados desde hace tiempo en los libros rojo y azul debido a su deleznable comportamiento en el pasado respecto a los libros fant¨¢sticos de su padre), insistiendo en el hecho de que despu¨¦s de su largo encierro ya estar¨ªan reformados, Atrus decide adentrarse en los libros-prisi¨®n. El jugador llegar¨¢ justo a tiempo de ayudarle a hacer una ¨²ltima prueba con un visor de cristales antes de adentrarse en los libros.

Sin embargo, un accidente afecta a la m¨¢quina antes de que Atrus pueda utilizarla para echar un vistazo a trav¨¦s de las Eras. Debido a los problemas t¨¦cnicos, Atrus debe irse a buscar herramientas y materiales con el fin de poder arreglar los desperfectos, dejando al jugador a cargo del deber de restablecer la electricidad. Y en ese punto es donde comienza la aventura.

Puzzles y diversi¨®n

Desde la primera entrega, la se?a de identidad de la saga han sido sus imaginativos, creativos y tremendamente divertidos puzzles. Porque la saga Myst, y este Myst IV no iba a ser menos, se centra en eso, en una sucesi¨®n de puzzles de dificultades variadas. No hay combates, no hay grandes sustos, no hay grandes momentos de acci¨®n... la tranquilidad es lo que prima en las Eras de Myst.

A pesar de la decadencia de las aventuras gr¨¢ficas de este tipo, con cada vez menos t¨ªtulos y los que hay de calidad bastante discreta, Myst IV consigue devolver todo el sabor de las aventuras de anta?o, superando el peque?o bache de Exile. El sistema es realmente sencillo, basado en moverse por los escenarios hasta el punto en el que se encuentra un puzzle a resolver. Ni siquiera hay que recoger objetos, ya que todo se centra en resolver los puzzles siguiendo los pasos necesarios para tal fin. Los objetos que se utilizar¨¢n son en s¨ª mismos peque?os puzzles, como el colgante para o¨ªr las cosas, o la c¨¢mara para hacer fotos y recordar lugares, pistas y situaciones.

Los puzzles y acertijos que pueblan las Eras de Myst son a cada cual m¨¢s enrevesado y complicado. Como en toda la saga, empiezan siendo peque?as pruebas de habilidad que, con un poco de ingenio, todo aquel que se ponga puede ir resolviendo con cierta facilidad. Pero eso es s¨®lo la punta del iceberg, ya que cuanto m¨¢s se profundiza en la historia, m¨¢s se complican los retos a los que se enfrenta el jugador, llegando a ser de una dificultad hasta cierto punto surrealista hacia el final de la aventura. Los jugadores tendr¨¢n que estrujarse bien los sesos para poder descifrarlos, pero no se quedaron atr¨¢s los creadores preparando los puzzles que pueblan las diferentes Eras.

A pesar de la mayor o menor dificultad de los diferentes puzzles, lo cierto es que no llegan a hacerse pesados ni impulsan al jugador a dejarlos por imposibles. Esa es la gran virtud de Myst, ya que consigue enganchar y picar a todos los aficionados del g¨¦nero, impuls¨¢ndoles a investigar alrededor buscando nuevas pistas que puedan ayudar a resolver el enigma propuesto, como los diarios de Atrus o sus hijos, llenos de datos interesantes sobre los misterios que ocultan las Eras en su interior.

Poco m¨¢s puede decirse de la mec¨¢nica de juego, que se basa en puzzles y m¨¢s puzzles, viajando a trav¨¦s de los libros de Atrus a diferentes Eras donde esperan nuevos puzzles.

Lo mismo pero con novedades

B¨¢sicamente, Myst IV es una puesta al d¨ªa de todos los elementos cl¨¢sicos de la saga. Se conserva ante todo el estilo de los escenarios, muy barrocos, as¨ª como el dise?o de la ropa de los personajes que aparecen. El apartado sonoro tambi¨¦n sigue manteniendo ese estilo en plan ¨¦tnico o cl¨¢sico. Y el estilo de juego evolucion¨® m¨¢s bien poco, manteni¨¦ndose el sistema del cursor en forma de mano para moverse por el escenario y para interactuar con los objetos y elementos de los puzzles. Por supuesto, todos estos aspectos han sufrido mejoras, en mayor o menos medida, para adaptarlos a los tiempos que corren.

Sin embargo, las grandes novedades no se ven a simple vista, sino que se encuentran en los men¨²s o en los inventarios. Destaca, sobre todo, la inclusi¨®n,  dentro del propio juego, de una completa gu¨ªa para ayudar a resolver todos los puzzles de Myst IV.

Accediendo al men¨² de opciones, el jugador podr¨¢ entrar en el mapa de ayuda, donde elegir¨¢ el puzzle en el que desea ayuda (siempre dentro de la Era en la que se encuentra) y el nivel de ayuda que quiere, dentro de tres niveles. Es decir, un nivel uno son peque?¨ªsimas pistas para encaminar los pasos, mientras el nivel tres es una gu¨ªa paso a paso de lo que hay que hacer.

Dado que muchos jugadores se han atascado en muchas ocasiones en las anteriores entregas de la saga, con este men¨² de ayuda se pretende facilitar la aventura, aunque, como el propio juego advierte, 'esto puede perjudicar a la experiencia de juego'. Pero en algunos momentos concretos, se agradece esa peque?a ayuda que puede proporcionar esta gu¨ªa. Un sistema que adem¨¢s, no es perfecto, ya que ayuda en un puzzle concreto, pero no dice d¨®nde est¨¢n los elementos que se pueden necesitar y que el jugador deber¨¢ buscar por sus propios medios.

Tambi¨¦n es curioso y destacable el hecho de contar con una c¨¢mara con la que se pueden hacer 999 fotograf¨ªas. A pesar de que pueden gastarse haciendo fotos a los asombrosos escenarios, lo cierto es que su finalidad no es otra salvo ayudar con los puzzles. Haciendo una foto, se recuerda una secuencia concreta o un lugar, por ejemplo.

Maravilla visual

Las Eras de Myst desbordan imaginaci¨®n y, sobre todo, belleza. Todos los escenarios son perfectos con un acabado sensacional, y consiguen meter al jugador en esos mundos lejanos y fantasiosos que se supone que son los libros de Atrus.

Con un estilo barroco, cargados de detalles, con unos efectos de luz muy trabajados,... es dif¨ªcil de describir, hay que verlo, hay que vivirlo. Ver el sol reflejado en el agua que fluye bajo los pies del jugador mientras p¨¢jaros e insectos cruzan el cielo en unos escenarios tan bien dise?ados que parecen reales, es una experiencia ¨²nica.

Y sobre esa maravilla visual, actores reales perfectamente integrados en la aventura. Parece que vivan all¨ª de verdad, y a pesar de que si se mueve la c¨¢mara estando cerca de ellos se nota un poco su car¨¢cter 'plano', el aspecto que presentan sobre los escenarios es estupendo.

Junto a este apartado gr¨¢fico tan agradable a la vista, unas preciosas melod¨ªas acompa?an las escenas y los puzzles. Melod¨ªas tranquilas y relajadas, perfectas para cada momento, que ayudan a que el jugador se introduzca, m¨¢s si cabe, en el mundo de Myst. Genial el trabajo de Jack Wall en este apartado sonoro. Adem¨¢s, cabe destacar el tema de Peter Gabriel 'Curtains', una aut¨¦ntica maravilla.

No todo es perfecto

S¨ª, Myst IV es una aut¨¦ntica maravilla, pero todav¨ªa no es perfecto, ni mucho menos. Hay varios detalles que podr¨ªan haberse mejorado o incluso cambiado que, aunque no afectan gravemente a la valoraci¨®n final del t¨ªtulo, s¨ª que merecen ser remarcadas y tenidas en cuenta para futuras entregas.

El hecho de que al moverse por el mapeado se produzca un cambio de lugar (hacia donde se mover¨ªa el personaje) sin ning¨²n tipo de suavidad ni sensaci¨®n de movimiento es algo desolador. Sobre todo porque, mientras el jugador no est¨¢ familiarizado con el entorno, esos cambios de escena causan una ligera sensaci¨®n de perderse. No todos los movimientos son iguales, y a veces el personaje recorre mayores distancias que en otras ocasiones, por lo que el salto de pantalla supone unos segundos para situarse hasta que no se conoce bien la zona.

Adem¨¢s, el sistema de juego basado en el cursor con forma de mano es a menudo lioso, ya que en este caso s¨ª que hay una animaci¨®n liosa. Es decir, cuando se pasa el cursor-mano sobre algo con lo que interactuar, cambia su forma (si hay un bot¨®n a pulsar, se estira el dedo; si hay una palanca, se abre del todo para agarrarla; etc). Esto es complicado de ver, ya que en muchas ocasiones se pasar¨¢ la mano r¨¢pidamente sobre algo con lo que interactuar, pero no dar¨¢ tiempo a reconocerlo, complicando un poco m¨¢s el propio puzzle.

Tambi¨¦n ser¨ªa mejorable, como en toda la saga y en los juegos de este estilo, la duraci¨®n. No es que sea corto precisamente, y la complicaci¨®n de los puzzles puede retener y alargar la vida del t¨ªtulo durante horas. Pero es que una vez terminado, no hay ning¨²n aliciente importante para volver a jugar, es todo lo que el t¨ªtulo puede dar de s¨ª.

Compar¨¢ndolo con...

Comparar a Myst IV con cualquier otro juego es... imposible. Para empezar, porque es una aventura de corte cl¨¢sico, de las que pocas se pueden encontrar a d¨ªa de hoy, por lo que las principales comparaciones ser¨ªan con juegos con unos cuantos a?os encima. Para continuar, porque incluso dentro de ese g¨¦nero, supone un punto y aparte, una vuelta a empezar, una revelaci¨®n, como el propio nombre indica.

La principal comparaci¨®n que surge es con los t¨ªtulos anteriores de la saga, aunque los once a?os de la misma hacen que sea un tanto injusta debido a las m¨¢s que evidentes mejoras t¨¦cnicas y l¨®gicas de las que hacen gala las Eras de Myst. Sin embargo, arriesg¨¢ndose a hacer dicha comparaci¨®n, Myst IV es el mejor de toda la saga, presentando puzzles mejores que los magn¨ªficos puzzles de Riven y con un acabado y una ambientaci¨®n tan envolventes como lo fueron los de Myst. A Exile lo supera en todos los aspectos, ya que se trata de la entrega menos brillante de la saga.

Otros t¨ªtulos con los que se podr¨ªa comparar ya tienen sus a?os tambi¨¦n, tales como Atlantis o Dr¨¢cula. Sin embargo, Myst IV sigue siendo superior, ya que combina sencillez con espect¨¢culo visual y envuelve durante horas m¨¢s que ning¨²n otro juego.

Concluyendo

A pesar de lo que podr¨ªa temerse, Myst IV se presenta como un renacer de las aventuras en una ¨¦poca de shooters y juegos de acci¨®n. Un t¨ªtulo que muestra sus intenciones desde la primera escena del juego, quedando patente la espectacularidad de la que har¨¢ gala el mismo.

El ambiente de Myst, que se extendi¨® a lo largo de cuatro t¨ªtulos, llega en esta entrega a su punto m¨¢s alto, con una ambientaci¨®n sublime, unos gr¨¢ficos preciosos, doblado con maestr¨ªa y un universo de puzzles a cu¨¢l m¨¢s enrevesado que distraer¨¢n durante horas y horas a los que se atrevan a adentrarse en los mundos desconocidos y fant¨¢sticos que se esconden en los libros de Atrus.

Pero este no es un juego para todo el mundo. Se trata de un juego muy especial, s¨®lo para aquellos que disfruten estruj¨¢ndose el cerebro durante horas, para aquellos a los que les guste jugar con calma, meditando fr¨ªamente cada movimiento y cada paso. Es un juego, en los tiempos que corren, para minor¨ªas. Para esa gente, estamos hablando de una grand¨ªsima obra de arte, que se har¨¢ un hueco r¨¢pidamente en sus corazones. Desgraciadamente, para los que prefieren emociones fuertes, podr¨ªa llegar a tratarse de un juego hasta aburrido.

En resumen, Myst IV es un juego imprescindible para los aficionados a las sagas y a las aventuras de este tipo, muy recomendable para los jugones en general y vetado a los fervientes aficionados a los shooters.

Lo que est¨¢ bien

Lo que no est¨¢ tan bien

Requisitos del sistema

Requisitos para PC: S.O: Windows 98SE/2000/ME/XP PROCESADOR: PIII700Mhz / AMD Athlon MEMORIA: 128 (256 para Windowss XP) TARJETA 3D: NVIDIA Geforce1 o ATI Radeon 7000 DIRECTX: DirectX 9.0 (incluido) DVD -ROM: 4X TARJETA DE SONIDO: DirectX 9.0 (Compatible) DISCO DURO: 3 Gb PERIF?RICOS: Keyboard/Mouse

Requisitos para MAC: S.O: OSX 10.2, 10,3 ? PROCESADOR: G4 o G5, 700Mhz MEMORIA: 128 TARJETA 3D: NVIDIA Geforce1 o ATI Radeon 7500 QUICKTIME: 5 DVD/CD-ROM: 4X DVD TARJETA DE SONIDO: Standard DISCO DURO: 3 Gb PERIF?RICOS: Keyboard/Mouse

Equipo de pruebas: PC Windows 2000, Pentium IV 2800 Mhz, 512 RAM, NVIDIA Geforce FX 5200, DirectX 9.0. Fluido y sin ning¨²n tipo de problemas.

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