Murderous Pursuits, An¨¢lisis

Murderous Pursuits, An¨¢lisis

La gente poderosa tiene gustos exquisitos y extra?os. En el caso del Se?or X, nuestro misterioso anfitri¨®n del que apenas sabemos lo que nos comunican unas notas y unos jocosos comentarios in-game, es un macabro juego a bordo de su lujoso barco volador. El HMCS Britannic, con sus varias plantas de recargadas estancias de diversas prop¨®sitos y caprichos arquitect¨®nicos, parece el lugar id¨®neo para pasar unas vacaciones id¨ªlicas. Pero eso no ser¨¢ una opci¨®n posible para sus desafortunados invitados.

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En Murderous Pursuits, el nuevo t¨ªtulo multijugador desarrollado por Blazing Griffin, nos pondremos en la piel de uno de esos invitados, y nos enzarzaremos en esta versi¨®n retorcida del gato y el rat¨®n en la que el objetivo estar¨¢ bien claro y la urgencia prima: acabar con nuestra presa antes de que un cazador acabe con nosotros.

El funcionamiento es el siguiente. 8 jugadores se enfrentan en un todos contra todos. Al empezar la partida se nos asignar¨¢ una presa (que ser¨¢ otro jugador) y un cazador. Con una br¨²jula en forma de barra podremos alcanzar a nuestro objetivo, y con un icono en la interfaz podremos saber cuando nuestros perseguidores se encuentran cerca. Cada jugador tiene solo una presa pero puede tener hasta dos cazadores, por lo que la tensi¨®n de poder morir antes de acabar con nuestro objetivo es siempre mayor. Podremos seleccionar uno de los 8 personajes disponibles en la beta, cada uno sin m¨¢s distinci¨®n con los dem¨¢s que su aspecto.

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Lo que hace las cosas interesantes es que no sabremos la pinta que tienen nuestros objetivos ni nuestros cazadores. Los mapas del juego estar¨¢n poblados por los ocho jugadores que llenan la partida, pero tambi¨¦n por un buen n¨²mero de NPCs con el aspecto de personajes seleccionables para confundirnos. Por tanto quedar¨¢ a nuestra percepci¨®n (y al uso de ciertas habilidades) detectar a jugadores objetivos entre la marea de NPCs. Aunque pueda parecer un concepto algo abrumador inicialmente, unas pocas partidas nos ense?ar¨¢n a diferenciar entre comportamientos de NPCs y de otros jugadores. Y nuestra intuici¨®n unida de la inestimable ayuda que resulta la br¨²jula conseguir¨¢ un buen equilibrio entre estar guiado por el juego y permitir agencia al jugador.

Sabiendo entonces lo relativamente sencillo que es distinguir a un jugador de un NPC entendemos en seguida que ¨¦ste es un juego donde pasar desapercibido es clave. Acabar con nuestro objetivo debe ser algo que hagamos con la mayor discreci¨®n posible, para no acabar llamando la atenci¨®n de qui¨¦n no queremos. Para ello, el juego cuenta con un medidor de exposici¨®n, cuanto m¨¢s bajo est¨¦, m¨¢s desapercibidos estaremos pasando para el resto de jugadores y m¨¢s puntos obtendremos con nuestro asesinato. Si el medidor se llena demasiado, estaremos expuestos ante otros jugadores, y apareceremos marcados para nuestros cazadores en pantalla.

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Todo esto que estamos comentando seguro que les resultar¨¢ familiar a muchos jugadores. La filosof¨ªa de matar a tu objetivo antes de que te mate tu cazador, la importancia de permanecer inc¨®gnito, detalles como el posicionamiento alejado de la c¨¢mara¡­  Quit¨¦monos la espina de decirlo ahora mismo, Murderous Pursuits recuerda mucho a aquel multijugador de Assassin¡¯s Creed que llevamos sin ver desde hace unos a?os. Aunque el t¨ªtulo de Blazing Griffin pone en funcionamiento un par de ideas que alteran la f¨®rmula de un modo interesante.

Empezamos por decir que la presencia de la guardia se convierte en un pilar clave del gameplay de Murderous Pursuits. Entre los muchos NPCs inocentes que recorren los mapas del juego se encuentra la imponente presencia de los agentes de seguridad, que patrullar¨¢n por zonas clave asegur¨¢ndose que nada fuera de lo ordinario sucede. Sortear a la guardia, saliendo de su ¨¢rea de detecci¨®n o esperando a que est¨¦n distra¨ªdos, se convierte en una din¨¢mica que le da m¨¢s miga a la experiencia de juego. Si los guardias nos ven cometer alg¨²n asesinato o noquear a nuestros perseguidores nos detendr¨¢n temporalmente, dej¨¢ndonos as¨ª expuestos a los dem¨¢s jugadores y haci¨¦ndonos perder puntos.

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El Se?or X es, adem¨¢s, un hombre caprichoso a la hora de querer ver como sus invitados se asesinan unos a otros. La finalidad del juego es ir obteniendo puntos con los objetivos que asesinamos (cuando acabamos con nuestro objetivo nos asignan uno nuevo), para cuando acabemos la partida ser el jugador con m¨¢s puntos. Los puntos se rigen por el sistema de FAVOR.

Cada asesinato que hagamos tendr¨¢ un valor determinado, que variar¨¢ seg¨²n factores como el medidor de exposici¨®n o el arma o las habilidades que usemos. Por todo el mapa se encuentran cofres que contienen un arma que podremos equiparnos intercambiando la que tenemos. Siguiendo una tabla de valores que va cambiando a lo largo de la partida, nos interesa tener siempre el arma con el valor de FAVOR m¨¢s alto posible, para conseguir un asesinato con m¨¢s puntuaci¨®n. El sistema de armas nos fuerza a tomar ciertos riesgos, explorando todo el mapa para as¨ª encontrar el arma con m¨¢s FAVOR, y aumentando nuestras posibilidades de ser expuestos.

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Por otra parte, el uso de habilidades tambi¨¦n le aporta m¨¢s chicha a la tarea de acabar con nuestros objetivos. Contamos con cinco habilidades diferentes, cada una enfocada a una tarea espec¨ªficamente defensivas u ofensivas. El disfraz, por ejemplo, baja por completo nuestra exposici¨®n y nos transforma en otro personaje, por si nuestro cazador ya nos ha detectado. Deslumbre aturde a los enemigos para dejarlos vulnerables, y Contraataca nos permite preveer ataques enemigos.

Las habilidades aportan variedad a lo que es, por lo dem¨¢s, una f¨®rmula con poco fondo. Su n¨²mero de mapas es reducido, solamente cuenta con un modo de juego, y su sistema de progresi¨®n carece de evoluci¨®n real. Pese a algunos desbloqueables para la customizaci¨®n de nuestros personajes, Murderous Pursuits se siente como una mera introducci¨®n a lo que podr¨ªa ser una experiencia mucho m¨¢s completa.